EL CARLISMO HOY


EL CARLISMO HOY


Aitzol Altuna Enzunza



“¿Cuándo se estudiará con amor aquel desbordamiento popular que transcendía de toda forma? ¡Cuántas cosas cabían en los pliegues de aquel lema: ¡Dios, Patria y Rey!... Lo encasillaron y formularon y cristalizaron, y hoy no se ve aquel empuje profundamente popular; aquella protesta contra todo mandarinato, todo intelectualismo, y todo charlamentarismo, contra todo aristocratismo y centralización unificadora. Fue un movimiento más europeo que español, un irrumpir de lo subconsciente en la conciencia, de lo intrahistórico en la historia. Pero en ésta se empantanó y al adquirir programa y forma, perdió su virtud. ¿Para qué seguir escribiendo de un momento intrahistórico que sólo vemos con prejuicios históricos? Quédese para otra ocasión”. Miguel de Unamuno (En entorno al casticismo, O.C. III, pp. 301 y 302).


LA RESURRECCIÓN DEL PARTIDO CARLISTA: AUTOGESTIÓN

Tras desaparecer como partido durante el la dictadura del General Franco, entre 1970 y 1972 se refundó el Partido Carlista (PC) y desapareció por completo el anterior Comunión Tradicionalista, excisión que había convergido con los falangistas. 

El carlismo retomó su ideario "Dios, Patria, Fueros y rey", se reorganizó en los “Congresos del Pueblo Carlista”, significativamente en Arbona (Lapurdi), ya que en 1968 el dictador había expulsado al nuevo pretendiente carlista e hijo de Javier, Carlos Hugo de Borbón y Parma, por pedir la unificación de Alta Nabarra, Bizkaia, Gipuzkoa, Alaba y La Rioja en Valvanera (patrona de La Rioja) y por una entrevista en la que comentó, entre otras cosas contra el delfín nombrado por el caudillo Francisco Franco: “Ahora entiendo por qué Franco eligió a Juan Carlos como sucesor”.


En estos congresos se materializó el cambio ideológico del carlismo hacia un socialismo autogestionario y la conversión del Partido Carlista en un partido de masas sí, pero federal y democrático que aspiraba a una monarquía socialista basada en el pacto entre la dinastía y el pueblo. 

Línea que dentro del carlismo ya había abierto el pretendiente Jaime III en la etapa anterior (conocidos entonces como “jaimistas”), inspirándose en la doctrina social de la Iglesia Católica derivada del Concilio Vaticano II, renovando su foralismo en clave confederal.


“No se trata de renunciar al término "Tradición". ¿Quien va a negar ahora que Arizmendiarreta, fundador del cooperativismo guipuzcoano fuera tradicionalista?¿Quien va a negar que en él subyace un socialismo cooperativista? Joannot de Haraneder.

Arizmendiarreta en plena guerra civil, colaboró con dos revistas nacionalistas, Eguna y Euskadi, y militó en el PNV. Estas actividades le llevaron a la cárcel, donde permaneció mes y medio hasta que fue absuelto de todos los cargos en 1937.

La tendencia más a la izquierda del partido (Fuerzas Activas Revolucionarias Carlistas) celebró su propio Congreso en enero de 1972, en el mismo se habló de una “Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas, incluyendo en el término Ibéricas, además de los pueblos sometidos al Estado Español, los territorios peninsulares sometidos al Estado Portugués y los territorios vasco y catalán sometidos al Estado Francés. Tal Federación debe formarse en un proceso de integración voluntaria de los diferentes pueblos, y debe entenderse como un primer paso y un medio hacia un mundo socialista (…) Se reconoce por tanto el principio de autodeterminación de los pueblos” .


DE NUEVO EL TRADICIONALISMO-INTEGRISTA

La derecha del carlismo se separó de nuevo del Partido Carlista y los elementos tradicionalistas del carlismo se reorganizaron en el "Congreso de la Unidad Carlista" celebrado en 1986 en San Lorenzo de El Escorial –Madrid- refundando como Comunión Tradicionalista Carlista (CTC), nombre que retoman de la etapa anterior de la que se proclama heredera y continuadora de su historia, doctrina y pensamiento monárquico y político fuera de la línea oficial del carlismo. 

Esta formación actualmente no reconoce a ningún pretendiente dando por zanjada esta cuestión y aceptando a Juan Carlos I-Felipe VI, los reyes impuestos por el último dictador Francisco Franco. En una purga, expulsaron del partido a los cuadros franquistas e integristas que se habían incorporado al mismo 1996.


JURRAMENDI o MONTEJURRA

La Batalla de Montejurra o Jurramendi fue el 7 de noviembre de 1873, la guerrilla carlista ganó al ejército liberal causándole el doble de bajas y mantuvo el control de Estella-Lizarra hasta el final de la guerra. Desde entonces, Jurramendi se convirtió en símbolo del carlismo y todos los años celebran una romería. 


Tras la muerte del dictador F. Franco (1975), el príncipe Sixto de Borbón, hermano del pretendiente Carlos Hugo, apoyado por elementos de origen franquista, intentó organizar un carlismo de extrema derecha alternativo al Partido Carlista que se había inclinado, en su opinión, hacia la izquierda. 





Contaba para ello con una fuerte colaboración de la neofalangista Fuerza Nueva, llegando sus seguidores a ejecutar un atentado contra los carlistas fieles al pretendiente Carlos Hugo en la concentración anual del carlismo en 1976 en Montejurra-Jurramendi, donde se conmemora anualmente la batalla que tuvo lugar allí en 1873, en lo que comúnmente se denominó como los "sucesos de Montejurra" y que se saldaron con la muerte a balazos de dos carlistas y varios heridos por ultraderechistas españoles, franceses, italianos e incluso argentinos infiltrados por el Gobierno español y que poco tenían que ver con el carlismo. 


Con este brutal atentado, el Gobierno español quiso detener el resurgir de un carlismo autogestionario y de izquierdas. Los detenidos, como el ex comandante del ejército español Jose Luis Marín García Verde, pasaron unos pocos meses en un cuartelillo y después fueron amnistiados en 1977.

El Partido Carlista tenía 8.500 militantes en 1977, no pudo participar en las primeras elecciones al parlamento español por no llegarle el reconocimiento a tiempo que obtuvo incluso el Partido Comunista. En 1977 se aplazó su legalización para descabalgarlo cuando tenía importante base social, en opinión de su máximo dirigente en esos años Carlos Hugo de Borbón y Parma, lo que no impidió que pidiera el voto positivo para la Constitución española de 1978.


LA DISOLUCIÓN DEL CARLISMO

Sin embargo, una parte importante de los militantes y simpatizantes del partido optaron por entrar en movimientos nacionalistas vascos, catalanes y regionalistas de izquierdas. 

En las elecciones generales de marzo de 1979 el PC obtuvo 50.552 votos (el 0,28%) y quedó sin representación parlamentaria. El propio Carlos Hugo se presentó por la recíen creada Comunidad Foral Navarra obteniendo 19.522 de los votos, el 7,7%, quedándose sin escaño por unos mil votos. En la también recién creada Comunidad Autónoma Vasca (CAV) el carlismo obtuvo tan solo el 0,65% de los votos.

El Partido Carlista dejó de acudir a la mayoría de los procesos electorales por falta de fondos y militancia. Carlos Hugo I dimitió de su cargo en 1979 y causó baja en el Partido Carlista en 1980 tras la derrota electoral, aunque sin renunciar a sus derechos dinásticos a la corona de España.

“El carlismo, por su concepción de un Estado plurinacional, muy próxima por consiguiente a los planteamientos de la mayor parte de los partidos autonómicos, puede aportar una visión política de la sociedad de futuro, para articularla desde abajo con una democracia más directa y con la aplicación del principio de subsidiariedad” Carlos Hugo de Borbón y Parma, pretendiente carlista.

EL FINAL

Comunión Tradicionalista Carlista obtuvo 25.000 votos en toda España en sus candidaturas al Senado en el año 2004 y 45.000 votos en sus candidaturas al Senado en las elecciones generales de 2008 también en toda España, pero apenas tuvo votos en la CAV y CFN. 

El “Tradicionalismo” tendría como puntos centrales el cuatrilema: “Dios, Patria, Fueros, Rey":

1ª España, o mejor, las Españas, son un conjunto de pueblos dotados de peculiaridades históricas, culturales, institucionales, políticas y jurídicas, unidos por dos lazos: la fe en el mismo Dios y la fidelidad al mismo Rey.

2ª Por ser la verdad revelada superior a las actividades volitivas o a los extravíos intelectuales de la criatura racional, la Religión católica, apostólica, romana se halla por encima de toda discusión. La Comunión Tradicionalista recaba la gloria de las Españas en su función secular de brazo armado de la verdad católica.

3ª Como encarnación de las varias Tradiciones aunadas en la Tradición común de las Españas, los Fueros de cada Reino, Principado, Señorío o Provincia cobrarán vigor completo, atemperados a las circunstancias de nuestra época. Asimismo se instaurarán los fueros orgánicos de las instituciones sociales que lo requieran.

En el 2010 murió  Carlos Hugo y dejó sus derechos dinásticos en manos de su hijo Carlos Javier, lo que supuso el mazazo definitivo para el movimiento carlista como partido de masas.



EL CARLISMO HOY

El carlismo de izquierdas es partidario de la “capilaridad”, de la potenciación del poder de los municipios incluso de los barrios en “Auzolan”, el respeto a la idiosincrasia de los pueblos y las realidades históricas de la corona española que tenían su máxima referencia en los Fueros o derecho pirenaico, tanto nabarros como aragoneses y de los diferentes territorios que configuraron ambos reinos o Estados.

El carlismo de izquierdas actual se declara laico, federal-no monárquico y continúa electoralmente como Partido Carlista (PC). Tras participar en la creación del partido comunista español “Izquierda Unida” (1986-87) se salió de la coalición y desde diciembre de 1991 funciona como una federación de partidos (en coherencia a su propuesta como estructura política para España), a la que está federado en CFN y CAV el Partido Carlista de Euskalherria / Euskal-Herriko Karlista Alderdia (EKA), con el lema "Libertad, Socialismo, Federalismo y Autogestión". 

Inicialmente fue denominado por influencia de la terminología aranista "Euskadiko Karlista Alderdia" que sustituyó al quedar “Euskadi” como nombre para una autonomía española dada por Madrid a la Nabarra Occidental.


“En la larga lucha por la recuperación de las Libertades, se ha acudido según los tiempos, a lemas o principios con cuyo apoyo se pensaba iba a ser posible alcanzarlas. Primero fueron los de Dios, Patria, Rey, después fueron los de Dios, Patria, Fueros y Rey y actualmente Libertad, Socialismo, Federalismo y Autogestión”. Partido Carlista de Euskalherria / Euskal-Herriko Karlista Alderdia

En el año 2000 comenzó un proceso de reconstrucción del partido y se presentó a las elecciones municipales de 2003 en varios municipios nabarros, obteniendo representación en unos pocos ayuntamientos. En las últimas elecciones españolas del 2008 EKA obtuvo poco más de 2.000 votos. En 1998 fue uno de los partidos y asociaciones firmantes del Pacto de Lizarra-Estella junto con el nacionalismo vasco, y en 2005 se pronunció en contra de la Constitución Europea.

Lizarra-Estella, el gran bastión carlista

“Nosotros no hemos fracasado. El fracaso es de toda la sociedad. Los fracasados son Uds. que creen en esa Europa que nos están vendiendo. Una Europa hecha a espaldas de los pueblos que la componen. La Europa de los mercaderes y la burguesía más reaccionaria.

Nosotros creemos en una Europa nacida de la cesión del derecho que nos corresponde como pueblo. Tampoco admitimos ni admitiremos las concesiones de un único Estado Europeo. Somos nosotros quienes dotamos al Estado de su soberanía política a través de nuestras instituciones. Somos nosotros como vascos quienes la cedemos al Estado Español y en consecuencia al Estado Europeo” (“Nosotros los carlistas” Eudo E.K.A. Bizkaia).