LA ARMADA DE LA NABARRA MARÍTIMA

LA ARMADA DE LA NABARRA MARÍTIMA 

Aitzol Altuna Enzunza


Maqueta de un barco nabarro elaborado por Mikel Laburu apartir de una sello donostiarra de 1297
Aquarium de Donostia-San Sebastián



Los marinos nabarros ya navegaban por todo el mundo conocido antes de la conquista inglesa y castellana de la Nabarra marítima, como lo demuestran diferentes libros comerciales de Brujas de 1200 y los barcos en el puerto egipcio de Alejandría descritos por Benjamín de Tudela en el siglo XII. 



"Biskayers Platz. Brujas. En esta plaza estuvo ubicada la Domus Cantabrica, sede del Consulado de los Vizcainos en Brujas, en su solar actualmente se encuentra la “Europa College”.

Pendón del consulado de Bilbao del siglo XVIII
Casa de la nación vizcaína en Brujas (Bélgica)
Historia de Euskal Herria Lur

Maqueta del consulado de Bilbao en el Itsas Museoa

Para el siglo XII, cuando toda la Nabarra marítima fue ocupada militarmente por Aquitania- Inglaterra (1174-1193) y Castilla (1176-1200), la flota Nabarra era hegemónica en el Cantábrico, y la armada la componían marineros voluntarios de Lapurdi-Baiona, Gipuzkoa, Bizkaia y Castro Urdiales-Laredo-Santoña.

Costa nabarra en el siglo XI, de Baiona hasta el castillo de Cudeyo en Santander
Mapa de principios del siglo XVIII

La condesa Aquitania y duquesa de Gascuña Leonor, estaba casada con el rey de Francia, pero se divorció para volverse a casar en segundas nupcias con Enrique de Plantagenet en 1152, el cual era conde de Anjou, Mainey, Turena y duque de Normandía (hoy territorios franceses). Enrique de Plantagenet, a través de su madre, tenía derechos sobre la corona inglesa, usurpada por su tío, por lo que invadió Inglaterra con tropas mayoritariamente normandas y se hizo coronar rey de Inglaterra en 1154, comenzando el llamado Imperio Angevino. 

Evolución constructiva de los barcos de la Nabarra marítima
Bandera usada tras la conquista de 1200 



Aquitania se sentía fuerte con su alianza inglesa y volvió a la invasión de Baiona y del resto de la Baskonia Citerior que seguían dentro del reino baskón de Nabarra, pues como dejó escrito Alfonso I “el Batallador” a su muerte en 1134 reinaba: “desde Belorado hasta Pallars y desde Baiona hasta Monreal (Teruel)”. 

"Carpinteria de ribera", Aquarium Donostia-San Sebastián

El hijo de Leonor y Enrique II, Ricardo “Corazón de León”, recibió de su madre Aquitania y Poitou. Para Ricardo el ducado de Gascuña incluía la Baskonia Ulterior (Gascuña) y la Citerior. Lapurdi y su vizconde nabarro cayeron en 1174, pero se mantuvo la resistencia nabarra unos años más, incluida Baiona. Ricardo “Corazón de León” separó Baiona del resto del vizcondado de Lapurdi ese año, pasando la capital labortana a Ustaritz, donde se celebrarán los Biltzarres o Juntas Generales hasta su abolición en 1798. Tras una fuerte lucha que duró casi 10 años, Baiona sucumbió definitivamente a las tropas aquitano-inglesas. 


Berenguela de Nabarra


El pleito sobre el ducado de Gascuña y sobre todo de la Baskonia Citerior, se intentó resolver mediante una boda. La hija de Sancho VI “el Sabio” de Nabarra (1150-1194), Berenguela, se casó con Ricardo “Corazón de León” durante la Tercera Cruzada en Chipre.


Encabezaba su ejército aquitano-inglés el obispo de Baiona, Bernardo de Lacarra, y fue transportaba la tropa por marineros baioneses y labortanos en general. Berenguela residió en Poitiers, fue reina de Inglaterra, duquesa de Normandía y condesa de Anjou. Nunca pisó Inglaterra pues su marido murió en 1199 y cedió todos sus derechos a favor del hermano de Ricardo, Juan “Sin Tierra”. 



La paz final entre nabarros y aquitano-ingleses trajo la separación de lo que se llamará “Baja Nabarra” de Lapurdi en 1193, poco antes había sido separada de Lapurdi la tenencia de San Sebastián y toda la comarca del río Oria (1180) por el rey de Nabarra Sancho VI “el Sabio” que fundó la villa marinera de San Sebastián-Donostia.






José María Lacarra en su libro “Historia del Reino de Navarra en la Edad Media” asegura que con Sancho VII “el Fuerte”: “En la frontera de Gascuña, inseguramente tenida por el rey de Inglaterra, son muchos los señores vecinos que buscaban la protección de Navarra: el vizconde de Zuberoa, el Sr. de Agramont, el Sr. de Saulta, Hasparren y Saint Peé de Ibarren o la villa de Urt en Lapurdi. También el Sr. de Commiges e hijo del Sr. de Pallars”.

Sancho “el Fuerte” dejó el reino en manos de su cuñado Ricardo, que era el gran rey guerrero de la época, mientras él iba a luchar por tierras musulmanas. Pero poco después, el 6 abril de 1199, murió inesperadamente el rey aquitano-inglés, lo que fue decisivo en la invasión de Alfonso VIII de Castilla de la Nabarra Occidental. 


En el libro “Cuándo éramos navarros” (2012), Iñaki Sagredo explica que en el año 1204 Sancho VII “el Fuerte” que acaba de perder toda la Nabarra Occidental, recuperó a su vuelta Baiona y con ella gran parte de Lapurdi, pues tras la muerte de Ricardo “Corazón de León” parece que el pacto aquitano-nabarro quedó roto. 

Su hermana Berenguela no tuvo descendencia de Ricardo y los nobles no aceptaban a su hermano Sancho como nuevo conde de Aquitania -aunque sí tenía el apoyo de muchos nobles gascones-, lo que quizás subyacía detrás de la boda: la unión de ambas coronas. 

Sancho VII el Fuerte, a comienzos del siglo XIII, firmó un acuerdo con Baiona para que fuera el puerto de salida de las mercancías del cercenado reino de Nabarra. Pese a todo, Baiona alternó este puesto con Hondarribia.

Hondarribia




Sello de Bermeo de 1297 en la Cámara de Comptos de Nabarra


Uno de los aspectos más importantes para que la corona de Castilla y Aquitania-Inglaterra invadiesen la Nabarra Occidental eran sus afamados marineros:

"La solicitud de la flota vizcaína o guipuzcoana por parte de la Corona de Castilla con fines bélicos y la demanda de los ejércitos castellanos de la sobresaliente producción armera guipuzcoana y vizcaína acabaron absorbiendo no pocas de las rentas de la monarquía. Estas circunstancias supusieron una inyección de dinero que desembocó en las manos de mercaderes, armadores, transportistas, artesanos y de otras gentes procedentes del País Vasco, que percibieron cantidades económicas considerables provenientes de la hacienda regia" (Ernesto García Fernández “Teoría y praxis política a finales de la Edad Media” 2013).



Flotas nabarras y del norte de Castilla, fueron las que tomaron Sevilla a los musulmanes españoles o hispanos (1248), Cádiz poco después y también Gibraltar (1309, desde hace 300 años inglés). 

Pero en los puertos de la Nabarra Marítima también se movían otras mercancías. Comenta Iñaki Bazán como desde el año 1260 la presencia de barcos bizkaínos (nombre genérico que abarcaba toda la Nabarra Occidental) en los puertos ingleses, era especialmente intensa, con Dover, Hastings, Hythe, Sandwich y Winchelsea, para incluir a Bristol, Exeter, Londres o Southampton. Transportaban hierro bizkaíno, vino de Burdeos o pastel de Toulouse (tinte) a Inglaterra, y traían de vuelta lana y paños a diferentes destinos, como el Mediterráneo. 

Tenencias de la Nabarra Occidental en el siglo XI, Eneko Del Castillo. Laredo estaba dentro de la tenencia de Colindres y Castro Urdiales en la de Sámano. En su máxima extensión, el reino nabarro llegó hasta Cudeyo en la bahía de Santander. La palabra "cántabro" era equivalente desde el siglo XV a "nabarro" y a la Nabarra Occidental desde el siglo XVI al XIX (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/las-seis-cantabrias-y-los-baskones.html)


En el año 1296 se creó la "Hermandat de las villas de la marina de Castiella con Vitoria", también conocida como "Hermandad de las marismas". Formaban la Hermandad  las villas de Santander, San Vicente de la Barquera, Laredo y Castro Urdiales (no existía la actual Cantabria y las dos últimas pertenecían a las Enkartaciones), Bermeo, Getaria, San Sebastián-Donostia y Hondarribia, además de la villa interior de Vitoria-Gasteiz. 



Cántigas de Santa María de Alfonso X de Castilla escritas en gallego-portugués (1270-1282), el idioma de la Corte y de la cultura

Miniatura 36


Según Iñaki Bazán, "Los objetivos principales de esta hermandad de la marina de Castilla fueron los de defender sus propios intereses comerciales en el Atlántico; garantizar el libre tránsito de mercancías y mercaderes entre los reinos de Castilla y Portugal; y arbitrar soluciones ante los problemas que se planteaban entre los distintos concejos que la conformaban. Pero también se pretendía hacer frente de forma más efectiva a las incursiones piráticas por el Atlántico y evitar las acciones de corso. A partir de mediados del siglo XIV se produciría el declinar de esta hermandad".



Sello de San Sebastián del siglo XIII

La Hermandad de las Marismas llegó a pactar de forma unilateral (sin depender del rey castellano) su participación en guerras o en acuerdos comerciales. Tenían además “patente de corso” para atacar barcos de otras coronas a cambio del “quinto real” (el 20% de lo robado era para las arcas reales castellanas).

"La Navarra marítima" Olaizola y Urzainqui

En 1395, en las “Crónicas de Enrique III”, se consigna que la primera expedición europea a Canarias fue realizada por naves gipuzkoanas y bizkainas. Antes, en 1393, bizkaínos, gipuzkoanos participaron junto con sevillanos en el reconocimiento de las costas de las Islas Canarias y prepararon su posterior invasión.

En las Guerra de los 100 entre Inglaterra y Francia por las posesiones aquitano-inglesas continentales o la Guyena, que incluía Gascuña y Nabarra hasta el Pirineo (siglos XIV-XV básicamente), los labortanos eran contratados a sueldo por los ingleses de los que eran súbditos y los bizkaínos y gipuzkoanos como mercenarios por los franceses, por tanto se veían abocados a luchar entre ellos siendo las principales flotas de esas coronas.


Del mismo modo y de forma unilateral, firmaron los marinos vasconabarros una tregua con el rey de Inglaterra Eduardo I en 1306. En Gran Bretaña se habían instalado los baskones para secar el pescado que capturaban en la zona, por lo que surgieron disputas con los marineros británicos (Ducan Haws). El propio rey de Inglaterra no se fiaba de ellos y tenía 58 naves y 1.140 hombres para combatirlos (piratearlos).

El peor enfrentamiento entre vasconabarros e ingleses se produjo en 1350 cuando 26 de los 40 barcos de mercancías que iban a Flandes fueron hundidos por los ingleses en lo que ellos llamaron la “Batalla de Winchelsea”, pero el relato parece fantasioso pues no existían cañones y las batallas era cuerpo a cuerpo, por lo que era muy difícil hundir un barco.




Tras esta batalla los ingleses acuñaron monedas con el lema “El rey del mar”. Pero la venganza de la marina nabarra debió de ser importante pues el rey de Inglaterra, a la sazón Eduardo III, expidió ese mismo año un breve en Retherter dirigido al arzobispo de Canterbury y de York invitándoles a que en su diócesis se hagan rogativas para aplacar la ira de Dios e imperar la protección contra los vasconabarros que hostigaban sus costas y el comercio rezando de éste modo: "Líbranos, Señor, de la peste de los vascos".


Al año siguiente, la Hermandad de las Marismas y el rey inglés, firmaron en la Torre de Londres 20 años de paz y el primer acuerdo comercial para faenar en aguas británicas, por el cual Inglaterra dejaba mercadear en sus puertos a los vascos a cambio de que éstos no atacaran sus naves. Por tanto parece que la marina de la costa nabarra era mucho más importante que toda la marina inglesa en ese siglo. 

Todavía en 1482 la Junta de Usarraga (Bidania-Goiatz en Gipuzkoa) firmaba un Tratado con Inglaterra donde se disponía que Gipuzkoa permaneciera neutral en una guerra contra Castilla.


En 1439 Carlos VII de Francia creó las compañías reales de ordenanza formados por caballero y soldados de infantería pagados con el dinero de los impuestos, es el origen del moderno ejército de occidente. La corona española no tendrá, según Caro Baroja, una armada o marina de guerra hasta Felipe V (principios del s. XVIII).

Por parte de la ocupación castellana, Fernando II de Aragón o el Falsario, rey consorte al casarse con su prima Isabel, llamado por la Iglesia romana “el Católico”, solicitó a Gipuzkoa en 1481 barcos para crear una armada contra los turcos, a lo que éstos se negaron por “contrafuero”. Finalmente llegaron a un acuerdo con el rey aragonés y 60 de las 70 naves de aquellas batallas fueron gipuzkoanas. Voltaire en su obra “Ensayo sobre las costumbres”, llamó a Fernando de Aragón “el furtivo”.



Desde 1484 existía además un acuerdo desastroso firmado Fernando II de Aragón "el Falsario" –firma como rey de Las Españas desde 1492-, por el que los nabarros costeros de Gipuzkoa y Bizkaia se sometieron a levas forzosas -armar buques y marinos para las conquistas y guerras del aragonés-, a cambio de nuevos caladeros y puertos comerciales, pues se encontraban constreñidos ante tanta hostilidad al libre comercio. Los gastos hasta la embarcación corrían por cuenta de las Diputaciones, y a partir de ahí pagaba la Corona castellana. Cuando no salían voluntarios suficientes, se echaba a suertes, este método causaba tantos incidentes que las Diputaciones crearon una sección especial para la resolución de los conflictos.

Sepulcro de Iñigo de Artieta, con sus donaciones como corsario y pirata, se pudo pagar el retablo en pan de oro del altar mayor de la basílica Nuestra Señora de la Asunción de Lekeitio

Incluso, reinando los Reyes Católicos, se creó la llamada "Armada de Vizcaya" a finales del siglo XV de 900 hombres (Bizkaia en su sentido amplio de toda la Nabarra Occidental). Esta armada de Bizkaia, operaba desde Bermeo, pero comandada por el bilbaíno Juan de Arbolantxa. Contaba con una carraca (la nave principal de 1000 toneladas), 4 naos y una carabela. 

"Escudos de Vizcaya" Ybarra y Bergué


En realidad, solo funcionó como armada profesional durante un año (1492-1493), entre sus cometidos estuvo el de llevar a Marruecos al último rey de Granada, Boabdil, siendo la Armada comandada por el almirante Iñigo de Artieta de Lekeitio. Aún se puede ver en la basílica de la Asunción de nuestra Señora de la villa lekeitiarra, está la tumba de éste marinero.