TERRITORIOS DE LAS ENKARTACIONES QUE SE QUEDARON FUERA DE BIZKAIA


TERRITORIOS DE LAS ENKARTACIONES QUE SE QUEDARON FUERA DE BIZKAIA

Aitzol Altuna Enzunza



Mapa Eneko Del Castillo (Nabarlur)


Las tres tenencias en las que estaba dividida las Enkartaciones, aparecen en un documento del año 1040, fecha en la que se extendió la escritura de donación de arras del rey de Nabarra Garçés el de Nájera (el hijo de Sancho III el Mayor) a su mujer dona Estefania, el texto aparece por primera vez en el libro "Historia Crítica de Vizcaya" (Tomo I de 1924) de Gregorio Balparda de Las Herrerías (Portugalete 1874-1936), donde nos dice que: “Senior Lope Bellacoz, et senior Galindo Bellacoz, cum Colindris et cum Huart, et Mena, vel Tutela (Retes de Tudela en Artziniega), et Lanteno cum omni pertinentia eorum. Garsia Ciclave cum Samanos et cum sua pertinentia”.

Por tanto, se nombran las diferentes tenencias, entre ellas Uhart y Colindres de los hermanos "Bellacoz" (cuyo apellido se ha intentado derivar de manera forzada al apellido también euskaro de "Velasco"), y la de Samano de Garsia Ciclave (más información en https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/04/las-enkartaciones-tres-tenencias.html).

Como continuación del artículo "Las Enkartaciones: tres tenencias Nabarra", vamos a ver cómo muchos de los territorios encartados quedaron fuera de Bizkaia.

Mapa del cartógrafo real Tomás López  de 1804 con Bizkaia hasta el río Asón en Laredo-Santoña

Goio Bañales en su libro “El mundo naval de las Encartaciones”, explica como: “En la Alta Edad Media el territorio comprendido entre los ríos Asón y Cadagua (o Salcedón) se gobernaba por el denominado “Fuero de Bezio”. Este amplio espacio se dividió en dos merindades; una de ellas, la más occidental, en la margen derecha del Asón, mantuvo este nombre cuando pasó a formar parte de un corregimiento anexo al de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar, mientras que la merindad más oriental, bañada por el río Cadagua, que se identificaría como “Las Encartaciones”, gozaría de su propia Junta en Avellaneda. 

Al término de la Edad Media esta división administrativa se consolidó, aunque tanto unos como otros siguieron considerándose a sí mismos como “vizcainos”, apelativo que es frecuente observar documentalmente, al menos hasta muy entrado el XVIII, por ejemplo, en los naturales de Laredo, Colindres, Limpias y Santoña, en ocasiones tales como cuando sus vecinos realizaban pruebas de hidalguía y genealogía o cuando respondían en diversas circunstancias declarando su vizcainía.

La playa de Muskiz desde el Penón de Ojeda

En este sentido es importante diferenciar la Bizkaia nuclear, que suele llevar anexo el término de “El Señorío”, con la Bizkaia global, que suma a ésta los territorios vizcaínos de Las Encartaciones, Durango, Orduña, Orozko, los lugares aforados de las Merindades en Burgos (Moneo, Villarán, Bustillo, Bascuñuelos, Villalacre, Villaverdin, Momediano y Paresotas), Colindres, Limpias, y otros que en diversos momentos se consideraron de esta misma naturaleza (BAÑALES. Ruta Aduanera) 

Por lo que respecta a Somorrostro no hay duda de que a pesar de hallarse sujeto a la ordenanza general encartada redactada en el año 1394 según el texto propuesto por el doctor Gonzalo Moro, y posteriormente al Fuero Viejo Encartado redactado en 1503, aún siguió rigiéndose por el Fuero de Bezio  (aparece Briçio) en los aspectos más comunes, como la transmisión de bienes. Por esta razón, todavía en el año 1511 se escribía: “…la tierra de Somorrostro, ques en el Fuero de Briçio…” (ARCh.V. R. EJECUTORIAS. Caja 259-8.).


Villaverde de Trutzioz

Villaverde de Trutzioz quedó fuera pese a ser reclamada insistentemente por el Señorío y queda como un enclave extraño rodeado de tierras bizkaínas. Villaverde de Trutzioz perteneció al señorío de Bizkaia desde el siglo XII al XIV según dejó escrito E. Labayru en “Compendio de la historia de Bizcaya" (1900).

En el siglo XIV, el linaje de los Avellaneda se hizo con Villaverde de Trutzioz, gracias a la donación realizada por los señores de Bizkaia, por la participación de Ochoa de Avellaneda en la batalla de Aljubarrota en 1385. 

En 1440, Diego de Avellaneda lo vendió a Pedro Fernández de Velasco, segundo conde de Haro, por 50.000 maravedíes. Éste último, al repartir el patrimonio entre sus hijos, lo cedió a Antonio de Velasco y posteriormente éste a su hermano Pedro. 

Esta donación derivó en la continuada vinculación a la familia Velasco, Duques de Frías y Condes de Haro, pasando a pertenecer al Señorío de los Condestables de Castilla, apartándolo de Las Encartaciones y del Señorío de Bizkaia (aunque con ciertas vinculaciones con las Juntas de Avellaneda).

Villaverde de Trutzioz

En el libro “Introducción a la Historia Medieval de Alava, Guipuzcoa y Vizcaya en sus textos” J. A. García Cortázar y otros, comentan que: “Villaverde de Trucios es tierra encartada, en 1480 Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro casa de los condestables de Castilla, lo compró a Diego de Avellaneda, a quien, a su vez, el Señor de Bizkaia donara el valle y la iglesia. En el siglo XIX dieron estas tierras a Cantabria donde nunca estuvo ni tuvo relación alguna, convirtiéndose en un enclave nuevo rodeado de municipios vizcaínos”. 

Según E. Delmas, Trutzioz sería una deformación de Iturriotz, lo cual es muy poco probable. 

Cantabria no existe como tal hasta 1982 (hasta el siglo XIX se cree que los cántabros de los textos romanos eran los vascos), cuando recibe su estatuto de autonomía, ni estas tierras de Villaverde de Turtzioz acudían para nada a la provincia de Santander anterior (para más información sobre el uso del término "Cantabria" se puede leer https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/las-seis-cantabrias-y-los-baskones.html y https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/09/el-nabarro-cantabrismo.html)

La decisión de dárselo o integralo en la provincia de Santander o de Cantabria, es poco comprensible, pues sus pobladores, nada tienen que ver con los de esta provincia española, siendo difícil su gestión administrativa. Similar suerte tuvo Guriezo.

Mapa del geógrafo francés Nicolás de Fer del año 1705

Chorographie des royaumes d`Aragon, de Navarre, et de la Province de Biscaye [Material cartográfico] / dirigée par Mr. Philippe censeur royal (1787)





Colindres y Límpias

También fueron parte del Señorío de Bizkaia  los municipios “encartados” de Colindres o Limpias, los cuales se regían por el Fuero de Bizkaia. 

Colindres y Limpias estuvieron dentro del señorío entre 1400-1508, según escribe Labayru en su libro “Compendio de la historia de Bizcaya”, e intentaron su inclusión en el Señorío de forma conjunta varias veces más, como en 1675, otra vez en el año 1722 y por última vez, tanto Limpias como Colindres, pretendieron incorporarse al Señorío de Bizkaia en 1764, donde aún se aplicaba en parte el Fuero de Bizkaia (Xabier Zabaltza Pérez-Nieva en Iura Vasconiae nº5 -2008-, “La Vasconia peninsular y la organización territorial española”). 

Esta iglesia de San Juan Bautista en  Colindres de Arriba donde en el siglo X se desarrolló dentro del reino Nabarra el concejo de Colindres. Fue construida sobre el antiguo "monasterio" o iglesia de patronato laico de San Juan y San Jorge y todavía conserva restos románicos.

Otro historiador, Florencio Amador Carrandi, en su libro "Investigaciones históricas de Vizcaya y los lugares de Limpias y Colindres", demuestra con documentos, que estos municipios iban a ser vendidos al ser de realengo o de señorío, por el rey de Castilla Enrique III como señor de Bizkaia en 1399, para conseguir dinero en su guerra contra Portugal. Pero, los representantes de estos dos municipios y el de Balmaseda que entraba en el lote, consiguieron reducir la cantidad a la mitad y pagarla entre ellos (2/3 Balmaseda), a cambio, el señor de Bizkaia, les dejara continuar "e con el dicho señorío de Vizcaya ya según que fasta aquí fuísteis", coletilla que se repite varias veces en la carta firmada por Enrique III. El Becerro o libro de behetrías de Castilla de ese mismo siglo, confirma que estos dos municipios no eran de Castilla.

Toda la Nabarra Occidental, Bizkaia-Gipuzkoa-Alaba y La Rioja, agrupada como "Bizcaye" en el mapa de  Philippe Pretot de 1773:

"Cosmographie universelle, physique, et astronomique, pour l'etude de touts les ages de l'histoire dirigee par m.r Philippe"



Aunque,  también es verdad, que estos municipios que disfrutaban de los Fueros de Bizkaia, no aparecen representados en las Juntas de Bizkaia, bien como firmantes de las actas de las Juntas en Gernika o en las de la Junta de la Abellaneda.

Este documento de Enrique III, fue firmado por cada uno de los señores de Bizkaia y reyes de Castilla y de Las Españas después, hasta 1820, cuya copia se adjuntaba al original. En la Constitución española de ese año, por un lado, se pide a Limpias y Colindres que participen de los gastos del enviado provincial de Bizkaia, lo que demuestra en otro documento oficial, su pertenencia al señorío. Pero por otro lado, a partir de ese año, parece que quedaron enclavados en la nueva provincia de Santander que nació de esa Constitución y en el partido judicial de Laredo, pese a que también están recogidas las quejas de sus enviados municipales y su deseo de seguir en Bizkaia.

"En 1829 el Consejo de Hacienda falló que pudieran gozar del fuero de Vizcaya y no se incorporarán a la provincia de Santander definitivamente hasta 1840" (Xabier Zabaltza Pérez-Nievas).



Incluso el propio Lehendakari Agirre escribió en su libro sobre la historia vasca sobre esta cuestión en los años 40 (José Antonio Aguirre y Lecube, Obras Completas Edit. Sendoa 1981):

En "1394, no impidió que algunas de las tierras encartadas sufrieran la violencia de la Corona. Este Fuero que era propiamente un cuaderno de Hermandad como el vizcaíno bajo la Corona de Pamplona, se unieron a la hermandad encartada los pueblos de Guriezo el mismo año buscando posiblemente protección y quizá por el recuerdo de la antigua comunidad Colindres, Limpias, Castro, y otros lugares, que hoy pertenecen a la provincia de Santander la vieja Castilla". 


Castro Urdiales

Fue Castro Urdiales la que con más ahínco ha intentado volver al señorío bizkaíno. En el año 1394 Castro Urdiales se unió a Bizkaia desde su antigua tenencia de Sámano. Así, está entre los municipios que firmaron el Fuero Viejo de Bizkaia de 1452 y están presentes en Gernika en su jura del mismo por el señor de Bizkaia y rey de Castilla Enrique IV en 1457.



Pero, quedó Castro Urdiales separada el 4 de marzo 1471, cuando el Señor de Bizkaia lo ordenó así, ocupaba hasta entonces asiento en Juntas. Pese a ello, en los años 1562, 1576, 1665, 1667, 1676 y 1678, trató de volver a entrar en el Señorío, pero Bilbao veía en él a un posible competidor y se negó constantemente. 

"Castro Urdiales había gozado de fuero y participado en las Juntas vizcainas hasta 1471 y volvió a gozar del Fuero de Vizcaya entre 1745 y 1763, pidiendo su incorporación en 1730, 1745 y 1799, contando con la oposición de Bilbao, a cuyo puerto podía hacer competencia" (Xabier Zabaltza Pérez-Nievas).

En 1738, a cambio de 140.000 escudos, obtuvo el permiso de Felipe V de Las Españas para integrarse en Bizkaia hasta 1741, en que fue revocado por la presión de Bilbao. Entre 1748-1763, perteneció de nuevo al señorío de Bizkaia, año en el que volvió al Corregimiento.

En 1765, Castro Urdiales junto con Sámano, se unieron a la Junta de Castilla, a pesar de ello, en 1774, en 1796 y el 10 de marzo de 1799, fue admitida Castro Urdiales por la Junta de Merindades de Bizkaia por última vez.


Pero, la petición castreña para integrarse en Bizkaia contó con la ayuda de la propia Diputación en octubre de 1924, con 14 votos favorables y tan solo uno en contra, pero el Ministerio de Gobernación español rechazó el acuerdo.

En su escudo municipal aparece el árbol de Gernika:

"Castro soy y siempre he sido,
Vizcaya firme en mi asiento"


Escudo de Castro Urdiales con el árbol de Gernika en el centro y una cadena como bordura


Castro Urdiales siglo XVI, libro de Iñaki Sagredo Garde sobre castillos de Nabarra


El Valle de Mena

El valle de Mena fue conquistado en 1076 por Alfonso VI, quien lo incorporó a Castilla, aunque pocos años después sería probablemente recuperado por Alfonso I de Nabarra y Aragón hasta su conquista final: "a pesar de la voluntad expresada por sus vecinos no consiguió integrarse en Bizkaia en sus intentos de los años 1833 y 1924 (…). Si nos guiamos por las torres de los gamboínos y oñacinos podremos comprobar con qué nitidez se perfilan, ya en la Edad Media, los límites y el contorno de la actual Comunidad Autónoma Vasca” (Goio y Julen Bañales). El Valle de Mena llegó en 1822 a volver solicitar su anexión a Bizkaia, petición que reiteraron en 1844.

Santa María de Siones s. XII



Roldán, sobrino de Carlomagno, dando una patada a un Olifante
Soldado franco a caballo
Soldado baskón a pie con honda y palanca o bastón de guerra en la Batalla de Orreaga-Roncesvalles
San Lorenzo de Vallejo, fundada por Andrekiñe de Mena, después castellanizada como Enriqueta.


Mena ha sido siempre una tierra de paso desde la costa al interior por donde discurría la calzada romana de Pisoraca. El mismo señor de Bortedo que le concedió a Balmaseda, le dio la carta de villa en 1199 o 1200 con el fuero nabarro de Logroño a Villasana de Mena. 

Desde 1118 hasta el año 1260, los Haro actuaban como gobernadores de Mena e incluso hasta el presente, judicialmente, ha pertenecido a la jurisdicción de Balmaseda: “Al parecer, la unión de ese Valle a Vizcaya procede de 1118, cuando el rey atribuyó el señorío de Mena al citado don Lope Sáenz, señor de Vizcaya, quien se titulada un año después, al tiempo de conceder el mencionado privilegio, “señor de Vizcaya y Mena”, y, como tal, otorgó el fuero de Logroño a Mena (…).

Según Bustamante Bricio, Mena perteneció a las Encartaciones en el siglo XV, y sus diputados para dicha Hermandad eran designados tradicionalmente en el pórtico de la iglesia de San Miguel Arcángel de Maltrana” (“Ordenanzas del Valle de Mena” Pedro Andrés Porras Arboledas, profesor de historia en la Complutense de Madrid).


J.M. Sasia hace un resumen de aquellas primeras Enkartaciones o Enkarterriak cuando comenta: "no son hoy Encartaciones de Bizkaia ni el valle de Mena ni Castro Urdiales ni Otañes, ni Sámano con su junta, Colindres, Limpias y Laredo. Todas estas zonas fueron con seguridad históricas tierras de Bizkaia y encartadas. Por supuesto, el enclave de Villaverde de Trutzios que queda rodeado de ayuntamientos bizkaínos".

En realidad, serían más bien territorios baskones que se integraron en el reino de Nabarra, donde bizkaínos y alabeses contribuyeron a repoblar tras las acometidas visigodas y musulmanas primero y asturianas después, donde los señores de Bizkaia de la familia López de Haro y las guerras de banderizos, tuvieron mucho que decir en la incorporación o no al señorío de Bizkaia de esas “tierras encartadas”.


OTRAS POBLACIONES CASTELLANAS QUE PERTENECIERON A BIZKAIA

Mapa de la Primera Guerra Carlista (1833-1839) donde todavía se representa el reino de Nabarra con todo su territorio, incluidas las tenencias enkartadas, el Valle de Mena, Miranda de Ebro y gran parte de La Rioja. El mismo mapa es usado en durante la segunda Guerra Carlista en 1876, pero ya Nabarra aparece en minúscula al quedar Alta Nabarra reducida a una provincia en 1841.


Es notable constatar que Valderejo (Alaba), o las tierras de Castilla Vieja que van de Montes de Peña y Sierra de Tesla-Moneo, Oteo, Momediano etc. (territorio de los autrigones prerromanos como las Enkartaciones actuales), también se regían por el Fuero de Bizkaia, así como pueblos al Oeste del Valle de Mena y demás tierras hoy burgalesas de Moneo, Villarán, Bustillo, Bascuñuelos (nombre de una repoblación), Villalacre, Villavertín, Momediano y Pare-Peña, tierras del reino de Nabarra controladas tras su ocupación militar por la familia López de Haro.

Según el acta primera de 1554 de la Junta de la Abellaneda, presididos por el teniente de Corregidor, tomaban asiento los siguientes apoderados: Consejo de Güeñes, C. de Zalla, valle de Gordejuela, C. de San Martín de Sopuerta, C. de San Pedro de Galdames, C. de San Julián de Musques, C. de San Pedro de Abanto, C. de Santurce, C. de Santa María de Sestao, C. de San Salvador dei Valle, C. de San Román de Ciérvana, C. de Trucios, cinco concejos de Carranza, C. de San Miguel de Ahedo, San Juan de Biañez, Santesteban y Santa María de Soscaño del C. de Arcentales.

Nuestra Señora de los Milagros de Soscaño derruida en 1907 de donde procede un vano del siglo XI

También acudían varios pueblos burgaleses o «aforados de Moneo»: Moneo, Bustillo, Villalacre, Villarán, Momendiano, Villaventín, Bascuñuelos y Paresotas. Estos pueblos, denominados por el Fuero (Ley V, Tít. I) «adherentes», asistieron a Avellaneda hasta bien entrado el s. XVIII (Enciclopedia Auñamendi, Idoia Estornés Zubizarreta)


En el trabajo “Euskadi, Navarra y la Rioja en la reordenación provincial del estado (1800-1850)", Jesús Burgueño de la universidad de Lleida (1994), recogía como, tras la invasión francesa y su intento de reestructurar las Españas por primera vez en provincias, en el segundo intento en el año 1813:

“La delimitación final de Vizcaya y Guipúzcoa acabó siendo la tradicional, si exceptuamos la incorporación de Orduña a la provincia de Vitoria, propuesta por los mismos diputados vascos. En cuanto a la provincia alavesa, además de los territorios burgaleses que ya agregaban Bauza y Larramendi a su Provincia Vascongada: Condado de Treviño, Miranda de Ebro -que así lo había pedido-, Junta de Villalba de Losa (que formó parte de Alaba en el s.XV)-, etc., ahora se le añadían el resto de pueblos al norte de los montes Obarenes y sierra de Oña y al este del río Jerea o Losa (Valle de Tobalina, Frías, Santa Gadea del Cid y otros), siguiendo también en esto la sugerencia de los parlamentarios vascos. Por contra, no se aceptó ni la propuesta de incorporar Oñati a Vitoria -rechazada por aquel Ayuntamiento ni tampoco la petición de las localidades alavesas de Llodio y Okondo de pertenecer a Vizcaya.

Maqueta del "castillo de los nabarros" de Frías 


El hecho es que en el último momento se decidiese mantener los límites tradicionales de Vizcaya con Cantabria, en contra de la voluntad del Valle de Mena y de Castro-Urdiales”.

Puente de Frías

En su trabajo “Origen y evolución de las Encartaciones de Bizkaia”, Goio y Julen Bañales comentan: “Los aforados de Moneo y los de Losa consiguieron integrarse en Bizkaia, y fueron incluidos en su jurisdicción natural, en el corregimiento de la Av(b)ellaneda. El “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal” llama a estos pueblos “desaforados” por haber perdido “sus fueros de provincia” a principios del siglo XVIII".

En “Ruta por los enclaves extraterritoriales aforados al Fuero de Bizkaia” José Ángel Lecanda habla de que: Los aforados de Moneo, entre Medina de Pomar y Trespaderne, contaban con cuatro núcleos de población sin solución de continuidad entre ellos: Bustillo y Moneo como núcleo central, Villarán y Bascuñuelos (cuyo nombre no deja lugar a dudas del origen de sus primeros pobladores)
, espacialmente insertos en otras unidades administrativas. Éstos, al igual que algunos otros de esta misma comarca, como Nofuentes, capital de la Merindad de Cuesta Urria, estuvieron aforados.

La primera vez que aparecen en las actas de la Junta de Abellaneda es en 1556, aunque en el siglo XVI no solían acudir a la Junta, por lo que la propia institución les solicitó en varias ocasiones su asistencia, ya que junto al resto de las repúblicas de Las Encartaciones debían contribuir financiera y militarmente. En 1591 estos enclaves se reintegraban oficialmente al Señorío de Bizkaia, y en el siglo XVII quedaban definitivamente adheridos a la Junta de Abellaneda.



Su estatuto jurídico venía de antiguo. Ya en el Becerro de las Behetrías, de mediados del siglo XIV, aparecen como aforados Bascuñuelos (Valle de Tobalina), Villarán, Villalacre y Villaventín (Valle de Losa, además de Momediano y Paresotas que también eran aforados). Y esta situación foral, es decir, diferenciada fiscal, militar y administrativamente de la Merindad de Castilla Vieja por su nexo a Las Encartaciones, tuvo que ser defendida insistentemente. En 1338 y 1386 Villarán y Bascuñuelos pleitearan contra la villa de Frías, como durante todo el siglo XVI lo harán ante la Merindad de Castilla la Vieja por los intentos de ésta de envolverlos bajo su jurisdicción. También Villarán protestará ante el Condestable de Castilla a comienzos del siglo XVI porque éste no respetaba sus privilegios fiscales derivados de su pertenecía al Señorío de Bizkaia.


La razón de su situación está en la presencia, antigua y extensa, de los Señores de Bizkaia en la zona. Ya Don Diego López de Haro, en 1287, exoneraba del pago de ciertos tributos a los súbditos de Nofuentes, y en 1366 el Señor de Bizkaia Don Juan Nuñez de Lara confirmará esa exención.

En 1618 el propio Felipe II librará carta real reconociendo los privilegios de los Aforados y su vinculación a Bizkaia, y en 1696 y 1710, ante las injerencias de la Merindad de Castilla Vieja, vuelve a reivindicarse el aforamiento bizkaino y la adscripción a la Junta de Abellaneda.

“Estas tierras del noroeste de Castilla eran en la cultura anterior a la romanizad, como igualmente lo testifica la arqueología, tierras autrigonas, por tanto en estrecha relación con el ámbito de la lengua vasca. Además estas tierras gozaban en su derecho privado unas instituciones típicas del sistema jurídico pirenaico, lo mismo que todas las tierras que estaban a su costado oriental” (“Sancho III el Mayor” José Luis Orella Unzué .

Colindres, Palacio del Condestable de Castilla


Otros territorios que se regían por el Fuero de Bizkaia

El Valle de Valderejo, apéndice del de Valdegobía rodeado de tierras burgalesas, y las burebanas poblaciones de Fuentebureba y Berzosa, en ambos casos con menor intensidad y duración, también estuvieron bajo la jurisdicción del fuero bizkaino, al que llegaron por otorgamiento de su señor solariego. Valderejo entró en el Señorío en 1278 y lo abandonó, para pasar a la Hermandad de Álava, en el siglo XV; Berzosa fue comprada por el Señor de Bizkaia en el XIV y Fuentebureba se obtuvo por donación en el mismo siglo, pero en 1486 los Reyes Católicos agregaron las dos a la Corona.

Valderejo, estrechamente relacionado con el comercio enkartado de la costa hacia el interior, fue dado por Alfonso X de Castilla a Diego López de Haro (1273) a condición de que se respetasen sus Fueros, los cuales eran los de Bizkaia.