LA ORDEN DE MALTA Y SU PRESENCIA EN NABARRA OSOA


LA ORDEN DE MALTA Y SU PRESENCIA EN NABARRA OSOA

Aitzol Altuna Enzunza

Frey Phillipe Villiers de L'Isle-Adam, 
44º gran maestre de la Orden,
en la toma posesión de la isla de Malta 
el 26 de Octubre de 1530


LA ORDEN DE SAN JUAN DE JERUSALÉN, LUEGO DE RODAS Y POSTERIORMENTE DE MALTA

El suelo de la Catedral de San Juan de Malta, está compuesto por casi 400 lápidas de caballeros y oficiales de la Orden de San Juan de Jerusalén. Cada lápida lleva incrustada una losa de mármol de color con la cresta, el escudo y el epitafio del noble caballero. Orden de San Juan de Jerusalén 1213.


El peregrinaje a los Santos Lugares era una tradición europea que los temores por la llegada del año mil intensificaron como medio para la reconciliación con Dios, expiar culpas o en cumplimiento de un voto o promesa. Hasta el siglo X, el principal lugar de peregrinaje fue Roma, donde se veneraba la tumba de San Pedro, pero en los siglos XI y XII, la Ciudad Eterna fue eclipsada por el Sepulcro de Cristo en Jerusalén y por la tumba del apóstol Santiago en Galicia.


En ese siglo XII se crearon las órdenes militares, las cuales se consideraron una fuerza regular y entrenada para la defensa de Tierra Santa. La capacidad de reclutar miembros continuamente desde Europa, les dio unos recursos que los nobles y reyes no pudieron igualar. Sus fuerzas estaban equipadas de manera similar a los ejércitos de la época, en cuanto a caballos, cotas, armas etc., lo que daba mayor consistencia a sus unidades. Su capacidad organizativa y su fuerte convencimiento en la victoria apoyada en la fe religiosa, fue, sin duda, su mayor ventaja.


Las principales órdenes militares y religiosas nacidas en el siglo XII en Tierra Santa fueron: la primera la de los Pobres Soldados de Cristo (el Temple), nacida en 1118 a la que imitan todas las demás; después la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en 1113 convertida en militar en 1136 (más tarde llamada de Rodas y de Malta); la Orden de Santa María de los Alemanes (Teutones) en 1198; la Orden de San Lázaro compuesta por caballeros leprosos y dedicada al cuidado de personas con esta enfermedad, etc.


En ese siglo XII, en la Península Ibérica se fundaron las órdenes militares en los reinos que todavía tenían frontera con los musulmanes, como la de Alcántara en el Reino de León (1156), la de Calatrava en Castilla (1158), la de Santiago de la Espada o simplemente de Santiago en León (1161) y de Aviz en Portugal (1162).

Nabarra no tendrá frontera con territorio musulmán desde la toma de la ciudad de Tudela y de la ribera baskona en el año 1119 por Alfonso I el Batallador, tampoco tendrá órdenes militares propias para la defensa del reino, pero participará activamente en las Cruzadas, tendrá monasterios e iglesias templarias o sanjuanistas (hospitalarios) y hará fuertes donaciones a los monjes-guerreros como veremos.

Fuerte de San Angelo en Birgu, Malta

El monje-soldado Rafael Pérez Peña en su tesis doctoral “La soberana Orden de Malta a través de diez siglos de historia y su relación con la acción humanitaria”, nos explica el origen de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, los "hospitalarios" o "sanjuanistas", más conocida hoy en día como la Orden de Malta, al estar en esta isla su sede central desde la concesión de Carlos I de Alemania en el siglo XVI.


El origen de la orden tiene un precedente en el monasterio benedictino de Jerusalén, el cual fue construido con licencia del califa fatimita de Egipto hacia el año 1048 en las inmediaciones del Santo Sepulcro por unos devotos y acomodados mercaderes italianos de Amalfi, cuyo símbolo era una cruz muy similar a la futura de la Orden de San Juan, por lo que hay quienes les atribuyen su origen, pero esto no es comúnmente aceptado, ya que no parece que tuvieran relación con los comienzos de la orden (hoy el símbolo de Amalfi es la “cruz de Malta” pero con fondo azul).

Este monasterio de Jerusalén se intituló Santa María de la Cruz Latina y fue erigido con el fin de celebrar en él los oficios divinos conforme al rito romano, siendo atendido por monjes de la Orden de San Benito, benedictinos o monjes negros bajo la regla de San Benito que los hizo famosos y que hoy se resume en la frase "ora et labora". 


Por aquellos años, entre los mercaderes que llegaron y como un peregrino más, llegó a Jerusalén un noble caballero provenzal de Manosque, llamado Gérard de Martigues o Gérard de Tenque, que al ver la aflicción en la que se encontraban los cristianos, expuestos al peligro de los musulmanes que dominaban la ciudad, con el fin de auxiliarlos y acoger a los numerosos peregrinos que de toda Europa iban a visitarla, colaboró en la reedificación del hospital y en la construcción de una hospedería junto al monasterio benedictino. Se dedicó el hospital a San Juan Bautista, por ser aquél el lugar donde la tradición dice que el Ángel Gabriel habló a Zacarías, anunciándole que su mujer Isabel tendría a San Juan Bautista (Lucas 5:5-25). Este hospicio, a elección del abad del monasterio, tuvo como primer administrador, gobernador o rector a Gérard.

Primera sede subterránea en Acre

Pocos años después, Jerusalén fue conquistada por los cristianos durante la Primera Cruzada en el año 1099, fundando el denominado reino Latino de Jerusalén (1099-1289) con el duque Godofredo de Bouillon en calidad de “abogado del Santo Sepulcro” (1099-1100) y al año siguiente su hermano Balduino I de Bolonia (1100-1118) fue coronado como rey del nuevo Estado.

Gérard volvió a dirigir su hospicio con la ayuda de jóvenes excombatientes que dejaron el ejército y se unieron a su labor, comenzó a recibir de nobles y caballeros algunos privilegios, rentas y propiedades para su mantenimiento, como fue el caso del mismo Godofredo. Por entonces, Gérard y sus compañeros ante Arnaldo -el Patriarca Cristiano de Jerusalén-, decidieron pronunciar votos sagrados (castidad, pobreza y obediencia) junto al especial de ser “fratres pauperibus serventes” (freires al servicio de los pobres) y vestir un hábito monástico negro con una cruz blanca en el pecho, dándose en 1104 las primeras leyes e instituciones que solemnemente profesaron.

Beato Gérard 

El Papa Pascual II (1099-1118) accedió a la demanda de Gérard de recibirlos bajo la protección de la Santa Sede. Por tanto, bajo la dirección del que será Beato Gérard, se convirtió en una nueva orden religiosa teniendo como patrono a San Juan el Bautista. Es así como todos los miembros del Hospital y la iglesia de San Juan Bautista de Jerusalén, quedaron sometidos a una sola autoridad, elegido por los propios religiosos profesos presentes en la elección, y no a los obispos o al rey. Más tarde, se le reconocería por la Santa Sede el privilegio de no reconocer más autoridad que la del Papa.

La Bula Pie Postulatio, bendecida por el Papa en 1113

Después de la muerte de Gérard en el año 1120, le sucedió en el gobierno de la Casa del Hospital Raimond de Puy (1120-1158/60), -Raimundo de Podio o Despuig, Raimundo Dupui, Raimundo del Puy o del Poggio-, de origen incierto, posiblemente occitano, y compañero de armas de Godofredo de Bouillon, siendo el primero en llevar el título de Maestre. Durante su magisterio, de casi cuarenta años, se realizará la gran reforma del sistema reglar de la orden sanjuanista, conocida como “Regla de Raimundo de Podio”.


Sufragó Raimundo el costo de una escolta armada para acompañar y defender cuando fuera necesario a los peregrinos que llegaban y partían. Con el tiempo se convirtió en un verdadero ejército. Estaba formado por caballeros reclutados entre los cruzados de toda Europa y sirviendo como caballería pesada, y turcoples reclutados entre los nativos de sangre mixta, quienes hacían las funciones de caballería ligera armados a la usanza turca.

De este modo, la orden hospitalaria adquirió el carácter de orden de caballería, y con ello se convirtió en un ente mixto, una orden militar y religiosa, que designaba a su rector como “Maestre” como los templarios. Por esta razón sus miembros estaban sujetos a los tres votos monacales de Pobreza, Castidad y Obediencia, a los que se les añadía un cuarto voto de servicio y protección de enfermos y desvalidos y ahora de la defensa de la Cristiandad.


Una bula del Papa Alejandro III (1159-1181), estableció en 1178 que, “de acuerdo con la costumbre de Raimundo”, los hermanos podían portar armas “sólo mientras el estandarte de la cruz estuviese expuesto”. Poco después, los cristianos fueron expulsados de “Tierra Santa” por las tropas musulmanas de Saladino.

La toma de Jerusalén

Según explica Carlos Sánchez Marco en el Lebrel Blanco: “Tras la captura de Jerusalén por Saladino en el año 1187, la Orden Hospitalaria pudo conservar únicamente las posesiones que tenía en el principado de Trípoli (Líbia), las cuales perdió un siglo más tarde con la caída de Acre (en manos musulmanas en 1291, San Juan de Acre en la actual Israel, última posesión cristiana en Tierra Santa). Tras la expulsión de los cristianos de Jerusalén, sus miembros fueron obligados a buscar refugio bajo las órdenes del Gran Maestre, Jean de Villiers, en el reino de Chipre donde ya tenían algunas posesiones desde el tiempo de Ricardo Corazón de León. El Rey Amaury les asignó como lugar de residencia el pueblo costero de Limassol, en donde había casado el rey aquitano-inglés con la infanta Berenguela de Nabarra (durante la Tercera Cruzada en 1191)”.

Sede los hospitalarios en Limassol de Chipre

 A partir de entonces, los monjes hospitalarios se convirtieron en una gran armada que combatió el avance musulmán desde el mar. En el pontificado de Inocencio III (1198-1216), la actividad militar de la Orden se antepuso a la actividad caritativo-asistencial. Ahora bien, no será hasta el siglo XIII donde encontramos la mención de “la defensa de la fe” inserta como punto primero de la Regla de la orden, hecho acaecido, probablemente, durante el magisterio del rey Alfonso de Portugal (1203-1206) al frente del Hospital. Será en los Estatutos de 1206, donde ya queda perfectamente definida la militarización de la Orden, lo que se potenciará en ese siglo y los sucesivos. La Santa Sede reconoció “de iure” a la Orden el derecho a la actividad militar por medio de la bula “Cum Ordine Vestrum” en 1258, aunque ya iban armados y participaban en las batallas desde 1178 como hemos visto.

Castillo del Gran Maestre en Rodas

La consolidación final de la citada ampliación del carisma sanjuanista hacia la lucha armada, tendrá lugar durante los pontificados de Honorio III (1216-1227) y Gregorio IX (1227-1241), quienes, ante las dificultades cristianas en Ultramar y el resurgimiento de la pugna con el Imperio de Occidente, contemplaron a la orden de San Juan como elemento imprescindible y eficaz, tanto para la actividad defensiva como para el gobierno mismo de Tierra Santa y la lucha contra los piratas musulmanes, especialmente los del imperio otomano.

En azul la isla de Rodas, en marrón el reino de Chipre (Malta quedaría fuera del mapa hacia Occidente), mapa de la Wikipedia


1306 los hospitalarios tomaron la isla de Rodas, pese a pertenecer al Imperio cristiano de Bizancio, capitaneados por frey Sancho de Aragón (entre sus Grandes Maestres ha habido varios aragoneses y catalanes), donde estuvieron durante dos siglos, hasta que tuvieron que huir a la isla de Malta ante el empuje del sultanato mameluco en el año 1444, isla en la que se asentaron al mando de su 44º Gran Maestre, frey Phillipe de Villiers de L´Isle-Adam (ver foto de portada) y por concesión del Emperador Carlos V de Alemania el 26 de octubre de 1530 hasta el presente.


Primera sede de la Orden en Crac de los Caballeros, Siria


LA ORGANIZACIÓN DE LA ORDEN DE LOS HOSPITALARIOS DE SAN JUAN

Administrativamente, la Orden de San Juan de Jerusalén, o más concretamente sus posesiones, se van a reunir en agrupaciones geográficas, que no siempre coincidirán con delimitaciones políticas estatales, son las llamadas “Lenguas” (tongue) y los prioratos.


En 1203, el Maestre Alfonso de Portugal (1203-1206), ordenó una traducción de la legislación sanjuanista a las lenguas principales de la Orden y en los Estatutos redactados entre 1204-1206, surgidos a raíz de la crisis que supuso en el seno de la Orden la pérdida de Jerusalén, se definió la estructura de los órganos centrales de gobierno de la Orden, haciendo especial hincapié en el aspecto militar de los religiosos del Hospital.


Cada una de las Lenguas estaba compuesta por Grandes Prioratos y Prioratos y estos por Encomiendas. Estas Lenguas se terminaron por configurar en 1327 aunque existían de antes, fueron las de Provenza (con los Prioratos de Saint-Gilles y Tolosa); Auvernia; Francia (con Aquitania y Champagne); Italia (con Lombardía, Roma, Venecia, Pisa, Barletta y Messina); Aragón (con Aragón, Compostela, Cataluña y Nabarra); Inglaterra (con Irlanda y Escocia); Alemania (con Heitersheim, Bohemia, Austria, Hungría, Escandinavia o Dacia y Polonia).

Concatedral Valleta de Rodas

En 1462, tras su separación de la Lengua de Aragón, aparecen también las de Castilla, León y Lusitania. Cada Priorato estaba compuesto por Encomiendas y también por Bailiatos Capitulares (como los de Armenia, Brandemburgo, Mallorca, Turín, etc.), que aunque más pequeños, eran menos numerosos que los Prioratos. Cada Lengua estaba a cargo de un Pilier (Pilar) en Rodas.



El Priorato agrupaba cierto número de encomiendas en un territorio, que se podía corresponder con un reino, un condado o un Obispado. Los Prioratos existentes, al llegar la Edad Moderna, en la Península Ibérica son los siguientes: Castilla, Nabarra, Portugal y Aragón, éste último conocido con el nombre de Castellanía de Amposta, y del cual se desgajó el Priorato de Cataluña.


A cargo de éstos prioratos se encontraba el Prior que era el intermediario entre el poder central y el local. Éste era nombrado por el Capítulo General de acuerdo con la propuesta que realizaba el Gran Maestre. Se encontraba obligado a acudir a la Casa Central de la Orden por llamamiento del Gran Maestre, y a rendir cuentas de su gestión al frente del Priorato. El Gran Maestre podía ser elegido de entre los caballeros de cualquier Lengua y ejercía una autoridad suprema bajo el control no obstante del Gran Cabildo y con ayuda de varios consejeros.

Había al final 8 Lenguas 24 prioratos y las encomiendas o subdivisiones de los prioratos que eran 656.


ORIGEN DE LA CRUZ DE MALTA

En 1146 hizo su aparición el estandarte de la orden templaría. Era de lino blanco con rayas negras y le llamaron Beauseant, que es como llamaban los franceses de entonces a los caballos blancos y negros. De hecho, “beauseant” se convirtió también en el grito de guerra de la orden. Sobre el estandarte también había una inscripción en latín, “Non nobis, Domine, non nobis, sed tuo Nomini da gloriam” (No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre le sea dada la gloria). La cruz roja se le añadió después al estandarte en 1166 (Lewis, F.: Historia de los Caballeros templarios. Barcelona, 2004). De los colores usados por los distintos Estados en las Cruzadas, es de donde nacerán las banderas nacionales.




La cruz patada templaría encaja perfectamente en la cruz de ocho puntas hospitalaria en referencia a la planta ortogonal de la iglesia de Jerusalén, conformando ambas una cruz griega de cuatro brazos simétricos.

Al principio y desde el año 1104, el hábito de los Orden Hospitalaria fue negro y sobre él, en la parte izquierda del pecho, llevaban los monjes una sencilla cruz griega de color blanca. En 1138, por petición del Maestre Raimundo de Puy, el Papa Inocencio II (1130-1143) aprobó que la Orden tuviera como pabellón una bandera roja con la cruz blanca de San Jorge.


Cruz de Malta en San Giovannino dei Cavalieri de Florencia

El primer Maestre, frey Raimundo, fijó estatutariamente en 1138 como emblema la cruz blanca de ocho puntas sobre el hábito negro de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Por tanto, la bandera actual de la Orden, se usa desde el siglo XII (Galimard Flavigny, b.: Les Chevaliers de Malte. Des homes de fer et de foi 2005, p. 18).

Originariamente se presentaba como una cruz ensanchada (patée o patada como los templarios), con los extremos de los brazos hendidos por una escotadura, de forma que cada uno terminaba en dos puntos. Con el tiempo, su diseño se estilizó hasta que los brazos tomaron forma de uves unidas por sus vértices, la que ahora conocemos.


En 1248, durante el magisterio de frey De Chateauneuf (1243-1258), el Papa Inocencio IV (1243-1254) autorizó a los caballeros hospitalarios en servicio activo que llevaran, en lugar de la túnica, una cota de armas negra por encima de la armadura; en 1259, el Papa Alejandro IV (1254-1261) cambió el negro por rojo, color que ha mantenido el uniforme de la Orden hasta nuestros días. El hábito de iglesia, sin embargo, sigue siendo de color negro (en algunos cuadros se les dibuja, durante la toma de Jerusalén por Saladino, con su hábito rojo pero todavía usaban el negro).


LA ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN EN NABARRA

El rey de Nabarra Alfonso I “El Batallador” murió sin descendencia en el año 1134. Escribió su testamento durante la recuperación de Baiona a los aquitanos, que querían para sí toda la Baskonia continental o ducado de Gascuña por ser descendientes de los francos. 

Alfonso reinó, según él mismo describe en 1131: “desde Belorado hasta Pallars y desde Bayona hasta Monreal (de Teruel)”.


El testamento dejaba el reino de Nabarra y Aragón a las Órdenes Militares, con ello Alfonso quería expiar sus pecados, que debían de ser muchos. El papa se convertiría en la máxima autoridad del reino que quedaba al mando de Ramiro el Monje, el hermano del rey fallecido, como superior de las órdenes religioso-militares de Palestina, Santo Sepulcro y Hospital San Juan de Jerusalén, los soldados-monje.

El testamento fue rechazado por los nabarros en las Cortes Generales, donde también participó el señor de Bizkaia Ladrón de Gebara (hijo de Eneko Belaz), reunidas a tal efecto en la catedral de Pamplona, que decidieron no hacer caso del mismo, con Garçés Ramírez “el Restaurador” a la cabeza, entonces señor de Monzón (Aragón) y Tudela.

Alfonso I el Batallador de Nabarra y Aragón

El conde Catalunya Ramón Berenguer IV (1131-1162), tomó un préstamo de mil maravedís de los hospitalarios aragoneses para financiar la guerra contra Sancho Ramírez y en apoyo de Ramiro el Monje.

Finalmente, el reino de Nabarra y Aragón se separó y Nabarra pasó a manos del nieto bastardo del hermano de Sancho el de Peñalén, cuya madre era hija del Cid, será el rey Garçés Ramírez apodado "el Restaurador", el cual, señalaba que era: "... rex in Pampilona et in Alava, et in Puzcoa et in Bizcaia", pero no así en Aragón y el resto de condados que se integrarán en él. 

Es la aplicación del derecho foral de “alzar al rey”, por el cual, correspondía a los nobles más notables del reino elegir al nuevo rey.

Alzamiento sobre el pavés de Eneko Aritza, primer rey de Nabarra con la cruz patada de su escudo, hoy en el escudo de Aragón, aunque su atribución es tardía https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/origenes-de-aragon-la-cruz-de-eneko.html?m=1

En sus comienzos en la península ibérica, la Orden Hospitalaria de San Juan dependía del Prior de Saint Gilles de Francia. Tanto en Nabarra como en Aragón, se se instauró la Orden entre los años 1120 y 1125 por mandato de Doña Urraca de León (esposa de Alfonso I el Batallador). Los primeros asentamientos son un tanto confusos y difícil la localización de las primeras donaciones, aunque parecen predominar en la zona comprendida entre Sangüesa y las hoy aragonesas de Sos y Uncastillo, en la comarca de las Cinco Villas de Aragón. Del mismo modo, resulta dificultoso saber cuáles fueron los primeros priores de Nabarra, por la escasa separación que había entre las pocas posesiones de la Orden en Nabarra, Aragón y la Castellanía de Amposta.

La reina Doña Urraca de León (que incluía el condado de Castilla), esposa de Alfonso I el Batallador, de la que se separó por su numerosas infidelidades

Con los años, esta situación se fue aclarando y al final del reinado de Ramón Berenguer (casado con Petronila, la hija de Ramiro II el Monje), y durante el reinado de su hijo Alfonso II de Aragón (1157-1196), los territorios de la Orden en Aragón se agregaron a los de la Castellanía de Amposta y los de Nabarra se constituyeron en un Priorado independiente, debido seguramente a la separación de ambos reinos, lo cual es ya visible en la documentación a partir de 1172, reinando Sancho VI el Sabio de Nabarra, hijo de Ramírez el Restaurador.


Mapa Eneko del Castillo, año 1134


Tal y como explica Mikel Burgui en su artículo “Los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén” (del que transcribo parte del texto a continuación), en La Gran Enciclopedia Navarra en su entrada “Sanjuanistas”, en cuanto a las encomiendas o centros de gestión que tuvieron en nuestro antiguo reino se señala, como los reyes de Nabarra García o Garçés Ramírez el Restaurador (1136-1150) y su hijo Sancho VI el Sabio (1150-1194), favorecieron generosamente a los Hospitalarios. A los polos iniciales de Sangüesa-Zangotza y Zizur Menor, Garçés Ramírez el Restaurador añadió las villas de Cabanillas y Fustiñana (1142), y su hijo Sancho VI el Sabio la villa de Pedriz (1174 en Ablitas) y sus “palacios” de Lizarra-Estella (1165).

Palacio real de Lizarra-Estella

"El ejemplo de los monarcas y el marcado ánimo benéfico de la Orden, suscitaron paralelamente numerosas donaciones que incrementaron su patrimonio de forma espectacular, antes de acabar el siglo XII, los Sanjuanistas u Hospitalarios ya tenían en funcionamiento las encomiendas de: “Sangüesa, Iracheta-Leache (con sendos hospitales de peregrinos), Cizur Menor-Olaz, Bargota (entre Puente la Reina y Mañeru), Cahués (hoy despoblado en la actual Miranda de Arga), Echávarri-Zufía, Melgar (entre Sansol y El Busto), Falces, Casanueva-San Adrián,Tudela, Calchetas, (término actual de Cascante), Cabanillas-Fustiñana-Buñuel”.

A finales de las siguientes centurias los Hospitalarios contaban en Nabarra con 14 villas, 21 iglesias y heredades diseminadas en más de 250 lugares del reino. Parece lógico, que estos reyes de la Nabarra Osoa, tuvieron que hacer lo mismo en la Nabarra Occidental, pero, como veremos, no parece que fuera así. 


Mikel Burgui: "Abandonada la encomienda de Zizur Menor a raíz de la desamortización de Mendizábal de 1836, el Gobierno de Navarra restauró su iglesia en 1989. Posteriormente fue cedida a la Orden de Malta en 1998. La Orden mantiene un albergue de peregrinos en un edificio anejo a la iglesia medieval". El artículo completo se puede leer en: https://ujue-uxue.blogspot.com/2018/03/los-caballeros-hospitalarios-de-san.html

Dentro de la iglesia de Zizur Menor



LAS ORDENES MILITARES EN LA NABARRA OCCIDENTAL

En Alaba existen varias iglesias de las que se tiene sospechas de su origen templario, todas cercanas a las grandes vías de comunicación, principalmente a la Calzada Romana Burdeos-Astorga, que después será el Camino de Santiago baionés o vasco.

San Vicentejo de Trebiño


Un listado de las supuestas iglesias templarias, incluiría las de: Otxarte, Villanueva de Oca y San Vicentejo (las tres en la tenencia nabarra de Uda-Trebiño), Okina, Cárcamo, Villamaderne, Karkamo, Guinea y Argandoña, todas iglesias románicas nabarras anteriores a la invasión castellana de 1200. En realidad es poco probable que sean templarias, lo mismo que en el caso de Bizkaia y Gipuzkoa.

Tuesta, la bóveda que cubre la cabecera es de gallones con cinco nervios que parten de cada uno de los cinco lados que forman la cabecera, coronando en una clave donde se representan dos ángeles elevando hacia el cielo una supuesta cruz de los Templarios

Incluso, la semejanza de alguna cruz con la cruz patada de los templarios no demuestra nada de por sí, puesto que en las cuevas eremíticas alabesas, más concretamente en las áreas de Valdegobía, Villanueva, Tobillas, Corro, Pinedo, Quejo etc. (comarca donde se sitúa también Valpuesta) y el condado de Trebiño (términos de Marquínez, Urarte, Laño y Alabaina), las más antiguas de la península, se han hallado dibujos de este tipo de cruces del siglo VI, y otras muchas más, alguna aún más sorprendente:




E. Labayru, en su extenso libro sobre la historia de Bizkaia de finales del siglo XIX, es muy contundente y da gran información sobre la inexistencia de la Orden del Temple en Bizkaia, en Gipuzkoa e incluso Alaba, seguramente debido a la inexistencia de musulmanes en estas tierras. A los hospitalarios o sanjuanistas ni los nombra, pues nunca se ha oído hablar de ellos en las tierras de Bizkaia, y no se tiene el más mínimo rastro arquitectónico de esta orden y sus famosas cruces de Malta en ellas, no así en Alaba, donde hay constancia de dos monasterios.

“El 11 de agosto de 1307, se recibió en Castilla la bula de Clemente V, por la cual se obligaba a todos los que tuviesen bienes de los templarios a que los entregasen a los Obispos o a los administradores nombrados por la Santa Sede, pues muchas y graves individualidades de la Orden le habían manifestado, que los crímenes y delitos que se imputaban eran verdaderos, y reconociendo sus errores suplicaban a la Santa Sede, no justicia, sino misericordia y perdón (…)”.

"Gure Aita" bizkaieraz Jerusalemgo Pater Noster elizan 



Después detalla Labayru los centros templarios de la bula y resume:

“¿Hubo templarios en Bizcaya?

Lo único que poseyeron los freires templarios fue ciertos frutos decimales de iglesias que algunos patronos y los señores de Bizcaya les concedieron por afecto a la orden a semejanza de otros frutos eclesiásticos que devotamente se concedieron a varias comunidades, entre estas la de Oña, la Cogolla, Santa María de la Vid y Nájera.

De lo actuado en la extinción se comprueba que no hubo monasterio de la orden del Temple en Bizcaya. El proceso formado en Castilla entre buen número de monasterios, no cita ninguno de Bizcaya, y aun entre los religiosos citados a compadecer no hubo más que dos de apellido vascongado, y fueron los hermanos Pedro y Miguel de Uribe, que residían en la Baylía de Haro.


Santa María la Real de Nájera

De las escasas noticias que existen acerca del proceso completo de los templarios en España no se descubre el más pequeños vestigio de que esta orden militar de los templarios se extendiese por Bizcaya, Guipúzcoa y Álava, pero sí en Nabarra (sic.), donde poseyó varios monasterios.

Es, pues, erróneo de haber atribuido a la iglesia San Miguel de Ahedo, en Carranza, carácter de Iglesia de templarios, error que provino de haber sido esculpidas en la piedra sepulcral una efigie mortuoria con hábito del templo, espuelas calzadas y capillas de freires, al morir dos caballeros advenedizos de la orden, que, después de deshecha ésta, se recogieron en casa de Sancho Sanchéz de Carranza, el cual tuvo un hijo templario, y al morir fueron sepultados en la capilla mayor (el error aparece en la obra de Lope García de Salazar s. XV)”.

Talla del siglo XIII de San Miguel de Ahedo


Labayru incluso nombra los templos de Andra Mari de Galdakano y San Juan Gaztelugatxe para aclarar que:

“Respecto a la iglesia de Galdácano y Gastel-Ugach se las atribuyó el carácter templario, tan sólo porque era achaque común el atribuir a los caballeros del temple todos los edificios cuyo origen no se sabía apreciar por los naturales del pueblo en que se hallaban estas fábricas. La equivocación sobre Berriz y San Agustín de Echebarría procede de unos papeles del siglo XVI que no tienen mérito alguno, y en cambio están plagados de simplezas”.


El propio Labayru, achaca gran parte de la confusión a la obra del berriztarra Iturriza y Garate (1793):

“Con decir que los Templarios fueron creados en 1128 por Hugo de Payens y Godofredo de Saint Aldemar y otros siete caballeros, aprobados por Honorio, se evidencia que el autor de las Antigüedades (Iturriza y Garate) hizo madrugar demasiado a los templarios para darlos por instituidos en el siglo VIII, y poseyendo a San Juan de Berriz en una época en que no se los conocía.

Así bien, al hablar de San Agustín de Elorrio menciona a los Templarios como ocupando esta iglesia fundada por el falso Sancho Aznar en 1053, cuando tampoco en esta última fecha habían nacido los primeros pobres caballeros del Templo de Salomón, como se llamaron”.


En el artículo "Importantes hallazgos en la iglesia de Andra Mari de Galdakao construida al lado del Camino de Santiago por la costa" de Xabier Orue-Etxebarria, Joseba Artaraz y Estibaliz Apellaniz (2017), hablan sobre la posibilidad de que las estrellas de ocho puntas de los medallones de Andra Mari sean cruces de la Orden de la Cruz de San Juan de Jerusalén, también conocidos como Hospitalarios y desde el siglo XVI como Orden de Malta:

"En el tramo considerado como del siglo XII, en los medallones de los nervios, hay tres que presentan una estrella de ocho puntas y el cuarto una cruz muy característica, mientras que en la clave hay una flor con ocho pétalos. Una roseta semejante a esta se encuentra en una clave de la iglesia de Santa María del Castillo en Lizarra (…). Esta cruz de ocho puntas está considerada como la cruz de San Juan, cruz Hospitalaria o posteriormente conocida como cruz de Malta (Gascó Pascual y Llorens, 1998). Esta orden, también conocida como Orden de Malta, fue fundada en el siglo XI (sic.), en tiempos de las cruzadas, para suministrar asistencia hospitalaria a los peregrinos a Jerusalén. 

En el caso de que la cruz existente en las bóvedas de Andra Mari sea la Cruz de Malta, teniendo en cuenta que según algunos especialistas se trata de una cruz concedida a la Orden de San Juan por el Papa Alejandro IV durante su pontificado (1254-1261), habría que pensar que las bóvedas de los dos tramos de la parte antigua se hicieron durante la segunda mitad del siglo XIII. El hecho de que la Orden de Malta pudiera estar implicada en la reconstrucción de Andra Mari podría apoyar también que esta iglesia estuviera en el Camino de Santiago".



Realmente esto no fue así, el Papa Alejandro IV (1254-1261) cambió el hábito negro por el rojo de los monjes en la lucha como hemos visto (no en las ceremonias eclesiales que sigue siendo negro), color que ha mantenido el uniforme de la Orden de Malta hasta nuestros días. Por tanto, la Cruz de Malta es del siglo XII y no del XIII. 

Pero las posibilidades de que esta cruz de ocho puntas sea considerada como "la cruz de San Juan, cruz Hospitalaria o posteriormente conocida como cruz de Malta”, es prácticamente nula, y en el caso de Galdakano, de hecho, ni tienen parecido alguno al no ser una cruz griega patada, por lo que proponemos una solución más fácil en el artículo https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/03/hipotesis-sobre-la-procedencia-de.html.






Santo Tomás de Mendraka  está en la villa bizkaína de Elorrio, cerca de las tumbas recogidas en San Adrián de Argiñeta. En esta ermita hay 43 sepulturas en fosas variadas excavadas en tierras, todas ellas altomedievales del siglo XI o anteriores,  muy comunes en todo el duranguesado a las faldas del monte Oiz. Además, se sabe que existía una estela discoidea de reducidas dimensiones con una gran cruz griega patada similar a la templaria en una de sus caras, "y en la otra tres circunferencias concéntricas, la menor de las cuales inscribe una cruz» (J.M. Ugartechea). Sus dimensiones eran 0,31 mts de diámetro, 0,22 de ancho en el cuello y 0,20 de grueso. Hoy en día, desgraciadamente, esta estela se da también por desaparecida.

Esta estela tenía también la misma forma que las cruces templarias, sin que haya conexión, es más, es con toda probabilidad anterior a la existencia de esta orden religioso-militar. 
Recientemente ha aparecido otra cruz similar ligeramente patada, precisamente en mencionado poblado de Argiñeta en Elorrio, que tiene una inscripción con el nombre en euskera "Aczenari". Ocurre lo mismo con la estela con cruz patada incisa hallada San Miguel en el monte Ereño, junto al castillo nabarro.


ARKEOLOGI MUSEOA (Bilbao): 
"El Museo Pieza a Pieza: La estela de Aczenari de Argiñeta"

Cruz encontrada en la ermita de San Miguel de Ereño donde se encontraba el castillo nabarro que vigilaba la ría de Urdaibai o Gernika (2008)





San Miguel de Linares Arcentales- Artzentales



“La tradición afirma que esta iglesia fue en lo antiguo casa de templarios. Dentro de sus naves se ve el escudo de la familia de Puente (hoy escudo del municipio), la principal del valle, y a su lado un enorme roble llamado la Rebolla del concejo, bajo cuyas frondosas ramas hay asientos y una mesa de piedra, donde se congrega el ayuntamiento al aire libre, como era antigua usanza en todos los pueblos del Señorío" E. Delmas s. XIX, escritor y editor bilbaíno. Lo cual es falso como hemos visto.
En la actualidad, el tocón de dicho árbol se conserva bajo un arco de la iglesia, junto a la puerta de entrada, y en su lugar se plantó un nuevo roble, esta vez hijo del de Gernika.

LOS ÚNICOS MONASTERIOS E IGLESIAS HOSPITALARIOS EN LA NABARRA OCCIDENTAL

En su trabajo “Iglesia, religiosidad y sociedad en el País Vasco durante el siglo XIV” el medievalista alabés Ernesto García Fernández (2007), comenta que: "En el País Vasco no se establecieron grandes centros monásticos durante los siglos XI al XIII. Esta circunstancia ha afectado, con toda seguridad, no sólo al volumen de la documentación escrita o de carácter patrimonial, sino también a la evolución eclesiástica y religiosa de las gentes asentadas en estas comarcas.


En el XII fracasó el intento de crear un monasterio premostratense en San Juan de la Peña (Bakio –sic.-, se refiere a San Juan de Gaztelugatxe, hoy Bermeo). En el siglo XIII únicamente se fundaron conventos franciscanos y dominicos en Vitoria, el de San Francisco, el de Santo Domingo y el de Santa Clara. En esta misma centuria se fundan tan sólo dos monasterios femeninos, uno de la orden del Císter en Álava, Santa María de Barría, documentado por primera vez en 1217 y otro que se acogió a la orden de San Agustín, el de San Bartolomé de San Sebastián, al frente del cual había una priora en 1250”.

 

Es más, en toda la Nabarra Occidental, no existieron hasta el siglo XIV los "monjes-soldado" de Jerusalém-Orden de Malta al servicio de sus Maestres y del papa de Roma, y su equivalentes femeninas.

Señala Ernesto García Fernández como: “En el siglo XIV, se registra el convento femenino de San Juan de Acre en Salinas de Añana (Alaba), perteneciente a la orden de San Juan de Jerusalén. Es posible que desde esas fechas las iglesias de Santa Catalina de San Sebastián (extramuros sobre el río Urumea, iglesia documentada sin embargo en el siglo XV) y de San Juan de Arramel(e) de Tolosa (Gipuzkoa, en realidad una ermita documentada desde 1205, por tanto, anterior a la conquista castellana) fueran encomiendas de la misma orden, pues a mediados del siglo XV, Juan de Beaumont, prior de San Juan de Jerusalén en el reino de Navarra, cesó al comendador de dichos centros y designó otro nuevo (…)”. 


Capilla de San Juan de Arramele de Tolosa, totalmente reformada


Por tanto, en el caso alabés y gipuzkoano, pese a la conquista castellana, estas Órdenes seguían dependiendo de sus superiores en la Nabarra libre


"(---) la acción de las ordenes militares y en especial la del Hospital de San Juan de Jerusalén, añade otro elemento a favor del protagonismo navarro en muchas de las fundaciones consideradas plenamente castellanas. En Salvatierra, Tolosa y San Sebastián, por ejemplo, se sabe de la existencia de encomiendas del Gran Priorato de Navarra de esa orden militar en las inmediaciones de la puebla; parece que su implantación está relacionada con la protección de los caminos, controlando puentes en pasos estratégicos u ofreciendo otros servicios".

En el señorío de Bizkaia no tenemos caso alguno de estas Órdenes religiosas de monje-soldado o de las monjas-enfermeras.


Es significativo, en el caso alabés y gipuzkoano, que pese a la conquista castellana, estas Órdenes seguían dependiendo de sus superiores en la Nabarra libre.


"(---) la acción de las ordenes militares y en especial la del Hospital de San Juan de Jerusalén, añade otro elemento a favor del protagonismo navarro en muchas de las fundaciones consideradas plenamente castellanas. En Salvatierra, Tolosa y San Sebastián, por ejemplo, se sabe de la existencia de encomiendas del Gran Priorato de Navarra de esa orden militar en las inmediaciones de la puebla; parece que su implantación está relacionada con la protección de los caminos, controlando puentes en pasos estratégicos u ofreciendo otros servicios".


Solo ha habido tres de estos monasterios de la Orden Hospitalaria en toda la Nabarra Occidental, dos de ellos en Alaba. 

El primero fue el priorato de Iruña de Oka en la mencionada calzada romana Burdeos-Astorga y posterior Camino de Santiago. Se trata de un monasterio fundado en el siglo XIV por estos monjes y que desapareció en el siglo XVIII.

En la actualidad tenemos otro monasterio de esta orden en Salinas de Añana, también del siglo XIV, se trata de una Orden Hospitalaria de San Juan de monjas, dedicadas a los peregrinos templarios del Camino de Santiago. El convento fue construido sobre los restos más antiguos de un hospital de peregrinos.


Según los expertos, el origen de esta rama femenina se remonta a la fundación de la propia Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. La labor de estas religiosas, era esencial para atender a peregrinas y enfermas en los hospitales. En sus inicios, tenían vínculos familiares con los Caballeros de la Orden y su cometido específico era rezar por ellos y por el Gran Maestre.

El tercer centro sanjuanista, es muy reciente y está en Arrasate-Mondragón, en Gipuzkoa, y tiene un origen muy interesante.


HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS ARRASATE-MONDRAGÓN

En diciembre de 1874 se produjo otro nuevo golpe de Estado en Sagunto (Valencia, España) por el militar Martínez-Campos por la “restauración borbónica” y contra el gobierno del general Serrano (uno de los amantes de la reina Isabel II), que a su vez había acabado con otro golpe de Estado encabezado por el General Pavía con la Primera República Española.


El liberal "moderado" Canovas del Castillo, se hizo con el poder con el consentimiento del militar Martínez-Campos, y acabó con una época de constantes cambios de presidentes y generales dictadores que poco o nada tenían de liberales. 

En 1896 en Barcelona, durante la celebración del Corpus Christi, los anarquistas querían atentar contra "el ejército español, el clero y los burgueses", pero erraron su objetivo y durante el paso de la procesión del Santísimo de la Catedral de Santa María del Mar, un anarquista lanzó una bomba Orsini que causó la muerte a 12 fieles que habían asistido a la procesión. 


La policía encerró en pocas horas a 400 anarquistas en el Castell de Montjuïc durante un año, donde fueron cruelmente torturados. Al año de estar encerrados y tras el juicio, hubo 28 penas de muertes y 59 cadenas perpetuas, el resto fue liberado sin cargos en lo que se conoció como "Procesos de Monjuic". El presidente del Gobierno, el mencionado Cánovas del Castillo,  incluyó el anarquismo como "delito de terrorismo".


En el año 1897, Cánovas del Castillo acudió a Donostia-San Sebastián a despachar con la reina regente María Cristina (la madre de Isabel II) que veraneaba en la capital gipuzkoana como de costumbre. Aprovechó su estancia en Gipuzkoa para cogerse unas vacaciones en el Balneario de Santa Águeda de Arrasate-Mondragón (barrio de Garagarza), que ya conocía y el cual estaba muy de moda entre la alta sociedad española. 


El 8 de agosto, tras acudir a misa, se sentó Cánovas junto a la piscina termal en la pequeña ermita del Balneario, y pese a que contaba con 21 agentes como escolta, el anarquista italiano Miguel Angiolillo, que estaba allí alojado como periodista una semana antes, se le acercó y le asesinó de tres balazos en venganza a los "Procesos de Montjuic". 


Angiolillo fue ejecutado a garrote vil en la prisión de Bergara 12 días después, el Gaztetxe actual conserva la sala donde estuvo encerrado Angiolillo como Biblioteca y lleva el nombre del anarquista. No se supo quién le pudo ayudar al anarquista, sospechándose de cubanos y de estadounidenses, entonces en lucha por la independencia de los primeros.


“Hila da Canovas,
joan da Canovas,
Pikaro gaizki hazia!
Galdu zituen ifar garbiak,
Jarri du trumoi nahasia.
Galdu zituen Foruak eta
Jainkoaren grazia;
Galdu zituen bere lagunak,
Galdu du bere bizia!”
Juan Manuel Lujanbio “Txirrita” (1860-1936).

(Ha muerto Canovas, se ha ido Canovas, ¡pícaro mal nacido!. Perdió todas las sonrisas limpias, puso la tormenta confusa. Perdió los Fueros y la gracia de Dios; perdió a los amigos, perdió su vida!)



La regente María Cristina, mandó el cierre del Balneario, el cual fue comprado en enero de 1898 por el Obispado de Vitoria con el Padre Benito Menni al frente, gerente de la sociedades anónimas "El Iris" y "La Rosa" de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, para convertirlo en el Sanatorio Psiquiátrico que es hoy en día, el cual fue inaugurado en junio de 1898, procediéndose al traslado de enfermos que las Diputaciones de Gipuzkoa y Alaba tenía hasta entonces en Valladolid.


En el año 1904, ambas Órdenes religiosas procedieron a separar sus bienes y empezaron a funcionar como dos centro independientes. Hoy en día, el hospital "Aita Menni", presta servicios de hospitalización de larga estancia a pacientes psiquiátricos de Gipuzkoa y Bizkaia, en base al Concierto de Provisión de Servios Sanitarios suscritos con el el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, y un servicio privado para pacientes de psicogeriatría así como de consultas externas de psiquiatría.