LA TERRITORIALIDAD DE NABARRA

LA TERRITORIALIDAD DE NABARRA

Aitzol Altuna Enzunza

Eneko Del Castillo nabarlur.blogspot.com


En el documento 166 del Cartulario del monasterio de San Millán de la Cogolla del año 1016 sobre privilegios y propiedades entre el conde de Castilla Sancho y su yerno Sancho III el Mayor, aparecen las fronteras del reino de Nabarra con el condado de Castilla. 

El documento dice: "Una concordia y acuerdo acerca de la división del reino entre Pamplona y Castilla, como ordenaron Sancho conde de Castilla y Sancho rey de Pamplona (el Mayor), tal como les pareció. Esto es, desde la suma cima de la sierra de la Cogolla (Cuculla) al río Valvanera (Valle Venarie) y a Gamneto a donde está el mojón sito y collado Muño, y desde Biciercas (Viciercas en Montenegro de Cameros) y Penna-nigra (peñón de 2.017 metros cercano a Montenegro de Cameros en Soria) desde siguiendo hacia el río Razón (norte de Soria entre las Tierras Altas y Cameros), donde nace; después por medio del monte de Calcaño (quizás la sierra Carcaña en Soria), después por la cima de la cuesta y por medio de Gazala (comarca soriana de Almarza en las Tierras Altas), y allí está el mojón, y hasta el río Tera, allí esta Garrahe, antigua ciudad abandonada (Garray en Soria), y hasta el río Duero. 


Don Nuño Álvaro de Castilla y el señor Fortún Oggoiz de Pamplona, testigos y confirmantes. Año 1016" 

(Cartulario de San Millán de la Cogolla, La Rioja, reino de Pamplona-Nabarra, doc. 166.


De divisione regno.
De divisione regno inter Pampilona et Castella, sicut ordinaverunt Sancio comite et Sancio regis pampilonensem, sicut illis visum fuit una concordia et convenientia.
Id est: de summa Cuculla ad rivo Valle Venarie, ad Gramneto, ibi est molione sito; et a Collato Monnio, et a Biciercas et a Penna Nigra; deinde ad flumen Razon, ubi nascit; deinde per medium monte de Calcanio, per sumo lumbo et media Gazala, et ibi molione est sito; et usque ad flumen Tera, ibi est Garrahe, antiqua civitate deserta, et ad flumen Duero.
Duenno Nunno Alvaro de Castella, et sennor Furtun Oggoiz de Pampilona, testes et confirmantes.



Cuadro que representa el testamento de Sancho y el reparto de los territorios entre sus hijos, donde dejó a Sancho Garçea "El de Nájera" todo el reino baskón que hablaba euskera, a Fernando el condado de Castilla de su madre Doña Munia y, a su hijo bastardo Ramiro, varias tenencias así como el condado de Aragón, pero bajo soberanía Nabarra. Al cuarto, Gonzalo, los condados patrimoniales de Sobrarbe y Ribagorza.
Su sepulcro en Oña (el escudo es muy posterior).

Por el norte, en la Baskonia continental, el único pacto aceptado por todas las partes, se produjo en el año 1010 entre el rey nabarro Sancho III el Mayor y su vasallo Sancho Guillermo, conde de la Baskonia continental, donde también estaban presentes el duque de Aquitania Guillermo V “el Grande” (ducado entre los ríos Loira al Garona) y el rey de Francia Roberto II “el Piadoso”. 

La Arqueta de Leire es una obra maestra del arte islámico, fue realizada hacia el año 1004 en Madinat al-Zahra. Actualmente se conserva en el Museo de Navarra (Iruñea-Pamplona). 



La reunión tuvo lugar con motivo del “re-descubrimiento” de la cabeza de Juan el Bautista en Saint-Jean de Angély (Poitou), perdida tras una masacre vikinga y donde se refundó la abadía benedictina acogida a la orden cluniacense del gran abad San Odilón, amigo personal de Sancho III el Mayor, que introdujo después esta orden en su reino a través del principal centro espiritual del mismo, el monasterio de Leire, primer románico peninsular y origen de todo el románico nabarro, tal y como explicamos en https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/el-romanico-navarro-en-gipuzkoa-y.html 


Lápida en el panteón de los reyes de San Isidro de León a donde, supuestamente, 
su hijo Fernando habría trasladado desde el monasterio de Oña el cuerpo de su padre al hacerse rey de ese reino. La lápida dice: “Aquí yace Sancho, rey de los montes Pirineos y de Toulouse” (Hic situs est sancius rex pirineorum montium et Tolose”).


Sancho III el Mayor, tal y como recoge el historiador pamplonés A. Campión (1854-1937), dejó a su primogénito “toda la población euskara”. 

El historiador y político bilbaíno Anacleto Ortueta (1877-1959) sobre este gran rey europeo dijo: “Sancho III el Mayor eligió sabiamente las fronteras del Estado Vasco, pues los límites que dio a Navarra fueron los geográficos naturales. Es el genio tutelar de la nacionalidad vasca. Gracias a él vivimos como pueblo”. 

El historiador español Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) era de la misma opinión: “(Sancho el Mayor) quiso unificar un gran reino navarro, predominantemente vascón por su lengua”. 

El propio Ramón Menéndez Pidal en otro libro escribió del rey nabarro Sancho III el Mayor (1000-1035) : «reparte sus estados entre sus cuatro hijos, apareciendo como uno de los más audaces estadistas estructuradores de fronteras y de pueblos, dejando al primogénito García el solar de la dinastía, el antiguo reino de Navarra, homogéneamente vascón por su lengua». Fue la cúspide del reconocimiento nacional e internacional de los baskones.

LA DOBLE RATIFICACIÓN DE LAS FRONTERAS EN EL SIGLO XII

En el Pacto de Tamara del año 1127, los reyes de Nabarra y de Castilla (Alfonso I “el Batallador” y Alfonso VII respectivamente), firmaron un pacto de no agresión a la territorialidad nabarra y ratificaron con ello el pacto anterior de Sancho III el Mayor, al que se añadió el territorio baskón del sur, recuperado en 1119 a los musulmanes. 


El historiador estellés José María Lacarra (1907-1987), en su libro “Historia del Reino de Navarra en la Edad Media”, explicaba el contenido de estos documentos: 

“En el Pacto de Tamara de 1127, Alfonso I el Batallador entregó a su hijastro el reino de León-Castilla que tenía por ser rey consorte, a cambio de que le devuelva todo lo invadido y se restituyan las fronteras Navarra de Sancho III el Mayor: Belorado, Soria, y la Extremadura Soriana hasta San Esteban de Gormaz. La frontera sería Atienza, Sigüenza y Medinaceli que quedaron para Castilla (aunque fueron recuperadas por Alfonso I “el Batallador” tras ser perdidas por Castilla que las conquistó con Alfonso VII en 1108)". 

Alfonso I “el Batallador” dejó por escrito en un documento de 1131, que el territorio de Nabarra va “desde Belorado hasta Pallars y desde Bayona hasta Monreal”. 

Se trata de Monreal del Campo, entre Calatayud y Teruel, conquistado a los musulmanes en 1120 y perdido de nuevo en 1134, que después quedó en la corona de Aragón, la cual se separó de la de Nabarra a la muerte de Alfonso I.

Eneko Del Castillo nabarlur.blogspot.com


Esta territorialidad, fue  reclamada y ratificada internacionalmente de nuevo en el laudo arbitral de Londres de 1177, conocido como “Division of Kingdons of Navarre and Spain”. 

En la misma, la representación nabarra ante el rey inglés -que hace de árbitro-, reclamó la devolución de los territorios invadidos en aquellos años por Castilla de: “Cudeio –bahía de Santander-, Monasterio (Rodilla), Montes de Oca, valle de San Vicente (La Riojilla), valle de Ojacastro (Rioja Alta), Cinco Villas (Siete Villas de Anguiano), Montenegro (Cameros), sierra de Alba hasta Agreda (Soria) y las tierras comprendidas entre esos puntos y Nabarra…”. 

Es más, el rey de Nabarra, hacía referencia a que era el Pueblo el que quería ser parte del reino baskón, ya que el emisario del rey argumentaba en su nombre, que Sancho VI era rey como su padre por “la fidelidad de sus moradores naturales”.


LA RECUPERACIÓN DE LA NABARRA OCCIDENTAL


En enero de 1367, se pactó en Libourne que Carlos II de Nabarra y Eduardo el príncipe “negro” de Gales (príncipe por tanto de Inglaterra y de Baskonia continental-Aquitania), defenderían a Pedro I el Cruel en su derecho a heredar la corona castellana. 
A cambio, Pedro I prometió la devolución de Alaba, Gipuzkoa y La Rioja a Nabarra; Bizkaia fue prometida, sin embargo, al príncipe de Gales por su apoyo. 

El otro aspirante, era su hermanastro por parte de padre, el hijo bastardo de Alfonso XI de Castilla, Enrique II apodado "El Fraticida" y el de Trastamara.


En el libro “Nabarra en su vida histórica” (1929), Arturo Campión comentaba: “Tras Libourne, Carlos II en Kanpezo recibió prácticamente la misma oferta de Enrique y 20.000 dobles de oro”. Se le asignaron a Carlos II de Nabarra las villas y castillos de Tolosa (Mendikute), de Segura, de Mondragón, de Oiartzun (Beloaga), Hondarribia y “Sant Sebastián” (la Mota), además de Getaria y Motriku, cuyo tenente será el Sr. de Huart (Amezketa).


Carlos II liberó parte de la Nabarra Occidental, haciéndose fuerte en Vitoria, Logroño, Salvatierra-Agurain, Santa Cruz de Kanpezu y en Gipuzkoa durante 5 años (1368-73), con el beneplácito del Pueblo que se levantó con él; además contaba con la ayuda de alabeses y gipuzkoanos de las familias de los Oñaz, Lazkano, Murua, Berastegi, Beltrán Belaz de Gebara - familia del último tenente nabarro de la Nabarra Occidental y señor de Oñate-, los Amezketa y otros.


En la Enciclopedia Auñamendi, se explica la situación y se aclara que, Carlos II también quería Bizkaia y todos los territorios históricos del reino: 

“La entrevista de Carlos II de Navarra y Pedro IV de Aragón con motivo de las luchas con Castilla se celebró en Uncastillo en agosto de 1363. Aragón había sido derrotado en el tratado de Murviedro celebrado en julio del mismo año. Ahora navarros y aragoneses suscribían un tratado secreto para repartirse el reino de Castilla si llegaban a conquistarlo. A Navarra se le entregaría el occidente de lo que había sido reino vasco, es decir, Castilla la Vieja, Soria, Agreda, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Aun así y todo, el rey de Aragón prometía al de Nabarra el viejo territorio de Jaca y su comarca. Esto, en el caso de que el rey de Navarra diese muerte o apresase al de Castilla”.

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LA INVASIÓN DE 1512 Y LA RECLAMACIÓN DE LA TERRITORIALIDAD NABARRA

Toda la Nabarra peninsular fue conquistada en un largo proceso que duró casi cinco siglos (1054-1524). 

Tras la conquista de Alta Nabarra (1512) y, aprovechando la muerte de Fernando II de Aragón “el Falsario” (1516), el Pueblo nabarro se alzó varias veces con su nuevo rey Enrique II “el sangüesino” a la cabeza. 

Enrique era nabarro, euskaldun y educado según el Derecho Pirenaico conforme a Fueros. Lo explicamos con más detalle en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/06/el-ultimo-jefe-de-estado-euskaldun.html


Henrike o Enrique II rey de Nabarra “el sangüesino”, mandó a su secretario Miguel de Olite escribir los derechos de Nabarra sobre territorios, villas y señoríos, lo que hizo en media docena de cuadernos. 


La edición parisina de "L'histoire du Royaume de Navarre" de 1596, argumentaba que la Nabarra al sur de los Pirineos debía ser devuelta porque "les Roys d’Espagne l'ont usurpé" a "ses legitimes Roys".


Miguel de Olite hizo un balance de todo el reino y propuso “hacer probança” de cómo el reino comprendía: “Guipúzcoa, Bizcaya y Alaua y mucha parte de Rioja hasta el olmo de Burgos (…) como las sepulturas que antiguamente los reyes de Navarra tenían en Nájera y otras ciudades y villas que hoy en día parecen las armas de Navarra, así como en Logroño y en otro lugares, que de poco acá se han borrado”.

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La madre de Enrique, Catalina de Foix, la última reina de Alta Nabarra dijo: "Mis estados llegan en parte desde el mar de Occidente y desde Fuenterrabía hasta el mar del Mediodía, y confines del estado de Rosellón están pegantes a los reinos de Castilla y de Aragón, conteniendo los montes Pirineos…".

Sebastian Münster, Basilea 1614



Incluso la parte conquistada en 1512 (Alta Nabarra), al no ser disueltas sus Cortes, reclamaron la devolución de gran parte de la Nabarra Occidental. El 20 de junio de 1516, una embajada Nabarra fue a Bruselas (Bélgica), para entregarle al Emperador Carlos V de Alemania y de Las Españas desde ese mismo año tras la muerte de su abuelo Fernando "El Falsario", el cuaderno de agravios del reino, corona hispana que en realidad era de su madre Juana "la Loca", recluida por su enfermedad mental en palacio-castillo de Tordesillas durante 46 años por su abuelo e hijo

Entre las cuestiones a reclamar estaba la devolución de Gipuzkoa y Alaba conquistadas en 1200, así como los Arcos y la Sonsierra Nabarra conquistadas entre 1463 (las tierras hoy alabesas y riojanas de Rioja Alabesa, Bernedo-Arana, Avalos y San Vicente de la Sonsierra, además de Salinillas de Burandón en Las Conchas de Haro):

"Otrossy, como el reyno de Nauarra ha seido y es reyno por si e tiene por si su chançelleria y antiguamente solian seer del dicho reyno la prouincia de Guipuzcoa e tierra de Alava y por special la villa de Los Arcos con sus aldeas y supplicamos a su magestad que a su dicho reyno de Navarra agua esta seynalada mercet y tierras lugares sobredichos mande vnir con Nauarra y sean incorporados y aggregados para siempre a la juridicion y chancelleria del reyno de Nauarra, pues el reyno es tan pequeño de si".





REYES DE FRANCIA Y DE NABARRA

Por el Norte, el nieto de Enrique II “el sangüesino”, el Bourbon Enrique III de Nabarra, al convertirse en IV de Francia por herencia de su padre, comentaba que su “Disjoint et separé de notre maison de France”, es decir, proclamaba la separación de ambos Estados. 

Banderas de los tres Estados de la corona de Nabarra,
para más información: https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/01/andorra-o-el-miedo-de-hablar-del-reino.html



Al principio de su coronación como rey francés, Enrique dejó claro la separación del reino de Nabarra y Bearne de Francia en documentos como el de 1607 (Parlament de Paris A.N. Registre X1A-8646 Fº 43). Toda le explicación la damos en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/los-borbones-no-sen-reyes-de-nabarra-ni.html


Será el hijo de Enrique III, llamado "el gascón", “el bearnés” o “el nabarro”, Luis XIII de Francia, educado por Richelieu, el que no aceptó ser “príncipe de Biana” y por tanto no fue aceptado como rey de Nabarra por las Cortes, por lo que terminó tomando el parlamento de Nabarra que se reunían en la iglesia de Donapaleu, así como el del Bearne que se reunían en Pau, lo que acabó con la soberanía del reino baskón sobre territorio alguno en 1620, tras 1000 años de soberanía.




DURANTE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

Aun así, durante la Revolución Francesa de 1789, los nabarros decidieron no participar en Versalles en los Estados Generales del reino de Francia por considerarse reino o Estado aparte, no reconociendo así el Edicto de Unión de 1620, alegaron su soberanía y por tanto su independencia. 

Parlamento de Nabarra y el Bearne, 
castillo de los reyes de Nabarra (Pau)

Los representantes de Nabarra, encabezados por el síndico Etienne Polverel, se presentaron finalmente en París, pero no acudieron a la Asamblea Nacional francesa cuando se constituyó ésta, pues estimaban que su presencia sería “un acto de adhesión a los derechos de la Asamblea Nacional, como una renuncia de Nabarra a su Constitución, a su independencia”. 

El historiador Xabier Irujo, tradujo el discurso de Polverel. El síndico se extendió ante la Asamblea de París en torno a veinte principios o argumentos principales, de los que los 12 primeros eran:

1.- Nabarra es una nación libre y soberana.

2.- Solo la nación es soberana y sus derechos están condensados en las leyes fundamentales del Reino (los Fueros).

3.- El Reino de Nabarra no fue fundado ni por conquistadores extranjeros ni mediante la usurpación de la soberanía. Los nabarros siempre han sido un pueblo soberano y libre.

4.- El Reino de Nabarra es un estado independiente desde hace mil años.

5.- El Reino de Nabarra es un estado dividido en dos por conquista.

6.- A pesar de ello, Nabarra nunca ha perdido su independencia y no forma ni ha formado parte de los reinos de Castilla o de Francia.

7.- Sus reyes no responden al título de Reyes de Castilla o Reyes de Francia.

8.- Las armas del Reino de Nabarra se deben utilizar en los sellos, en la moneda y en cualquier otro documento público del Reino (el pueblo que acuña su propia moneda es soberano).

9.- Los nabarros no son ni franceses ni castellanos.

10.- La soberanía del Reino de Nabarra reside en la nación, representada por su parlamento, las Cortes o Estados Generales de Nabarra. En virtud de la Memoria, los Estados Generales eran los únicos, verdaderos y legítimos representantes de la nación.

11.- El rey es solo el administrador de los bienes de los dominios del Reino, que pertenecen a la nación y por tanto no están sujetos a ningún mal fuero ni a dominio señorial o feudal.

12.- En consecuencia, ni el rey ni ninguna potencia extranjera tiene derecho a enajenar, unir o regalar en todo o en parte, las propiedades y el territorio del Reino.



DURANTE LA OCUPACIÓN IMPERIALISTA DE NABARRA

La historia del reino de Nabarra, es un continuo hasta el presente. Así, durante el primer Alzamiento foralista de 1835, se quiso dar desde las Diputaciones a Tomás de Zumalakarregi, General de las tropas vasconabarras
, la corona de Nabarra como Tomás I. Incluso desde el bando liberal, se seguía hablando del reino de Nabarra y de su territorialidad con el alzamiento de León Iriarte y Pablo Barricart. 

Para más información, se puede leer el artículo "Carlistas e independentistas": https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/01/carlistas-e-independentistas.html


Entre 1873 a 1876, se creó un pleno "Estado Federal Vasco Carlista” con las cuatro “provincias”, con todas las atribuciones de un Estado: monedas acuñada en Oñati, sellos, Tribunal de Justicia o deuda pública propia, con un centro de comunicaciones en Baiona (Lapurdi), tras el consentimiento del gobierno francés, y, finalmente y lo más importante, con un ejército de 24.000 soldados que lo defendía. 

Con la formación de un Estado nabarro pleno, Carlos IV de Nabarra (sería quinto si contamos al príncipe de Biana, pero que en realidad nunca reinó), buscaba el reconocimiento internacional a su corona que nunca se produjo. Fue una pequeña brisa de libertad después de varios siglos desde que se perdió el Estado soberano de Nabarra.

Llama la atención la alusión al rey como C VII, y aún más significativo, que no aparezca la palabra "España" o "Las Españas-Hispania"



El militar liberal del partido republicano federalista de Pi y Maragall, Serafín Olave (Sevilla 1831-La Rioja 1884, de padre alto nabarro), escribió en 1883 un libro de título "Reseñas históricas y análisis comparativo de las Constituciones Forales de Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia", en el mismo se decía: 

"Navarra está dispuesta a admitir una libre reincorporación de los territorios de La Rioja, vascongadas y la Sexta Merindad de Ultrapuertos (hoy francesa), que antes fueron navarros; constando ya que, en algunos de ellos, existe la patriótica tendencia a tan fraternal y conveniente unión, cuando las circunstancias lo permitan". 

Olave era Diputado por Alta Nabarra y pedía una confederación de repúblicas de Nabarra.


En todos los mapas cartográficos internacionales (franceses, ingleses, italianos, españoles etc.), éstas son las fronteras políticas aceptadas para los baskones o nabarros, tal y como se puede comprobar en “Mapas para una nación” de J.M. Esparza (edit. Txalaparta 2011).

Chorographie des royaumes d`Aragon, de Navarre, et de la Province de Biscaye [Material cartográfico] / dirigée par Mr. Philippe censeur royal (1787)

EL GOBIERNO DE EUZKADI, HIJO DE NABARRA

Monzon, Irujo y Agirre


Los representantes del último gobierno soberano que tuvimos, aunque fuera sobre un territorio minúsculo entre Legutiano en Alaba y Bizkaia, al que llamaron Euzkadi primero y Euskadi con "s" después (https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/07/euskadi-vs-euskal-herria.html), una vez conquistado por los fascistas españoles-italianos y alemanes, en 1940 en Londres en plena Segunda Guerra Mundial y constituidos como “Consejo Nacional Vasco” presidido por Manuel de Irujo, redactaron un anteproyecto de Constitución para la Nabarra peninsular. Esta Constitución en su artículo 5º, declaraba como unidad territorial del Estado de Euzkadi por el Sur, el del reino histórico de Nabarra: 

"(…) Sus límites son: al Norte los Pirineos y el Golfo de Vizcaya; al Este el río Gallego; al Sur el Ebro hasta Gallur y la divisoria de las aguas entre las cuencas del Ebro y Duero a partir de Moncayo en toda la extensión de ambas vertientes; y al oeste el Cabo de Ajo (Peña Cantabria en Santander)”. 

Era por tanto “Euzkadi” en aquél entonces, un primer intento de crear un nuevo Estado a modo de República vasconabarra, con una única definición del territorio nacional y partiendo del reino baskón de Nabarra, del que sería su sucesor.


En 1962, el bizkaíno Federico Krutwig en “Vasconia”, era clarividente cuando decía: “No cabe duda de que históricamente considerando, el futuro Estado libre vasco deberá comprender al sur de los Pirineos y al norte los territorios que correspondieron a la corona Navarra y Ducado de Vasconia (…) soberanías que en su origen son las mismas (…).

La reinstauración de la Navarra histórica, desde el Garona a la cabecera del Duero, desde Santander hasta la Maladeta (Benasque, Huesca)”.

Encabezamiento del texto del Aberri Eguna de 1965:
"HOMBRES LIBRES EN LA PATRIA LIBRE", lema de los Infanzones nabarros.
Final: GORA NABARRA=GORA EUZKADI AZKATUTA 



CONCLUSIONES

Como dicen los historiadores del libro “Historia de Euskal Herria” Rafael López, Joseba Agirreazkuenaga, Román Basurto y Rafael Mieza: 

“Si bien tradicionalmente la historiografía ha considerado como imposible que en la Edad Media surgieran conciencias nacionales ni sentimientos nacionales por el escaso desarrollo que presentaban entonces las estructuras políticas, económicas e ideológicas, últimamente tal consideración va perdiendo terreno a favor de una nueva concepción de los fenómenos de identidad colectiva nacionales cuyo nacimiento se tiende a datar cada vez más en fecha más temprana (siglos VIII y IX). 

En el caso de Vasconia, esta nueva aproximación al problema del nacimiento de las primeras entidades políticas basadas en la existencia de una conciencia grupal encuentra una perfecta adecuación con la aparición en las fechas apuntadas del Ducado de Aquitania (y Baskonia) y el Reino de Pamplona (o Nabarra)”.

El Pueblo baskón se dio desde la Alta Edad Media su propio Estado, institucionalizó su poder y logró mantener su territorialidad. Ese Estado, llamado ducado de Baskonia primero y reino de Pamplona y de Nabarra después, el cual fue roído por los diferentes Estados imperialistas que lo rodeaban. 


Ninguno de los jefes de Estado de Baskonia o Nabarra, ha renunciado a ninguno de sus territorios y tampoco lo ha hecho el Pueblo sobre el que se vertebraba. 

Este Estado, era el paraguas político de un Pueblo que tenía una lengua nacional o “lingua navarrorum”, aunque también se expresaba en otras lenguas romances. Esa lengua nacional creó el nombre de Euskal Herria con el que podemos identificar a todo el Pueblo baskón. Es decir, Euskal Herria no es un territorio estanco sino que su suerte ha ido paralela a la del Pueblo baskón y a la del Estado baskón de Nabarra.


Si nos retrotraemos en el ovillo de la historia, podemos decir que el término de Euskal Herria es lingüístico y aplicable en el siglo VII a todo el territorio del ducado de Baskonia y en el siglo XI al Estado baskón de Nabarra, y que su territorio se ha ido reduciendo hasta siete de los territorios en los que fue dividido el reino de Nabarra, demarcaciones políticas impuestas finalmente por el imperialismo franco-español donde se habla actualmente; más en el Bearne, Estado separado y coaligado después a Nabarra bajo un mismo rey o corona.

Pero, incluso desde un punto de vista cultural y étnico, la pervivencia de su unidad, aparece según se rasga la superficie y se profundiza en las raíces de sus gentes. 


Durante la Edad Media, está documentado el término "nabarro" o "nafarra" con el mismo significado de euskaldun o vascoparlante, para pasar en el siglo XII a tener un significado nacional con Sancho VI el Sabio (1150-1194), independientemente del idioma que se hable, la cultura que se tenga o la religión que se practique: el euskera, el gascón-bearnés, el occitano, el romance nabarro, el castellano, el hebreo, el árabe, el mozárabe u otros, ya seamos paganos, cristianos, judíos o musulmanes o no creyentes, todos con nuestras múltiples culturas, todas ellas igual de nabarras.

Nabarra es el Estado del Pueblo vasconabarro. Nabarra ha tenido y tiene un reconocimiento internacional muy superior a Euskadi y a Euskal Herria. 


El Pueblo que existe es el que resiste, el Pueblo resiste es porque existe. El territorio que finalmente consiga liberar nuestro Pueblo del imperialismo para reactivar nuestro Estado, será continuación de Baskonia y de Nabarra, Estados de Euskal Herria, entonces será cuando nuestros jefes de Estado -en nombre del Pueblo al que representan-, podrán marcar y pactar nuestras nuevas fronteras.