LA SERORA: LA MUJER Y LA IGLESIA CATÓLICA EN NABARRA


LA SERORA: LA MUJER Y LA IGLESIA CATÓLICA EN NABARRA 

Aitzol Altuna Enzunza


Las seroras o freilas eran mujeres que vivían entre lo laico y lo religioso, las cuales se dedicaban al cuidado de las iglesias, ermitas y objetos de culto, incluso ayudaban a los sacerdotes en la liturgia, teniendo una gran relevancia social en toda Nabarra, tanto sur y como norpirenaica, no así en el resto de Europa, donde solo en los Países Bajos había una figura similar llamada beguina, mujeres que vivían en comunidad sin ser monjas, pero cuyas funciones no coinciden con el de las seroras salvo parcialmente https://www.fundacionindex.com/gomeres/?p=1098

Enciclopedia Auñamendi: "En los documentos castellanos y franceses estas mujeres han recibido diferentes nombres, dependiendo del lugar y la época: serora, sorora, beata, freila, freyra o breira, benoîte o benedicta, hospitalera, emparedada, recluse etc.", también los de sacristana, braguine o ermitaña.

En la literatura en euskera desde el siglo XVI-XVII, se amplió el término serora para referirse a las monjas (también llamadas moja y lekaime en euskera). De hecho, en Iparralde se utiliza aún hoy serora para monja y se diferencia de las andere serora, que son de quienes vamos a hablar.

Seroraenea de Hiriburu (Lapurdi), edificio
de finales del siglo XVI o principios del XVII
Para más información sobre el tema del matriarcalismo (que no matriarcado) se puede leer: 

LAS CONDICIONES PARA SER SERORA

Existían una serie de condiciones para ser serora, la primera era que la candidata debía de ser viuda o soltera, como escribió el jesuita Manuel de Larramendi (s. XVIII): "Entrar a serora es, estado en Guipuzcoa, lo mismo que entrar a ser monja, y sería terrible escándalo en el país, si después de serora se casara alguna de ellas".

Pero, también las hubo casadas, como el caso documentado en Portugalete (Bizkaia) en julio del año 1713, cuando se contrató a un hombre como organista y a su mujer como "fraila"“La corporación decreta que en vista de que el sueldo de Pedro de Garmíndez, organista y vecino de Bilbao, es muy pequeño, se nombre a su mujer, Ángela de Urezgol, fraila de la iglesia de Santa María en sustitución de Francisca de Ibarra". 

En la parte más espiritual, las candidatas a ser serora debían de haber llevado una vida virtuosa y, como norma, debían de ser mayores de 40 años, aunque hay casos en los que se aceptaban mujeres de 30, pero casi nunca de menor edad. Eran, por lo general, naturales del lugar. 

Arbonako Andereseroraenia deitzen diote serorentzako izan zen herri hartako etxeari (1763. urtekoa). Ekialdeko euskal kostan serorategiek zuten arkitektura bereziarekin bat egiten du honek ere: eraikin oso txikiak, egurrezko bilbez eginak.
Argazkia: J. Narbarte / A. Diez (ARGIA)
https://www.argia.eus/argia-astekaria/2821/serorak


La serora era casi siempre de "buena familia" e incluso adinerada, ya que, lo habitual era que pagasen una cantidad relevante para poder acceder al cargo, el cual servía para adecentar la ermita o la parroquia. Tras su nombramiento, su manutención la obtenían durante las diferentes celebraciones religiosas y por los diferentes servicios que prestaban en ellos, incluso recibían una porción del pan de las ofrendas. 


Hay que tener en cuenta que la iglesia y los oficios litúrgicos junto a las fiestas patronales relacionadas con santos y santas, eran los elementos de unión y cohesión de todas las sociedades rurales e incluso en gran medida de las villas, donde se aprovechaban todas estas celebraciones para todo tipo de negocios y estrechar las relaciones sociales, por lo que se movía mucho dinero. 

La propias Juntas de Vecinos se hacían bajo árboles, cercanos a los cuales se construyeron estas parroquias y ermitas, cuyos pórticos eran usados en caso de lluvia, por lo que toda la vida social y política de las aldeas y anteiglesias giraba alrededor de las mismas, por lo que la figura de la serora era en el municipio o en la barriada, tan relevante como la del cura, alcalde o médico.

Las instituciones forales nabarras y su funcionamiento lo explicamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/11/las-instituciones-nabarras-de-bizkaia.html.

Jatsuko herria XVII. mendean Uztaritzetik bereizi zenean, hango San Sebastian ermita parrokia bihurtu zen, eta ondoan hilerria eta serorarentzako etxea eraiki zituzten. Serorenia deiturikoa. Argazkia: J. Narbarte / A. Diez (ARGIA)


LA TOMA DE POSESIÓN DEL CARGO

En la toma de posesión de la serora lo tenemos en un documento de la ermita de San Miguel de Azpeitia (hoy desaparecida) del 10 de julio de 1571:

"En presencia de mí (...), escribano público susodicho, el dicho señor (...), alcalde (...) y el dicho señor don Juan de Urquiza en nombre del dicho señor de Loyola, patrono susodicho, dieron y entregaron la posesión de la dicha ermita y de todo lo a ella perteneciente a la dicha María de Garagarza, fleira, tomándola como la tomaron de las manos y la metieron dentro de la dicha ermita, y dentro de ella le dieron y entregaron las llaves de ella y el cáliz y misal de la dicha ermita, en señal de posesión (...)». 

La Ermita de San José  de Azkoitia (Gipuzkoa), lleva adosada por la parte trasera la casa de la serora y la sacristía
Lazkaoko (Gipuzkoa) San Prudentzio baseliza, XI. mendean du lehen aipua baina erabat berreraikia dago. Elizari atxikia dagoen seroretxea 1767an eraiki zen 
https://eu.wikipedia.org/wiki/San_Prudentzio_baseliza_(Lazkao)

En este texto se ve que es el patrono laico (señor o señora adinerado o adinerada que explotaba los bienes y la fábrica de la Iglesia), el que nombraba a la serora, en este caso, el todopoderoso señor de Loyola, pero no siempre era así.

Según explica el galdakoztarra Juan Cruz Ereño Urizar en su libro “la freyla Mezquina”, las seroras eran defendidas por el Fuero bizkaíno, eran elegidas por el propio patrono de la Iglesia, muchas veces entre familiares, y si la iglesia o ermita era del Concejo municipal (la mayoría de las ermitas por ejemplo), por el fiel regidor (alcalde), muchas veces con la ayuda y el beneplácito del cura o el cabildo

Sobre la figura e importancia de los patronos/as de la iglesias, hablamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/03/las-inmatriculaciones-y-la-propiedad-de.html


ARGIA

LA VESTIMENTA

En cuando a la vestimenta, ésta era similar a las de las Órdenes religiosas o directamente la de las franciscanas, dominicas o carmelitas. Según el jesuita y escritor andoaindarra Manuel Larramendi (s. XVIII), las seroras "visten algún hábito de religión, que comúnmente es de San Francisco, Santo Domingo, del Carmen calzado o descalzo".

La mayoría de las seroras, sin embargo, no pertenecían a comunidad religiosa alguna, aunque en algunos casos y bajo el patrocinio de alguna villa, fueron el embrión de algunos conventos, como el beaterio de Aletxa en Alaba que se trasladó a Alegría-Dulantzi en 1587 y que después fueron las fundadoras del convento de Clarisas de Oñati.


LAS FUNCIONES DE LAS SERORAS

El jesuita vallisoletano Gabriel Henao en el siglo XVII, hacía mención de la institución de las freilas-seroras y sus funciones: "Freylas o ermitanas, llamadas también en muchos pueblos del país bascongado, Seroras o Sororas y aún Beatas en algunas partes, eran unas piadosas y religiosas mujeres, doncellas o viudas muy honradas e intachables, que a manera de las Diaconisas del primer siglo de la iglesia, cuyos oficios y ministerios en las Iglesias describe muy bien Cornelio Alapide, cuidaban del aseo y limpieza y demás cosas necesarias para la Misa y el ornato del culto sagrado de las Iglesias o Ermitas, que estaban a su cargo".

La serora realizaba tareas generales de mantenimiento y otras mucho más importantes dentro del templo, en el cementerio y en el pueblo en general:

- Conservación, apertura y cierre de iglesias o ermitas.

- Limpieza y mantenimiento de estos templos.

- Adaptación o compra de los objetos necesarios para las celebraciones.

- En el caso de las ermitas y parroquias, a pesar de que se eligieran mayordomos para llevar sus cuentas, muchas veces se encargaban las propias seroras de todos los aspectos de la administración del templo.

- Realizaban muchas de las funciones relacionadas con los moribundos en el ritual de la muerte y la ceremonia religiosa, incluso en las  casas de los agonizantes o fallecidos. 

- La serora actuaba como asistenta de las mujeres a la hora del bautizo y del casamiento.

- Pedían limosna para su subsistencia o la reparación de la ermita llegado el caso.

- Realizaba todo tipo de rogativas a cambio de dinero.

- Dentro de los oficios religiosos: "Las seroras tenían el mismo peso que el cura a la hora de realizar diversas funciones. Por ejemplo, cuando el cuerpo iba por la vía eclesiástica después de una muerte, en los cruces oraba el sacerdote o la serora. Otras veces llevaba agua bendita y la echaba en los cruces, como el cura. En la misma iglesia también tenía su propio púlpito (el púlpito de la serora) para realizar lecturas de oración y devoción" (Arantza Harriet Azpiazu en su tesis doctoral "Las Seroras en Euskal Herria" -2011-).

Orreaga-Roncesvalles-Navarra.-1915-1925.
 Mujer hilando y devota-serora con rosario
Foto: Luis Azpeitia Flores.


- Incluso ejercieron las seroras labores de vigilancia en zonas de conflicto entre familias poderosas o en el avistamiento de tropas, como las bien documentadas de la ermita en Guadalupe en Hondarribia sobre la bahía de Txingudi.

- Tenían también la responsabilidad de tocar las campanas anunciando al municipio o barriada en diferentes circunstancias: "no sólo se tocaban para establecer la regulación fundamental del tiempo (las tres Avemarías); servían para varios avisos y para coordinar muchas actividades comunitarias: llamadas a misas o reuniones vecinales, las del inicio de distintas actividades (recolecta de algún producto, visita de alguna autoridad, procesiones, etc.), las de bautizos, casamientos o defunciones de vecinos y las de aviso de peligro (su-eskila, literalmente “campana de fuego”) y protección ante el peligro (conjuro de la nube, protección de campos y animales)" Arantza Harriet Azpiazu.

Idiazabalgo Serotegiko azken serora, Bargotako ordenako erropekin jantzita.
Andres de Mañaricúa en el mencionado libro resume: “Su misión es atender a la decencia y limpieza de la iglesia, tenerla bien barrida, limpios los altares, y toda la ropa blanca de ellos. Cuidar de las lámparas, de que arda siempre la que alumbra al Sacramento, y apagar y encender las otras a los tiempos sabidos. Cuidar del ceremonial particular de las mujeres en entierros, funerales, procesiones y otros actos de iglesia. 
Salir guiando las del duelo de casa del difunto a la iglesia y, acabada la función, volver a la misma casa, en cuyo zaguán y calle vecina se detienen todos hasta que rezando algo por el muerto, dice la serora su Requiescat in pace en latín o vascuence. En algunas iglesias cuidan también de abrir y cerrar las puertas, y se quedaban con las llaves de noche (...)".
En otras ocasiones, las seroras vivían en comunidad, bien para atender varias parroquias dispersas u otras muy numerosas en feligresía, pero también para gestionar "hospitales", que eran lugares de albergue para peregrinos y gentes necesitadas, especialmente mujeres.
Soraluzeko (Gipuzkoa) Ezozia auzoko serorategia izandakoa (J.C. Astiazarán 1979), bertako serorak Karmengo abitua janzten zuten
https://www.sorapedia.eus/wiki/Serorak_%28eu%29
Serore komunitate bakarra izan zen Soraluzen (Gipuzkoa), Atxuriko Errukia serorategian elkarrekin bizi zirela. Izen bereko ospitala gobernatzen zuten. Ospitale hau Jeronimo de Irure jaunak sortzeko agindu zuen: Ospitala egiteko bera bizi zen etxeetan, hiribilduaren arrabalean, Errukia izenekoa, sei neska gazte Jaungoikoari erregutzen bizi izateko. Eta 1531 inguruan sei neska soraluzetar sartu ziren serorategi berrian, mantu eta buruko zuriz jantziak, gainontzeko andreak ez bezala: Maria San Juan de Yturbe, Gracia de Aldasoro, Martina de Muguruza, Dominga de Arregia, Maria Lopez de Urruzkarate eta Catalina de Larreategi.
LAS PRIMERA SERORAS DOCUMENTADAS

La primera gipuzkoana documentada es además la primera serora documentada. Florencio Arza Alday en su libro "Freilas seoras y beatas vascas: personalidad y caracterización (1500-1650)":
"En nuestro rastreo histórico, el primer nombre propio con el que nos hemos topado es Gayla de Ipuccha una viuda que «se había retirado como monja, soror, al monasterio de Santiago de Laquidain (valle de Araguren) que, situado junto a Zuasti, en las proximidades de Pamplona, había recibido de sus padres y hermanos, el caso es que el mismo año de su muerte o poco antes (1048), decide transferirlo a la abadía de San Juan de la Peña". la cual está en Aragón cerca de Jaca, condado gobernado en esa época por Ramiro I pero dentro del reino de Pamplona o de Nabarra, reinando entonces su hermano de padre Sancho Garçea el de Nájera. 
Es además ésta la segunda mención a Gipuzkoa, la propia  Gayla antes de enviudar, aparecería en el documento de 1025 en la primera mención, por tanto la primera mujer gipuzkoana documentada fue serora. Los documentos y la explicación completa la damos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/gipuzkoanos-de-nabarra.html
El semidespoblado de Lakiain en el valle de Aranguren cerca de Irulegi, tiene actualmente 10 habitantes censados

Poco después escribe F. Arza Alday en su libro: "La siguiente noticia no es tan explicita y debemos suponer que está contenida en un poema de comienzos del siglo XII referido a la hospedería de Orreaga-Roncesvalles (Navarra-Nafarroa) que alude a honradísimas mujeres a las que no se les puede reprochar ni la falta de limpieza ni la fealdad, están encargadas del servicio de los enfermos, de los que cuidan con inagotable caridad", sería, como hemos visto, otra de las funciones que ejercían las seroras. 


Está mucho más detallada y clara la existencia de seroras en el monasterio-hospital de Belate en el siglo XIII, del que nos habla también F. Arza Alday: "Unos años después encontramos el testamento de 1284 de un noble llamado Semen Garcia de Oriz, donde se asignan diversas cantidades a los fratres e a las serores de Belat".  La existencia de seroras fue continua durante mucho siglos ya que:  "El 3 de julio de 1611 Juan Sebastián Ruiz de Oreñana, prior de Velate y camarero del Obispo Venegas, revocó los títulos o nombramientos de las seroras del hospital de Nuestra Señora de Velate y les mandó que en el plazo de diez días desalojasen la casa".

Otro caso claro es cuando el "Obispo de Pamplona confirmó el 25 de junio de 1293 la orden de Lope Martinez de Labiano, quien señaló a cada una de las seroras del hospital de San Miguel de Pamplona tres libras diarias de pan bien crecido".

Monasterio-hospital de peregrino de Santa María de Belate fundado en 1160 y que aprece en un documento del papa Alejandro III en el año 1165
En un documento del año 1416 acordado entre los municipios de Zumaia y Getaria sobre la "Iglesia llamada de Santiago", se menciona la casa de la serora (Josu Nabarte Hernandez ARGIA)
Ermita de Santiago de Zumaia y casa seroral
En Tierra de Vascos como se llamaba a Iparralde entonces, tenemos el testimonio del Abate V. Dubarat en su obra "Le Missel de Bayonne" de 1543, el cual habla del testamento de Domingo de Mans Obispo de Baiona hecho el 4 de 1302 donde aparece una serora. 
ORIGEN DE LAS SERORAS
Arantza Harriet Azpiazu comenta en su libro y tesis doctoral que: "Los primeros autores que trataron sobre seroras, principalmente Pierre De Lancre, Manuel de Larramendi y Wenworth Webster, consideraron a éstas descendientes de las diaconisas de la Iglesia de la Antigüedad (...).
Es cierto que las coincidencias entre funciones de diaconisas y seroras señaladas por Webster en su estudio comparativo resultan ciertamente asombrosas, y la falta de información para determinar una línea de continuidad tampoco invalida la posibilidad de que dicha continuidad se haya dado". Según Larramendi (1754), "son un resto de las antiguas diaconisas que había en las iglesias y servían en ellas como hoy sirven nuestras seroras".
En los primeros siglos de la iglesia existían unas mujeres llamadas unas veces diaconisas y otras viudas, más raramente, vírgenes, presbíteras o presidentas, las cuales eran las primeras entre las mujeres cristianas, pero sólo en relación el género femenino. Sí que leían la epístola y el evangelio, distribuían la comunión, encendían las candelillas y el incensario, adornaban el altar y ungían a los enfermos. 
También enseñaban el catecismo a las mujeres antes de su bautismo y las asistían durante las ceremonias del mismo. Efectuaban en ellas la unción del Santo Crisma, exceptuando la de la cabeza, cuidaban de los enfermos y de los pobres y también lavaban y amortajaban los cuerpos de los difuntos para el sepelio. 
No se sabe con exactitud en qué época desapareció del todo el orden de las diaconisas, la primera prohibición de su ordenación data del siglo VI, pero se tiene constancia de su existencia residual hasta el siglo XII en la Iglesia Católica Occidental.

Pero, no ejercieron exactamente las mismas funciones que las de las seroras y no hay una continuidad temporal entre las diaconisas y las seroras en Nabarra, donde no se documentan las primeras. 
Por ello, el antropólogo y sacerdote de Ataun Joxe Miguel Barandiarán, ofrecía otra interpretación sobre el origen de la serora que parece más acertado, donde el papel desempeñado por la serora en la iglesia corresponde a una extensión del papel de la etxekoandre o señora de la casa como ministra del culto religioso doméstico que lo era, tal y como explicamos más ampliamente en https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/05/el-culto-las-diosas-baskonas.html
J.M. Barandiaran: "La etxekoandrea es el jefe indiscutible de la baserri mística (...) en el jarlekua (el puesto familiar dentro de la iglesia), como también en la casa, es la mujer, la que dirige y ordena todos los actos de carácter religioso: Ella bendice todos los años con vela bendita a todos los miembros de la familia, así como las dependencias de la casa y los animales encomendados a su cuidado; ella renueva cada año el fuego del hogar trayendo el que se bendice en la iglesia por Sábado Santo; ella invoca todas las noches a las almas de los antepasados de la casa al efectuar en su honor la última operación del día que asegure la conservación del fuego del hogar; ella, al entrar por casamiento en casa de un heredero, toma posesión de la misma mediante un rito particular, que en algunos sitios consiste en dar tres vueltas alrededor del fogón de la cocina, símbolo del genio o genios tutelares de la casa; ella toma también posesión del jarleku de su nuevo domicilio estableciendo relaciones con los antepasados del mismo, mediante presentación de ofrendas y luces en uno de los días próximos al casamiento; ella representa a su casa en los piadosos actos de asistencia a los parientes y vecinos mediante ofrendas destinadas a sufragios en favor de sus difuntos; ella representa también a su casa en el propio jarleku y, preside en él los actos religiosos, como la rezo de responsos, presentación y recepción de ofrendas y luces para los difuntos de su familia, etc. Cuando ella no puede asistir a su jarleku, en días en que debe practicarse en él algún acto de los mencionados, es representada por una mujer, la serora, que, por oficio, desempeña en la iglesia esta función. La señora de la casa se conduce, pues, como ministro de un culto - culto doméstico - y la serora es la representante parroquial de ese ministro o ministros de la religión doméstica, es decir, de las etxekoandre o señoras de todas las casas de la parroquia"
 
Foto: Felix Mugurutza 
Mujeres Salacencas con la argizaiola en procesión de difuntos
 Mujeres ante las sepulturas familiares, Elosua, Bergara (Gipuzkoa) año 1972
Arantza Harriet Azpiazu concluye por tanto, que el origen de la serora "hay que buscarlo en los restos de la antigua religión de los vascos. La serora sería un ejemplo de inculturación del mensaje cristiano en un universo simbólico previo".
En las iglesias de Iparralde  o  Tierra de Vascos, las seroras tenían un lugar especial cerca del presbiterio. En la de la iglesia de Sara ponía: ORAI DEN SERORAREN ETA IZANEN DIRENEN JAR LEKUA ETA HOBIA (Este es el asiento y la tumba de la serora actual y de todas las que le sucedan en lo futuro)"
"Seroraren hilobia Saran Axular idazle handia eta bertoko erretorearen aldamenean dago, aldarearen aurrean eta jauntxo eta aberatsen aurretik".


UNA INSTITUCIÓN MUY NABARRA
Si las primeras seroras documentadas lo son dentro del Estado de Nabarra, es en el obispado de Pamplona donde mejor protegidas estuvieron tras la invasión de toda Nabarra como vamos a ver. 
En año 1540 se celebró en la ciudad de Pamplona un sínodo en que se legisló sobre las seroras, se vigilaba sobre la moralidad de las que habitaban en las ermitas, se decretó "que ninguna persona pueda estar de morada en ermita, sin licencia del Prelado y sin que sea examinada su vida". 
Tras la invasión de la Nabarra Occidental, el Obispado de Alaba (de Veleia primero y de Armentia después), fue llevado a Calahorra-Santo Domingo de la Calzada desplazando a su vez al najerense, tal y como explicamos en: 
https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/04/hasta-donde-llego-la-diocesis-nabarra.html
En esos mismos años la diócesis castellana de Calahorra contigua a la de Pamplona, las seroras eran perseguidas y se intentaba que desapareciese su figura, pero sin éxito alguno, debido a su arraigo popular y a el apoyo de las familias más poderosas.
De hecho, la palabra serora no consta en la Real Academia Española de la lengua castellana, sí la de freila, pero en su acepción de "religiosa de una orden militar" y como "religiosa lega de una orden regular", por tanto, no se trata exactamente de la figura de la que hablamos aquí y no tuvo raigambre fuera del reino baskón. 
En el manuscrito titulado "Memoria del estado presente de los Reinos de Baja Navarra y país soberano de Bearn, dirigida el 31 de diciembre de 1700 por Le Bret, Intendente" en la página 49 se lee: “En cada parroquia de Navarra hay una benita, que es nombrada por el cura y los parroquianos. 
Debe ser soltera o viuda, y se compromete por contrato a servir a la Iglesia durante su vida, mediante los derechos que percibe por los bautismos, matrimonios y entierros, y un cuarto de concha de trigo por casa, más o menos, según se haya convenido.
Paga una especie de dote de 150 a 200 libras, y este dinero se emplea en las necesidades de la iglesia. Vive en una casa llamada la Benoiterie, que pertenece a la Comunidad: está obligada a lavar los paños del altar, barrer la iglesia, tocar las campanas para los oficios y para conjurar las tormentas, etc.. Las benitas pueden casarse renunciando a las dotes que han pagado; lo que ocurre también cuando tienen costumbres desordenadas". 
El 8 de septiembre la villa Otsagabia honra a su patrona la Virgen de Muskilda. En la foto aparecen danzantes, mayordomos, serora y el patronato.
En el año 1700 sabemos que el nombramiento de la serora seguía siendo el privilegio del patrono en muchas iglesias de Nabarra y Bearn, por tanto, esta figura en el siglo XVIII no había perdido su importancia y seguía teniendo el mismo prestigio social.
Baztanen serorategiak egurrezko portiko edo harrizko arkupeen gainaldetan eraiki ziren. Berroetakoa da adibide garbi bat: egurrezko egituradun etxe txikia, eraikuntza berriagoen artean harrapaturik. XVII. mendean Maria Hormaetxe bizi izan zen bertan. Argazkia: J. Narbarte / A. Diez (ARGIA)

Mapas de Florencio Arza Alday  "Freilas seoras y beatas vascas: personalidad y caracterización (1500-1650)", aunque faltan muchas.

PERSECUCIÓN DE LA SERORAS: PARA LA INQUISICIÓN ERAN BRUJAS
En el mismo obispado de Calahorra, consta al menos el caso de seroras acusadas de brujería en el año 1558 en el municipio de Santo Tomás de Olabarri, hoy Zeberio en la mancomunidad de Arratia (Bizkaia), donde fueron quemadas un total de 21 personas.
Pero, según explica Arantza Harriet, la primera vez que se habla de la persecución inquisitorial masiva sufrida por las seroras fue en el Obispado de Baiona por el famoso inquisidor gascón Pedro de Rosteguy o de Lancre, consejero del Parlamento de Burdeos, el cual acudió al vizcondado de Lapurdi en el Tierra de Vascos a poner orden religioso, aprovechando la ausencia de los hombres que estaban en gran número en Terranova (hoy Canadá) en la pesca del bacalao. 
Pierre Lancre se hizo jesuita en Turín, en 1582 le nombraron consejero del Parlamento de Burdeos y en 1609 aceptó mediar a petición del rey Enrique III de Nabarra y IV de Francia, en un conflicto secular, el de los Urtubia con los vecinos de Donibane Lohizune-San Juan de Luz. Lo que en principio sería un episodio más de las Guerras de Bandos, se convirtió en una masacre de inocentes.
Muchas más información sobre los procesos brujeriles en:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/sobre-los-procesos-brujeriles-en-el.html
En Tierras de Vascos, contó Lancre con la ayuda de una joven vidente de 17 años llamada Morguy, la cual lograba identificar a los humanos que habían sido ungidos por el demonio por la coloración de su piel o el stigma diaboli (la marca del diablo), la cual las brujas llevaban en lugares «muy secretos».

Frontal de San Miguel de Soriguerola en Urtx (Cerdaña, Catalunya), siglo XIII

Mediante este infalible procedimiento, en el año 1610 Pierre Lancre quemó en Lapurdi 600 mujeres, niñas/os de corta edad e incluso sacerdotes en sólo 4 meses, acusados todos ellos de brujería. La locura o el genocidio, sólo fue detenido por los hombres que volvían de pescar en Terranova.

Entre las costumbres de las mujeres de Lapurdi que a de Lancre le parecían aberrantes de un modo extremo, era que en las iglesias interviniesen las mujeres: “En todas las grandes iglesias del país hay también una mujer que la llaman la Benedicta, que hace la función de sacristán. A mí me parece que se acerca demasiado a los sacerdotes libertinos y estaría tan a gusto en Alemania, donde vía a menudo cómo una mujer seguía a un sacerdote por el pueblo, caminando detrás de él llevando el cáliz y los demás ornamentos con los que acababa de decir la misa. 
Aquí adorna el altar, limpia y acomodo los lienzos y pone cuellos blancos a los pequeños santos que se encuentran en el altar, algo que si se hace con buena intención es más indecente que perverso, razón por la cual el señor Obispo de Bayona está ocupado activamente en reformar todo esto. Asimismo, encuentro inconveniente que en San Juan de Luz y en varios lugares más, un grupo de mujeres -he contado hasta diez- anden recogiendo dinero por toda la iglesia, como hacen nuestros burgueses en las parroquias (...)".
Áreas europeas con mayores casos de "brujas" según la Inquisición Católica, mapa de Robin Briggs (2002) Witches and Neighbours: The Social and Cultural Context of European Witchcraft.
Sigue este fanático religioso: "A Satanás, que siempre tuvo alguna arpía para engañar al mundo, se le ocurrió una artimaña en este país de Labourd pues siempre quiere meter las narices en todas partes, o por lo menos contaminar los santos templos y sembrar en ellos toda confusión y desorden posibles, y para asentarse en las iglesias, que en otros templos solían servir de asilos para protegerse de él y de todos los demás espíritus malignos, y encontró la manera de introducir ciertas mujeres para que recogieran los donativos y otras pequeñas ofrendas que se acostumbrar a donar en las mismas".
LA SUPRESIÓN DE LA SERORAS: LA PERSECUCIÓN DE LA MUJER POR LA IGLESIA

Explica Arantza Harriet Azpiazu: "El siglo XVI coincide con el máximo apogeo de la institución de la serora y con una época de profundos cambios en la religiosidad femenina. En 1563 terminaba el Concilio de Trento, y en 1566 Pio V emitía la constitución Circa Pastoralis ordenando la clausura para todas las religiosas, fueran monjas, beatas vinculadas a conventos o seroras, tal y como se había decidido en Trento. 

Era una orden que seguía la estela del decreto Periculoso, emitida en 1298 para reducir a la clausura a las monjas (que entonces, mayoritariamente, no vivían enclaustradas), así como otros movimientos femeninos de religiosidad laica como el de las beguinas del norte de Europa. Este proceso afectó principalmente a las seroras o beatas de las villas que vivían en comunidad y que, ya desde los siglos XII y XIII (...)". 

A partir del Concilio de Trento, la Iglesia Católica comenzó un derrotero misógino que no ha superado todavía, pero su aplicación no fue igual en toda Nabarra.

Segoretxe en Santa Marina Auzoa
Albiztur (Tolosaldea, Gipuzkoa), en la trasera de la 
Iglesia de Santa Marina de Argisain con una portada Románica, por donde pasa una de las rutas jacobeas de Gipuzkoa


El Concilio de Trento trajo la proliferación de las monjas de clausura, apartada de los feligreses: "La espiritualidad de las monjas irá en una línea más contemplativa y basada en una espiritualidad más doctrinal y litúrgica oficial, centrada en la recitación del Oficio Divino en latín. Las seroras, en cambio, evolucionarán hacia una espiritualidad vinculada a una religiosidad popular no oficial y un estilo de vida en contacto con el pueblo" Arantza Harriet Azpiazu.


Mapas de Florencio Arza Alday donde se ve que su presencia es superior en Gipuzkoa: "Freilas seoras y beatas vascas: personalidad y caracterización (1500-1650)"
Enciclopedia Auñamendi:
Casa Segoretxe de Altzo Muño (Gipuzkoa).
Foto Pilar Rivera (2004)
Debajo foto de  Indalecio Ojanguren mediados del siglo XX
Nuestra Señora de la Asunción y la Segoretxe


Andrés Mañaricúa en su libro Santa María de Begoña en la Historia Espiritual de Vizcaya (1950), recoge la queja del Obispo Lepe de Calahorra en el año 1698, el cual decía que las “seroras sirven e desfrutan las Iglesias cogiendo sus limosnas y haciéndose colectoras y distribuidoras de las Misas, con grande murmuración y escándalo de los pueblos. Y es tan crecida la ganancia, que muchas de ellas compran estos oficios dando por ellos buenas cantidades de dinero, con pretexto de dote para la Iglesia; todo lo qual, y mucho más sacan de su manejo”, pero el Obispo exageraba y no causaban tal escándalo. 


Para esa época, muchos Obispos se habían opuesto a la figura de las seroras e intentaron reiteradamente acabar con ellas para sustituirlas por un sacristán (por un varón), tal y como vamos a ver, de hecho, este mismo Prelado calagurritano conminaba la excomunión a las seroras que se resistiesen a dejar su oficio.

Olazabal Berri, San Salbador, Erretoretxe eta Segoretxe, Altzo Azpi 


En 1617 la Iglesia Católica pidió la supresión de las seroras en Bizkaia y las expulsó sustituyéndolas por los sacristanes, lo que provocó la denuncia de las Juntas Generales de Bizkaia: "que se restituyan a las iglesias y ermitas de este Señorío las freilas que se echaron de ellas sin causa legítima, y hacen suma falta para la conservación de la limpieza y ornato" ("El patronato laico vizcaíno en el antiguo régimen" Ángel Larrea Beobide, doctor en historia por la universidad de Deusto). 

Mujeres ante las sepulturas familiares, 
Zerain (Gipuzkoa) año 1972


El Obispado de Calahorra y La Calzada en 1623 intentó suprimir la figura de las seroras de nuevo en la Nabarra Occidental, pero el Señorío de Bizkaia pleiteó por lo civil con el Obispo, demandado su continuidad siempre que tuviera el consentimiento del prelado. 

El caso fue llevado a la Audiencia de Valladolid, donde estaba en ese momento el órgano judicial supremo del Señorío. El Obispo mandó observar la constitución sinodal de 1520 en el que se abolían las seroras y ganó el pleito. Pero, la orden no se debió de cumplir, ya que el sínodo episcopal calagurritano de 1698 mandó suprimir de nuevo la figura de la serora, pasando sus funciones a ser asumidas por los sacristanes como hemos dicho.

San Agustín de Etxebarria en la villa de Elorrio, documentada desde el siglo XI: "El conjunto monumental formado por la iglesia, la capilla funeraria de los condes de Durango, el convento y el crucero de piedra, complementado por la casa de las sacristanas o seroretxe, la desaparecida ferrería, la tejera, visible desde el pórtico de la iglesia en dirección Noroeste, y algunos caseríos vecinos"


Andres de Mañaricúa explicaba cómo: "Creemos que, en el fondo, una oposición tan decidida tenía una raíz más profunda: los intereses de los patronos que nombraban las freilas. En el recurso del Señorío al Consejo se alegaba, entre otras cosas, que lo pretendido era contra los patronatos seculares. Esto explicaría la resistencia del Señorío y por qué a pesar de tan claras condenaciones y resoluciones las seroras siguieron subsistiendo de hecho en Bilbao y Begoña" y en otros muchos lugares como vamos a ver.


Aurresku en Begoña en el año 1842, grabado de Genero Pérez de Villamil y Duguet (El Ferrol, La Coruña, 1807-Madrid, 1854), antes de su destrucción por los liberales-centralistas durante la Segunda Guerra Foral o Carlista, en uno de sus laterales podría albergar un seroretxe

Incluso la orden de eliminar la figura de las seroras llegó de la corona castellana mediante Real Decreto: "Al final, en 1769, después de que las Juntas iniciaran las diligencias necesarias para el cierre de las ermitas que según su criterio no hicieran falta, llegó el Real Decreto firmado por el Conde de Aranda (secretario de Estado del rey de las Españas Carlos IV), en el que, junto al cierre de las ermitas, se ordenaba que los ermitaños respetaran la prohibición del traje y que las seroras fueran expulsadas de los templos en los que servían" Arantza Harriet Azpiazu.

Serora, ilustración francesa de 1894

Sin embargo, las seroras no desaparecieron, según escribe el historiador bizkaiano E. Labayru (1900): "He dicho que la patrona del valle es Nuestra Señora de los Milagros de Soscaño (Karrantza, Enkarterriak) (…) Hasta principios del siglo actual (XIX) existió para el aseo y cuidado de la iglesia una beata o serora que tenía su vivienda en el cuarto llamado de los cofrades, sito sobre el pórtico, habitación que desapareció hace pocos años por hallarse ruinosa". 

Nuestra Señora de los Milagros de Soscaño derruida en 1907 y un vano conservado de esta iglesia del siglo XI

Andrés de Mañaricúa en 1950 nos habla también de la existencia de seroras en la basílica de Begoña: "Es interesante por muchos conceptos esta institución de las seroras que, a pesar de los tiempos y del ataque a fondo de que ha sido objeto, ha perdurado entre nosotros hasta el día de hoy, si bien ya en franca decadencia y sin la extensión de antaño".

Anderre Serora Pastorala (2018)
https://www.elinberri.eus/2018/11/04/andere-serora-pastorala/

Anderre Serora Pastorala (2018):
"Pastoral honen süjeta (pertsonaia nagusia) mendez mende Hiriburun sendatu eta lagundu duen Andre Serora izan da. 
Pertsonaia hau zahar-zaharra dugu Euskal Herriko herri guztietan, eta ikerlariek diotenez, oso garai zaharretatik datorkigu, Neolito Arotik, hain zuzen ere. Baliteke. Idazleek, pertsonaia honen eskutik, Hiriburu herriaren historia kontatzen digute, garai zahar-zaharretatik 1919. urtera arte, hau da, azken andere serora hil zen arte (...) azken Andere Serorak, hiltzean, ezko-zarearen sua helarazten dio Hiriburuko neskatila bati. Transmisioaren sua dela erran dezakegu. Ikusten dugun bezala, irauteak indar handia du Hiriburun. Herensugeari buru bat moztu orduko, beste bat ateratzen zaio, eta Andere Seroraren sua ez da nehoiz itzaltzen. Horixe da pastoral-egileek Hiribururako nahi dutena, euskarak eta euskal kulturak iraun dezaten herrian betiko"


Incluso en el año 2009 se puede leer la queja de una mujer llamada Gotzone hacia una serora en Hondarribia: “Este año ha sido la primera vez que he subido a Guadalupe (…). La misa era a las 12 (…) Entré para ver como estaba el ambiente (...). Y esto es lo que encontré. La serora colocando en los bancos unas listas, para las "autoridades", para los mandos del alarde, para las cantineras, y otra serie de listas, con nombres y apellidos de particulares (…) Y yo me pregunto, ¿con qué autoridad estaba esa señora colocando unas listas con nombres y apellidos ocupando casi todos los bancos de la iglesia?...Y pregunto: ¿Quién manda en la iglesia? ¿La serora? (...) ¿Dónde estaba Martin Iturbe, el cura responsable? ¿Hasta cuando va a seguir callándose la iglesia?” (recogido por Arantza Harriet).

Iparraldeko azken serora oso ondo dokumentatua dago:
"Bazkazane herriko San Andres elizako serora izan zen Marie-Louise Cadiou, 1991. urtean zendua. Frantziako Kultura Ministerioak Bazkazaneko eliza eta serorategia monumentu historiko izendatu zituen urte batzuk geroago, eta Cadiou "Euskal Herriko azken andere serora" izan zela dio ondareari buruzko bere webgunean.  Emakume hari buruzko filma laburra egin zuen Gerard Suzartek, 1970eko hamarkadan Pierre Bestiouk grabatutako irudiekin, eta Euskadiko Filmategian gordetzen da gaur egun. Argazkia: 'Azken Andere Serora'
Bakazaneko serotegia eta eliza Garazitik gertu:
https://eu.wikipedia.org/wiki/Ahatsa-Altzieta-Bazkazane



LA SERORA DE GALDAKANO

Dentro del reino baskón de Nabarra, en alto del monte Ganguren, existió al menos una iglesia o ermita junto a otras construcciones. Esta ermita era de advocación a Santa Marina en el paso del Camino de Santiago Costero, por lo que la zona se conoce como Santamañe o Santa Marina, que hacía de núcleo aglutinador de la población dispersa de toda la comarca, tanto de la ladera sur (Bedia, Zaratamo, Etxebarri y Galdakano), como de la ladera norte (Lezama y Zamudio).

Cima donde estaba la ermita de Santa Marina de Ganguren hasta el siglo XVIII que se desmontó para reforzar la ermita de la Cruz, Andra Mari de Elexalde y construir Santa Maria.
Toda su historia la contamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/09/santa-marina-de-galdakano-mas-que-una.html

En esta parroquia-ermita o en una construcción adyacente, se impartían estudios para las grandes familias de Bizkaia como los Abendaño o Bertendona en el siglo XVI, bajo la autoridad de un rector y vicerrector que vivían allí mismo. No solo se impartían temas religiosos, también matemáticas, gramática, lengua latina etc.

El primer rector documentado es Juan Abad de Elorza en 1572, después le siguió Francisco Abad de Eguia a finales de ese siglo y el último documentado es Pedro Urtiz Abad de Mendieta en 1624. Además, está documentado el nombre del rector Francisco Egia de Galdakano, que era a su vez el párroco de la iglesia. Se tiene constancia escrita de una casa para ellos y de un horno con tejabón, los cuales nos dan idea de que estaba habitaba permanentemente (A.D.F.B. Corregimiento 488/65). 

Vista panorámica aérea de la iglesia de Andra-Mari en Elexalde, casa del cura (a), del caserio obispoetxea (b), del caserio de la freila o serora y posteriormente del sacristan (c) (Fuente: Euskonews) https://www.facebook.com/memoriasdegaldakao

En la casa adyacente a la ermita habría un seroretxe donde vivía la “serora” (en los documentos aparece como "eremitorio"), la cual también cubría las necesidades de la iglesia Andra Mari de Galdakano en Elexalde (donde también hubo un seroretxe, ver foto), en la misma sierra del monte Ganguren, también documentada como Santa María de Ganguren.

Fotografía 1885 donde se ve el seroretxe a la derecha

En este mismo lugar, hubo a su vez un hospital de peregrinos del Camino de Santiago de la Costa, lo que explicaría la necesidad de la serora. Este Camino de Santiago lo comentamos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/04/el-camino-de-santiago-por-bizkaia.html


1892 Procesión en Santa María de Ganguren o Andra Mari de Galdakano en el barrio Elexalde en la sierra del monte Ganguren del 4-9-1892 con motivo de la misión, donde se ve a los padres Pasionarios al frente de la comitiva; a la derecha la iglesia se observa la casa de la freila. Todos los patronos y patronas de Andra Mari así como algunos mayordomos, los recogemos en el siguiente artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/05/el-patronato-de-andra-mari-de-galdakano.html La casa de la serora pasó a ser la del sacristán.

Por otro documento de 1572, sabemos que Catalina de Egia era la serora de Santa Marina, por tanto, probablemente se trataba de una galdakanesa de ese barrio o familia, lo mismo que el rector y párroco por esas fechas. 

Por un documento del año 1597, sabemos que el mayordomo o responsable de las cuentas y explotación de Andra Mari de Galdakano era "Martín de Eguia de Barroeta", en nombre del patrono de la poderosa familia Abendaño, Barroeta es una casa y un barrio de Bedia, entonces perteneciente a la anteiglesia de Galdakano, con el que también podría estar emparentada la serora.
“Galdakao, casas, propietarios, habitantes…desde el siglo XVI a 1936” Xabier Valencia Barahona (2019)"

Catalina de Eguia esperó hasta el momento de testar para reconocer abiertamente que una cantidad de dinero que empleó en conceder un crédito a un particular, procedía de las limosnas de Andra Mari de Elexalde y que lo debía reintegrar, pero no había podido recuperarlo, por lo que encargó a sus testamentarios en el año 1572 esa tarea pendiente: 

“mando cobrar a Santchez de Onaço, viuda vecina de Galdacano treinta y seis reales que se los ube prestado agora puede aber tres años poco más o menos de la limosna que hube cogido de Nuestra Señora Santa María de Ganguren” (AFB-BFA Testamento de Catalina de Eguía, freila de la ermita de Santa Marina de Ganguren, sufragánea de la anteiglesia de Galdakao. Fondo Notarial, escribano Iñigo Jarabeitia sig. N488/65 ff 77-78).

Escudo de los Egia de Galdakano, uno de los escudos nabarros del municipio, tal y como explicamos en:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/dos-escudos-del-estado-de-nabarra-en.html?m=1

En el año 1610 el visitador del Obispo pasó por la iglesia de Andra Mari de Galdakano y dictó el siguiente auto: "Otro si mandó à la dicha fraila sirva con cuidado en la dicha iglesia y no se ausente de ella haciendo faltas ni se ocupe en los servicios deshonestos en cuanto el señor visitador fue informado se ocupa como así coger malas mujeres en su casa y entender en los partos de otras y lo cumpla así so la pena de excomunión y que la primera vez que fuere hallada en semejantes inmun(di)cias la dió por despedida de la dicha iglesia y mandó al Doctor Abendaño, cura de ella, ejecute este auto y la despida como queda mandado".

Hay otro auto del Obispo de la visita del año 1616 de nuevo a la iglesia de Andra Mari de Galdakano, donde se comenta cómo se elegía la serora: "Otro si que todos los vecinos y moradores de la dicha anteiglesia según uso y costumbre nombren y elijan freila o sacristán cual mejor se hallare para el servicio de la dicha iglesia mirando con buen celo del servicio del culto divino dentro de un mes de la data de este auto y así nombrado traigan y presenten ante nos el dicho nombramiento para que visto se provea de su confirmación..." (Fernando Malo Anguiano "Monografías de pueblos de Bizkaia: Galdakao, Etxebarri y Zaratamo).


LAS ÚLTIMAS SERORAS DE BIZKAIA: BEGOÑA

La seroras de la anteiglesia de Begoña fueron nombradas entre las familias más ilustres de Bizkaia, como Marina Butroe documentada en 1546, quizás por ello las últimas seroras del señorío dieron las bendiciones de la Amatxu de Begoña.

Parte del grabado del flamenco Frans Hogenberg del año 1544 en Civitates Orbis Terrarum, probablemente la primera representación de la iglesia de Begoñako Andra Mari-Santa María de B(V)egoña. 
El edificio original era de una sola nave con techumbre de madera, una capilla de piedra con la Virgen, un coro, pórtico de madera y con un retablo flamenco. Se reconstruyó en el siglo XVI con el dinero de los villanos de Bilbao pese a no pertenecer a Begoña, pero fue casi destruida en su totalidad durante las Dos Guerras Forales o Carlistas por los liberales-centralistas, de la que solo se salvó intacta la Virgen que había sido escondida en la iglesia de Santiago de Bilbao. Tras su reconstrucción, fue nombrada basílica por el Vaticano en el año 1908 y poco después se erigió la torre del campanario actual en el año 1928. 
Sobre el origen nabarro de Begoña se puede leer: 

El sacerdote e historiador bilbaíno, Andrés de Mañaricúa en su libro Santa María de Begoña en la Historia Espiritual de Vizcaya (1950): "La última serora de Begoña fué Felipa de Villachica. En 1700 dejaba de serlo y sus atribuciones pasaban al freilo-sacristán". En ese año, "El Patrono que, en cumplimiento del auto de visita de 1595 , había nombrado el primer sacristán que hubo en Begoña, — aunque parece que en algunas ocasiones posteriores el sacristán fué nombrado por el Cabildo— logró que se le reconociese el derecho a ser él quien lo designase, así como al freilo, pudiendo hacerlo en una persona o en dos según viera conveniente (....). 

El Patrono que, en cumplimiento del auto de visita de 1595 , había nombrado el primer sacristán que hubo en Begoña, — aunque parece que en algunas ocasiones posteriores el sacristán fué nombrado por el Cabildo— logró que se le reconociese el derecho a ser él quien lo designase, así como al freilo, pudiendo hacerlo en una persona o en dos según viera conveniente". 

Palacio de los Legizamon junto a la basílica de Begoña.
Enciclopedia Auñamendi

Este "freilo" o sacristán, de hecho, tampoco fue clérigo a lo largo del siglo XVIII, el sacristán tenía derecho a casa habitación, huerta y a una bodega, incluso a veces estaba casado y con hijos, por lo que su gasto era muy superior al de las seroras. 

Sin embargo, tal y como hemos visto, el propio Mañaricúa da testimonio de que él, siendo sacerdote, conoce a las seroras de la basílica de Begoña en 1950.

COROLARIO

Hoy en día, las continuadoras de aquellas seroras son las mujeres que se dedican al cuidado de los templos e incluso los abren a los feligreses, ayudan en las misas pasando el cepillo, leyendo los evangelios, dando la hostia junto al cura o en el coro parroquial, algunas de ellas también se dedican a dar la catequesis a los niños, normalmente son voluntarias y no reciben emolumentos o salario alguno.

Errigoitiko Pele Gezuraga Enzunza izekoari eskainia, 
Begoñako basilikan egin zuen lan eskergagatik.
Ezkerretik lehena, 3 neba-arrebekin Galdakanoko Elexalden. 

 Minbiziaren Kontrako Elkartean, AECC Bizkaian, 50 urte baino gehiagotan eginiko lanagatik, Espainiako Carlos III.na Ordenaren Kurutzea eman zioten, Espainian zibil bati eman dezaketen gorena, Ardantza Lehendakariaren emazteak honen izenean, Josu Ortuondo Bilboko alkateak eta Isabel Tocino Espainiako ministroak eskeinitako ekitaldi batean.
Hainbat urteetan AECCko kide zaharrena izan zen eta 100 urtez hil zen.