EL ROMÁNICO, EL ARTE DEL REINO DE NABARRA
Aitzol Altuna Enzunza
Contexto político del nacimiento el románico
El milenarismo, la creencia que en el año mil después del nacimiento de Cristo iba a ser el fin del mundo, impulsó a numerosa gente a entregar todos sus bienes terrenales a la Iglesia para así alcanzar mejor el cielo; al no ocurrir nada especial en el año 1000, se consideró que se había contado mal y se pasó de la cronología hispánica a la gregoriana actual, pero aún así no sobrevino la Apocalipsis ni hubo Armagedón; por supuesto la Iglesia no devolvió nada de lo recibido en el año 1001 ni en el 1033 (1000 años desde la muerte de Cristo), ni en siglos posteriores.
Con el cambio de milenio acaba la Alta Edad Media y comienza la Baja Edad Media.
Pero el fin del mundo no parecía algo descabellado, viendo la situación política de nuestro reino.
El rey nabarro Sancho II Garcés o Abarca casó a una de sus hijas, Abda “la Vascona”, con el caudillo musulmán Almanzor (Al-Mansur, “El Victorioso por la gracia de Dios”). Almanzor fustigó Nabarra duramente, entrando en Pamplona en diferentes "razias", como en el año 992 y sucesivos (993, 998, 999), pidiendo vasallaje al rey nabarro, el cual tuvo que hacerlo postrándose ante su propio nieto en Córdoba, el hijo de Almanzor y Abda, Ab al-Malik, llamado por su madre Nabarra Sanchuelo.
Ab al-Malik morirá asesinado en 1008, tras granjearse numerosos enemigos, lo que supuso el inicio del declive del califato cordobés que cae en pequeños gobiernos de jefes guerreros, los conocidos “reinos de Taifas” (Tawaif o “banderías), la situación cambia drásticamente para los reinos católico europeos.
El autoconsumo agrario directo, da paso en el siglo XI a un crecimiento tanto económico como demográfico con excedentes que dan lugar a mercados. Se produce un cambio climático que multiplicó hasta por 12 las cosechas, son abundantes los desbroces de amplias zonas y el aumento de la tierra cultivada. La bonanza económica supone un boom de los monasterios y la creación de universidades.
El monje Raúl Glaber, en el año 1050, da testimonio de que pasado el terror milenarista y gracias al retroceso del Islam y a la bonanza económica, se construyen y reconstruyen por doquier y en todo el occidente europeo, un sin fin de ermitas, iglesias y catedrales, movimiento cultural que empieza a eclipsar a la cultura bizantina y a la islámica. A finales del siglo XI los reinos católicos se unen en la que fue llamada “Primera Cruzada”.
Villa de Arrada-Rada en Alta Nabarra del siglo X, destruida en el año 1455, en la foto se observan todos los elementos de la época: iglesia, torreón del castillo, muralla, casas solariegas etc. (Foto del libro "Navarra, castillos que defendieron el reino" Iñaki Sagredo Garde). El nombre más antiguo documentado es Arrada (1131), Rada (1192) y Errada (1201)
Cuadrillas de canteros y escultores recorren con sus familias toda Europa para construir esos templos, que con sus diferencias locales, mantienen un mismo estilo arquitectónico, pero con especificidades territoriales.
Es la Iglesia Católica casi la única compradora de arte en esos siglos, impulsada por la poderosa orden benedictina de los Cluny desde Francia, introducida en la Península Ibérica por el rey nabarro Sancho III el Mayor (1005-35), apoyándose en la ruta de peregrinación Xacobea, copiando el primer románico el estilo lombardo del norte de Italia, cuya principal característica es la piedra pequeña imitando al ladrillo como en el castillo nabarro de Loarre (Huesca) o en la Catedral de Vitoria, antigua población amurallada y con castillo de Gaste(b)iz, como delata su nombre euskeriko (Gaztelu: castillo).
Con este rey, el reino baskón alcanza su máxima extensión y se consolida definitivamente en Europa, todos los territorios de habla vasca están bajo su poder (salvo la comarca de Tudela), será llamado por los cronistas árabes "Señor de los Vascos" (amir al-bashkuns). También se le nombra como rey de “Wasconum gens” y de “Wasconum nationem”.
La reforma benedictina de los “monjes negros” de cluny, supone la centralización de la Iglesia que depende directamente del Papa, y es el abad de cluny el que nombra a los abades de los más de mil monasterios cluniacenses que se van creando, frente al sistema mozárabe anterior, donde cada monasterio elegía su abad votando cada monje con bolas negras y blanca. Se da más importancia a las escrituras.
Evolución del arte románico
El nombre dado a este tipo de arquitectura, conocida como “románico”, es muy tardío, proviene de una carta que en 1818 Monsieur de Geville, admirador del estilo llamado clásico -el romano y sobre todo griego-, manda a su amigo Le Prevot, al que en tono despectivo describe: “una arquitectura pesada y vulgar, el opus romanum sucesivamente degradado por nuestros rústicos antecesores”.
Surge desde técnicas y creaciones tardorromanos y en lugares donde este arte subsistía prácticamente sin interrupción o renovado por el impulso carolingio o el arte otoniano, emperadores germánicos de los siglos VIII al X que se veían a sí mismos como continuadores del Imperio Romano Occidental.
El estilo románico llegó a la Península Ibérica desde Lombardía (norte de la Península Itálica), con sus reliquias de santos, esculturas policromadas, portadas monumentales que adoctrinan mediante esculturas en arcos, tímpanos o dinteles, y con las paredes interiores recargadas de murales pintados de vivos colores, todas ellas didácticas, voluntariamente hieráticas lo que da la impresión de carecer de expresión. Eran reflejo de pasajes bíblicos, santos o aspectos de la moral católica, se buscaba siempre remarcar la divinidad de lo representado y del templo.
Santa María la Real de Nájera, San Juan de la Peña en Jaca, San Prudencio de Armentia en Alaba, Valpuesta, San Millán de la Cogolla y San Salvador de Oña son templos fundados o con estrecha relación con estos dos reyes
Las Iglesias se convierten en Biblias donde el pueblo ágrafo aprende la doctrina católica, son un arte concebido como ofrenda cultural a Dios y no como un placer estético, la Jerusalén Celestial.
Muchos de esos murales y colores apenas han sobrevivido hasta nuestros días, muchas de las iglesias y ermitas fueron rehechas o ampliadas en siglos posteriores y en diferentes estilos por lo que es difícil encontrar construcciones en estilo románico puro.
El estilo románico evoluciona desde su nacimiento a finales del siglo X y principios del siglo XI, hasta su lenta y desigual desaparición en el siglo XIII: una primera fase (finales del siglo X hasta el tercer cuarto del siglo XI) es llamado “primer románico”, después viene una fase llamada “románico pleno” de bóvedas de piedra, en cañón y en arista, que representan la bóveda celeste y que va hasta mediados del siglo XII, para finalmente vivir una fase de declive y de transición llamada habitualmente estilo tardorrománico que, según las zonas, abarca más o menos decenios de la primera parte del siglo XIII hasta ser sustituido por el estilo más naturalista y espectacular conocido como gótico .
El modelo románico cluniacense es también un modelo feudal y eminentemente rural frente al gótico que será burgués y más urbanita, aunque también hay iglesias y catedrales románicas en urbes como Ávila, Salamanca o Compostela, y ya en el reino de Nabarra, en Pamplona (1101-1127) , Jaca o Vitoria por ejemplo, aunque “retocadas” durante el gótico y en siglos posteriores. Catedral de Jaca, por ejemplo, construida por le rey nabarro y conde aragonés Sancho Ramírez. En su crismón pone: “Lector trata de conocer esto: que P es el padre, A el hijo; la doble el Espíritu Santo. Los treos son solo uno y el mismo Señor”.
El arte románico en el Reino de Pamplona-Nabarra
Es así como durante el siglo XI comienzan a construirse en el noreste Pirenaico un elevado número de templos de estilo románico lombardo. El amigo personal de Sancho III el Mayor (gobernó entre 1005-35), el abad y escritor catalán Oliba (971-1046, ejerció desde 1008 como abad), considerado el padre espiritual de Catalunya, introdujo el arte románico en el condado barcelonés, patrocinó la fundación o reforma de los monasterios Montserrat (1025), Fluviá y Canigó al menos, y consagró numerosas iglesias.
El abad de Vich, el mencionado Oliba, en una carta que aún se conserva, solicita ayuda económica a Sancho III para construir la iglesia de Ripoll (Girona), que se consagra en el 1032, pues Nabarra era en esos tiempos mucho más rica y poderosa que el pequeño condado catalán, nacido como marca del reino carolingio del que no se desvincula hasta el 987 con el conde Borrell II.
El propio Sancho III dominaba en esos momentos el condado de Barcelona, pues ante la minoría de edad del conde Berenguer I Ramón “el Curvo” (1006-1035), que contaba con 14 años al morir su padre, su madre Ermesinda le tutelaba y no delegaba la corona. El conde de Barcelona rinde después vasallaje a Sancho por su apoyo contra su propia madre y por el prestigio de uno de los más grandes reyes europeos de todos los tiempos; después Sancho III esposará a su primogénito García IV el de Nájera con la hija de Berenguer I Ramón.
Algo parecido ocurría en el reino de León con su rey Bermudo III, casado después con otra hija de Sancho III. Como dice un documento del monasterio de Leire de 1032: “Reinando el serenísimo rey Sancho en Pamplona y en Aragón, en Sobrarbe y en Ribagorza, en toda Gascuña y en toda Castilla, y además de todo esto, imperando en León y en Astorga por la gracia de Dios”.
El propio Sancho III dejó escrito en el único documento que se conserva de este gran rey baskón: “Yo Sancho rey que tengo la cumbre de mi poder en Aragón, en Pamplona, en Sobrarbe y en Ribagorza, en Nájera y en Castilla y en Álava, y el conde Sancho Guillermo en Gascuña, y Berenguer, conde en Barcelona, y el emperador don Bermudo en Galicia”.
En ese siglo XI, el impulso creador llega también al condado nabarro de Aragón , conservándose buenos ejemplares de este arte en Huesca, desde San Juan de la Peña y poco después la catedral de Jaca son su crismón trinitario en el dintel.
En el siglo XII, coexistieron dos formas del románico: una, derivada del primer románico meridional, que se limitó a Cataluña, mientras que la otra, más completa, se desarrolló en los territorios nabarros y aragoneses.
Por tanto es Sancho III el Mayor quien introduce el arte románico en las tierras de su reino con la reforma cluny: desde Castilla Vieja o Atapuerca hasta el Pallars por todo el Pirineo.
El propio Sancho III será enterrado en la frontera de su reino en Castilla, en el gran monasterio románico nabarro de Oña y su hijo en el monasterio de Santa María la Real en Nájera (consagrado en 1052), La Rioja. Será Sancho el que manda reconstruir la Catedral de Pamplona en estilo románico, aunque será nuevamente reconstruida en estilo gótico, de ella sólo se conservan algunas bases, capiteles y sobre todo el frontal de la iglesia de San Miguel de Aralar que pertenecía a la catedral de Pamplona (por eso aparece una virgen y no el santo patrón de Nabarra y de su ejército), es “la obra de cobre esmaltado más importante de Europa”.
Este arte se extiende por todo el reino nabarro durante los siglos XI, XII y XIII desde el monasterio y panteón real de Leire, el mejor primer románico nabarro, sobre todo por la Ruta Xacobea, así como por otros reinos gobernados por Sancho III.
Leire fue consagrada en 1057, es el primer monumento románico de la Península Ibérica, con la excepción de alguna iglesia del valle del Bohí, Ribagorza y dentro del reino nabarro en ese siglo. Es anterior a San Isidro de León (que empezó a construir el hijo de Sancho III el Mayor, Fernando I el Grande, conde de Castillas y rey de León a donde llevó el cuerpo de su padre desde su tumba en Oña) o de San Martín de Fromista en Palencia (mandada construir por Doña Munia la Mayor, esposa viuda de Sancho III el Mayor), las dos en el Camino de Santiago francés creado por Sancho III el Mayor.
La "oficialidad" al Camino de Santiago se la dio Sancho III el Mayor, alejado el peligro musulmán, es el llamado “Camino de los monasterios”, cuando primeramente se realizaba la ruta por la costa por el mismo motivo y después por la Llanada alabesa.
A la parte peninsular de Nabarra, el principal camino, entraría entonces por Roncesvalles, desde Garazi (San Juan de Pie de Puerto), para continuar por el Monasterio de Leire (cuna espiritual del reino de Pamplona-Nabarra), donde haría uno con el otro camino que entraba por Jaca (Aragón no se independiza de Nabarra hasta casi mediados del siglo XII) para seguir juntos por Pamplona, Monasterio de Iratxe (Estella), Monjardín, San Millán de la Cogolla, Monasterio de Albelda, Logroño y Santa María de Nájera. Es decir, los principales centros religiosos del reino: se llamará el “Camino de los monasterios”.
En otros reinos, los puntos más importantes eran Burgos, León y Astorga. El Camino de Santiago sigue la llamada "vía Aquitana", o lo que es lo mismo, la calzada romana Burdeos-Astorga, pero luego se desviará para pasar por los principales monasterios del reino mencionados.
El llamado “Camino francés”, casi igual que el anterior y que hoy en día recorren la mayoría de los peregrinos, fue desarrollado bajo el reinado del rey nabarro Sancho Ramírez poco después, a finales del siglo XI.
El camino costero era de uso puntual, no tanto por lo montañoso del terreno sino sobre todo por la peligrosidad de su gente, según se recoge en el Concilio de Trento que excomulgó oficialmente por este motivo a todos los vascos, además de por paganos (1562-1563), sin que, hasta la fecha, se haya levantado tal excomunión. La mayoría de los peregrinos de la costa, en realidad, desembarcaba en pueblos con puertos importantes y buscaba la vía principal, la “francesa”, dirigiéndose hacia el sur.
Sobre la Castilla dentro del Nabarra y el euskera se puede leer: https://lehoinabarra.blogspot.com/2022/12/la-castilla-de-nabarra-euskaldun.html |
Por tanto, la mayoría de las iglesias y ermitas de las provincias vascas, así como en Castilla Vieja y La Bureba (Burgos), Alto Aragón, La Rioja o Gascuña, territorios del viejo reino baskón, están construidas por orden de reyes nabarros o caballeros nabarros estilo románico nabarro, aunque la mayoría de la gente del lugar lo desconoce, son ellas el centro aglutinador de poblaciones dispersas y el origen de muchos de los municipios actuales.
Atapuerca-Ibeas de Juarros, Valdelaguna (o quizás Santo Domingo de Silos) y Mansilla, marcan la frontera sur del euskera en la Castilla de Nabarra |
En el caso de los actuales territorios de Bizkaia, Gipuzkoa o Alaba (en ésta última hay 240 ermitas o iglesias con restos románicos), cabe afirmar que todo el arte románico arquitectónico, escultural o pictórico que esconden, son arte nabarro, pues estos territorios pertenecen al reino baskón hasta las Navidades del año 1200.
En los siglos XII y XIII alrededor de 1.600 clérigos ejercían en tierras vascas.
Conclusión
Cuando se han querido resumir la ingente obra realizada por Sancho III el Mayor, cuatro son lo elementos que se señalan dentro de la historia del arte: 1.Las Rutas de peregrinación a Santiago de Compostela. 2. La reconstrucción de las iglesias destruidas por Almanzor y Al Abd Malik y 3. Las imponentes líneas de fortalezas de la frontera musulmana (el mejor ejemplo es el castillo de Loharre, Huesca, que mandó construir en estilo lombardo). 4. La introducción del la Orden Cluny y el románico en la Península Ibérica pero también en el ducado de Baskonia mediante su tío Sancho Guillermo, del que heredó luego el ducado y con el Beato Estefano de Mauleón de Saint Server (de la principal familia suletina, vasalla de Nabarra) con su códice de 208 páginas y 104 miniaturas, con el mapamundi con el Ducado de Baskonia y el reino de Pamplona-Nabarra, como máximo exponente.
Sancho III el Mayor y su hijo García IV el de Nájera comenzaron un movimiento inmenso de reestructuración en todos los órdenes del reino, Alfonso I el Batallador y Sancho VI el Sabio en el siglo XII fueron los que dieron el impulso definitivo al románico y la reestructuración definitiva de la Nabarra Occidental entorno a las Iglesias parroquiales.
Por todo ello, cabe decir que el arte románico de la Nabarra occidental, pero también en los Pirineos y en el resto del reino, es el arte nabarro introducido por Sancho III de Nabarra y sus descendientes y que convirtió a nuestro reino en puntero en toda Europa.
La vida de este estilo artístico corrió paralela a nuestra libertad, pues su introducción y plenitud coincide con la de nuestro reino y su declive a principios del siglo XIII viene precedido por la brutal conquista castellana de las tierras occidentales de nuestro Estado.