ERRESUMA: NUESTRO REINO
IÑAKI AGINAGA BERISTAIN (Donostia-San Sebastián 1929-31 de mayo 2021)
- Desde su aparición en la historia, una intratable independencia fue el signo distintivo de los vascos. Roma no los sometió nunca por completo, los visigodos tampoco, los musulmanes todavía menos.
Desbordado el Ducado de Basconia, y después de infligir al «imperio universal» de la época su mayor derrota, «los vascos, una vez más, mostraron que se bastaban a sí mismos y, al fin del siglo IX o a principios del X como muy tarde, se encontraron también sólidamente constituidos en reino».
«Los vascos de los Pirineos centrales, a los que se llamaba navarros, vivían por su lado en sus valles. También ellos se constituyeron finalmente en un reino, que aparece claramente hacia el año 900».
El despotismo y el absolutismo, las ambiciones y concepciones de los pontífices medievales y de sus reyes predilectos, chocaban frontalmente con los fundamentos del derecho "pirenaico".
LAS INVASIONES
La confederación de repúblicas, condados o señoríos vascónicos constituida en torno al Reino de Pamplona, el «Reino de los vascos», sufrió su primera gran ocupación de guerra y consiguiente desmembración, eclesiásticamente inducidas, apoyadas y legitimadas a partir de 1199.
Desde 1512, según los apologistas de la conquista, «los españoles invadieron, subyugaron, confiscaron y conservaron el Reino de Nabarra», «España, reguladora del orbe, obtuvo a Nabarra por derecho de gentes, divino y humano».
Reconocían así, de paso, la entidad del Reino de Nabarra como distinto de los reinos españoles. El Reino de Nabarra fue "publicado, confiscado y donado" por el Papa en favor de "quienes lo cogieron o lo cogiesen, como obtenido en justísima y santísima guerra" o de quienes "de cualquier otro modo lo arrebataron o arrebatasen".
"Queremos, estatuimos y decidimos que sean hechos esclavos" "los que resistiesen otros tres días a esta sentencia de excomunión" en los territorios vascónicos. El usurpador se proclamó titular "de los reinos de Aragón y de Navarra y de las dos Sicilias, de Jerusalén, etc.".
«Re-donado» después por él, el Reino de Nabarra fue agregado a «estos reinos de Castilla, León, Granada, etc.». La transferencia fue rápidamente convalidada por el Santo Padre.
El Reino de Nabarra no fue nunca donado, incorporado ni reunido al Reino de Aragón ni al Reino de Castilla, como no lo habían sido los territorios periféricos, ni se habló para nada de reino unido.
EL "DERECHO" DE CONQUISTA DE LA NABARRA CONTINENTAL
El «derecho de conquista», implicación del derecho de "guerra justa" según las "leyes divinas y humanas" del mundo cristiano, había sido aducido por el imperialismo español contra estados cristianos, musulmanes o paganos de todo el mundo.
Siguió siendo invocado, en versiones y contextos ideológico-políticos diferentes, contra la Unión de Utrecht, contra los «reinos de Aragón, etc.» o contra el «Gobierno de hecho de Euzkadi».
La Nabarra de ultrapuertos fue «dejada» por los españoles en 1527-30. El «sedicente Rey de Nabarra» del diploma papal devenía después también Rey de Francia.
En 1620 el propio Rey de Nabarra, con el ejército francés de ocupación en Bearne, emitía el Edicto que, infringiendo y traicionando las leyes y los derechos constitucionales del Reino, proclamaba el Reino unido «de France et de Navarre».
No hubo «reunión de la Baja Nabarra al Reino de Francia» ni «reunión de Francia y de Baja Nabarra».
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El primer Bourbon en reinar fue Enrique III de Nabarra, que después fue coronado como rey de Francia como Enrique IV, pero los reinos quedaban del todo separados: LEHOINABARRA: 1620 EL FINAL DE LA SOBERANIA NABARRA |

A partir de 1789 la Revolución conservaba, continuaba y completaba la obra del Antiguo Régimen, tenía por nulas o anulaba las instituciones nacionales y estatales en los territorios ocupados.
Liquidación apoyada en nuevos títulos de «legitimidad», surgidos de las manipulaciones y falsificaciones ideológicas características del totalitarismo-imperialismo moderno.

La Constitución de 1791 suprimía también el molesto título tradicional de «Roy de France et de Navarre», inaugurando el populista y nacionalista «Roy des Francais».
Tras la «República Francesa» de 1792, Bonaparte adaptaba y adoptaba, en la 3 Constitución de 1804, el republicano título de «Empereur des Français».
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A la llamada "Revolución francesa" de 1789, le siguió el genocidio de 4.000 vascos. |
La Restauración legitimista de 1814 restauraba, entre otras cosas, el título de «Roy de France et de Navarre».
En 1830, la monarquía «liberal» anulaba de nuevo la distinción, recuperando el título de «Roy des Français».
Trescientos años largos de tomadas y dejadas, de onomásticas decisiones, indecisiones, vacilaciones y rectificaciones habían mostrado cumplidamente, cuando menos, que los políticos e ideólogos de los «grandes» imperios no lo tenían nada claro en lo concerniente a la identidad nacional y política de Nabarra.
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Catalunya fue anexionada a Francia en 1812 tras la ocupación de Las Españas por el ejército imperial francés y con el beneplácito de sus reyes. Unos años antes, el ex-ministro, ex-senador, presidente del Consejo de Ancianos de Francia y conde del Imperio Francés, Joseph Garat Hiriarte había propuesto al emperador Napoleón Bonaparte crear un Estado Vasco euskaldun y con la bandera de Nabarra como insignia nacional Toda la información en: LEHOINABARRA: EL ESTADO VASCO DE NUEVA FENICIA: EUSKALDUN Y CON LA BANDERA DE NABARRA |
A través del agitado período 1795-1841, los gobiernos españoles, admiradores e imitadores del modelo francés y de sus nuevos principios ideológicos, tenían por nulas o anulaban las instituciones nacionales y estatales del pueblo vasco sin otra forma de proceso (...).
LA CENTRALIZACIÓN DE LOS ESTADOS IMPERIALISTAS: EL ESTADO-NACIÓN
Tres guerras más fueron necesarias para consolidar la ocupación militar hasta llegar a la actual situación. Palabras como guerra, conquista, represión o terrorismo dan pobre idea de los horrores de la agresión y la ocupación imperialistas.
Los crímenes de antes, como los crímenes de ahora, siguen impunes y vigentes. No son historia pasada, sin continuidad en las presentes relaciones sociales. Bien al contrario, con ellos y por ellos se han establecido, están constituidas, se mantienen la infraestructura y la supraestructura del actual régimen de ocupación. No puede afirmarse éste sin reivindicar los crímenes que lo han construido y mantenido.

Tras la toma de los fascistas de Bilbao en junio de 1937, las imprentas de la Revista Euzkadi fundada por Sabino Arana Goiri (PNV-EAJ), fueron confiscadas y dadas al periódico falangista "Hierro", que siguió saliendo incluso después de la muerte del dictador hasta 1983. Es más, al principio, este periódico compartió maquinaria con otro periódico de El Movimiento pro-fascista llamado El Correo Español de La Falange Española Tradicionalista (FET) y de las J.O.N.S., que se unió en 1938 a El Pueblo Vasco que existía desde 1910 fundado por la familia Ybarra de marcada ideología ultraderechista española y monárquica.
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Los periódico de mayor tirada en la CAV y en la CFN en el 2025 son fruto de expolio fascista a la población civil, sin que nadie haya devuelto nada de lo robado ni pedido un católico perdón |
No puede condenarse éstos sin renunciar a la dominación política, económica e ideológica que constituyen. Cualesquiera que sean sus ejecutores, no caben prescripción, perdón ni olvido para los crímenes contra la Humanidad, contra los derechos fundamentales del ser humano, cuya prevención, determinación, declaración y sanción son exigencia ineludible de la ley internacional, que el imperialismo conculca por su misma existencia.
La actual situación del pueblo vasco en los territorios ocupados es el resultado de un largo proceso histórico de resistencia al imperialismo a través de sucesivas constelaciones estratégicas, y de su reducción paulatina.
CONCLUSIÓN
Guerra y ocupación militar, destrucción, incendio, bombardeo y pillaje, desmembramiento y anexión, represión y terrorismo de masa, prisión, tortura y ejecución de la oposición democrática, concentración del poder, determinación imperialista de la estructura internacional de clase, organización de una economía política de transferencia y dependencia, de expoliación y subdesarrollo, segregación, colonización y deportación de poblaciones como arma absoluta de implantación imperialista, discriminación racial, lingüística y cultural inherente a la dominación nacionalista, represión generalizada de la personalidad y el proceso diferencial evolutivo...
«Tales son los procedimientos idílicos» que han establecido y consolidado el sistema vigente, al servicio de una empresa deliberada y permanente de genocidio total.
Pero, el Estado constituido histórica y jurídicamente en torno a la Corona de Pamplona (Nabarra) sigue siendo el único Estado del pueblo vasco, que jamás ha aceptado ni reconocido ningún otro.