MARTXA A MALMASIN 2007: CONTEXTO HISTÓRICO

MARTXA A MALMASIN 2007

Aitzol Altuna Enzunza


El monte Malmasin estaba ya poblado en la Edad de Bronce sobre el año 1.000 a.C. Fue en el siglo III a.C. cuando pasaron a vivir sus pobladores a media ladera hacia Arrigorriaga, a Finaga, donde existe una necrópolis y un templo posterior sobre el que siglos después se edificaría una ermita cristiana, aún hoy en pie.



Bajaron estas gentes de Finaga-Malmasin y las de Begoña a repoblar la ribera del río Ibaizabal-Nervión alrededor de la iglesia de San Antón, construida en el siglo XII sobre la base de un castillo nabarro y su puente románico llamado “puente del castillo”, ambos derruidos y vueltos a construir en el siglo XIV.

Los pobladores de este lugar llamado Bilbao que era el puerto de Begoña, según privilegio, se regían por el fuero dado por los reyes de Nabarra. Son el puente y la iglesia que aparecen en el escudo de Bilbao.

Bilbao, puerto de Begoña.
Dibujo que se encuentra en la Iglesia de San Antón y presenta el origen del asentamiento anterior a 1300.

Puente de San Antón


Las más antiguas iglesias y ermitas de Bizkaia son de estilo románico (XI-XIII), arte introducido desde Leire por el rey navarro Sancho III el Mayor (1004-35) mediante la reforma cluniacense, arte plenamente nabarro y origen de muchos de los actuales municipios bizkaínos.

Bilbao antes de 1300 y en esa fecha

Tras la conquista castellana, el felón Diego López de Haro, dio de nuevo carta de villa a Bilbao en 1300. La historiografía española toma ésta como la fecha de la fundación de Bilbao, eliminando de un plumazo los siglos de historia y de libertad anteriores a la conquista:

“(...) Yo Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, en uno con mi hijo D. Lope Díaz y con placer de todos los vizcaínos hago en Bilbao de parte de Begoña, nuevamente población y villa que le dicen en Puerto de Bilbao (...)”.

En la época en que se fundó el puerto de Bilbao por Nabarra, en Malmasín existía otro castillo nabarro, era una de las fortalezas de control del paso comercial y defensa de territorio bizkaíno. Controlaba el llamado “camino de Etxebarri” que unía la capital bizkaína, Bermeo, rica en pescado, con la meseta por Orduña, usando la conocida históricamente como “Ruta Juradera”, que llegaba a Galdakano por Legina o por Artola y atravesaba el cordal del monte Ganguren, con su derruida ermita románica de Santa Marina, y que bajaba a Etxebarri para cruzar el Ibaizabal por el puente de los Leguizamon hacia las faldas de Malmasín.


En Malmasin se unía este camino con el que subía desde barrio bilbaíno de la Peña por Ollargan, ya en Arrigorriaga, atravesando el hoy parque público de Mehatzeta-Montefuerte, y que partía de Castro Urdiales para discurrir por la ancestral ruta hacia Balmaseda y Bilbao, usado en sentido contrario como Camino de Santiago. Por tanto, el castillo de Malmasín, controlaba un nudo importante de caminos comerciales y el Camino de Santiago primigenio, el de la costa.

El camino medieval y quizás romano entre la costa de Bermeo y Orduña por Galdakano-Etxebarri. En realidad, la que también conocemos como ría de Bilbao, se llamó Ibaizabal y no Nervión hasta mediados del siglo XIX, siendo éste último en realidad un fake, tal y como comentamos en:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/02/el-nombre-del-rio-nervion-es-un-fake.html


El 18 de septiembre de 1173 Alfonso VIII, rey de Castilla, atacó el reino de Nabarra, retomó el intento de conquistar toda Nabarra de sus antepasados. Aprovechó la muerte del tenente Don Bela Ladrón de Gebara, conde de Bizkaia y una de las familias más importantes de Nabarra con alcázar sobre Bermeo, en Zarragoitxi.

Contó para ello, con la ayuda de la familia de los López de Haro, anteriores señores bizkaínos, traidores expulsados del reino nabarro por su venta a Castilla a cambio de tierras y títulos en la recién ocupada zona de Haro – Rioja Alta, reino de Nabarra-.


El rey nabarro, Sancho VI el Sabio, propuso un pacto a Alfonso VIII, el sometimiento de la disputa al rey de Inglaterra. Alfonso aceptó, el laudo arbitral es del año 1177, está firmado en Londres y es llamado “Division of Kingdons of Navarre and Spain”.

Este laudo vuelve a reconocer la territorialidad Nabarra, incluida toda la Nabarra Occidental donde se encontraba la fortaleza de Malmasin, defendida por su tenente (gobernador) nabarro, Pedro Belaz, del ejército de ocupación castellano, que no fue devuelta pese al Tratado Internacional firmado por el rey castellano y la “fidelidad probada de sus moradores naturales” a Nabarra, argumentada en el laudo por Sancho y sus emisarios que se expresaban en euskera, en la “lingua navarrorum”.


Malmasín será usado por Castilla como punta de lanza en la conquista militar de la Nabarra Occidental que acabó en las Navidades del año 1200 con el asedio de 9 meses y la toma de la villa de Vitoria-Gasteiz, en contra de la voluntad probada de los nabarros occidentales, incluidos los bizkaínos, a seguir siendo nabarros, y a pesar de las tropas mandadas por las Cortes de Nabarra a finales del siglo XII para reestructurar y defender el territorio, encabezadas por el caballero Sancho de Galdakano junto con sus familiares, que construyeron una maraña de casas torre y puentes en la comarca, además de la iglesia Andra Mari de Galdakano del barrio Elexalde (donde está enterrado Don Sancho), el mejor arte románico, por tanto nabarro, de Bizkaia.

El origen de Bizkaia y su unión al reino de Nabarra

Precisamente esta comarca en la que nos encontramos, existe la leyenda que sitúan al primer Señor de Bizkaia en el siglo IX, en una batalla muy cerca de aquí.

El rey Alfonso III de Asturias quiso guerrear con los bizkaínos para subyugarnos y mandó a su hermano Ordoño a la cabeza de su ejército. Pero los bizkaínos no teníamos un dirigente de noble cuna según los asturianos y por eso Ordoño no quería comenzar la batalla. Los bizkaínos nombramos como buruzagui para la batalla a “Jaun Zuria”, de origen incierto.

La confrontación tuvo lugar en Padura sobre el año 870, desde entonces es conocida la comarca como Arrigorriaga, “lugar de las piedras rojas”, por la sangre derramada en el campo de batalla según esta leyenda.

La batalla la ganamos los bizkaínos, que perseguimos a los invasores asturianos hasta el árbol Malato en Luyando (una encina), a 2 leguas de Arrigorriaga, donde los guerreros clavaron sus armas.


Una tradición oral parecida da cuenta de otra batalla en la comarca de Lea-Artibai en el siglo X, en la pequeña anteiglesia de Ibaibaso, en la que los bizkaínos habríamos infligido una severa derrota a los "franceses" (a los francos lógicamente), desde entonces este pueblo se llamará Gizaburuga, "lugar de los hombres sin cabeza".

Estas tradiciones orales con etimologías fantasiosas, explicarían en realidad la independencia durante esos siglos de los bizkaínos, unidos bajo buruzagis para la guerra, al caer el ducado de Baskonia en la anarquía al Sur pirenaico ante la presión franca (principalmente) y asturiano-goda, que da lugar el reino independiente “de Pamplona”, llamado por Sancho VI “de Nabarra” a mediados del siglo XII, cuando ya todos sus habitantes euskaldunes eran conocidos como "nabarros".


Las primeras noticias escritas de Bizkaia son de finales del siglo IX y apuntan en el mismo sentido. En las crónicas neogóticas de Alfonso III de Asturias, en el año 886, es cuando se nombra por primera vez a Bizkaia ("Biscai" escribe), junto a Alaba, Orduña, Alaone (quizás Aiala), Berrueza, Deio y Pamplona, para afirmar que estas eran "tierras poseídas por sus moradores".


El primer conde de Bizkaia fehacientemente datado es del año 920, se trataría de Munio o Manso López, natural de algún lugar del Urdaibai, que se casó con Belazquita, hija del rey nabarro Sancho I Garcés y doña Toda Aznar, y que estaría enterrado en Aretxabalagane, cerca de la iglesia juradera, por tanto ya dentro del reino de Nabarra. En 1040 con Eneko (Iñigo) López Ezkerra, el condado nabarro pasa a llamarse también “señorío”.

Bilbao, cristalera del Campo Bolantín 26


Por tanto, Bizkaia era una unidad política libremente adherida al Reino de Pamplona-Nabarra, la cual a finales del siglo XII seguía siendo Nabarra por la “fidelidad probada de sus moradores”, base de cualquier democracia, frente a la conquista y el imperialismo totalitario castellano-español.



SOMOS NABARROS PORQUE NUNCA HEMOS RENUNCIADO A SERLO
Y PORQUE NO QUEREMOS SER OTRA COSA.

LOS PRESENTES MOSTRAMOS AQUÍ Y HOY NUESTRA FIDELIDAD A NUESTRO ESTADO DE NABARRA Y RECHAZAMOS SER OTRA COSA QUE NO SEA NABARROS.