LA CASTILLA DE NABARRA, EUSKALDUN DURANTE 1000 AÑOS

LA CASTILLA DE NABARRA, EUSKALDUN DURANTE 1000 AÑOS


Aitzol Altuna Enzunza


El historiador español Ramón Menéndez Pidal comentaba que las crónicas leonesas decían de los castellanos viejos que “hablaban tan mal que parecía vascones”.


La explicación de la configuración y evolución histórica de la Castilla baskona de Nabarra la hemos dado en este artículo  https://lehoinabarra.blogspot.com/2022/12/la-castilla-de-nabarra-baskona-y.html. Intrínsecamente relacionado con ello, ahora explicaremos desde cuándo y dónde se habló euskera en Castilla e incluso hasta qué fechas aproximadas.


No se puede hablar del euskara en La Rioja o Burgos sin hablar de José Juan Bautista Merino Urrutia (Ojacastro 1886-Getxo 1982), este incansable investigador riojano, demostró cómo el euskara llegó a ser lengua común hablada en la actual provincia de La Rioja y el norte de Burgos, hasta una línea cuyos hitos se fijan en Villavelayo (La Rioja, alto Najerilla en la sierra Cebollera), Mansilla (cerca de Burgos capital, al norte, sobre el río Arlanzón),Viniegrade Arriba (sierra de Cameros), Brieva de Cameros, Villanueva de Cameros, Laguna de Cameros y Enciso. La Tierra Cameros está en La Rioja, frontera Soria, cerca y al Oeste de la Sierra de la Demanda o de Arandio (entre Burgos y La Rioja) y de Picos de Urbión (entre Soria, Burgos y La Rioja). 

J.J. B. Merino Urrutia en su libro “El vascuence hablado en Rioja y Burgos”, comentaba que “El vascuence se habló tardíamente, por lo menos en toda la Rioja alta, la Bureba y cercanías de Burgos, corriéndose también por la montaña de Valdelaguna, del partido judicial de Salas de los Infantes (…)".

Atapuerca-Ibeas de Juarros, Valdelaguna (o quizás Santo Domingo de Silos como vamos a ver) y Mansilla, marcan la frontera sur del euskera en la Castilla de Nabarra


Fray Justo Pérez de Urbel (Pedrosa del Río Urbel 1895- Valle de los Caídos 1979) en su obra "Los vascos en el nacimiento de Castilla", marcó la frontera del euskera algo más al sur aún: "La vasconización es fuerte en toda la zona oriental hasta los alrededores de Burgos, y se advierte también hacia el occidente, si vamos a juzgar por la toponimia; los nombres de Vascones, Vasconcillos y Villavascones que se observan en la circunscripciones de Lerma (es lo más al sur donde se observa este topónimo), del Duero y en los valles cercanos al nacimiento del Ebro, indican una colonia primitiva procedente de Vasconia. 

Un documento de 945 nos ha conservado la lista de un gran número de vecinos de un pueblo llamado Villa Vascones, recientemente fundado, en la ribera del Arlanzón, "in susurbio Vurgos", y da la casualidad que todos o casi todos son vascos (…). El pequeño río de Silos lleva en los documentos del siglo X el nombre indudablemente euskérico de Ura, y así seguirá llamándose hasta el siglo XVIII". Por tanto, el euskera estuvo presente incluso algo más al sur de lo que señalaba Merino Urrutia.


El euskera sería el idioma mayoritario en la Castilla de Nabarra en el siglo X y más si cabe en el siguiente, con Sancho III el Mayor y su hijo Sancho Garçés el de Nájera.

Se habló euskera en Castilla en las comarcas hasta donde llegó la soberanía de Nabarra: Merindades-Castilla Vieja, la Bureba, en la cuenca del río Arlanza como Urbel, Riojilla burgalesa hasta la Sierra de la Demanda, pero también en Trasmiera (hoy Cantabria), en el nacedero del río Ebro entre Palencia y Cantabria actuales y en algunos otros lugares más como vamos a ver.

El origen de Castilla unido al condado entonces mucho más grande e importante de Alaba, baskón y libre del imperio musulmán, lo explicamos en este artículo:  https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/alaba-y-los-castillos-origenes-de_5.html


¿DESDE CUANDO SE HABLA EUSKERA EN LA CASTILLA DE NABARRA?

Sobre la cuestión de determinar desde cuándo se habló euskera en estas comarcas, J.J. B. Merino Urrutia señalaba que en La Rioja, en Castilla Vetula y Trasmiera, en la zona de los antiguos autrigones hasta Atapuerca, hubo repoblaciones, seguramente con bizkainos y sobre todo alabeses en esos siglos IX-X según Merino Urrutia, al que apoyaba el conocido antropólogo J. Caro Baroja (Madrid 1913-Bera 1995): 

"Es indudable que el uso de la lengua vasca en la Rioja y Burgos, que pudo durar hasta el siglo XV o XVI como mínimo, se debió a la repoblación vasca de los siglos X y XI, repoblación que supuso simplemente un refuerzo en el uso de la lengua vasca, que era originaria en aquella zona".



Jabier Sainz Peonzaga en el libro “El euskera en la Ribera de Navarra” (Ed. Pamiela -2002-), señalaba que "los habitantes seguían siendo euskaldunes y la vasquidad anterior a la ocupación asturiana y musulmana (muy breve), que no desplazó el euskera, al menos en Rioja Alta y las comarcas de Castilla mencionadas”.

Pero, podemos adelantar documentalmente la presencia de baskones al siglo VII, así, en el año 650 Beamando biógrafo de San Amando, dijo: “que la antigüedad llamó vaceos, y que ahora llamando por el vulgo vascones, se entrega demasiado por un extravío de tal manera que se entrega a los augurios a todo error incluso adora ídolos en vez de a Dios. Ahora bien, esta pueblo vive disperso por los montes de los Pirineos por lugares escabrosos e inaccesibles y, confiados en su manera ágil de luchar, ocupaban con frecuencia los territorios de los francos” (Vita Amandi ed. Mon-Germ Hit. Script re. Merov. V 443). 

Es decir, en el año 650 en esta comarca antigua de los vaceos (Palencia e incluso más al Oeste como se ve este artículo: http://xn--mozodieldesanchiigo-b4b.es/?page_id=451), los que vivían en esa región eran gentes del ducado de Baskonia, los cuales y sin lugar a dudas, en esos siglos eran euskaldunes. 



Los Vacceos o Vaceos estaban al Oeste de los Autrigones, aunque en esa época los autores son muy imprecisos con los territorios que ocupaban los pueblos prerromanos de Iberia, sí se puede afirmar que se referían a territorio de lo que será después el condado de Castilla.
La comarca más al Sur donde se hablaría euskera en la Edad Media, estaría probablemente cerca de la actual ciudad de Soria en Garray (nombre euskaro, poblado sobre la antigua Numancia celtíbera). Sobre el euskera en Soria Alta antes del imperio romano y en Soria capital en la Baja Edad Media hasta Garray, hablaremos en otro artículo por ser muy extenso el tema.


Este hecho es confirmado por Tajón, obispo de Zaragoza entre el 651 y el 680, en una carta dirigida a Quirino obispo de Barcelona, cuando comenta como "los vascones (antes llamados vacceos) degüellan a los que empeñan ministerios eclesiásticos”.  

Era de la misma opinión el historiador español Ramón Menéndez Pidal (La Coruña 1869-Madrid 1968) en su conferencia del III Congreso de Estudios Vascos en el año 1923, quien aseguraba que el euskera llegó hasta los Vacceos de Tierra de Campos. Se trata de la comarca llamada Campos Góticos por los asentamientos de godos en el siglo V, de donde partieron muchas de las "razzias" godas contra los baskones.

Al otro lado del Pirineo, el cronista del emperador franco Carlomagno (742-814) llamando Eginardo, comentaba exactamente lo mismo: “Amplió... ciertamente el reino de los Francos... Ya que, sin anteriormente este se limitaba a la parte de la Galia que se extiende entre el Rhin y el Loira, y el Poniente y el mar baleárico, ya parte de Germania… él, mediante las guerras referidas, se anexionó Aquitania y Baskonia y toda la altura del monte Pirineo, y hasta el río Ebro, el que naciendo en territorio de los nabarros y tras discurrir por los fertilísimos campos de Hispania, se derrama en el mar baleárico bajo las murallas de la ciudad de Tortosa; luego toda la Italia…”. 
Aunque, la anexión de Baskonia hasta el río Ebro al reino franco estuvo muy lejos de producirse, fue más bien una aspiración imperial, sobre todo, tras la conocida derrota de Orreaga-Roncesvalles el 15 de agosto del 778 de las tropas francas de Carlomagno a manos de los baskones de ambos lados del Pirineo encabezados por el duque Sancho I Otsoa, tal y como explicamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/03/baskones-contra-francos.html


LA COMARCA DE LOS AUTRIGONES PRERROMANOS

El historiador y antropólogo Eduardo Martínez Aznar, en su libro “El euskera en La Rioja” (2011) que incluye la riojilla burgalesa (comarca de Belorado), señalaba aún más sobre el euskera en la región: 

“…la existencia de un amplio conjunto toponímico y onomástico vasco medieval en todo el territorio autrigón, y que al igual que en el caso riojano, es bastante difícil que haya surgido de una repoblación tardía y apresurada (...). Por diversos indicios podemos dar por segura la pervivencia del euskera en la Rioja hasta finales del siglo XV época en la que el castellano se asienta definitivamente”. 

El doctor en filología Luis Mari Mujika Urdangarin (Lizartza 1939-Donostia 2017) en su trabajo “La euskara en la toponimia de Burgos” (1992), también era partidario de esta hipótesis: 

“Pérez de Urbel (en un primer momento), Ig. Ormaetxebarria y el filólogo L. Mitxelena (con algunas reticencias) han pensado en el carácter, más bien, tardío de la presencia de la lengua vasca durante la reconquista de tierras yermas a los árabes, expulsados al sur en la Edad Media, por parte de los cristianos del norte. Nosotros nos hemos apuntado, durante mucho tiempo, en pro de esta hipótesis, pero hoy nos parece digna de consideración la posibilidad de que ciertos núcleos de habitantes en territorio autrigón tuvieran contingentes de hablantes eúskaros”.



La Castilla primigenia al Oeste del río Ebro, estuvo apunto de recibir el nombre de Bardulia, ya que éste fue su primer nombre antes de el árabe Al-Quilá (los castillos), en relación a la denominación de los pueblos euskaros prerromanos, al creer que eran los bardulos los que lo habitaban, probablemente por ser euskaldunes sus habitantes en esos siglos alto medievales más que por su procedencia (Bardulia: actuales Gipuzkoa centro-oriental, Alaba centro-oriental y parte occidental de Alta Nabarra, ver mapa). 

Aunque ésta era una equivocación erudita, ya que eran tierras de los autrigones prerromanos, entre los cuales se han hallado dos estelas con dos teónimos en euskera en las actuales Artziniega en el valle de Ayala (Alaba) Vinumburus y en Otañes (Castro Urdiales) Umeritana.
 

EL EUSKERA EN CASTILLA DE NABARRA


Menéndez Pidal al hablar sobre las glosas de Silos (Burgos) y de San Millán de la Cogolla (La Rioja), comentaba la presencia del euskera por comarcas: “son riojanas o navarras, lo mismo que las glosas emilianeneses (…) tienen otros rasgos suyos que también son navarros (...). Tal fue la importancia de esta inmigración de vascones en lo que iba a ser el condado de Castilla: que ciertas partes, en Ezcaray y Ojacastro, por ejemplo, un dominio casi exclusivo; en otras en Valdegobia, en Valpuesta, en Alcedo, en Tobalina, en Haro, en Grañón y sus cercanías, una influencia preponderante; en toda la parte oriental del condado, casi hasta las puertas de Burgos, y por el sur hasta la región de Salas de los Infantes, una fuerza que dejara honda huella en la vida castellana". 


El propio Menéndez Pidal, comentaba que encontramos infinidad de documentos en la Alta y Edad Media en los que aparecen nombres toponímicos claramente en euskera, lo mismo que antropónimos en la frontera de Burgos con Alaba y La Rioja como en Briviesca, Frías, Oña, Poza de la Sal, Trespaderne, Monasterio de Rodilla, Arconada, zona Oriental de Cantabria, Valles de Mena, Villarcayo, Valdevieso, Manzanedo, Losa, Espinosa de los Monteros, Tobalina y Pancorbo. 


TOPONIMIA EN EUSKERA EN LA CASTILLA DE NABARRA

J.J. B. Merino Urrutia señalaba que el uso del euskara en algunas poblaciones riojanas y en las cuencas altas de los ríos Tirón (Haro-Cihuri-Cuzcurrita-Ochánduri-Cerezo del Río Tirón-Belorado), Oca (Briviesca-Bureba) y Arlanzón (pantano de Uzquiza-Ibéas de Juarros hasta Burgos capital), queda confirmado por la toponimia.
Luis Mari Mujika Urdangarin en el mencionado trabajo, tras analizar el registro del siglo XIX del Museo Provincial de Historia de Burgos sobre propiedades de la tierra así como el Catastro del Marqués de la Ensenada, reunió 1.150 topónimos vascos:
"Curiosamente, en la Bureba, y en tierras de Oca y Juarros, la toponimia euskérica es enormemente más escasa. Sin duda, es la región de Pradoluengo (en los montes de Oca a 40 kilómetros al Este de Burgos capital y a 12 kilómetros al sur de Belorado), Garganchón (una pedanía de Padroluengo), etc., el núcleo de máxima intensidad de la toponimia menor euskérica en la sierra de La Demanda o Arandio, en la parte burgalesa. 
Tal toponimia, especialmente, es intensa en la comarca citada, junto a Ezcaray, y en los aledaños de los ríos Oja y Tirón, disminuyendo, de forma clara, más hacia occidente. Incluso, la toponimia menor de la Demanda resulta mucho más abundante que la de ciertas tierras más al norte, próximas a la Rioja Alavesa, como Haro, Cenicero, etc. Ezcaray y la Demanda burgalesa son núcleos de máxima intensidad, aunque, geográficamente, sean tierras más meridionales que las de Haro, Santo Domingo de la Calzada, o bien, la Bureba burgalesa".

En el pueblo de Atapuerca (“ata” es paso o portillo en euskera), se llama incluso hoy en día a sus vecinos de Agés (Arlanzón) “los nabarros”. Los pueblos de alrededor tienen nombres en euskara como: Alarcia, Herramel, Urrez, Uzquiza, Froncea, Galarde, Zalduendo, Ochavro, Cuzcurrita, Ibeas, Juarros (zugarro, olmo), ríos Arlanza y Arlanzón o el propio Agés.
Olmo es "zuhar(o)” en euskera, de donde se deforma en Juarros, topónimo del lugar a 3 Km de Atapuerca, Ibeas de Juarros: “El lugar se denominaba Ebeia, según los especialistas, es una voz de origen vasco, euskérico, derivada del vocablo Ibai-a que significa lugar junto al río o simplemente Vega. Eso sería etimológicamente Ibeas, un lugar junto al río. Más tarde - aparece por vez primera en 1032- se le añadiría el nombre común de Juarros, también derivado del vasco Zubarro o Zugarro que significa olmo” http://www.sierradeatapuerca.com/pueblo.html.


En el caso de la Bureba, donde tenemos topónimos tan euskéricos como Oña, hay quien quiere ver en él el nombre de una deidad autrigona prerromana de "Vurovio" encontrada una ara votiva en Barcina de los Montes y que se conserva en la iglesia de San Salvador de Oña. 
Pero, no aparece documentada la región en la Edad Media como Bureba hasta el siglo XIII, siendo los primeros nombres documentados claramente euskéricos o pronunciados por una población euskaldun: Villa de Orobi (863), Boruevan (año 867), Borovia (975), Borova (1054), Boroviam (1106), Borovie (1156), Buruva (1169), Voroviam (1198), Burueva (1230), Borueva (1237) y también Borovie. 
Por tanto, la deidad y el topónimo pueden ser euskéricas, y el nombre va adaptándose desde el euskera al romance castellano como tantas otras veces como vamos a ver.

VUROVIO
L(ucious) CASSIUS
FLACCUS
V.S.L.M.

(Fotos: zaleza.blogspot.com)

Un breve listado de esta toponimia en euskera en la Castilla de Nabarra:
Besaya (cerca de Torrelavega –Cantabria), Ubiarco (cerca de Santillana del Mar, Cantabria), Orena (cerca de Santillana del Mar, Cantabria), Iliana (monasterio de Santi-illana, Cantabria), Oiza y Barcena (entre Santoña y Laredo, Cantabria), Arce (Piélagos, Cantabria, entre Torrelavega y Santander), Selaya (Cantabria, al sur de Santander), Arredondo (Cantabria, en el interior de Laredo), Reinosa (nacedero del Ebro, “Larreotza”), Escalante (Cantabria, cerca de Santoña), Otañes (Cantabria, cerca de Bizkaia).
Aguayo, Garoña (Valle de Tobalina, Burgos), Escaño (Villarcayo), Mena, Amaya (Burgos, nacedero del Ebro), Salazar (“Sel viejo”, Villarcayo y un apellido famoso), Urrez (Burgos, cerca de Atapuerca), Mencilla (Burgos, cerca de Atapuerca), Urquiz (abedul), Basconcillos de Tozo (Burgos, nacedero del Ebro), Basconcillos (raíz “baskón” muy extendigo en el nacedero del río Ebro), Basconcillos de Muño, Bascones de Zamanzas (Burgos, nacedero del río Ebro), Bascuñana (Burgos, cerca de Belorado, “La riojilla”), Bascones (Burgos, entre Covarrubias y Lerma), Báscones de Ojeda (nacedero del río Ebro, Palencia), Báscones de Valdivia (nacedero del río Ebro, Palencia), Bascones de Agua (Burgos), Bascuñuelos (valle de Tobalina, Castilla Vetula), Villabáscones de Sotoscueva (cerca de Espinosa de los Monteros), Villabascones de Bezana (nacimiento del río Ebro), Arantiones (Burgos, nacedero del Ebro), Munilla (nacedero del Ebro), Bezana (Burgos, nacedero del Ebro y en Cantabria al Oeste de Santander), Matasutxa, Aizola, Garrula (Burgos, cerca de Belorado), Besgas, Bela (cuervo en euskera, apellido de origen alabés), Barciña, Ameyugo (población y castillo al Oeste de Miranda de Ebro, Burgos), Arraya de Oca, Bizkar (Montes de Oca, al Oeste de Miranda de Ebro), la Bureba, Metolabarrena (Burgos), Oña (al pie) etc.

El estudioso de la toponimia de la Bureba y máximo experto en la misma, Rufino Gómez Villar, en su libro “La comarca de Belorado; toponimia y antroponimia" (-2005-), señala al respecto: “el hecho indiscutible es que los primeros documentos conocidos que hacen referencia a la zona – siglos VIII, IX y XV- notifican ya la existencia de una sociedad en la que habían cristalizado rasgos idiomáticos vascos”.

Rufino Gómez Villar en este libro nos aporta muchos más topónimos para Burgos:
Nombres de pueblos: Arraya, Cerratón, Ibeas, Zalduendo, Galarde, Uzquiza, Urrez, Ezquerra, y algunos otros menos claros: Turrientes, Puras (tal vez un derivado de ura, por ser la característica más definitoria de este lugar la abundancia de manantiales), Eterna (documentado como Heterrena en 945), etcétera.
Bosques y otros fitónimos: Bagaza, Ayago, Bagadia, Vallaricha, Ezquerrarana, Arcea, Urrecia, Urracia, Sagastia, Aranguna, Valdizarga, Iraza, Anábiza, Esquiza, Ezquízago, Esquijarana, Ezcarreticia, Escarna, Urquidia, Urquiza, Orquiza, Orquízalo, Ezcarro, Amezia, Juarros, Masoa, Basua, Basandia, etcétera.
Prados y pastizales: Larraederra, Larrabota, Larrea, Larriana, Larrabera, Remendia, Larruanda, Larreguna, Larralda, Rabidea, etcétera.
Fuentes: Lurias, Landeleturria, Leturrias, Turrioza, Turbero, Torroberias, Las Turrieldes, Turraldea, Cañagaiza, Chartequeturria, Iturrioz, Turibero, Turrungaña, Berrungaña, Maceturri, Chiquiturria, etcétera.
Peñas y salientes rocosos: Rózola, Lejarte, Chúrguina, Lasártigo etcétera.
Vallejos: Arangurnia, Arangutia, Circoaraña, Cortarana, Ezquerrarana, Muñarana, Arrearana, Cañarana, Arana, Alticuarana, Sotarana, Aliarana, Gutillarana, Libardearana, Mujeraña, Esquijarana, Chaviscuarana, Zunzunarana, Susarana, Chibilliarana, etcétera.



ALGO MÁS QUE UN IDIOMA
En el artículo anterior hablábamos de que en esta Castilla de Nabarra está documentada hasta el siglo XVIII la pervivencia del derecho foral pirenaico o nabarro (su estructura política asamblearia y legislativa) e incluso la cultura baskona con el paloteo "a la nabarra" de Belorado https://lehoinabarra.blogspot.com/2022/12/la-castilla-de-nabarra-baskona-y.html.


Aún más, la propia toponimia nos da pistas de una sociedad muy similar a la de cualquier otra parte del ducado de Baskonia primero y del reino de Nabarra después, comenta Rufino Gómez:
"(...) De la penetración psicológica del vascuence en la sociedad medieval que ocupó las tierras del Tirón y el Urbión, también las del Oja y las de la cabecera del Arlanzón, dan fe los nombres de pagos que hacen referencia a la cruz: Crucialda, Cosoros, Corociga, Curzaraña, etc. (en estos puntos era costumbre, hasta hace unos años, colocar cruces de madera destinadas a la protección de los sembrados) y, más aún, los que se remontan a un tiempo en el que permanecían vivas las creencias en personajes mitológicos como Mari y las lamias, considerados hasta ahora exclusivos del área administrativa vasco-navarra: 
Anderiturri (San Vicente, año 1145), Marichinea (Pradoluengo), Marichicua (Pradoluengo), Mariota (Tosamos), Marijeño (Santa Cruz), Mari Señora (Tosamos), Laminturri (Espinosa del Monte en el valle de San Vicente, año 945 cartulario de San Millán de la Cogolla), Lamicuturre (Santa Cruz), etc. Sorprende además la supervivencia de étimos relacionados con el fenómeno tardío de la brujería: peña Churguina (Rábanos)".





EL AVANCE DE LA CASTILLA ROMANZADA
En este trabajo, Rufino Gómez Villar nos explica cómo, cuando en esta Castilla de Nabarra fue penetrando y expandiéndose el castellano o proto-castellano, éste convivió durante muchos siglos con el euskera del que se fue nutriendo, lo mismo que de su cultura: 
"(...) La corrupción es de una gran riqueza y variedad. El olvido progresivo de la lengua entre unas gentes que no escribían deformó los vocablos, eliminó sílabas, creó híbridos y buscó en el castellano equivalencias sonoras que explicaran términos cuyo significado se había perdido (...).

Castillo de Herrán en las Merindades
 INFOGRAFÍA: Arqueohistoriatriskel Jesús Pablo Domínguez Varona. En el mismo, observa la presencia del euskera en topónimo somo Peña-Bera

Casi irreconocible parece el proceso seguido por un arrilucea que ha evolucionado hasta dar roncea. Las grafías erróneas pueden llevar a la equivocación como en los numerosos derivados de larra: La Rea (Larrea), La Rabera (Larrabehera), La Rabidea (Larra-bidea), (L)Arrearana, etc., hasta llegar a un caso de ultracorrección documentado nada menos que en el siglo XIV. Se trata del nombre de un monte, conocido hoy como Remendía, que un escribano real puso, en el siglo XIV, como Ruy Mendía. El afán ultracorrector del autor le llevó a transcribir, entre otros, vocablos como La guilleza por el genuino Cabeza Eguilaz o Ziharla por Ciárrula.
La progresiva degeneración lingüística convirtió en nombres propios lo que no fueron más que vocablos genéricos utilizados por el sistema descriptivo de la toponimia: La Bizcarra, La Lucea, La Cruz de la Olaria. Fijémonos para terminar en el caso excepcionalmente rico de la evolución de un zarracitas convertido por la labor demoledora del tiempo en un hagiónimo imposible, San Asitas".

Bascuñana en la Bureba

Sigue Rufino su trabajo concluyendo esta parte de las adaptaciones fonéticas de una toponimia preexistente en euskera al romance castellano diciendo: "Por último, merece la pena anotar las simples traducciones -Vallejo la cueva por chovaharan, el campo de San Juan por San Juan de Zaballa, valloca por ocarana y, más recientemente, el anabial por anabiza, son algunos ejemplos- y la sustitución de vasquismos por formas castellanas cercanas a la comprensión de las gentes: "el reventón", nombre moderno de un valle documentado anteriormente como muñarana".

Incluso hoy en día, es reciente la desaparición del euskara en el vocabulario castellano de la zona: “algunos términos actuales, de uso no general en castellano, que confinados en una inexistente diccionario de dialectología confirmarían la pretérita influencia del vascuence en el habla de la zona: ezcarro: arce, Anabia: arándano, mocha: tronco pequeño, zarra: picote, charramiga: rosal silvestre, gazuza: hambre; zarria: gente ordinaria; ¡Aida!: ¡Arre!, y otros menos trasparentes”.

SAN VICENTE, EL ÚLTIMO VALLE EUSKALDUN



Expone Rufino Gómez Villar el caso del valle burgalés de San Vicente (se puede ver su localización en el mapa superior), donde la toponimia en euskera es más extensa: "En el valle subsiste todavía un buen número de labrantíos y montes, comunitarios en jurisdicción y aprovechamientos de pastos y forestales de las aldeas que lo constituyen y los pueblos limítrofes. Hoy forman parte de esta vieja comunidad de valle las pequeñas localidades de San Vicente, Santa Olalla, Espinosa del Monte, Villagalijo, San Clemente y Ezquerra, que se estructuran administrativamente en dos ayuntamientos asentados en San Vicente y Villagalijo (...) 

Adheridos a la piel de este nicho geográfico sobreviven las más viejas esencias de un comunitarismo apenas desarticulado y con ellas elementos vascos variados y, por supuesto, muy valiosos: chaburtun, ironda, arnangutia, valdigurena, chivilliarana, larruanda, martíncelaya, ubarra, landeleturrid, garaldea, garatia, bedarcula y muchos más.

Los nombres en euskera de la toponimia y de los firmantes de documentos de los siglos VIII al XVI en la comarca, son tremendamente frecuentes, lo que no deja lugar a dudas sobre la existencia de población euskaldun".



CONCLUSIÓN

El historiador y antropólogo Eduardo Aznar Martínez en su trabajo titulado "El panorama étnico-lingüístico medieval a la luz de la toponimia", habla sobre la toponimia en La Rioja, Merindades y riojilla burgalesa concluyendo:

"Una vez terminado este apresurado recorrido por la geografía del espacio meridional y occidental de lo que fue el reino de Sancho el Mayor, sólo nos resta decir que hoy por hoy no cabe la menor duda de que a comienzos del año 1000, el euskera era en gran medida el eje vertebrador de la población del territorio en cuanto a comunicaciones humanas se refiere, y de que no existe ni un solo lugar dentro de este vasto y complejo territorio que carezca por completo de restos onomásticos, toponímicos o léxicos derivados de aquella realidad social, en la actualidad tan fuertemente deteriorada".

Por tanto, gracias al ducado de Baskonia y su sucesor el reino de Pamplona-Nabarra, el euskera se habló en estas tierras de Castilla al menos durante 1.000 años, desde el siglo VI al siglo XVI.