EL CULTO A LAS DIOSAS EN TIERRAS BASKONAS
Aitzol Altuna Enzunza
Mari en el film "Irati" de Paul Urkijo (2023) |
Mari en el film "Irati" de Paul Urkijo (2023) |
Sincretismo pagano-cristiano, miniatura de la Biblia historiada de Guyart des Moulins, realizada en Francia en torno al año 1420 |
Mapa Wikipedia |
Instrumentos musicales de Isturitz y Otsozelaia Museo d’Archéologie Nationale de Saint Germain en Laye. |
Las Venus paleolíticas:
María Isabel Rodríguez López, profesora titular de arqueología en la universidad Complutense de Madrid, en su trabajo “El arte del paleolítico superior” escribía: “Las estatuillas femeninas que se conocen genéricamente con el nombre de "Venus paleolíticas" forman uno de los conjuntos de mayor interés entre los vestigios culturales de la Edad de Piedra; esta designación fue dada por algunos arqueólogos, considerando que estas figurillas eran modelos característicos del tipo femenino del hombre de Cro-Magnon (...)”.
Las Venus paleolíticas se dividen en un grupo pirenaico-aquitano, grupo italiano, grupo renano-danubiano, grupo ruso y grupo siberiano, donde se ve su extensión por toda la vieja Europa.
Dama de Brassempouy o Dama de la Capucha en la Baskonia continental (Grotte du Pape, Las Landas, cerca de Orthez), museo Saint Germain en Laye. Se trata de una pieza 3,65 cm en marfil de mamut de hace 26.000-24.000 años del paleolítico gravetiense, sería la segunda diosa encontrada en Baskonia https://es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_Brassempouy |
Llama también la atención la forma de vulva de la entrada a la cueva de Praileaitz. |
Las estelas son lápidas funerarias con símbolos astrales, cuya principal característica es la simetría de las mismas. Son concéntricas, es decir del centro salen el resto de las figuras (con alguna excepción).
Sólo en la actual Euskal Herria hay 5.000 estelas localizadas de diferentes siglos y otras rotas o semiderruidas de hace más de 2.000 años, una cantidad muy superior al resto de Europa. Existen unas 2.500 perfectamente catalogados y otras 2.500 a la espera de serlo, muchas en manos de particulares. Aunque se usaron profusamente desde hace más de 2000 años, de esas primeras piezas solo unas pocas han llegado hasta nuestros días.
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Comentaba Pedro Zarrabeitia Miñaur en el libro “Estelas discoidales de Euskal Herria” que, aunque la mayoría están desubicadas, se cree que miraban al Este, al nacimiento de la diosa Eki o Eguzki, dentro de la religión matriarcalista baskona.
Se puede leer sobre el matriarcado y matriarcalismo https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/apuntes-sobre-el-matriarcalismo-vasco.html.
Las estelas funerarias o “gizon-harri” se asemejan a cabezas enterradas por su forma, donde según la religión precristiana baskona estaba "gogoa", el alma. Todos los seres vivos tienen alma (gogoa), ésta es inmortal y reside en la cabeza, la parte más importante del cuerpo: "nere buruaz beste egin" (suicidar mi cabeza), "burua lurrera bota" (tirar mi cabeza al suelo), "burua ispiluan ikusi" (mirar mi cabeza en el espejo) etc. –modo reflexivo-.
Al morir, el alma va al cielo hasta llegar a la luna (ilargi=luz de muertos), luego vuelve a la tierra en forma de lluvia y entra en otro ser: la rueda de la vida, muy parecido al hinduismo. La luna, según el mitólogo Juan-Eduardo Cirlot, es también una figuración simbólica del Paraíso ("Diccionario de símbolos" Ed. Labor, S.A.1969 Barcelona).
Pedro Zarrabeitia explicaba que en Zuberoa las estelas son “hilargiak”, de donde viene “hilarriak”, pues eran, según la tradición, representaciones de la luna llena para que el alma de los difuntos no volasen hacia el astro nocturno.
Pero, lo más aceptado, es que son antropomorfas, muy semejantes a representaciones del cuerpo humano, serían “envolturas antropomorfas de símbolos astrales”.
“En un proceso mental muy esquemático y representativo, con una capacidad para la abstracción sorprendente, nuestros antepasados identificaban la forma y el movimiento del sol, la luna y los astros con círculos, arcos, ruedas, lazos y espirales sin principio ni fin; la luz solar con flores de seis o más pétalos y estrellas de múltiples puntas; los ciclos y ritmos del día y de la noche o la estaciones y los períodos lunares con líneas onduladas o en zig-zag, con trazos repetidos y cenefas de pequeñas triángulos alternados”.
Símbolos solares y cruz hexapétala que se hallaban en las vigas de la desaparecida ermita medieval de San Antón Txikerra de Arteta en Galdakano (Revista Kobie 11, Francisco Javier González de Durana Isusi y M. Barañano Letamendia -1981-)
Pila bautismal medieval de Andra Mari de Zeanuri (fotos propias). Aunque la iglesia fue totalmente reformada en el siglo XVI y tiene una torre barroca posterior, la iglesia original era probablemente del siglo XI, de la que se conserva esta pila bautismal |
Las flores hexapétalas aparecen en muchas civilizaciones ya desde la Edad de Bronce, es el símbolo protector astral más representado en las estelas, por delante de la luna (normalmente creciente) y la cruz precristiana, sólo superada por el sol, al cual parece también representar.
De la Edad Media, la más espectaculares son las del conjunto que se encuentra en Argiñeta, Elorrio, que aún no eran cristianas y las de la foto parecen representar a Eguzki. |
El griego Estrabón en el siglo I d.C., nos dio la única referencia a un culto de los Pueblos euskaros prerromanos, pero no nos aclaró gran cosa: “según algunos autores, los galaicos son ateos, mas no así los celtíberos y los otros pueblos que lindan con ellos por el Norte (de Hispania, donde estarían algunos de los pueblos euskaros), todos los cuales tienen cierta divinidad innominada a la que en las noches de luna llena, las familiares rinden culto danzando hasta el amanecer, ante las puertas de sus casas”.
Las estelas tabulares son otro tipo de lápidas de época romana reutilizadas a posteriori, típicas del suroeste de Baskonia, como ésta de Elorriaga en Lemoa del pueblo prerromano de los karistios o karietas, donde podemos ver símbolos como el "aspa de San Andrés", dos flores hexapétalas que parecen representar soles, una luna creciente y una cruz griega, todos ellos son símbolos que se siguieron usando durante toda la Alta Edad Media por los baskones. |
"Hauek dira hamazazpi epigrafeetan irakur daitezkeen izenak (beren horretan, desinentzia eta guzti), ondoan, parentesi artean, bakoitza edirendako (aurkitutako) herriarekin eta argitara emandako urtearekin: ERRENSAE (Larraga, 1989), HELASSE (Miñao, 1970), HERAVSCORRITSEHE (Atharratze-Sorolüze, 1638), ITSACVRRINNE (Izkue, 1960), LACVBEGI (Uxue, 1929), LARAHE (Iruxo, 1996, Larunbe 2023), LARAHI (Erre- zu, 2022), LARRAHI (Muruzabal Andion, 1940), LOSAE (Lerate, 1946), [L]OSAE? (Zirauki, 1979), LOSAE (Burumendi, 1981), LOXAE (Argiñaritz [Girgillao], 1943; desagertua), LOSAE (Anitz [Zirauki], 2022), SELAITSE (Barbarin, 1911), SELATSE (Barbarin, 1911), S(ELA[I]TSE?) (Barbarin, 1946), VRDE (Muzki, 2012)". |
"Amaieran -tse edo -(s)se dutenen (Sela[i]tse-ren, Helasse-ren) kasuan ezin bazter daiteke -x(s)o/-so-ren (maskulinoaren) pareko atzizki femeninoa egotea eta, apika, -e bokala genero mozioa izatea. Ikerbide horren alde hitz egiten du Soriako iparraldeko Ae(milius) Onso, Pontia Onse eta Antestia Onse antroponimo hirukoteak, cognomina (familiaren deitura) horien argitan pentsa baitaiteke -o eta -e bokalek generoa bereizten dutela"
("En el caso de los que terminan en -tse o -(s)se (Sela[i]tse, Helasse), no se puede descartar que haya un sufijo femenino igual a -x(s)o/-so (masculino) y que, quizá, la vocal -e sea una noción de género. El trío antropónico Ae(milius) del norte de Soria, Onso, Pontia Onse y Antestia Onse, a la luz de estas cognóminas (nombre de la familia), parece que las vocales -o y -e distinguen el género").
Izquierda: ERRENSAE (Larraga, 1989) Derecha: SELATSE (Barbarin, 1911) |
AMOENAE:, lo que parece confirmar la hipótesis planteada por Zaldua |