ZONIFICACIÓN EN ALTA NABARRA, ESTRATEGIA DE UN LINGÜICIDIO

ZONIFICACIÓN EN ALTA NABARRA, ESTRATEGIA DE UN LINGÜICIDIO
Aitzol Altuna Enzunza


Federico Krutwig “Vasconia” (1963): “Introducen el castellano o el francés, rebajando moralmente al vasco (vasconabarro) quien, grotescamente vestido de español o francés, no es más que hombre de tercera categoría”. 

 El historiador estellés José María Lacarra (1907-1987): “El vascuence fue hablado por todo un pueblo que se constituyó en entidad política independiente, el reino de Navarra”.



(1) Mapa del ducado de Baskonia en el año 711.
(2) Mapa del reino de Pamplona-Nabarra a la muerte de Sancho III "el Mayor" (1035).
(3) Cuadro que representa el testamento de Sancho III, donde el su primogénito se quedó con todo el reino de Pamplona-Nabarra,  totalmente euskaldun o vascoparlante. El historiador español Menéndez Pidal: “(Sancho III el Mayor) reparte sus Estados entre sus cuatro hijos, apareciendo como uno de los más audaces estadistas estructuradores de fronteras y de Pueblos, dejando al primogénito García (Gartzea) el solar de la dinastía, el antiguo reino de Nabarra, homogéneamente vascón por su lengua”.
Toda la información en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/el-euskera-y-el-reino-de-nabarra.html
(4) Supuesta firma de Sancho III "el Mayor".


El cronista musulmán de la campaña de Abd el Rahman III, sobre el reino nabarro en el año 924, definió la realidad lingüística del mismo como: “la mayoría habla (sólo) vasco (al-bashkiya), lo que les hace incomprensibles”. Las huestes musulmanas llegaron a la Ribera de Nabarra en el año 714 y dominaron la mismas hasta 1134, cuando el rey cristiano Alfonso I el Batallador, rey de Nabarra y de Aragón, tomó la comarca.

La frontera del euskera en Alta Nabarra en ese siglo XII, cuando son recuperados los últimos territorios baskones a los musulmanes, estaba en la línea Olite. Serían comarcas vascoparlantes o euskaldunas Carcastillo, Tafalla, Artaxona, Oteiza, Estella, Goñi o Acedo. Mientras, en Yesa, San Martín de Unx, Liédena, Sangüesa, Aibar o Cáseda (Zona media oriental), se mantuvo la frontera del euskera estable desde el siglo XI al XVIII, según el trabajo de Patxi Salaberri Zaratiegi (Uxue 1959), junto a núcleos romanzados de gascones y francos primero, y de romanzados en nabarro-aragonés después.



El euskera se recuperó notablemente con la implantación del Estado de Nabarra en las tierras históricamente baskonas, tal y como explica el doctor en historia Peio Monteano Sorbet (Atarrabia-Villava 1963) en sus libros “La lengua invisible” o en “El iceberg navarro”. La pérdida definitiva del Estado nabarro en su vertiente peninsular (1512-1530), afectó directamente desde la conquista al euskera.


En una fecha tan temprana como 1539, por ejemplo, los canónigos de la catedral de Pamplona pidieron al emperador Carlos V de Alemania y I de Castilla , que pusiera un obispo euskaldun: “porque la gente vascongada (vascoparlante), que es la mayor parte y la que mayor necesidad padece de pastor de todo el reino, ama sobre todas las naciones a su naturaleza y a su lengua” (el título que se le atribuye de "Carlos I de España" es una anacronismo, y en Nabarra no fue reconocido como tal por sus Cortes soberanas que continuaron en Baja Nabarra).

La Ribera Nabarra será la zona más latinizada durante el Imperio Romano y más romanzada después, pasando por distintas fases tras la invasión goda y musulmana, pero, plurilingüe siempre, incluido el euskera, el cual nunca se dejó de hablar, tal y como hemos visto en el artículo "El euskera en la Ribera Nabarra" (https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/06/el-euskera-en-la-ribera-de-nabarra.html).
Peio Monteano Sorbet.
Habría que matizar, el romance castellano del conquistador estaría mezclado con el romance nabarro que se hablaba en la ribera como hemos visto, el cual le es muy afín al haber nacido ambos dentro del reino de Nabarra.
Para más información:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/07/el-origen-nabarro-del-romance-castellano.html


TRAS LA CONQUISTA, LA ZONIFICACIÓN, UNA ESTRATEGIA PARA EL LINGÜIDIO

Documenta y escribe el historiador y sociólogo Peio Monteano Sorbet en “Educación y castellanización (siglos XVI-XVIII)”: “Los últimos estudios históricos dejan claro que hasta el siglo XVIII Navarra fue un territorio esencialmente vascohablante. Así, a fines del siglo XVI, tres de cada cuatro navarros se expresaban en euskera, que era la lengua diaria en dos tercios del territorio. Es más, en 1570-1590 alrededor de un 40% de la población total del reino no era capaz ni de entender el castellano, porcentaje que se elevaba mucho entre las mujeres y las clases humildes. 

Pamplona misma -principal núcleo urbano del reino, sede de la Administración y residencia de las élites y del ejército- era una localidad vascohablante en la que, como reconocía su propio Ayuntamiento en 1604, una tercera parte de sus habitantes no sabían castellano. Navarra era así el territorio con mayor número de vascohablantes y su capital el principal núcleo urbano de lengua vasca, muy por delante de Bilbao, Baiona, San Sebastián o Vitoria”.

El aragonés José Conchillos en el año 1666 en su libro "Propugnáculo histórico y jurídico": 
"(...) pues con averle puesto los mismos Romanos a Pamplona el nombre de Pompelon, ó Pompeyopolis, que quiere dezir Ciudad de Pompeyo en lengua latina, le pusieron ellos en la suya vascongada Iruña o Iriona". 
En varios documentos del siglo X parece "Irunia". La primera vez que se documenta "Irunea" es en el año 1120.


La opinión del antropólogo español Julio Caro Baroja (1914-1995) acerca de la frontera de los territorios del euskera en la Edad Media, es que es la misma que en el año 1587. En ese siglo XVI, desaparece el Estado o reino soberano de Nabarra en la península, y es cuando comienza un nuevo retroceso del euskera, tras la ocupación castellana del Estado nabarro o baskón en su territorio peninsular y las medidas lingüicidas o que buscaban (y buscan) la imposición del castellano frente a la marginalización primero y la desaparición del euskera después.


ZONIFICACIÓN ECLESIAL DE 1587


La primera zonificación documentada es de un registro de ese año 1587, el documento se conserva en el Seminario de Vitoria-Gasteiz. Respecto a la actual provincia de Alta Nabarra, se señala en el mismo que se hablaba euskera como casi única lengua en 451 pueblos (monolingüe) y romance en 58 (bilingüe o plurilingüe). Manuel de Lekuona, que fue además profesor de dicho seminario, dio a conocer la existencia del documento el año 1933 en un trabajo titulado "El euskara en Navarra a finales del siglo XVI".

El historiador ronkalés B. Estornés Lasa en su libro “Lo que No nos enseñaron” dice al respecto: “en 1587 según un documento de la Diócesis de Pamplona, los pueblos que hablan en euskera son 451 frente a los 58 romanzados, la frontera sería Acedo, Ayegui, Estella, Mingorria, Artajona, Tafalla, Olite, Leire, Pitillas, Santacara, Murillo, El Fruto y Carcastillo”.

El historiador artajonés Jimeno Jurío en su libro "Navarra Historia del Euskara" (1997), deja muy claro que este mapa no hay que tomarlo como una línea fronteriza entre dos realidades estancas. De ninguna manera eran dos bloques homogéneos lingüísticamente, muchos de los pueblos “romanzados” eran euskaldunes o vasco-hablantes casi en su totalidad, pero con una población que entendía mayoritariamente el castellano o el romance nabarro como vamos a ver con más detalle en otro artículo. 


Por ejemplo, un cuadernillo escrito en el siglo XIV relativo a Murillo el Fruto en zona "romanzada" y frontera con la Ribera, ha sido hallado en el Archivo General de Navarra. El cuadernillo, escrito en castellano, y al que alguien posteriormente agregó un título de “Libro antiguo de la Pecha que pagan los labradores de la U(ill)a de Murillo el Fruto”, contiene topónimos euskéricos nítidos y algún que otro antropónimo apenas deformados (Aitzurieta, Areatzea, Baratzealzinea, Baratzeberrieta, Baratzetako Hodia, Baratzezarreta, Buztina, Txorrota, Uharte, Aibar, Biper, Laster, Ederra…en la grafía actual), lo que sugiere que el euskera estaba muy vivo en este pueblo en la fecha que se redactó. A juicio del euskaltzain de Uxue Patxi Salaberri que lo estudió, la muga del idioma que se estableció en Murillo y Carcastillo en el siglo XIII hay que revisarla, ya que estos datos sirven para afirmar que en la segunda mitad del siglo XIV el euskera gozaba de vitalidad sorprendente en Murillo del Fruto. 

Este documento y otros que van apareciendo, demuestra que la zonificación de 1587, estaba preparada para fomentar el uso del castellano por la Iglesia Católica en zonas donde todavía el euskera era mayoritario y con el fin de imponer el idioma del conquistador.

El obispo de Pamplona Gaspar de Miranda en 1765 nos dejó escrito que, el euskera "ocupa de tres partes del obispado dos y más (...). Hasta ahora veinte y quatro años havía más número de vascongados que al presente. En la llamada tierra vascongada los más saben el castellano, especialmente en los pueblos crecidos, por haberse introducido este idioma generalmente con plausible providencia de enseñarlo los maestros, no solo a los niños prohiviéndoles el bascuenz, sino a todo el pueblo".

"Atlas Histórico de Navarra" Eneko del Castillo: 


Mandatos a vicarios de que instruyan en euskera por ser euskaldunes:
◦ Aoiz (1600, 1631)
◦ San Vicente (Urraul Bajo, 1623)
◦ Lizoáin y Mendioroz (1631)
◦ Escániz (Urraul, 1631)
◦ Artieda (1633)
◦ Lizarraga (Izagaondoa, 1762)
◦ Janáriz y Yelz (Lizoáin, 1762)

Anotaciones de los vicarios declarando haberlo comunicado al pueblo:
◦ Galdúroz (Arriasgoiti, 1585)
◦ Escániz (Urraul Alto)
◦ Aoiz
◦ Ozcáriz (Lizoáin, 1630)
◦ Torres de Elorz (1635: ‘en vascuence que es nuestra comun lengua’)
◦ Abínzano e Izco (Ibargoiti)
◦ Racas (Almiradío)
◦ Zalba (Arriasgoiti, 1657)
◦ Idoate (Izagaondoa, 1663)
◦ Monreal (1705, 1752, 1757, 1762, 1772; ‘en su lengua vulgar’)
◦ Redin (Lizoáin, 1720)
◦ Urricelqui (Arriasgoiti, 1772)
◦ Leyún y Lizoáin (1798)

Pleitos motivados por la elección de vicario romanzado:
◦ Artanga (Urraul, 1629)
◦ Aoiz (1697)
◦ Aristu (Urraul, 1762)
◦ Guindano y Cerréncano (Urraul, 1785)
◦ Unciti (1787)


En los tribunales eclesiásticos de Alta Nabarra (como en los civiles como vamos a ver), se pedía saber el euskera (a diferencia de hoy en día), porque, como decía un informe de 1778: “más de la mitad de al reino era tierra vascongada (monolingüe euskaldun)”, por tanto, el retroceso en un tercio de euskaldunes era para entonces era notable. 

Otras informaciones provenientes de tribunales eclesiásticos o “del Reino”, señalan que aún en el siglo XIX (1801 y 1808), se designan comisarios euskaldunes para Otano y Zabalegui (Elorz), por considerar los asuntos a tratar "negocio de pueblo bascongado", lo que significaba que apenas sabían castellano sus habitantes, normalmente la élite económico-política. 


ZONIFICACIÓN JURÍDICA DE 1767



"Atlas Histórico de Navarra" Eneko del Castillo: 


En un informe del año 1745, se concluía que: “casi todos los funcionarios de la Diputación (de Alta Navarra) eran nabarros”, nabarro era sinónimo de vascoparlante o euskaldun, lo cual es muy significativo.

Explica Peio Monteano que: “Por entonces, la Administración Pública Navarra se reducía a los tribunales de justicia, que ejercían también poderes legislativos y gubernativos. Su relación con la masa de la población no era directa, sino a través de sus oficiales (secretarios, escribanos, notarios y receptores), que por disposición foral debían ser naturales del reino y, dado que las leyes navarras prohibían el uso de traductores (intérpretes), debían dominar tanto el castellano como el euskera. La mayoría tenía esta lengua como nativa, pero otros la debieron de aprender coincidiendo con su formación como escribanos. Sólo conocemos la excepción del secretario Jerónimo de Aragón (1581-1595), quien en su trabajo tuvo que servirse de intérpretes”.

Los documentos de un proceso en Alta Nabarra en 1767, en la que la cuestión en litigio era qué poblaciones debieran considerarse euskaldunes y cuáles romanzadas a afectos de adjudicación a receptores del Tribunal Real , permitió al nabarro de Bera Ángel Irigaray Irigaray (1899-1983), trazar una frontera aproximada entre las dos comunidades lingüísticas de Alta Nabarra en esa fecha.

El Real y Supremo Consejo de Navarra, informó a los receptores bascongados y recabó información sobre la realidad lingüística. Según estas y otras fuentes Ángel Irigaray sitúa: "el límite meridional del vascuence (en amarillo en el mapa de la izquierda) de este modo: Eulate (Ameskoas), Amillano (Allín), Estella, Artajona, Tafalla, Lumbier, Orradre", o lo que es lo mismo, "partiendo de la parte de Leire, entrando un poco en el valle de Romanzado y bajando hacia el valle de Aibar, abarcando los pueblos pequeños de la Vizcaya (territorio de Alta Nabarra), pasase por el sur de la Valdorba y Tocando Tafalla y Estella terminase al oeste, al norte del valle de Lana".


El trabajo y las ilustraciones de Peio Monteano ratifican el de Irigaray: “Casi dos siglos después, en 1767, el Concejo Real elevando un memorial en el que pedían al tribunal que autorizara la actuación de los romanzados en los 183 pueblos que figuraban en un rolde o listado, en los que pese a ser totalmente euskaldunes ya estaba introducido el castellano. Se trata de todos los pueblos de la Cuenca de Pamplona, excepto los de la Cendea de Iza y Ollo; las villas de Uharte-Arakil, Lakuntza, Arbizu y Etxarri en Sakana; los de los valles de Goñi, Ibargoiti, Unciti, Lizoáin, Lónguida, Arce y la villa de Burguete".

Poco después se incrementaron las Guerras Forales, entre ellas, las Guerras Carlistas fueron las más importantes, las cuales acabaron en derrota y con la imposición de la Ley "Paccionada" de 1841, la cual supuso la estocada a la autonomía del reino (que dejó de serlo), del que jamás se recuperará,  y con ello, el mayor retroceso de euskera conocido. 

De la mitad de los pueblos altonabarros, retrocedió el euskera entre los agitados años que van de 1778 a 1868; desapareció durante esos años de: Valdorba (Orban Ibarra), Sangüesa, Valle de Allín, Galdeano (sobre 1863) etc.; el trasiego de tropas extranjeras y la derrota carlista-foralista lo propiciaron.

LA ZONIFICACIÓN DEL VASCUENCE DE 1986


Datos sobre el número de hablantes en euskera o nabarro del año 2011, desde entonces,
 ha aumentado el número de bilingües  en la zona "vascófona" y "mixta" en un 2%,
no así en la no vascófona 


La actual "Zonificación del Vascuence", la resumen en su blog Nabarlur su autor el sangüesino Eneko del Castillo, donde se ve claramente la imposición del castellano y la política lingüicida actual, buscando quitar a los nabarros su principal rasgo, su lengua propia:  

"La actual ley del euskera o Ley del Vascuence (1986) de la Comunidad Foral de Navarra establece tres zonas distintas en las que el euskara tiene distintos grados de oficialidad. Esto no es una novedad, ya que como demostró Manuel de Lecuona, gracias a una lista manuscrita, datada en el año 1587, que encontró en la Biblioteca del Seminario de Vitoria, en la que divide en dos a los pueblos de la Alta Navarra según es el euskera la lengua dominante o no" (...) 

- En los últimos 25 años el porcentaje de vascohablantes ha aumentado 3,4 puntos. En 1991, en Alta Navarra, el porcentaje de vascohablantes era del 9,5 % y, hoy en día, es del 12,9 %. Asimismo, el número de vascohablantes pasivos también se ha incrementado, pasando del 4,6 % al 10,3 % de la población. Por tanto, en la Alta Navarra entre las personas de 16 o más años 69.000 son vascohablantes, 55.000 vascohablantes pasivas y 410.000 castellanohablantes monolingües.

- La zona vascófona es la que cuenta con un mayor porcentaje de vascohablantes (61,1 %). En la zona mixta el porcentaje de vascohablantes es del 11,3 %. El menor porcentaje de vascohablantes se concentra en la zona no vascófona (2,7 %).

- El mayor porcentaje de vascohablantes se concentra entre los menores de 35 años, sobre todo en el grupo de edad 16-24 años. Actualmente, es vascohablante el 25,8 % de la población joven altonavarra de 16 a 24 años y el 18,8 % de la población de 25 a 34 años".


CONCLUSIÓN

Por tanto, la zonificación entre "euskaldunes" y romanzados", es una vieja estrategia del imperialismo que busca erradicar el euskera, el idioma nabarro, legislando para ello a favor de los castellano hablantes monolingües, marginalizando a su vez a los nabarros bilingües de los centros de cultura, Iglesia, administración, economía, y, en definitiva, de todos los centros de poder.