ORÍGENES DE LA ANTEIGLESIA DE ZIORTZA-BOLIBAR, EL PRIMER ROMÁNICO
Aitzol Altuna Enzunza
La comarca de Lea-Artibai es la heredera de la antigua Merindad de Markina y la componen en la cuenca del río Artibai los municipios con los nombres actuales de Markina-Xemein, Ziortza-Bolibar, Ondarrua, Etxeberria y Berriatua y en la cuenca del río Lea los municipios con los nombres actuales de Amoroto, Gizaburuaga, Isparter, Lekeitio, Aulestia, Munitibar-Arbaizegi-Gerrikaitz y Mendexa. La “puebla de Bolibar” perteneció a Markina-Xemein entre 1969 y 2004 cuando se independizó con el nombre de Ziortza-Bolibar. “Cenarruza y Ziortza” vienen ambos de “Zinaurritza” (zihaurri yezgo o saúco menor más el sufijo “–tza” abundancia), Bolibar deriva de “boli” o rueda de molino e “ibar”, vega del río.
Existen muchos más restos o vestigios de época romana en Bizkaia de lo que se pueda creer a priori, así tenemos lápidas, monedas y otros vestigios en el territorio del pueblo vasco que habitaba entre los ríos Deba e Ibaizabal-Nerua (hoy Nervión) y hasta Trebiño por el sur, nombrados por los romanos Karistios o Karietas: en Galdakano, Somorrostro, Karrantza, Balmaseda, Artziniega, Lemona, Igorre, Lekeitio, Bermeo, Portuondo (Mundaka), ermita de Kurtzio (Bermeo), Tribisburu, Cantera de Ereño, Sopelana (cerca de la iglesia de San Pedro), Plentzia, Nabarniz, Kortezubi y en la comarca de Lea Artibai en Ziortza-Bolibar o Berriatua. Son enclaves sobre anteriores poblaciones vascas de la zona que perviven hasta el presente, pequeñas poblaciones pero muy numerosas relacionadas entre sí con fuertes lazos de sangre desde épocas prehistóricas. Las recientes excavaciones realizadas por Iñaki García Camino, han dado como resultado 25 poblamientos de época romana en la costa bizkaína y 27 interiores.
Sarcófago en el Museo Vasco de Bilbao, Siglo XII. Este sarcófago fue descubierto por el Padre Vázquez al comienzo de la calzada que va desde la Colegiata de Santa María de Zenarruza a Bolíbar,Bizkaia, y junto con otro, conservado en la actualidad en la propia Colegiata, parecen proceder, en origen, de la ermita de Santa Lucía de Garai, en Arbacetzegi-Gerrikaitz.
https://apps.euskadi.eus/emsime/catalogo/objeto-sarcofago/ciuVerFicha/museo-57/ninv-AAAA/0683
Las primeras aldeas tras la caída del Imperio Romano Occidental, aparecen en Europa en torno al año 800. En Bizkaia se abrirán claros en los bosques y en el litoral, pero éste pronto se volverá peligroso por las incursiones normandas. Se han encontrado estas aldeas en Lea-Artibai en Gerrika, Iturrieta (Etxebarria) y Arta en Bolibar. Además se volvieron a habitar cuevas buscando un refugio seguro, son el caso de Peña Forua (Forua), Ereñuko Arizti (Ereño), Santimamiñe y Sagastagorri (Kortezubi) y en Lea-Artibai en Lumetxa (Lekeitio) o Goikolau (Berriatua).
La frontera entre los baskones y los germánicos visigodos era Castilla Vetula o Vieja, al occidente de una incipiente Bizkaia, la misma que después impondrán a los musulmanes como permanente, pese a las numerosas afeizas o ataques, siendo la Alaba primigenia “La puerta de la cristiandad”, la cual físicamente la podemos situar en las Conchas de Haro, y que hará de tapón a Bizkaia contra la huestes musulmanas, lo que hacía de la costa bizkaína un lugar seguro.
Todos los caminos comerciales entre la costa bizkaína y el interior, estaban jalonados por fortalezas-castillo baskones-bizkaínos y después nabarros en los pasos altos, en colinas o montañas de mediano tamaño (se ven menos afectadas por la niebla y son de más fácil acceso). El principal camino comercial era el que iba desde la cabeza del señorío, Bermeo, hacia Gernika donde subía por Gerrikaitz (Munitibar-Arbaizegi-Gerrikaitz) para bajar y cruzarse con el Camino de Santiago en Ziortza-Bolibar, dirigiéndose desde allí a la villa nabarra de Durango (1150) y por Urkiola alcanzar la importante plaza de Gasteiz, refundada como villa nabarra de “Victoria” en 1181. El tránsito comercial por el puerto de Urkiola sería controlado por el castillo de Atstxiki.
El primer camino de Santiago fue el costero, por donde discurrían los peregrinos que desembarcan en la bahía de Txingudi en el río Bidasoa o llegaban andando hasta Irun siguiendo la costa baskona, que carece de accidentes geográficos relevantes, para, por San Sebastián, Zarautz, Getaria y Zumaia, penetrar en Bizkaia desde Markina-Xemein y seguir hacia la importante iglesia y después colegiata de Zenarruza en Ziortza-Bolibar, atravesando el monte Oiz, dirección Gernika por Munitibar, donde se confunde con la “Ruta Juradera” a Bilbao.
Se tardaban 6 jornadas en completarla hasta Bilbao y seguía la ruta Xacobea por la Enkartaciones dirección Cantabria y otro ramal por Burgos, lo que hacía de Bilbao un importante punto de paso, aunque entonces sólo era el puerto de Begoña, con la iglesia de Begoña y la de Santiago como puntos relevantes, entonces quizás sólo pequeñas ermitas románicas sobre las que se construyeron las iglesias góticas actuales. Pero sería también frecuente ver peregrinos que desembarquen en Bermeo, principal puerto vizcaíno, para iniciar por la “Ruta Juradera” el Camino de Santiago .
El llamado “Camino francés”, que es el que recorren ahora la mayoría de los peregrinos, fue desarrollado bajo el reinado del rey nabarro Sancho III el Mayor y después de Sancho Ramírez en el siglo XI. El camino de la costa se usaba sobre todo al principio, siglos IX-X (como señaló Menéndez Pidal). Según el libro “Dos Caminos de Santiago” del departamento de turismo de la CAV, “el camino (de la costa) estaba bien atendido, y, salvo algún accidente geográfico de poca importancia, era relativamente cómodo, incluso en los meses climatológicamente más rigurosos”.
(Santa Lucia de Gerrikaitz. Foto "Erdi Aroko Artea/Arte Medieval -Bizkaia-" de la Diputación de Bizkaia)
Antes del siglo XI se creen cristianas varias sepulturas de Argiñeta al estar enterrados los cuerpos en posición de decúbito supino, mirando al Este y sin ajuar, frente a otras cercanas de la misma época como en Momoitio (Garai), Zengoitia (Durango a Markina), Andikoa (Berriz), en la ermita Santa Lucía de Gerrika (Munitibar-Arbaizegi-Gerrikaitz, que anteriormente perteneciente a Ziortza) y Zenarruza (Ziortza-Bolibar), donde los enterramientos aparecen bajo losas sobres las que se han realizados rituales con hogueras y los muertos llevan todo tipo de amuletos como cuentas de collar o dientes de animales totémicos.
Cabe mencionar unos pocos detalles arquitectónicos más anteriores a la introducción del arte románico. Existe una lápida sepulcral con signos mozárabes en el dintel de San Esteban de Iturrieta en Etxebarria (en Lea-Artibai, cerca de Markina-Xemein) y se sabe que la ermita de lo que era el núcleo originario de Elorrio (San Agustín de Etxebarria, duranguesado) es también anterior pues aparece en un documento del 879. Estos serían los únicos restos cristianos prerrománicos de Bizkaia, algunos dudosamente cristianos.
Cementerio de San Juan Bautista de Momoitio en Garai con tumbas de varias épocas medievales, lo que demuestra una población numerosa para la época |
La primera de todas las iglesias de Bizkaia según la tradición recogida por Iturriza, es Santa Lucía de Garai en Gerrikaitz (Munitibar-Arbaizegi-Gerrikaitz), a los pies del monte Oiz por la ladera Norte, según esta tradición y recogida en los cartularios de San Millán de la Cogolla (La Rioja, entonces perteneciente al reino de Pamplona-Nabarra), el día de la virgen del año 968 -el 15 de agosto-, durante la celebración de la misa, tras la comunión, un águila tomó una calavera de una osera cercana y tras llevarla por los aires, la dejó caer en un campo de hierbas en Bolibar, al otro lado del monte Oiz, "cenaorriac", y allí se erigió la parroquia y posterior colegiata de Zenarruza (Ziortza). Sin embargo, su datación más antigua se remonta al siglo XI (año 1082) del primer románico. El primer párroco documentado de Ziortza fue D. Blas en una escritura del Sr. de Bizkaia D.Lope Iñiguez II -1077-93, hijo de Iñigo López “Ezkerra” y la princesa Toda, hija del rey nabarro Sancho García IV de Nájera primogénito de Sancho III el Mayor, al incorporarse Bizkaia al reino nabarro a principios del siglo X o finales del IX.
“Y resulta innegable que el iniciador de ese movimiento fue un gran rey de Nabarra (Sancho III el Mayor), al que todo el norte de España, y no solamente su Reino, le debe una verdadera explosión espiritual y artístico.
Los monumentos de arte románico, en concreto, todavía en la actualidad, dan testimonio de esa explosión”, Pierre Narbaitz “Navarra o cuando los vascos tenían reyes” .
En el año 1025, Sancho III reunió en Leire a todos los obispos y grandes hombres del reino, al conde de Barcelona y a su pariente y cortesano el conde de la Baskonia Continental Sancho VI Guillermo (Gascuña), para hacerles partícipes de la reforma benedictina, resumible en “ora et labora”, de los “monjes negros” franceses de Cluny y en la que además participó el abad -y amigo personal de Sancho el Mayor-, San Odilón. La orden cluniacense ya se había instalado un año antes en San Juan de la Peña (jacetania, norte de Aragón, reino de Pamplona), mediante monjes nabarros que se formaban en la famosa abadía de la borgoña francesa.
Con este rey, el reino baskón alcanzó su máxima extensión y se consolidó definitivamente en Europa, todos los territorios de habla vasca estaban bajo su poder (salvo la comarca de Tudela), será llamado por los cronistas árabes "Señor de los Vascos" (amir al-bashkuns). También se le nombra como rey de “Wasconum gens” y de “Wasconum nationem”.
“Parece claro que en países con población rural ha debido de prevalecer más que en zonas con ciudades de regular tamaño el régimen monasterial y de patronatos o dominios laicos como el que se da en Bizkaia” Julio Caro Baroja . El historiador nabarro Lacarra comentaba al respecto: "fundamentalmente parece que el capital necesario para la edificación de las parroquias procedía de las rentas que les concedieron los reyes (...), son constantes las donaciones que los reyes hacían utilizando el erario público”. Hacia el año 1500 la parroquia era todavía una institución civil, posteriormente ese nombre quedó exclusivamente para designar las demarcaciones del clero.
El primer historiador bizkaíno, el banderizo López García de Salazar del siglo XV en el libro XXV, confirma el hecho de la fundación de monasterios por parte de la corona Nabarra (iglesias de patronato laico bien realengas o bien diviseras). Habla de una primera fase, relacionada la lucha contra los musulmanes que correría a cargo de los caballeros (por tanto alejada de tierras bizkaínas, gipuzkoanas y del norte de Alaba), una segunda fase donde es la corona la que funda monasterios al aumentar la población y para consolidad su poder, y sólo en una tercera fase la iniciativa vendría de Roma con el aumento de las villas y la construcción de iglesias en ellas para cobrar el diezmo, por tanto más en los siglos XIII-XIV y dentro ya del estilo gótico.
En el caso de los actuales territorios de Bizkaia, Gipuzkoa o Alaba (existen 240 ermitas e iglesias catalogadas en éste último territorio), cabe afirmar que todo el arte románico que esconden son arquitectura Nabarra, pues estos territorios pertenecen al reino hasta las navidades del año 1200.
En Bizkaia hay restos modestísimo anteriores a los siglos X-XI como hemos visto, y muy pocos del siglo XI. En el libro “La arquitectura prerrománica vizcaína”, Iñaki García Camino, J.M. González Camebellín y A. Santana Ezquerra, han estudiado sistemáticamente los 16 restos primer románico, que en realidad son ventanas, y son todas ellas datables de ese siglo XI: Existen ventanas del primer románico de ajímez o mainel (con una pequeña columna en medio): en San Miguel de Urrialdu (Gorozika, Muxika), San Lorenzo de Bermejillo (Güeñes) así como en la ermita –antiguamente iglesia- de Santa Lucía de Gerrika (Munitibar-Arbaizegi-Gerrikaitz) y San Pedro de Arta (Ziortza-Bolibar) . Los estudiosos descartan influencias galaicas o asturianas en la estructura de cualquiera de estas ventanas, que por otro lado son de bajísima calidad en relación a la arquitectura de los grandes cenobios interiores del reino nabarro, que nos hablan de una cristiandad incipiente, de gente humilde, básicamente de madera, lo que explica que sean tan escasos los restos que han llegado hasta nuestros días.
Pero, según E. Labayru en su libro “Compendio de la historia de Bizcaya”, aunque no se han conservado resto alguno en muchos casos, son iglesias bizkaínas del siglo XI del primer románico introducido desde Leire: Santurce (con el nombre de San Jorge de Somorrostro, 1075), Santa María de Busturia, Santa María de Mundaka , San Miguel de Bermeo, Santa María de Alboniga, Santa María de Garay (que pasó a ermita en el 968, duranguesado), Abadiano –duranguesado-, San Martín de Iurreta -duranguesado, San Vicente de Muxika, San Agustín de Etxebarria –duranguesado-, Aranzazu (Arratia), Mungia, Bareci, Tuda, Gorritiz, Etxano –duranguesado- y Munitibar, además de la iglesia de Santo Tomás de Bolibar del siglo X (reconstruida en los siglos XVII y XVIII tiene la estructura de templo fortaleza) y la colegiata de Ziortza (o Cenarruza) como hemos visto. También existe una mención a "Santa María de Pubeia" en los inicios del siglo X y habría que añadir a esta lista también la iglesia nabarra del siglo X de San Martín de Morga (actual centro parroquial), cerca a su vez de la ermita juradera de San Esteban de Gerekiz, también del siglo X, pero no se conservan restos de la primera construcción. Además sería del siglo X-XI la iglesia de Santa Marina de Galdakano -derruida en el siglo XVIII-, santa gallega que marca el camino de Santiago costero.
No es extraño que entre las más antiguas ermitas o pequeñas iglesias haya muchas de advocación a San Martín, pues según la tradición, fue el que evangelizó estas tierras (San Martín de Tours, Francia, murió en el 397), que por lo que vemos, estaban cristianizadas en el siglo XI. El sincretismo pagano-cristiano de muchas de las ermitas vascas es evidente como la de San Antonio de Urkiola o la ermita de Markina-Xemein de San Miguel de Arretxinaga con sus moles de piedras de 40 millones de años encerradas en sus muros y cuya ermita original era del primer románico del siglo XI (la actual es una reconstrucción del siglo XVIII) en Xemein (Markina-Xemein).
La primera presencia constada de monjes en Bizkaia es precisamente en la colegiata de Santa María de Zenarruza o Ziortza, a las faldas del monte Oiz, cuya construcción actual data del siglo XIV-XV, cuando a finales del siglo XIV las familias más representativas de la comarca decidieron poner en común parte de sus bienes para que se estableciese en el lugar un grupo de clérigos que diesen culto a Dios y a la Virgen María. Es así como Zenarruza vio elevada su categoría de parroquia a colegiata , la única de Bizkaia (hoy monasterio), y erigida como tal en 1379 por don Gonzalo de Mena, obispo de Calahorra y Santo Domingo de La Calzada -diócesis a la que entonces pertenecía Bizkaia-, dirigida por el primer Abad Pedro Martínez de Markina.
En Bizkaia, casi todas las ermitas o iglesias tienen su origen en época del reino de Nabarra y muchas aun conservan rasgos o restos arquitectónicos románicos, en otras no se han conservado, aunque sí se sabe que hubo ermitas o iglesias anteriores sobre las que se construyeron las actuales, siendo la mayoría del siglo XII dentro de un segundo románico nabarro más evolucionado y con piedra de sillería perfectamente labrada frente al sillarejo anterior, lo que demuestra una gran evolución en el trabajo cantero bizkaíno; la iglesia mejor conservada en este estilo en Bizkaia es la de iglesia Andra Mari de Galdakano de advocación mariana gracias a que Sancho VI el Sabio introdujo este culto en el reino nabarro, el cual cuajó perfectamente con el matriarcalismo y el culto pagano a Amalur, Maya o Mari de los nabarros. Son por tanto las iglesias del románico las estructuradoras políticas de Bizkaia al ser el origen de la mayoría de nuestros municipios, “elizaurre” o anteiglesias, algunas después convertidas en villas y Orduña en “ciudad”.