LOS ÁRBOLES SAGRADOS EN BASKONIA

LOS ÁRBOLES SAGRADOS EN BASKONIA


Aitzol Altuna Enzunza

Bosque de hayas de Otzarreta en Zeanuri en Gorbea.

Existen al menos 4 inscripciones dedicadas al dios “fagus” o dendolatría en la Aquitania euskaldun de época romana, de donde vienen las palabras “pagoa” en euskera y "haya" en castellano. 

El haya y otros árboles como el chopo (sobre todo en la Ribera de Baskonia), la encina, el roble o incluso el pino autóctono (en el caso de la Ultzama), serían un tótem dentro de la religión naturalista y animista anterior al cristianismo. 





Pero, también tenemos inscripciones en euskera al dios "Artahe" (encina), como en Saint-Pe-d’Ardet en el pre-pirineo, cerca de Saint Bertrand de Commiges aquitano, donde también ha aparecido el dios euskaldun de Idiatte :

"Desde otro punto de vista el teónimo Artahe, Artehe  o Arte cuyo nombre parece perdurar en el topónimo de Saint-Pé-d’Ardet, admite la comparación con el vasco arta/arte, es decir encina” (Joaquín Gorrochategui Churruca1984, 309).

La selva de Irati es principalmente un hayedo en los Pirineos (entre Alta-Baja Nabarra y Zuberoa), estrechamente relacionada con la explotación forestal comunal racional dedicada a la construcción naval, civil o armera y que la convierte en la segunda masa forestal de Europa 


Según el que fuera catedrático de Historia Antigua de la Universidad de La Rioja Urbano Espinosa Ruiz, los castros prerromanos de Baskonia, eran una “población con niveles de recursos de lotes de aprovechamiento agrícola-ganadero iguales en un territorio de propiedad comunal. Por lo que sabemos, la organización familiar, la estratificación social, el gobierno de grupo, tiene mucho que ver con las comunidades vecinales que han llegado en el campo de la ciencia jurídica hasta la actualidad”.


Eran poblados de pocas hectáreas pero en gran número, cercanos y visualmente comunicados, lo que hace suponer que eran unidades sociológicamente completas, poblados estrechamente relacionados entre sí, por cultura e intereses económicos y políticos, que se concretarían en reuniones conjuntas en determinados lugares y fechas, podríamos ver en ellos clanes euskaros de hasta segundo grado de parentesco unidos a su vez en pueblos que comparten bosques, pastos y sus frutos.

Revista BERTAN de la Diputación de Gipuzkoa "Burdin Aroko herri harresituak Gipuzkoan" Xabier Peñaver y Sonia San José


Desde la prehistoria los robles y las encinas de los bosques de Baskonia se sacaba el pan de bellota, el cual era comido por los Pueblos euskaros desde tiempo inmemorial, tal y como recogen los cronistas romanos. En menor medida se plantarían también manzanos y se produciría sidra en la vertiente cantábrica.


LOS NOMBRES DEL ÁRBOL EN EUSKERA

Julio Caro Baroja en su libro “Sobre historia y etnografía vasca” comentaba que: “Según ha demostrado G. Lacombe, en vascuence ocurría lo mismo que ocurría en indoeuropeo, que las ideas de bosque, árbol y roble estaban estrechamente relacionadas, que la referida palabra “aritz” significaba roble o árbol genéricamente en alto navarro y vizcaíno”. 


Pero, según explica Euskaltzaindia (la Real Academia de la Lengua Vasca), en el primer libro en euskera de 1545 escrito por el bajo nabarro Bernard Etxepare, aparece “zuhamu” para decir árbol y en el libro “Gero” de Axular de 1643 aparece ya “zuhaitz”; los autores zuberotarras de esos siglos emplean a su vez el término “Zuhaon(tze)”. 

Otras formas también documentadas son “zuhatz”, “zugatz”, “zuaritz”, “zuhain” y similares. Como nombre personal se documenta muy pronto, así tenemos a Blasco Sanxo de Zuhaz en el año 947 o en el topónimo "Mazaneto de Ugarte Zuhaz Nabar" en 1055.

Roble quemado por un rayo en Altsasua 2020


En alguna ocasión ha llamado la atención que una de las formas de decir árbol en euskera sea "arbola". La palabra “arbola” se extendió tempranamente desde el latín, ya que aparece también en escritores de Iparralde (mientras que en francés, gascón, occitano o en catalán se escribe “arbre”), hasta llegar a extenderse por todo el país, como en el tan conocido “Gernikako Arbola” del bardo de Urretxu Jose Maria Iparragirre en el siglo XIX y música del durangués María Blas Altuna Maskaruga

Sin embargo, en la actualidad, el término “arbola” está en desuso frente a “zuhaitz(a)”. Una explicación más completa la damos en:

LA UTILIZAD DE LOS ÁRBOLES 

Auñamendi Enciclopedia

Eran los árboles protectores de las cosechas contra los rayos como se ve en el ritual “maiatzarena”, sincretizado por el cristianismo como el día de la “Santa Cruz”, celebración que compartimos en su día con fenicios, griegos, celtas, romanos y en la actualidad con nuevas naciones como ingleses, españoles, portugueses, franceses, italianos, belgas, checos, ingleses, rumanos, suizos o suecos. 

Maiatzarena o Alzando el mayo en Iturmendi (Etnografía de Navarra)


Ya en la Edad Media, los alrededores de las numerosas ermitas eran también tierras comunales, por lo que no hay construcciones en sus inmediaciones, salvo la casa del clérigo o de la serora en su caso https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/06/la-serora-la-mujer-y-la-iglesia.html

Ericera de Orozko, donde se guardaban las castañas de los comunales

Las tierras comunales eran entonces muy numerosas y servían a las familias más pobres para no pasar hambre, siendo la castaña el principal elemento de subsistencia durante siglos. 

Las ericeras, cerco redondo de tres metros de diámetro y uno de alto por término medio donde se dejaban a secar las castañas, era una construcción común en todos los bosques hasta que en el siglo XIX la tiña mermó los castañares vasconabarros. 

Kirikiñausiak o ericeras de Orozko
Debajo, ericera de Barrika, también en Bizkaia.

LA TALA DE ÁRBOLES: PENA DE MUERTE

Según recogía Jose Miguel de Barandiaran, en algunas zonas de Bizkaia se creía que los árboles iban a los caseríos por su propia voluntad para que fueran quemados, pero todo terminó el día en que una mujer se enredó con las ramas de uno de ellos en el portal de su caserío y maldijo: "Etorriko ez bali obea leiko"("Sería mejor que no viniesen"). Desde entonces, es el hombre el que debe ir al monte a cortarlos.

El ritual para talar un árbol según recogió el primer Euskaltzain Resurrección María Azkue era: "Guk botako zaitugu eta barkatu eiguzu", nosotros te vamos a tirar y perdónanos (Enciclopedia Auñamendi)



Moneda nabarra del siglo XI de Sancho III el Mayor (1004-1035) con una cruz sobre un árbol (¿de Sobrarbe?)

El que fuera experto del derecho foral bizkaíno, el barakaldés Adrián Celaya Ibarra, en su trabajo "Fuero antiguo de la merindad de Durango" del siglo XII dentro del reino de Nabarra, explicaba: 

"La defensa de la propiedad rural es en Bizkaia una seria preocupación de las leyes forales. Se defienden los cultivos y arbolados, y entre ellos especialmente los manzanos por el gran aprecio no sólo de su fruto sino de la sidra. 

El Fuero de Durango dice en su ley 29 que «si algun home cortare en heredad agena pies de manzano de tres en arriba que muera por ello»; en la misma línea el Fuero de las Encartaciones (ley 8 del Título II) disponía que «aquel cualquier que entornare é vertiera la sidra agena que otro obiere encerrada y lo faciera a sabiendas cortando ó foradando la cuba en tal manera que la sidra de la cuba sea vertida toda é la mayor parte de ella que lo maten por ello».


"Este rigor se suaviza cuando se trata de otra clase de árboles. Así, la ley 27 condena a quien corta sauces al pago de doce maravedís, y la ley 28 eleva la pena cuando se trata de roble, acebo o fresno, a cuarenta y ocho maravedís, pero la reduce a doce maravedís cuando se corta níspero, higuera o cerezo u otros semejantes. 

Observamos que en el Fuero Viejo de Bizkaia el capítulo XLV es más riguroso, pues la pena de muerte se impone al «que cortare o arrancare de cinco manzanos arriba, ó de cinco nogales arriba que llevan fruto, o de cinco viñas arriba, a sabiendas»; además impone en todo caso la pena de cuarenta y ocho maravedís, incluso tratándose de «cerezos é guindales, nísperos y robles, é fresnos, é sales». 

Sobre las instituciones nabarras en el duranguesado y su Fuero particular del siglo XII, hablamos en: 





LOS SELES Y LOS CRÓMLECH EN EUSKAL HERRIA

LOS SELES Y LOS CRÓMLECH EN EUSKAL HERRIA


Aitzol Altuna Enzunza

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza


Se calcula que en toda Euskal Herria había unos 40.000 seles para la Baja Edad Media, se trataba de lugares para pacer el ganado vacuno, siendo distintos los de verano y los de invierno, lo que suponía desplazamientos cortos y mucho menores que la trashumancia del ganado ovino. 

Aunque su existencia se remonta a la prehistoria como vamos a ver, fue en Alta Edad Media cuando se empezaron a crear de forma masiva las conocidas como: “korta-gorta” (Bizkaia), “(x)sala-xarodi” (Gipuzkoa), busto-bustizal-bustaliza, "olha, cayolar, Bullta" (Iparralde) o “sarobe, saroi” (Alta Nabarra), que es “sel-redil” en Castilla o la "braña-branea" en Asturias. 

"La vivienda rural en Euskadi, presente y futuro" Ibon Tellería Julián y Daniel Luengas-Carreño

Munegoiko del barrio Urigoiti de Orozko, Bizkaia de principios del siglo XVI
 
Se trataba de un prado con una piedra en medio como señal de que pertenecía temporalmente a una familia y a su ganado (sobre todo el vacuno), el cual apacentaba en él; no era un símbolo de propiedad sino un simple derecho de pasto: 

“Terrenos pacederos en círculo perfecto que tienen en su centro un mojón llamado piedra cenizal” y que también comprendía albergue y una arboleda (“Historia de Euskal Herria Tomo II”). La explotación incluía árboles como los castaños, robles o encinas, los cuales también eran aprovechados por la familia.

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza

Daniel Rementeria Arruza en su trabajo "Los seles de Urdaibai" explica: "Luis Mari Zaldua (2010) recoge una práctica ritual en el sel-sarobe de Akola en Hernani, según la cual y siguiendo la costumbre ancestral, una vez al año el pastor Joxe Susperregi coloca una pequeña cruz, hecha con dos palos de madera entrecruzados, apoyada junto al mojón central de la korta o sarobe con el objetivo de proteger todo ese período. 

El mismo autor señala que muchos mojones centrales disponen de un pequeño agujero en el centro de su cara superior, cuyo significado desconocemos, pero podría haber sido realizado, entre otras funciones, para poder introducir una pequeña cruz de madera de espino o de otra especie".

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza

EL ORIGEN DE LOS SELES

En 1990 se excavó en un sel de Urnieta (Gipuzkoa) y bajo él se hallaron trozos de carbón del siglo II. Es decir, este tipo de explotación temporal del comunal se remonta a tiempos prehistóricos.

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza


"A pesar de haber sido estériles en restos materiales, las primeras intervenciones arqueológicas realizadas en algunos seles, permiten considerar la posibilidad de que su existencia pueda datar de los primeros siglos de nuestra era y por lo tanto no sean un fenómeno de origen estrictamente medieval". 

Alvaro Aragón Ruano Iura Vasconiae 18 (2018) "Circulación y ganado vías pecuniarias"


Por tanto, los seles no surgen en la Alta Edad Media, sino que desde la prehistoria se han ido utilizando los mismos lugares con las mismas funciones y de manera muy similar: "Por lo tanto, opinamos que algunos seles corresponden a emplazamientos pastoriles de la Prehistoria" (Luis María Zaldua Etxabe trabajos "Seles en Vasconia" -2000- y "Los seles: nodos de la red pastoril" -2010-).

LOS PRIMEROS SELES DOCUMENTADOS

Los primeros dos seles documentos son del Cartulario del Monasterio de San Juan de la Peña en Huesca. El primero del año 828 en el que Gartzea Semenoitz, rey nabarro, y el Conde Galindo de Aragón, donaron al Monasterio de San Juan de la Peña el monasterio y el pueblo de San Martin de Ciellas, y en el que se hace referencia a una estructura similar al sel con el término de pardina.

"Atlas Histórico de Navarra" (2016) Eneko del Castillo

En el segundo documento del año 850, Gartzea Enekoitz, rey nabarro (Eneko Garçea), el obispo Gilesindo de Iruñea-Pamplona, y el Abad Fortun Prior de Leire, fundaron y consagraron el monasterio de Fuenfría con su iglesia de Santa Maria. En este documento se utiliza el término "cubile" (Luis Mari Zaldua "Saroiak eta Kortak" 2006)

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza


Desde ese siglo XIII, la propiedad de los seles está en manos en muchas ocasiones de los monasterios o parroquias laicas, infanzones, Parientes Mayores y del señor de Bizkaia, aunque los explotaba el pueblo; no se cerrarán los mismos hasta el siglo XV.


"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza


SELES DE VERANO Y DE INVIERNO

El escribano e historiador bizkaíno J. R. Iturriza y Garate en su "Historia General de Vizcaya" de finales del siglo XVIII decía: "Algunas son de término redondo, como las fundadas en seles, con su correspondiente mojonera; tendrán aproximadamente una media legua de terreno de circunferencia, habiendo muchas que solo tienen un cuarto de legua, y en ellas cogen de cincuenta a sesenta fanegas de trigo, cien de maíz y bastante cantidad de castaña y manzana (...)".


"Sel es un terreno pacedero en círculo perfecto que tiene en su centro un mojón llamado piedra cenizal, de los que hay en Vizcaya infinitos; unos son llamados veraniegos y otros invernizos; aquellos son nominados vulgarmente corta chiquijac o corta erdijac, lo mismo que cortizos menores o medios seles; y los invernizos corta nagusiac corta osoac, seles mayores o enteros (…).

El sel invernizo tienen un semidiametro, esto es, desde la Piedra Cenizal hasta cualquier parte de la circunferencia, 126 estadios, o brazas de siete pies de a tercia de vara castellana, y el veraniego 63, de estos escribe don Pedro Bernardo de Villarreal y Berriz, Caballero del Hábito de Santiago, haber de 84 estados".
Mojón para un sel, cubilar, ergues o majada, en euskera: "korta, kortabaso, xala, sala, sarobe (saro belarbeteak), bustos-bustizal, uesa, usa, cayolar (Barandiaran)" en textos antiguos "pardina, cubile", "gel, cel, ergues, sebe", todos para el pastoreo de vacas. Los había de verano (más pequeños, "korta-erdia" de 84 estados en el monte a media ladera, cada estado en Bizkaia eran 49 pies cuadrados y cada pie 0,0776 metros cuadrados lo que nos da 320 metros cuadrados) y de invierno ("korta-osoa" en el valle, de 126 estados o 480 metros cuadrados), están documentados desde el siglo IX. La deforestación y acotación del terreno, se hacía desde un centro a modo de una compás desde el "austarri" edo "errauts-harria" (austerritza, artamugarri, kortarri), después se limpiaba el comunal para la explotación privada. A veces, el centro lo marcaba un árbol o "Austarriaretxa". 
El Fuero de Bizkaia penaba con el destierro de 2 años y "a pagar con el cuatro tanto, y por haber quitado dicho mojón en seiscientos maravedíes" por daños sufrido al que cortase este árbol (AFB-JR0719/008 del año 1700).
"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza

"Las dimensiones de los seles varían de una región a la otra. En Vizcaya existían dos clases de seles: el de invierno o korta-nagusi "sel grande" (principal), que era un coto circular, cuyo diámetro medía 494 metros, y el veraniego o korta-txiki "sel pequeño", cuyo diámetro era de 244 metros. 

Zuaznabar Haundi de Altzo (Gipuzkoa), s. XVI
https://eu.wikipedia.org/wiki/Zuaznabar_Haundi_baserria

LOS SELES Y LOS CRÓMLECH

Los seles recuerdan o reproducen la forma de los viejos crómlech pirenaicos con su austarri «piedra cenizal» que ocupa el centro, como la urna de cenizas en aquellos monumentos, las semejanzas son evidentes. 

El crómlech de tipo pirenaico se dan desde Andorra hasta Bizkaia (llamados comúnmente en euskera mairubaratz jentilbaratz), es un tipo de crómlech o mejor dicho de estructura microlítica de círculos de piedra en territorios veraniegos relacionados probablemente con el ganado no estabulando o criado al aire libre. 


Existen más de 1.000 crómlech de estilo pirenaico y la mayoría tienen de 3 a 6 metros de diámetro, siendo el más pequeño de 1,2 metros y el más grande de 21 metros, aunque es raro que lleguen a los 15 metros. Se componen de piedras inhiestas de entre 30-50 centímetros (pero con excepciones), que no pretenden cerrar del todo el círculo. 

Sociedad de Ciencias AranzadiEl círculo de piedras o crómlech pirenaico de Elurzulo (Urnieta, Gipuzkoa) se sitúa en la ladera norte del monte Adarra. En la estación megalítica de Onddi-Mandoegi se localizan numerosos monumentos megalíticos, algunos de los cuales se conservan en buen estado y se ubican en espectaculares entornos.


"El área de las zonas del país donde hay seles veraniegos corresponde a los pastos de altura, como también la de los dólmenes y, en gran parte, la de los crómlech de la edad de hierro" (Jose Miguel Barandiaran 1972:214 "Diccionario ilustrado de mitología vasca y algunas de sus fuentes).

Errenga (Alta Nabarra)

El antropólogo y folclorista Juan Antonio Urbeltz (Iruñea 1940) en su artículo “Mairubaratz. Moros y cromlechs pirenaicos” (Revista Kobie nº6 año 2004), explicaba: 

"Eran por tanto: espacios en los que se protegía el ganado mayor sin tabular, como vacas y caballos de genios y seres malvados (…) La presencia masiva de ceniza de carbón de leña (con una ausencia casi total de restos humanos), sería consecuencia del acto de consagración de cada crómlech, como espacio protector del ganado familiar dentro de los pastos comunales. 

La ceniza del hogar (como en otros casos la teja -o la cruz mencionada de los seles-) sería aquí un símbolo de esa propiedad familiar (según Barandiaran, ha habido costumbre de enterrar en los mojones trozos de teja y restos de carbón como símbolo de propiedad) (…).

Lo que sí coincide con los lugares de estos crómlech sin embargo, son los lugares de pastoreo dentro de la trashumancia veraniega, pero no de ovejas”.

El origen de los crómlech pirenaicos y su posible relación con el pastoreo del ganado mayor lo relatamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/05/el-enigma-de-los-mairubaratz-una.html

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza


EL COLECTIVISMO EN BASKONIA

EL COLECTIVISMO EN BASKONIA

Aitzol Altuna Enzunza



ORIGEN DEL COMUNAL

El uso y la costumbre del pueblo como fuente principal del derecho es la característica esencial que distingue al Derecho Pirenaico o Fueros.

«Auzolanaren kultura» 8 minutuko testigantzazko dokumentala: 

Tal y como explicaba Adrián Celaya Ibarra (Barakaldo 1917-2015) en “Derecho foral y Autonómico vasco”: “Fuero no equivale a ley, porque lo característico del Fuero es precisamente que no es ley creada por un legislador prepotente, ni siquiera impuesta por una mayoría ocasional, sino norma que nace de repetidas experiencias de ámbito popular".


Ahondando sobre la singularidad del Derecho Pirenaico frente a otros derechos, comentaba la baionesa Maite Lafourcade (1934), profesora emérita de la universidad de Pau y los países del Adour:

“El centro de la sociedad era la casa y la concepción era colectiva; no conocían la propiedad privada como nosotros actualmente o como la reconoce el Derecho Romano. En realidad, el Derecho Romano no había penetrado en el País Vasco. La propiedad era siempre colectiva. 

Existían tierras no cultivadas que eran propiedad de todos los habitantes de la comunidad (el comunal y el trabajo en auzolan). El patrimonio familiar era propiedad de toda la familia, no de una sola persona”.


El Fuero pirenaico es muy antiguo, el geógrafo e historiador grecolatino Estrabón (64 a. C. 24 d. C) escribió: “Otros Pueblos, llamados peregrinos, se administraban según su propio derecho. Éste era el caso de karistios y várdulos”, estos pueblos habitaban las actuales provincias de Gipuzkoa, Alaba y Bizkaia.

Joseba Ariznabarreta Garabieta

Comenta el abogado e historiador Tomás Urzainqui en una entrevista para el libro “La pelota vasca” (2003): “había un ius gentium, un derecho de los pueblos que no era ni propiamente romano ni de esos pueblos en particular, pero que facilitaba las relaciones entre todos ellos. 

Roma permitía que se hablase la lengua propia y que se desarrollaran también los derechos propios a niveles de derecho privado, de derecho de familia, de derecho municipal; lo que facilitó que, tras la caída de Roma a fines del siglo V, los vascones quisieran seguir manteniendo esa misma estructura”.

Recreación de la península ibérica siguiendo a Ptolomeo y realizado por la biblioteca de Alejandría, donde se ve su imprecisión

UN FUEGO, UN VOTO

Parte de la idiosincrasia de los municipios del reino da Nabarra, es el “auzolan” o el “trabajo vecinal”, por el cual los vecinos se ayudan a la hora de labrar la tierra, en la matanza del cerdo, pelar mazorcas, arreglar caminos, reconstruir un caserío, una iglesia o creaban caleros comunales en los barrios entre otras muchas funciones. 


Calero

Calero o Karobi comunal  de la Cofradía de San Justo de Ozerin-mendi de Zeanuri. La piedra caliza se echa por la abertura superior, similar a un pozo, y se recoge la cal en la abertura inferior.

Aunque también existían trabajos similares en otras partes de Europa, en ninguna de ellas llegó al siglo XIX con el vigor que tuvo en Baskonia-Nabarra antes de la violenta abolición de los Fueros por la Revolución Francesa en 1789 y las tropas liberales en el siglo XIX. 

Es característico de los Fueros la tierra comunal y la explotación de los bosques, de la cual todos los vecinos se beneficiaban, pero que suponía a su vez la obligación de limpiarlos para evitar fuegos.


Estaba reglada la cantidad de leña que cada uno podía obtener de los mismos, de ahí el nombre “foguerizaciones”, “foguera” u hoguera usado para medir la población, que también daba derecho al voto en las “Consejos Vecinales”. 
El mismo 14 de julio de 1789, mientras el pueblo de París y sobre todo su burguesía se alzaba contra sus reyes y su clase aristocrática que los tenía en la más grande de las miserias, el pueblo de Ustarrotz en el Ronkal estaba reunido en Concejo abierto (todo el pueblo) para elegir a su sacristán, otra de las funciones del auzolan. 


Este ser colectivo incluso se refleja en la cultura, donde Juan Antonio Urbeltz señala como los diferentes bailes relacionados con la vida comunal son numerosos como la “Soka Dantza” o el “Aurresku de las autoridades”.

Aurresku en Begoña y bailes, foto de Eulalia Abaitua Allende-Salazar (Begoña 1853-1943)


EL FUNCIONAMIENTO DEL AUZOLAN

Idoia Estornes Zubizarreta en la Enciclopedia Auñamendi escribía: “En el mes de septiembre de cada año se hacía -se hace- el auzolan ordinario, y el extraordinario por la primavera. Una comisión de cada barrio es la encargada de comunicar a cada uno de los vecinos, el día, lugar u hora de la citación". 

Layando en auzolan o lorra

"El vecino que por alguna razón no pudiera acudir debía de mandar un sustituto. Esta prestación vecinal puede tener el carácter de obligatoria reciprocidad ordea o expresa un movimiento de solidaridad gratuito en el caso de tratarse de servicios prestados a una viuda, un campesino enfermo o escaso de personal". 


"A estos auzolanes contribuye también el municipio suministrando en dinero lo equivalente al rancho y dando los explosivos que hagan falta para romper rocas o piedras grandes, cuando el servicio es público; en caso de ser efectuado para un individuo o familia privados, éstos se comprometen a proporcionar el alimento del día y a corresponder a su debido turno. Una forma de esto último es la artaxuriketa (pelar las mazorcas de maíz en grupo)".

Elaboración de carbón, indispensable para extraer el hierro. Revista BERTAN de la Diputación de Gipuzkoa

"Relacionado estrechamente con esta institución se halla la vizcaína lorra, consistente en prestaciones de los vecinos en trabajo, materiales u otros efectos en casos de incendios, construcción de viviendas, falta de estiércol, desgracia, etc. 

La institucionalización del auzolan la vemos cristalizada en las cofradías administradoras de montes y tierras comunales”. 



AUZOLANAREN KULTURA

En el libro “Auzolanaren kultura”, Jasone Mitxeltorena, comenta los muchos aspectos que se hacían dentro del auzolan: la siembra, la siega, el “andrakuste al nacer un niño” (parecido al "atsolorra"), “gaubela” al muerto, plantar árboles en los comunales, arreglar los diferentes tipos de caminos según sus funciones (burdinbide, elizbide, erregebide gurutzebide), los caleros, limpiar los bosques para evitar fuegos, cuidar las ermitas, la caza de animales peligrosos (lobos y osos principalmente) o por su elevado número, la creación de hermandades y cofradías para el aseguramiento mutuo de caseríos y enseres etc.". 

El atsolorra como elemento del matriarcalismo del pueblo euskaldun lo explicamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/apuntes-sobre-el-matriarcalismo-vasco.html


"El auzolan era obligatorio y estaba regulado los días del año según el municipio, pudiéndose normalmente quedar exonerado de la tarea por una cantidad de dinero. 

El Concejo contrata al veterinario y al médico del pueblo e incluso al sacristán cuando se persiguió a las seroras, en cuya elección participaban también las mujeres". 

La institución de las seroras o freilas y su persecución por la Iglesia Católica la explicamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/06/la-serora-la-mujer-y-la-iglesia.html

"Los seles de Urdaibai" Daniel Rementeria Arruza.
Estos seles fueron comunales durante muchos siglos, su función y el origen del caserío vasconabarro lo explicamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/origenes-del-caserio-vasco.html


La explotación del comunal mediante seles (en euskera korta, xala, sarobe, busto...) y la presión desde el centralismo castellano y francés para su desaparición, la explicaremos en el siguiente artículo.