SOBRE LOS PROCESOS BRUJERILES EN BASKONIA
Aitzol Altuna Enzunza
La inquisición nació en el siglo XII para luchar contra las herejías dentro de la Iglesia Católica, la blasfemia, la brujería, los libros censurados, la homosexualidad y el adulterio. Tomó forma tras una reunión en relación a la secta herética de los cátaros (1184) entre el Papa Lucio II y el emperador Federico “Barbarroja” en Verona.
La Inquisición empezó a incluir la pena de muerte en 1199 con el Papa Inocencio III; las primeras ejecuciones tuvieron lugar en 1200 en Troyes y después en París y Estraburgo, extendiéndose el miedo por todo Europa incluido, y especialmente, el País Vasco, el reino de Nabarra. La Inquisición se constituyó en definitiva y formalmente en 1231 con Gregorio IX y su documento “Excommunicamus”.
El precedente de la Inquisición se puede encontrar ya con Constantino, Emperador romano que hizo del cristianismo la religión del Imperio (año 333) y que buscaba con ello la imposición de esta religión frente a la libertad de culto que caracterizó los siglos precedentes.
La Inquisición se extendió por Alemania y sur de Europa, sobre todo tras la aparición del protestantismo, primero con los dominicos y luego con los franciscanos; entró en Las Españas con los Reyes Católicos, incluido el recién conquistado reino de Nabarra peninsular (1512-24), donde en 1238 hubo ya un pequeño intento de introducción por los reyes naturales del viejo reino.
En Las Españas, su primera sede estuvo en Sevilla y el dominico Tomás Torquemada era su máximo responsable. No había tribunales de la Inquisición en el País Vasco peninsular actual, pero sí en Baiona. Lo que había era comisarios permanentes en muchas localidades vascas desde 1549.
Los siglos XV, XVI y XVII son los de mayor actividad en la caza de Brujas, que tuvo su culminación con las aberraciones y asesinatos cometidos por el religioso jesuita francés e inquisidor bordelense Pierre Lancre, nieto de bajo-nabarros de Juxue, que al emigrar a Burdeos cambiaron de apellido (Rostegi o Rostefuy).
Los primeros casos en el País Vasco:
En 1279 aparece el primer caso de “brujería” en el País Vasco como consta en el Archivo general de Nabarra, al condenar con una multa en Tudela a una mujer por “dar yerbas a otra”.
En 1300 una judía es acusada de hechizos en Biana (Alta Nabarra) y condenada a pagar otra multa; en 1329 en Bastida (Baja Nabarra) son quemadas 5 “brujas” acusadas de “herboleras y envenenamientos”. 1330 dos herboleras son condenadas a la hoguera en Garazi (Baja Nabarra) tras ser juzgadas en Pamplona. El mismo motivo es la causa de la quema de otras dos mujeres en 1334 en Isaba (Alta Navarra).
Hay otros casos similares que afectan a todas las capas sociales en 1338 (Garazi), 1342 (Garris), 1370 (Ilharre), 1415 (Iruña-Pamplona) y 1429 (Doneztebe-Urrotz), todos ellos dentro del Reino de Nabarra. Por tanto, en un principio, no son más que herboleras y comadronas que dominaban la ancestral medicina natural. De hecho, en euskara, bruja se dice “sorgin”, literalmente “hacer crear” (o “hacer nacer”: sor+egin), es decir, no son más que comadronas cuya actividad “misteriosa” entre las mujeres y sus conocimientos de hierbas curanderas, les hacía blanco de las reticencias de beatos que veían elementos ”blasfemos a Dios” en estas actividades.
EL PRIMER PROCESO DE BRUJERÍA GRUPAL: DURANGO
El proceso de 1442 en la zona del monte Anboto (duranguesado), es la primera de quema de Brujas registrado en Bizkaia. 100 hombres y mujeres fueron detenidos y condenados a la hoguera en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y en Valladolid. Trece de ellos fueron quemados en el mismo Durango de un total de 1.500 herejes encontrados. Es un caso atípico, pues son monjes, los cuales se creía que eran de la orden fraticelli de Italia siguiendo al historiador mondragonés Garibay, pero que ahora se sabe lo eran de la “Hermandad del Libre Espiritu” del norte de Europa (Países Bajos, Flandes).
Estaba encabezada esta herejía en Durango por fray Alonso Mella y duró desde 1425 hasta 1445. Pregonaban la pobreza, la no-obediencia al Papa, el amor libre, eran contrarios al matrimonio, no creían en la vida eterna y practicaban la comunidad tanto de bienes como de mujeres.
Se trata de una relectura de la Biblia, propugnaban la vuelta al cristianismo primitivo; atrajeron a numerosos seguidores, sobre todo entre las mujeres y artesanos, pues entre los condenados por herejía había cuchilleros, cintureros, pañeros y tejedores.
Hay pequeños rebrotes hasta las nuevas condenas del 1500. En poco tiempo se hicieron muy poderosos en la zona de Busturia, Aramaiona, Guipuzkoa fronteriza con Bizkaia y duranguesado, donde se convirtió el 20% de la población.
La Iglesia creó alrededor de ellos un mito de herejes, fornicadores y adoraciones paganas, persiguiendo a sus seguidores hasta la muerte; la cruz de Kurutziaga levantada en Durango como advertencia da fe de lo ocurrido.
En el rebrote de 1500 aparece por primera vez documentada la palabra “Akelarre” de la que hablaremos más tarde.
OTROS CASOS EN BIZKAIA Y GIPUZKOA DE BRUJERIA
También en Bizkaia, en 1555, en Zeberio fueron condenadas a la hoguera 21 personas. En 1507 se quemaron en Calahorra 29 brujas vascas, en 1509 hubo otro rebrote en Durango así como en 1517.
En 1466 tiene lugar el primer caso en Gipuzkoa. En 1595 hay constancia de un proceso en Tolosa.
TRAS LA CONQUISTA DE ALTA NABARRA
Tras la conquista de Alta Nabarra (1512-24), los casos de brujería se dispararon. En 1525 hubo dos juicios contra alto-nabarros de la cuenca del Bidasoa, valles de Salazar (Saraitzu) y Ronkal. En 1527 en Alta Nabarra fueron asesinadas por la Santa Inquisición 150 personas de Saraitzu, Aezkoa, Erro, Orreaga e Iruña por el falso testimonio de dos niñas; en 1528, 1530, 1538, 1539 hubo más sentencias.
Estas condenas y quemas ya no son de simples herboleras o comadronas.
Hay que recordar que gracias a su habilidad política y contactos vaticanos, Fernando, llamado por su gente el Católico, logró dos excomuniones falsas contra los reyes de Nabarra, por lo que será conocido por los nabarros como Fernando "el Falsario", es evidente que la excomunión pesaba sobre toda personal que ayudara a les legítimos reyes nabarros.
La primera fue la excomunión “Pastor III Caelestis”, promulgada por el Papa Julio II el 21 de julio de 1512 contra el rey de Francia. Tras ella se proclamó Fernando rey de Nabarra en el territorio recientemente ocupado, pues la conquista y ocupación militar de un reino católico por otro no estaba bien visto por el Vaticano ni por los católicos en general. Lo que parece más probable, es que algún alto cargo eclesial, comprado por Fernando, fuera el redactor de la bula, pues el Papa se hallaba en su lecho de muerte.
"Izeba, zu ere sorgina omen zara, eta
aker-larrean nola ibilten zarete" 1578 Orokieta (Alta Nabarra)
Pero “el Papa” cometió “un error” y no nombró explícitamente en la excomunión a los reyes de Nabarra, Juan y Catalina de Albret o Labrit (aliados de Francia) como pretendía el Falsario, con lo cual Fernando solicitó otra excomunión más adecuada a sus intereses, la cual finalmente se emitió el 18 de febrero de 1513, es la llamada “Exigit contumacium”, donde se decía que el rey de Nabarra era excomulgado por apoyar al hereje rey de Francia Luis XII: “(...) Los referidos Juan y Catalina, (...), como nuevos ministros de Satán, tuvieron la osadía de unirse a dicho rey Luis para ayudar a los cismáticos, y de tomar las armas contra los ejércitos de los citados reyes Fernando y Enrique (rey de Inglaterra), aliados de la Santa Iglesia”. Se trataba de dar legalidad divina a la conquista.
Las divisiones eclesiales también manifiestan un carácter político: tras la caída del reino nabarro la Inquisición hizo un pequeño amago de instalarse en Pamplona, luego en Estella-Lizarra y Tudela, pero terminó instalándose en Calahorra en el año 1521 y definitivamente en Logroño en 1570, desde donde actuó sobre la Nabarra occidental, Alta Nabarra, La Rioja, Burgos y Soria (todas con gente de habla euskera como se puede ver en esta web en su apartado de Cultura) y que formaron el reino de Nabarra. La sede central se encontraba, sin embargo, en Valladolid.
Incluso hubo épocas que desde Baiona, nombrada como sede para controlar las “herejías” de Iparralde, también se actuaba sobre parte del territorio de Hegoalde (el arzobispado baionés se prolongaba por Gipuzkoa y el norte de Alta Nabarra, el antiguo vizcondado de Lapurdi https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/origenes-de-lapurdi-vizcondado-nabarro.html), pero después pasará la sede a Burdeos y dejará de extender su poder por la Baskonia peninsular.
“Talde-sorginkeria, sorginkeria tradizionalen oinarrietan funtsaturiko asmakizuna izan zen, guztiz ez-egiazkoa, ezin gauzatuzkoa eta ezinezko bileretan existitzen ez diren izakietan eutsia.” (441. or.)
XVI-XVII. mendean beste sorginkeri mota bat asmatu zuten: taldean ematen zena dio Juainas Paul Arzak-ek.
Pruden Gartziak labur biltzen du (2023): "Liburuaren hari nagusia historikoa da, alegia, sorginkeriaren kontrako lehen epaiketetatik hasita (1525), tantaz-tanta eta mailaz-maila XVI. mendean zehar izandako kasuen azterketarekin segitu eta 1608-1614 arteko eztanda handiarekin gailurra jotzen duena. Ondoren, XVII. mendean zehar, poliki-poliki itzaltzen doan gaia lantzen da, XVIII. mendean jada de facto desagertutzat ematen delarik, nahiz eta egilearen analisia, izatez, ia-ia gaur egungo testigantzekin amaitzen den
Lehen puntua: sorginen kontrako pertsekuzioak borroka sozial eta politikoen ondorioak dira, edo bestelako faktore ideologiko batzuk eragindakoak? Erantzuna: ez da dudarik kasu askotan borroka sozialek eragin handia izan zutela prozesuetan, adibidez, Nafarroako Bortzirietan eta mugakide den Lapurdiko Xaretan eta inguruan 1608-1614 bitartean gertatu ziren auzietan Urtubia-Altzate jaunaren interesak, edo Urdazubiko monasterioarenak, eragin handi bat izan zutela, baina, galdetu daiteke Arzaken arrazoibideari segituz: horrek esplikatzen du dena? Ez, hori soilik esplikazioaren parte bat da, ez guztia.
Hortaz, beste arrazoi batzuk bilatu behar baditugu, feminismoak ematen ahal digu erantzuna: patriarkatua, hots, emakumearen kontrako zapalkuntza izan zen eragilea, edo eragile indartsu bat. Eta berriz ere Arzak: ados, ez da dudarik emakumearen kontrako zapalkuntza orokorra (patriarkatua) orduko gizartearen ezaugarri bat zela, baina, adibidez, Silvia Federici batek (Caliban eta sorgina, Jakin, 2017) ematen dituen argudioak ez datoz bat gure egoera espezifikoarekin, ez dirudi asko laguntzen digutenik. Eta, gainera, argi dago emakume gehiago dagoela auziperatua gizonezkoak baino, baina sorgintzat akusatutako gizonen proportzioa ez da inondik inora gutxiestekoa, gutxienez %20 bat izan daiteke eta leku batzuetan %50ekoa. Sorgintzat adineko emakume pobrea hartzea estereotipo bat da, neurri handi batean egiazkoa, baina erlatibizatu beharrekoa datu zehatzen argitan: beti egon dira sorgin gizonezkoak, eta ez gutxi.
Bon, hortaz jo dezagun balio seguru batera, Eliza Katolikoa eta haren beso poliziala zen Inkisiziora: fanatismo erlijiosoa da eragilea. Bada, horretan ere zalantzak eta zehaztapenak. Hasteko, funtsezkoa da argi izatea sorginkeria tradizionala eta talde-sorginkeria berriaren arteko bereizketa: lehena lehendik ere egon zen (betidanik, esan dezagun) eta nolabaiteko ezagutza sozial zabala zuen, normalki ez zuen arazo berezirik sortzen, une eta egoera puntualetan ez bada; talde-sorginkeria berria besterik da, hortik prozesu masiboak sortu ziren, ehunka edo milaka akusatuekin, batzuetan herri zehatz bateko biztanleen herena edo, are, erdia, izan zitekeen susmagarria.
Eta horren aurrean hasiera-hasieratik hainbat juez oso eszeptikoak izan ziren, eta adi, eliz gizonak ziren eszeptiko horiek, batzuetan oso goi mailakoak: Salazar inkisidorea da horien ispilu eta erakusgarria baina haren irizkide zen, argi eta garbi, Iruñeko apezpikua (Antonio Venegas y Figueroa) eta, ez argi eta garbi, bai ziur aski, gure Bertrand Etxauz, Tourseko apezpikua, Axularren babeslea eta Frantziako erregeaen oso gertuko kontseilaria.
Horiek izan ziren esan zutenak dena irudikeria hutsa zela, histeria kolektiboa edo ume txikien asmazio fantastikoa, eta komeni zela auziak largatzea eta barkazioan oinarritutako politika bati ekitea, herritarrak lasaitzeko. Garbi da, dena den, hasiera batean minorian egon zirela bestelako elementu fanatiko batzuen aldean (Lancre eta Logroñoko Inkisizioaren beste bi epaileak) baina 1614tik aurrera beren iritziak nagusitu ziren eta hortik aurrera talde-sorginkeriarena ez zen berriro indarrez agertu, mende bukaerarako guztiz desagertu arte. Sorginkeria tradizionalarekikoak, dena den, bere horretan segitu zuen, eta neurri baten sozialki toleratua bazen ere, horren gaineko zapalkuntza oso gogorra izan zitekeen batzuetan (gero ikusiko dugu kasu zehatz bat)"
Tras la conquista del reino de Nabarra (o en caso de los pudientes judíos o musulmanes): mediante la Inquisición se buscaba el exterminio de facciones contrarias al nuevo poder político y el sometimiento de la población; así la familia agramontesa pro-Nabarra es la que más condenados tuvo en su seno frente a los beaumonteses del Txikiriandi y traidor conde de Lerin.
Como escribe Pedro Esarte, en los primeros años de la ocupación española del reino en Alta Nabarra: “Se aprecia el móvil económico y el deseo de control y sometimiento de los naturales; acabar con la disidencia política de grupos sociales, y alcanzar el máximo límite de control territorial, por encima de las ofensas a Dios que se proclamaban en los oficios”. La religión cristiana, especialmente la Católica, con su doctrina de sometimiento al poder, es una gran herramienta para controlar al pueblo en manos de los poderosos.
1595 hay más juicios en Alta Nabarra y en 1609 le tocó a Zugarramurdi. En la sentencia de Zugarramurdi se condenaba a muerte a 10 personas, 7 en efigie. Uno sólo de los diez era hombre; 6 fueron perdonados en ”reconciliación”.
Un condenado podía tener una condena de “relajación” que suponía la tortura y muerte del reo (es decir, se queman sus restos tras morir torturados o son monigotes que los representan si han logrado huir, a modo de vudú), o de “reconciliación”, que suponía la admisión del condenado en el seno de la Iglesia Católica tras público arrepentimiento, confiscación de bienes, cárcel, azotes, destierros, galeras (la figura del galeote o condenado a galeras por diversos delitos perduró hasta 1771 en España) o simplemente el vestir al “hereje” con el “sambenito”: traje de saco con cucurucho en la cabeza y cruz pintada en el pecho que debía de llevarse todo el tiempo que durase la pena impuesta.
La inquisición se apoyó en una serie de “espías” o “chivatos” que tenían garantizado su anonimato, que eran los encargados de traer ante los tribunales, al principio civiles después eclesiales, a los supuestos “herejes”; así, enemistades personales y una necesidad de “productividad” aumentarán las aberraciones y asesinatos cometidos por la Iglesia Católica.
Entre 1540 y 1599 la Santa Inquisición asesinó a 310 vasconabarros por el tribunal de Calahorra, en el mismo período, en la España imperial, los asesinados fueron sólo de 200. La desproporción es manifiesta. Ninguna clase social se libró del miedo a esta institución eclesial; encima el siglo XVII no empezó mejor.
LA INQUISICIÓN EN LA BASKONIA CONTINENTAL: Reino de Nabarra de Baja Navarra-Bearn-Foix, el contexto político
Es importante resaltar el contexto político en el que se producen las actuaciones más importantes de la Inquisición en la Baskonia continental, reino da Nabarra, tras la conquista definitiva de la parte peninsular.
La madre del rey de Nabarra Enrique III, Juana (1549-72), desde el inicio mostró simpatías por los protestantes hugonotes (calvinistas), abjuró de la religión católica y mandó escribir la primera Biblia en euskera desde esta tendencia cristiana. Esta reina vislumbró la necesidad de separarse de la religión católica, usada siempre contra los nabarros.
Este hecho provocó una lucha que duró veinte años con los muy católicos habitantes de Zuberoa, que se solventó con la libertad de culto proclamada por la reina, tras numerosas muertes. El ejército francés llegó a entrar en Baja Nabarra en persecución de los hugonotes y la reina les tuvo que hacer frente vendiendo sus joyas para lograr mercenarios y mantener así la independencia del pequeño reino pirenaico.
El 10 de julio de 1572 entró en París el ya rey de Nabarra Enrique III debido a la muerte de su madre, con 900 caballeros nabarros vestidos de negro. El 18 de agosto de 1572 se celebró la boda en París entre Enrique III rey de Nabarra, emparentado con la realeza francesa por parte de su padre Bourbón que había quedado sin sustituto al trono, y Margarita de Valois, una de las princesas de Francia: entre un protestante y una católica. El emperador del Vaticano (conocido como el Papa), no pudo soportar esta situación que arrinconaba de hecho a la religión católica del poder en una de las grandes potencias de Europa como era Francia, la boda virtual duró 6 días.
El 24 de agosto de 1572, en la noche de San Bartolomé, los católicos atacaron a los rebeldes protestantes, con la excusa como siempre de la herejía y la religión, fueron asesinados en Francia unas cien mil personas, la mayoría protestantes y con ellos la mayor parte del séquito del rey de Nabarra, que fue hecho prisionero y obligado a firmar el catolicismo de Nabarra, con lo que se desata la represión católica. En 1585 el papa Sixto V excomulga a Enrique III de Navarra por hereje.
A pesar de todo, en 1590 fue nombrado rey de Francia Enrique III de Nabarra con el título de Enrique IV de Francia pues no había mejor candidato, inaugurando con ello la rama bourbona francesa. "París bien vale una misa (católica)" será la expresión cínica de este político o de sus acólitos.
Sin embargo, en 1598 firmó el Edicto de Nantes, que reconocía la libertad de religión en Francia (luego en Europa) como hiciese antes su madre en Nabarra en 1564 (convirtiéndose en el primer Estado en hacerlo https://lehoinabarra.blogspot.com/2015/06/la-revolucion-nabarra-de-1564-la.html), Enrique legitimó así el protestantismo en Francia y puso las bases para acabar con las guerras de religión en Europa que costaron millones de muertos.
El Papa no lo podía tolerar, lo excomulgó de nuevo, ahora como rey de Nabarra y de Francia. El 14 de mayo de 1610, Enrique III de Nabarra fue asesinado en París por un sicario del emperador del Vaticano (el jesuita Ravaillac), dejando un hijo, Louis XIII de unos diez años de edad, en manos del Cardenal Richelieu para que lo "eduque" .
El Estado pirenaico de Nabarra-Bearn-Foix se revuelvió contra la todopoderosa Francia por su independencia, pero los últimos nabarros libres lo serán en 1620.
LAS BRUJAS EN TIERRAS DE VASCOS O IPARRALDE
Aunque se mandaron a quemar en la hoguera a 40 personas en Lapurdi en 1575 y hay otras sentencias de brujas en Iparralde en los años 1575 y 1576, el comienzo de siglo XVII fue un auténtico reguero de sangre en las "tierras de vascos" gracias a la Iglesia Católica y su Inquisición.
Pierre Lancre se hizo jesuita en Turín. En 1582 lo nombraron consejero del Parlamento de Burdeos y en 1609 aceptó mediar en un conflicto secular, el de los Urtubia con los vecinos de Donibane Lohizune. Se lo pidió el rey Enrique III de Nabarra (IV de Francia) poco antes de ser asesinado, recomendado así por su capellán Bertrand Echauz, de Baigorri, bajo-nabarro también. Los Urtubia de Urruña, originarios de Alzate en Bera (Alta Nabarra), reclamaban los derechos de un puente. En principio sería un episodio más de las Guerras de Banderizos, pero Lancre fue más allá de su cometido inicial.
Comenzó su investigación sobre la brujería en el País Vasco o Tierras de Vascos (Iparralde) como se conocían entonces, con la ayuda de una joven vidente de 17 años llamada Morguy, la cual lograba identificar a los humanos que habían sido ungidos por el demonio gracias a la coloración de la piel, el stigma diaboli o la marca del diablo, marca que las brujas llevaban en lugares «muy secretos».
Mediante este infalible procedimiento, en el año 1610 Pierre Lancre quemó en Lapurdi 600 mujeres, niñas/os de corta edad y sacerdotes en sólo 4 meses, acusados de brujería. La locura o el genocidio, sólo fue detenido por los hombres que volvían de pescar en Terranova. La falta de maridos, alegaba el Inquisidor francés, era lo que provocaba estos casos de brujería entre las mujeres que quedaban en puerto y practicaban la brujería para tener noticias de sus maridos y mantener relaciones sexuales. Otro elemento que empujaba a la herejía a los vascos, según Lancre, era la tendencia de los naturales a los bailes y fiestas, en los que también participaban los curas.
Lancre llegaba en su paranoia a argumentar que la abundancia de hechiceros y brujas en el País Vasco era porque en las misiones católicas de las Indias y del Japón los habían expulsado previamente de esas tierras y, por razones desconocidas, se habían refugiado en el país de los vascos. Lo curioso del caso es que el que había comenzado la predicación católica y el misionado en esas tierras en el siglo anterior era el nabarro agramontés Francisco de Xabierr (tal y como firmaba él), miembro destacado de una de las familias rebeldes principales al ocupante español.
Lancre dejó escrito que en el País Vasco “hay más brujas que en toda Francia”. Lo mismo ocurría en el sur en Alta Nabarra, donde había más brujas que en todo el Imperio español. Para Lancre el hecho probatorio de la culpabilidad de los vascos era aplastante: “Los vascos no se sienten franceses, ni tampoco españoles. Por tanto, no pueden ser cristianos”. Morguy y Lancre lograron “desenmascarar” a 3.000 brujos y brujas vascas.
Es paradigmático el caso de la baja-nabarra Inessa Gaxen, nacida en 1592, detenida por el inquisidor Lancre en 1610, la torturaron hasta quedar casi paralítica. Después de tan traumática experiencia, fue sin embargo absuelta y decidió residir en Hondarribia, para alejarse de la Inquisición francesa. Se casó y tuvo una hija, pero fue detenida de nuevo por la Inquisición, esta vez española, y llevada a Logroño para volver a ser torturada, acusada de participar en akelarres y de brujería. Cuando la liberaron, fue trasladada a Lapurdi, donde se pierde su pista.
El final de los Tribunales de Brujería y de la Inquisición
Se dieron más casos y la masacre no paró hasta que uno de los tres inquisidores del proceso llevado a cabo en Logroño contra la brujería de Zugarramurdi en 1609 (Alta Nabarra tras la conquista, pero de euskera y de región bajo nabarro), Alonso de Salazar y Frías, puso en duda las pruebas del proceso, la credulidad de los inquisidores, la veracidad de los testimonios de los “chivatos” y el desconocimiento del castellano de los encontrados como culpables, lo que llevaba en la práctica a su indefensión. Este informe, con algún escrito como el del humanista Pedro de Valencia, supuso la moderación o casi desaparición de juicios por brujería en solar vasco a excepción del salvajismo de Lancre.
La Inquisición desapareció de España y Portugal en 1820 de forma real y formalmente el 7 de diciembre de 1965.
Motivos de la caza de brujas
La caza de brujas tiene tres explicaciones lógicas aparte del fanatismo religioso y la ignorancia:
1. El intento de erradicar ritos paganos fuertemente arraigados que ponían en entredicho el poder de la Iglesia. Se les llamaba “paganos” pues habitaban el “pagus” o “pagi”, es decir, el campo, ya que el cristianismo arraigó primeramente en la ciudad y después se “extendió” al campo.
La escasa fuerza de la Iglesia cristiana entre los vascos del “saltus vasconum” en los primeros siglos de su adoctrinamiento católico se hace notar en la pervivencia de ritos muy anteriores, aunque los vascos del “saltus” terminaron por cristianizarse en el siglo X, según Caro Baroja.
En Bizkaia, el primer monasterio de orden religiosa data de 1357, son los Franciscanos de Bermeo, principal ciudad bizkaína de ésta época, hasta que perdiera esta privilegiada posición frente a Bilbao en 1602. Aunque hay ermitas probablemente del siglo X (como Amatza, Abrisketa o Finaga por ejemplo) y en Gipuzkoa también (sobre anteriores necrópolis romanas o incluso prerromanas como Santa Elena en Irun o San Martín de Iraurgi en Azkoitia) el cristianismo no arraigó hasta el siglo XI y las creencias "paganas" o de la religión anterior, se extienden hasta el siglo XX. Por ejemplo, en Sohandi (Garazi), existe constancia de una necrópolis precristiana usada por una comuna aislada hasta en el siglo XIV.
La religión natural anterior de los vascos desapareció como tal por la violencia ejercida por la religión católica, convertida en la religión oficial e impuesta por los “soldados de Dios”, sean templarios con sus espadas, curas con sus condenas al infierno o gobernadores terrenales interesados en el control de las masas convencidos de sus palabras o no.
Pero de la religión ancestral de los vascos, nos ha llegado numerosos testimonios a través de mitos y leyendas; en otros casos, no murieron las prácticas paganas del todo, se mezclaron con las nuevas cristianas: las noches de San Juan o Noche Buena, por ejemplo, coinciden con las noches paganas de los solsticios de verano e invierno o la celebración romana de la "Navidad" o juvenales, fue una forma de hacer más fácil el paso de unas creencias a otras. La Noche Buena se celebra el 25 de diciembre por ser el día con menos luz y en el que “nace la luz”, o sea Cristo, la noche de San Juan, la más corta del año, se celebra este Santo por ser el anunciador de “la luz” (Cristo).
En el III Concilio de Trento, celebrado en 1562-1563, se excomulgó a todos los vascos por paganos y por la violencia que ejercían sobre los cristianos del Camino de Santiago. Jamás un sínodo posterior levantó la excomunión.
2. El miedo de la Iglesia Católica al auge del protestantismo le hizo plegar filas y volverse más radical en sus postulados. Más con el intento de libertad de culto en el reino nabarro con Juana y Enrique III de Nabarra, que después éste intentó imponer también en Francia y en Europa.
3. El control del poder de la mujer, el sometimiento al patriarcado. La mujer era más libre en la Alta Edad Media que en el propio Renacimiento o Edad Moderna, la involución de sus derechos es evidente y la brujería fue una herramienta más, en este caso, en manos de la Iglesia Católica.
4. Pero, los motivos políticos también son muy evidentes. La entrada definitiva de la inquisición y sus peores años (incluida la excomunión), coincide con la conquista de Alta Nabarra (1512-24) y la de Baja Nabarra-Beárn-Foix que se plasmó definitivamente en el Edicto de Unión de 1620.
Akelarres:
La palabra “akelarre” significa “prado del cabrón” literalmente, aunque quizás haga referencia a una planta del mismo nombre, y que es como se llama el prado donde se celebraban los akelarres en Zugarramurdi por su abundancia, el caso de brujería más famoso.
Los akelarres se celebraban en días de luna llena y buscan aplacar a las fuerzas negativas. Se hacían bajo un árbol sagrado, con un altar para el cabrón, que representa a la madre tierra (no al diablo como luego dirá la Iglesia Católica). Se bailaba, se bebía, comía y cantaba. También existían elementos de fecundación en unión con la madre tierra (Amalur, Mayi, Maya o Mari).
Se usaban setas alucinógenas. Según algunos historiadores, se juegaba a la ruleta rusa con el "pedo" del macho cabrío (que es altamente tóxico y mortal), acercando para ello la nariz al orificio pertinente; otros dicen que la presencia del macho cabrío se limita a ser la representación de Mayi (mucho más creíble). El macho cabrío también es apreciado en los caseríos por lo resistente que es a las enfermedades. En todas estas celebraciones la mujer ocupa un lugar preponderante, siendo la sociedad matriarcal, la sacerdotisa principal también representa a Mayi.
En cuanto al origen remoto de los Akelarres, se habla de la necesidad de procreación ante las duras condiciones de la época, que hacían que el número de mujeres fuera menor que el de los hombres, más resistentes físicamente (¿?). Por ello los hijos sabían quién era su madre, no así muchas veces su padre, fruto de estos encuentros esporádicos en los akelarres, pero tampoco tenía importancia, de ahí el matrilinealismo y la preponderancia de la mujer fértil, el matriarcado ancestral vasco.
LOS LUGARES DE LOS AKELARRES
Dolmen de Sorginetxe en Arrizala, Alaba
Sólo en Alaba se relacionan con las brujas según el libro "¡Brujas! Sorgiñak!" (Archivo Provincial de Alava -2008-)
Cueva de la Cogota (Llanteno). También llamada “Cueva de
los Moros”. Está habitada por brujas.
Cueva de las Brujas (Karkamu). Manantial de agua situada en
dirección a Guinea. Lugar habitado por brujas.
Cueva de las Brujas (Nanclares de la Oca). Situada sobre el
pueblo, al norte del mismo. Es un manantial de agua.
Cueva de las Brujas. Situada entre Zalduondo y Galarreta.
Cueva de Lazaldai (Zárate). Cueva habitada por brujas.
Cueva de los Gentiles (Ilarduia). En torno a este lugar vivía
María la Rueca, la cual pasaba volando de las Peñas de Egino a Legaire.
El Escachal de las Brujas (Llanteno). Lugar de encuentro de
brujas. Eskatxo es el espino albar.
El Payo de las Brujas (Laguardia)
Alto de los Cristinos (Araia). Lugar ubicado detrás del Alto de
Marutegi, y donde aseguraban que se hallaban las brujas.
Alzondo. Es un altozano, situado entre Zaitegi-Letona y
Ondategi. Según se creía, en este lugar habitaban las brujas.
Anbotondo (Aramaio). Lugar de Aramaio donde se reunían
las brujas del entorno para hacer sus akelarres.
Campas de Oletar (Menoio). Lugar de reunión de brujas, en
torno a un espino.
Campo Zamora (Amurrio). Robledal poblado de brujas.
Campo de Amezola (Aramaio). Lugar de akelarres situado
entre Olaeta y Otxandio.
Crucero de Kaudele (Legutiano). Cruce de caminos habitado
por brujas.
Cueva de la Bruja (Narbaitza). Se encuentra este lugar entre
Barría y Narbaitza. Es un manantial de agua .
La Leze (Ilarduia). Morada de una bruja.
Larrea. Término entre Apellániz y Arlucea en donde hay
un pozo. Aquí lavaban las brujas.
Las Brujas (Lagrán).
Las Brujas (Respaldiza).
Las Brujas (Sojoguti).
Leziaga (Llodio). Se encuentra en la subida a Santa Lucía.
Se ha creído que era refugio de brujas.
Lezao (Egileor). Manantial que surge de una cueva, y donde
habitan las brujas. Según otras versiones, es la habitación
de “Amilamia”.
Mariturri (Arrieta –Treviño-). Fuente situada en dirección
al monte.
Mariturri (Arriano y Luna). Manantial situado en un pequeño valle entre Arriano y Luna, frecuentado por las brujas.
Mariturri (Lubiano). También denominado “Fuente de las
Brujas”. Se halla al este del pueblo.
Mariturri. También llamada Fuente de Mariturri o “Fuente de las Brujas”. Está situada entre Arbulo y Orenin. La
tradición asegura que aquí se reunían las brujas para hacer
sus akelarres. Decían que cuando los caminantes pisaban la
hierba de los alrededores, perdían el sentido.
Ermita de San Cristóbal (Aramaio). En torno a esta ermita,
situada antes de bajar el puerto al valle de Aramaiona, se
reunían las brujas en sus akelarres.
Ermita de San Vítor (Gauna). Lugar de akelarres de las brujas del entorno.
Fuente de las Brujas (Galarreta). Cerca del pueblo, al sur.
Fuente de las Brujas (Narbaitza). Fuente cercana al pueblo,
habitada por brujas.
Fuente de Ramuza. Lugar, ubicado entre Lagrán y Bajauri,
donde se bañaban las brujas.
Gorbea. Monte en el que habita Mari. También se reunían
las brujas en él.
Izpiztekoarriaga (Gantzaga–Aramaio).
“Izpiztekoarriaga”
(Piedra del obispo) es un lugar relacionado con las brujas
y sus akelarres.
Labastida. En este pueblo de La Rioja alavesa hacían sus
akelarres todas las brujas del entorno.
Ladera de las brujas (Trespuentes). Esta ladera se encuentra
debajo del Convento de Santa Catalina.
La Encontrada (Luquiano).
Morada de brujas
La Granja (Bóveda). Campa al norte de Bóveda, dando vista al valle de Losa, donde hacían akelarres las brujas .
Mariturri (Urízar). También denominada “Fuente de las
Brujas”.
Marizulo (Okondo). Manantial de agua. Morada de Mari.
Mimintxi (Trespuentes). Lugar de akelarres según la tradición popular.
Molino de Barrera (Kripan). Lugar de akelarres.
Monte de las Brujas (Anúcita). Monte ubicado al oeste de
Anúcita. El camino viejo que bajaba hasta Pobes pasaba
por la parte inferior de este monte. Tenían miedo a pasar
por este lugar.
Pieza de las Brujas (Mártioda)
Puente de Errotalde (Vírgala). Puente de madera destruido
por el agua, situado entre Vírgala Mayor y Vírgala Menor.
La tradición aseguraba que fue construido por las brujas.
San Adrián (Zalduondo). El túnel de San Adrián se ha tenido como morada de la Dama de San Adrián, una de las
versiones de Mari.
Silo de Okina. Lugar cargado de narraciones míticas, incluidas las que hacen referencia a las brujas. Es una sima ubicada al sureste del pueblo.
Sorgimendi (Apellániz, Vírgala Menor). Monte entre ambos
pueblos.
Sorgimendi (Legutiano). Este lugar se encuentra a la orilla
del pantano de Santa Engracia, entre Urrúnaga y Gojain.
Hoy es un parque.
Sorgin (Luzuriaga). Topónimo situado al suroeste del pueblo. Entre Luzuriaga y Zuazo de San Millán.
Sorginarrate (Alegría)
Sorginatze (Astobiza)
Sorginaerreka (Gauna).
Arroyo.
Sorgiñarrega (Alegría). Monte cercano al pueblo
Sorgine (Salvatierra). Monte de la localidad.
Sorginetxe (Arrízala). Con el nombre de “Sorginetxe” (casa
de las brujas) se le conoce al dolmen allí existente.
Sorginiturri (Etxabarri-Ibiña).
Fuente.
Sorginsolo (Urrúnaga)
Sorginzubi (Ibarra –Aramaio-). También llamado “Puente
de las Brujas”. Se encuentra frente al actual cementerio.
Sorginzubia (Estarrona)
Urkiza (Peñacerrada). Lugar de akelarres.
Valle de las Brujas. Valle situado entre Katadiano y Anda.
Valle de las Brujas (Villamanca). Valle por el que discurría
el viejo camino, ubicado al norte del pueblo. Los carros
tenían dificultad para caminar por este tramo del camino
(por haber mucho barro) y lo achacaban a las brujas.
Zarakua (Ondategi). Se le llama también “Agujero de las
brujas” o “Pozo de las brujas” por la creencia de que allí
habitaban las brujas. Por aquí se introducen las aguas que
bajan de Gorbea por el río Zubialde
Es más fácil de creer que la existencia de muchas menos mujeres que de hombres (si es que era así), obedecía más a un control de la natalidad, al igual que ocurre entre las tribus amazónicas actuales, donde sólo se admite la existencia de un número de mujeres pequeño que habría que compartir, para no llegar así una natalidad imposible de mantener por una tribu nómada o seminómada y en severas condiciones de supervivencia.
Éste pudo ser el origen de los akelarres en tiempos prehistóricos, luego sólo serían recuerdos de los mismos y simples fiestas religiosas relacionadas con la fecundación y la fertilidad. Un motivo de fiesta y reunión entre “jóvenes” de todas las edades.
Se celebraban Akelarres en numerosos lugares, nada escondidos y de participación popular:
En Alta Nabarra en Zugarramurdi, dolmen de Larraun, Etxalar, Cuevas de Alli, Urbasa, Ziordi, Aralar (Urdiain), Lesaka, Biana, Ituren, Aezkoa o Salazar.
En Gipuzkoa: Zegama, Hondarrabia (Jaizkibel), Azkoitia (Aitola), Ataun, Soraluze o en varios lugares de Oiartzun relacionados con Crónlench.
En Bizkaia: Arteaga, Mañaria, Ibarrangelu, Atxerre, Muxika, Murueta, Orozko, Zeberio o en le monte Saibigain (Urkiola).
En Alaba: Aramaio, Burgelu y en Otxandio.
En Iparralde: en Zuberoa estaba uno de los principales núcleos en Alzai-Altzabeheti-Zunharreta o en Sohuta; en la plaza de Azkain en Lapurdi, en Sara, en las playas de Hendaia y San Juan de Luz, el monte Larrun o el castillo de Senpere.
Los topónimos referentes a las brujas (sorgin) son abundantes: Sorginerreka (río de las brujas) en Mutriku (Gipuzkoa), Sorgimendi en Maeztu (monte de brujas), Sorginetxea (casa de brujas) en el Baztan, Sorginkoba en Anboto (cueva de brujas), Sorginzulo en Azkain (sima de brujas) etc.
Se cuenta que las brujas para hacer volar a sus escobas rezaban así:
“sasi guztien gainetik eta laino guztien azpitik” (Por encima de todas las zarzas y por debajo de todas las nubes)
BAGA, BIGA, HIGA
“Baga, biga, higa,
laga boga sega,
zai zoi bele,
arma tiro pun! (Bis)
Txirristi mirristi
gerrena plat,
olio zopa
kikili salda urrup
edan odo klik!
ikimilikiliklik.”
Se trata de una canción de brujas, ésta es una versión de las muchas que hay. Si nos fijamos en la misma, es curioso comprobar que detrás de las “fórmulas” mágicas se está simplemente enumerando en euskara:
“Baga, biga, higa, laga, boga, sega, zai, zoi…”
Bat, bi, hiru, lau, bost, sei, zazpi, zortzi...