ERAN TRES LAS FRONTERAS DE MALECHORES EN GIPUZKOA


ERAN TRES LAS FRONTERAS DE MALECHORES EN GIPUZKOA

 Aitzol Altuna Enzunza

LAS NUEVAS FRONTERAS, ANTECEDENTES


En la frontera entre Nabarra y Aragón, separados en 1136 tras la muerte de Alfonso I el Batallador, se puso orden en los años siguientes. 

En el encuentro de Monteagudo en el año 1209, al sur del reino de Nabarra, Sancho el Fuerte (1194-1234), acordó con el soberano aragonés Pedro II no admitir a los vasallos huidos de uno u otro lado, ratificando de este modo los dos soberanos la que se llamó "Hermandad contra los Malhechores" establecida desde un lustro antes, entre los representantes de todas las localidades colindantes en ambos reinos con las Bardenas reales, convertidas para entonces en un lugar de bandidaje. 

Aun así, en 1308 los sangüesinos tuvieron que recuperar Petilla y los aragoneses atacaron Aibar, pero fueron interceptados  por tropas nabarras de Sangüesa-Zangotza en Onsella y perdieron su estandarte, por lo que el rey de Nabarra Luis Hutín, les concedió incluirlo escudo, un cuartel blasonado con las cuatro barras rojas de Aragón sobre campo de plata en vez de dorado.

Este sería un antecedente que se repetirá en la nueva frontera con Castilla, como vamos a ver.


LA PRIMERA FRONTERA DE MALECHORES: CON ALTA NABARRA





En la nueva frontera de 1200, la que dividió la Nabarra Occidental del resto, el acuerdo y la pacificación tardó mucho más en lograrse, casi dos siglos. Esta es la única "Frontera de Malechores" de la que se habla muchas veces, pero, como vamos a ver, no era la única y había otras dos igual de conflictivas.

Escudo de las Cinco Villas de Nabarra en 
Lesaka, en el segundo cuartel está el escudo de Eneko Aritza, primer rey baskón

La nueva frontera entre nabarros de Gipuzkoa y los que quedaron dentro del reino de Nabarra, creó una situación insostenible al imponerse una frontera militar donde antes había pastos comunales sin amojonar, lo que trajo el bandidaje o el robo de ganado, se convirtió además en refugio de gente perseguida en el reino adyacente, con varias importantes escaramuzas entre los puestos de vigilancia de ambos lados, sobre todo en tiempos de necesidad o de ociosidad de las huestes que en más de 300 unidades se hacinaban en la frontera, 500 si contamos con las casas-fuerte de Leiza, Eraso, Lekuberri y las de Lesaka, Goizueta y Bera. 


En “Las guerras privadas: el ejemplo de los bandos oñacino y ganboíno en el País Vasco” el historiador Jon Andoni Fernández de Larrea Rojas, comenta que en las nuevas fronteras marcadas por el imperialismo y el modelo de feudos impuesto suponían:

“La amenaza latente del conflicto obligaba a los linajes a mantener compañías armadas que, especialmente aquellos de la más baja nobleza, tenían dificultad para sostener, pues podían suponer una severa carga sobre sus recursos económicos. Por ello, en muchos casos, las comitivas armadas debían autofinanciarse a través de una suerte de depredaciones efectuadas sobre el territorio y la población del entorno.
 
Una de las formas más características que adoptaron estas exacciones violentas fue el bandidaje fronterizo. Al calor de las diferentes jurisdicciones y fronteras que atravesaban el país (entre el Señorío de Vizcaya y el realengo, entre Castilla y Navarra) se pudo observar un espectacular florecimiento de bandas de salteadores que atravesaban las ‹‹mugas›› para realizar sus rapiñas e inmediatamente ponerse a salvo de la justicia.

 
Probablemente fue la frontera entre Álava, Guipúzcoa y Navarra el escenario más privilegiado de este fenómeno que dio lugar a que ese espacio fuese conocido como ‹‹la frontera de los malhechores›".

Puntas de saeta o virote (flechas) de castillos gipuzkoanos y bizkaínos s. XII-XIII.
Euskal Herriko Erdi Aroko Gazteluak (2023), Arkeologi Museoa
 
El propio Jon Andoni Fernández de Larrea en este trabajo, comenta el “modus operandi” y composición de las bandas: “La desarticulación de una de aquellas bandas en el año 1349 nos ha permitido reconstruir el modus operandi de un grupo de bandoleros. Se trataba de los conocidos como ‹‹malfechores d’Arbiçu›› y sus cómplices guipuzcoanos, que actuaban en el sector central de la frontera, el corredor de la Sakana. 

Los saqueadores se reúnen en dos bandas, la de los guipuzcoanos, que se encuentra bajo la protección de Lope García de Murua, señor de Lazcano, y la de los navarros, a cuyo frente se hallaba el navarro García López de Arbizu, actuando los miembros de ambas de común acuerdo en numerosas ocasiones. Las depredaciones de la banda tienen como escenario principal las tierras de la Burunda, Aranaz y Araquil. El segundo espacio sobre el que ejercen sus rapiñas es la Sierra de Andía y las Cinco Villas de Goñi. Finalmente, algunas de sus incursiones llegaron a penetrar muy al interior en la merindad de Estella alcanzando Cirauqui y Aguilar de Codés.
 
La banda navarra está constituida por entre catorce y veinte individuos, que según indican los testigos, ‹‹no oviendo dinerada de renta››, viven del pillaje bajo el mando de García López de Arbizu, tal y como ya lo hacían anteriormente bajo la dirección de su padre Lope Ibáñez. 

El número de los malhechores guipuzcoanos que denuncian los testigos de 1349 es de cuarenta no obstante, en ocasiones, el contingente es más reducido. No es posible asegurar el origen social de todos los miembros de ambas bandas, pero sí señalar que en sus filas figuran miembros de las familias nobles, como el hermano y el sobrino del señor de Lazcano, y, además, otros escuderos. Los malhechores cuentan también con una sólida red de colaboradores (…) No menos importante para las bandas eran sus vinculaciones con la nobleza de ambos lados de la frontera (…).
 
El modus operandi de las bandas daba preferencia a la acción nocturna, aunque no despreciaban actuar a la luz del día. Sustraído el botín era transportado a lugares seguros: la torre de García López de Arbizu, la casa que éste poseía en Lizarraga de Ergoyena, la casa del capellán de Munárriz y la del párroco de Bacaicoa. Desde ellas una parte del botín era transportado a Guipúzcoa. El principal objeto del pillaje era el ganado: vacuno procedente de la Burunda, Aranaz y Araquil, ovino exclusivamente de Goñi y equino de todos los territorios. Las presas podían llegar a suponer centenares de cabezas. 

Los viandantes que transitaban por el camino real entre Pamplona y Vitoria o entre Pamplona y los puertos del Cantábrico también eran víctimas de los salteadores. El destino de lo sustraído nos sitúa ante el problema del reparto del botín. Los protectores de los bandidos se quedan con la parte del león”.

Mapa Iñaki Sagredo "Intervenciones arqueológicas en Navarra"

La propia Castilla promovía estos actos vandálicos, para mantener la tensión fronteriza y evitar la ociosidad de sus huestes o el pillaje en territorio propio, además de una forma barata de financiar los soldados. 

Los oñacinos de Gipuzkoa, robaban en los siglos XIII-XIV en el reino de Nabarra libre, llegando a robar todo el ganado de la colegiata de Orreaga-Roncesvalles, pero también hacían incursiones por Castilla y atracaban de igual modo a los mercaderes de Burgos. 

Las luchas de los llamados banderizos, estaban además en su máximo apogeo, lo que entra de lleno en la cuestión como vamos a ver.

Castilla reforzó su dominio en la Nabarra conquistada creando villas a lo largo de la nueva frontera, como las de Segura (1256) o la de Tolosa (1256), así hasta que en el año 1310 el rey de Castilla Fernando IV mandó fundar la villa de Garmendia de Iraurgui después Salvatierra de Iraurgi, la actual Azpeitia, valle donde se fundó poco después la villa de Azkoitia (1324), en San Martín de Iraurgi. Esta última fracasó y se volvió a refundar más abajo, a pie del monte Izarraitz en 1331. 

Primer mapa con solo Gipuzkoa, Amberes s. XVI

En Azpeitia y en el valle de Iraurgi en general, para entonces, y desde hacía muchos siglos, ya existía una población, eran los terrenos de las familias nabarras de Ozaka e Iribarrena dentro de la anteiglesia o “eleizate” del románico nabarro de Soreasu. 

Se le asignó a Azpeitia el fuero también nabarro de Vitoria-Gasteiz, fundada un año después que San Sebastián por el mismo rey nabarro Sancho VI el Sabio, fueros de villa que en realidad, solo concedían derechos de carácter económico y obligaciones de fortificación y defensa a una población preexistente, constituida municipalmente como anteiglesia con su Concejo abierto (todo sobre la organización municipal en el reino de  Nabarra: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/11/las-instituciones-nabarras-de-bizkaia.html).

  

Entre 1256 y 1383 se fundaron una veintena de villas, sumadas a las cinco costeras que tenían su carta puebla para entonces, ya que fue prioritario para Castilla crear una flota de barcos y marineros para sus intenciones expansivas y comerciales (San Sebastián-Donostia, Hondarribia, Mutriku, Getaria y Zarautz).

Toda la información sobre los marineros y la armada de Nabarra en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/12/la-armada-de-la-nabarra-occidental.html.



La poderosa familia de Azpeitia de los Oñaz era la más perjudicada por la nueva frontera, por tener intereses en Urbasa, en la Burunda, en el Goierri gipuzkoano y en los pastos comunales de Aralar, tierras a caballo entre la Nabarra conquistada y la Nabarra libre (según A. Clavería “Historia del País Vasco Tomo IV), lo que hará que esta familia creara una fuerte conflictividad en la zona.

Sobre el desmochamiento de estas casas-torre como ésta, cuna de San Ignacio (Eneko López de Loyola, de la familia Oñaz), se puede leer el artículo:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/02/el-desmochamiento-de-las-torres-en-la.html

Para defenderse de los excesos de los "señores de la guerra" y, en el caso de Gipuzkoa, de la situación de anarquía o bandidaje en la que se encontraba la nueva frontera, se crearon las Hermandades, las cuales no tuvieron éxito alguno en el caso de Bizkaia, pero sí en Gipuzkoa y, en parte, también en Alaba, donde se impusieron a los bandos, convirtiéndose en el germen del órgano que unificó y gobernó estos dos territorios.

Según comenta la Enciclopedia Auñamendi, la primera tregua de la frontera entre nabarros conocida es del año 1261 y se celebró en Eznatea, entre los representantes de Castilla y de Nabarra ante las continuas quejas de asaltos, robos etc. de los habitantes de la región. 

A esta primera reunión, siguieron otras ese mismo siglo y principios del siguiente, donde las principales familias de la comarca de los Amezketa, Murgia, Lazkano y Oñaz, andaban implicadas, aliadas muchas veces con sus linajes en la Nabarra reducida e incluso con sus familiares del vizcondado de Lapurdi con el que eran también fronterizos, llegando a asediar y quemarse sus torres, e incluso tomando temporalmente con sus ejércitos villas como la de Leitza cercana al castillo de Gorriti (1314).

Castillos nabarros en Gipuzkoa, Iñaki Sagredo Garde


Un problema añadido y de donde toma el nombre la contienda, era que, aprovechando el desorden, en las montañas fronterizas de los valles de Burunda y de Arakil o en sus inmediaciones, se refugiaban los perseguidos por la justicia procedentes de Nabarra, pero también de Gipuzkoa e incluso de Bizkaia o Alaba, siendo la nueva frontera en un refugio de bandidos y malhechores apoyados, muchas veces, por los propios jefes de linaje.

 Tomás de Burgui "San Miguel de Excelsis representado como príncipe supremo..." grabado del siglo XVIII 

 

Incluso los castillos fronterizos de Ausa, Ataun, Gaztelu y Gorriti que tenía el rey de Nabarra, fueron varias veces atacados. En 1279 los huestes gipuzkoanas tuvieron cercado el castillo de Ataun, destruido después por un incendio en 1290. 

“En 1304 se celebró entrevista entre el merino de Iruña y Pedro López de Salzedo, merino de Gipuzkoa. Hacia 1306 el merino de Iruña, Juan de Nekuesa, entró en Gipuzkoa con ocho jinetes y trescientos peones acompañado de las comunidades de la tierra de Larraun y de las montañas, tratando de liberar al gobernador del castillo de Gorriti, prisionero de los gipuzkoanos. En estas expediciones se ajusticiaba a cuanto malhechor caía en manos enemigas. En una de las emboscadas los guipuzcoanos mataron, entre otros, al merino de Iruña y a su hijo” (Lema Pueyo -2017-).


Infografía del castillo de Gorriti


LA SEGUNDA FRONTERA DE MALECHORES: CON LAPURDI

En la nueva frontera por su lado más oriental de la antigua tenencia de Hernarni-San Sebastián, al estar el vizcondado nabarro de Lapurdi  (creado también por Sancho III el Mayor en el siglo XI), ocupado por el duque de Aquitania-Gascuña y rey de Inglaterra, los encontronazos fueron también intermitentes. 

Mapa de la web Nabarlur, Eneko Del Castillo

En el año 1320, el Concejo de los vecinos de Oiartzun, solicitaron la fundación de Villanueva de Oyarzun, actual Orereta-Renteria: “para protegerse de los ataques, robos y abusos que sufrían […] por quanto ellos eran poblados en frontera de Navarra e de Gascuenna (Gascuña)…”. 

Por tanto, el problema fronterizo creado por la invasión castellana, se extendió también con la nueva frontera, debido a la invasión aquitana sobre Nabarra a finales del siglo XII.

La villa de Renteria-Orereta, Villanueva de Oiarso
Errenteria-Orereta (Kutxateka: Rafael Munoa)

Para saber más sobre la conquista de Lapurdi:

https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/la-conquista-de-lapurdi-el-origen-de.html

Para saber más sobre el origen de Lapurdi:

https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/origenes-de-lapurdi-vizcondado-nabarro.html


Restos del castillo de Gorriti en el monte Santa Bárbara y una reconstrucción de cómo sería


LA TOMA DE LOS CASTILLOS DE AUSA Y ATAUN

El momento que marcó la escalada de la violencia en la Frontera de Malechores en Gipuzkoa con Alta Nabarra, es la conocida como Batalla de Beotibar en tolosaldea, que tuvo lugar en el año 1321, aunque no fue más que una escaramuza más y no una batalla entre dos tropas propiamente dicha, como después ensalzó la mitología épica buscando ensalzado a las milicias gipuzkoanas.

Huestes de señores gipuzkoanos, decidieron tomar el castillo de Gorriti fronterizo, de donde partían los robos desde el reino baskón  (además de desde el castillo de Lekunberri); el propio gobernador de Nabarra recuperó la fortaleza y quemó varias casas en Berastegi (Gipuzkoa), pero los banderizos gipuzkoanos-oñacinos al mando de Gil López de Oñaz, plantaron cara a la expedición a la que derrotaron en Beotibar.

El cronista nabarro José Moret Mendi (s. XVII), se acercó a lo ocurrido al escribir: "consta de cierto que este año (1321), por la parte de Guipúzcoa se arrimaron tropas y hubo movimiento de armas en aquella frontera, entrando en los fines de Navarra con hostilidad rompida de robos". 

En el año 2021, el historiador Xabier Irujo junto a Larraitz Ariznabarreta, han publicado sendos libros analizando los datos de archivo y las exageraciones de los historiadores de distintas épocas, ensalzado la Batalla de Beotibar como si fuese la defensa de los gipuzkoanos frente a un ataque de los "franceses" al principio y frente a "nabarros después". Es así como demuestran que los incidentes nacieron por el robo de animales, debido a la nueva frontera y la división del comunal en dos Estados.

De los 60.000 soldados que historiadores como  Juan Martínez de Zaldibia señalaban en la contienda (s. XVI), los documentos los dejan en 500 (toda Alta Nabarra contaba precisamente con 60.000 habitantes aproximadamente), de una lucha de gipuzkoanos contra tropas francesas, los bandidos son la mitad gipuzkoanos y la otra mitad alto nabarros y el castillo de Gorriti no fue tomado. 

El hecho cierto y que es excepcional, es que estos bandidos armados por Señores de la Guerra como los Oñaz, derrotaron a los soldados que desde el reino de Nabarra se mandaron para el control de la frontera y para apresar a los bandidos recuperando los animales, produciéndoles 30 bajas.

Bordoi-dantza de Tolosa, en conmemoración de la Batalla de Beotibar

 

“Batalla de Beotibar”, canto épico más antiguo en euskera de 1321:

“Mila vrte igarota

vra vere videan.

Guipuzcoarroc sartu dira

Gazteluco echean,

Nafarroquin batu dira

Beotibarren pelean”

Versión de E.Garibay, Compendio Historial, Amberes 1571


En el año 1335, las tropas del señor de Lazkao, partidario del rey de Castilla en ese momento, asediaron el castillo nabarro de Ausa, y el reino de baskón perdió su fuerte defensivo en el macizo montañoso de Aralar. A su tenente, significativamente Pedro Ladrón de Gebara, le supuso la pérdida de todo su patrimonio Etxaleku y Ubade, así como su palacio de Yaben-Ihaben.

Ausa 
Foto: Iñaki Sagredo Garde
"Castillos que defendieron el reino. Tomo III" -2008-

Es así por lo que, finalmente, se creó, tras muchas vicisitudes, peleas y la ocupación de los castillos nabarros de Ausa y posteriormente el de Ataun (1378), “La Hermandad de frontera”, para poner paz entre hermanos, se denominó: “Hermandad de los Hipuzcoanos e de los Navarros”. Sería una Hermandad más, sino fuera porque su creación, fue el germen de la actual provincia de Gipuzkoa.


Castillo roquedo de Ataun 
Foto: Iñaki Sagredo Garde
"Castillos que defendieron el reino. Tomo III" -2008-

 

Es muy significativo también, que fuera de la nueva frontera interna impuesta por Castilla a Nabarra, la primera "batalla" registrada en Gipuzkoa sea muy tardía, del año 1317, se trató en realidad un encontronazo o escaramuza entre hijosdalgo del valle del río Urola. 

La cuestión no se resolvió del todo, y un territorio fronterizo quedó exento de multas y de impuestos, con un nombre tan singular como Franqui(a), de “franquicia”: “sobre el Campo de Franquia dada por la Jurisdición de Castilla y Navarra. El original esta en el archibo de Villafranca (de Ordizia, Gipuzkoa)”.


«...comenzando de donde se juntan los dichos dos Rios de Olasau y Esquibar lasa et de ai a donde los behedores incaron un palo et de alli a dar a una aia demochada, et de alli a donde corttaron un Roble por medio et pusieron una Cruz por mojon, y de alli en treintta y quatro estados en un Roble que pusieron por mojon et le señalaron, et de alli a ochenta estados a otro Roble pequeño ..fallamos... que el Campo, como plaza que se ffaze entre el Rio maior llamado Olasau (hoy Leitzaran), que deziende para el Valle y Herrerías de Leizaran, y el Rio pequeño llamado Esquibar lasa (hoy se llama precisamente Franqui), que abaja de Navarra e llega fasta una aia que esta enzima de donde pareze que antiguamente hubo Herreria... lugar de Leiza”. 

Franki baserria edo borda, Leitzako Zaharrena, Manuel Lasarte bertsolaria jaio zen bertan
https://www.diariovasco.com/culturas/leitzako-bordarik-zaharrena-20181013171819-nt.html



LA TERCERA FRONTERA DE MALECHORES: CON BIZKAIA

“Porque los fijosdalgo de la merindat de Marquina me mostraron e dixieron por çierto que cada que acaesçie que los de tierra de Quipusta (sic) querian entrar e robar e afurtar a tierra de Viscaya, que non auian otro logar por do entrar sy non por el canpo que diçen Aspilça, que es en el valle de Marquina, por la qual dicha entrada auian entrado por muchas veses en los tienpos passados fasta aqui los de tierra de Quipusca, e auian fechos muchos robos e furtos e fuerças, e muchos males e dannos en los mios basallos e en la mi tierra de Viscaya” “Colección Documental del Archivo Municipal de Marquina (1355-1516) “Enríquez, J. (1989). En el texto, se ve que todavía en esos siglos, Gipuzkoa era "Giputz(a)"

Nabarlur, Eneko Del Castillo


Ante una nueva posible invasión castellana, Sancho VI el Sabio de Nabarra, tuvo que reforzar las líneas defensivas del reino, para ello creó nuevas villas amuralladas como las de San Sebastián o Getaria, así como nuevas tenencias o territorios administrativos más pequeños bajo un gobernador con labores organizativas, defensivas y recaudatorias en nombre del rey, creando así las tenencias alabesas de: Zaitegi (1188), Arluzea (1181), Burandón y la duranguesa de Aitzorrotz (1184), las cuales reforzaban el control de las entradas al reino por los caminos principales. 

La tenencia de Aitzorrotz abarcaría todo el valle de la Leintz, con el río Deba como eje vertebrador, y el castillo del mismo nombre sería la puerta de entrada al valle desde el sur.

En los siglos XI-XII, la comarca del río Deba demostraba una gran actividad molinera, ferrona y marinera. Este río era navegable hasta las tierras de Elgoibar, donde se embarcaba hierro (para saber más sobre la industria ferrona en esos siglos: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/origenes-de-la-industria-ferrona-en-la.html). 


Foto y reconstrucción del castillo de Aitzorrotz o Atxorrotx en Eskoriatza por Iñaki Sagredo Garde donde se han encontrado restos de la defensa del castillo por la tropas nabarras


Tras la invasión castellana, en la zona entre los ríos Artibai y el Deba, se produjo el mismo fenómeno de bandidaje y Guerra de Bandos. Toda la comarca se llamó Markina, una “marca” intermedia entre Bizkaia, Gipuzkoa y Aitzorrotz, que parece que fue creada en ese momento por Castilla. 

Según el historiador bizkaíno E. Labayru en su libro "Historia de Bizcaya" (1900), se intentó crear una nueva merindad con la comarca de las actuales poblaciones de Markina-Xemein, Mallabia, Soraluze, Eibar y Elgoibar.

Torre Kareaga de Markina. La comarca cuenta con numerosas casas torre como la de Ugarte, Berriatua, Barroeta o la de Ubilla.


Asegura Labayru que: "Cuando menos se puede asegurar que desde 1200 en adelante no pertenecieron a Bizcaya los territorios de Eibar, Placencia y Elgoibar", probablemente porque serían parte de la tenencia de Aitzorrotz, desgajada de la tenencia de Durango. 

La tenencia de Durango, compartía tenente desde Eneko López "Ezkerra" a mediados del siglo XI, y acabó en el mayorazgo de los López de Haro desde 1212 tras la Navas de Tolosa.

En el año 1346, Alfonso XI de Castilla, mandó amurallar la pequeña población ferrona de San Andrés de Eibar, en un meandro del río Ego, afluente del Deba. La villa constaba al principio de una sola calle, cuya muralla acotaba en su entrada y salida el Camino Real; en el siglo siguiente, se crearon tres nuevas calles.


Se llamaba Marquina de Yuso al lugar donde se fundarían las villas de realengo sobre poblaciones preexistentes de Placencia de Soraluze (1343) y Villanueva de San Andrés de Eibar (1346), por donde transcurría el Camino Real entre Bizkaia y Gipuzkoa, la principal ruta comercial de la comarca. Por otra parte, estaba Marquina de Suso, donde se fundaría Villamayor de Marquina o Elgoibar en el mismo año (1346). 

Eibar Revista Pintores de Depont 1846


Todas ellas se integrarán en la Hermandad de Gipuzkoa cuando estas se reunieron en Getaria en 1375. 


Antigua casa-torre y palacio de Untzueta en Eibar.
Según el historiador y banderizo Lope García de Salazar (1399-1476), en Gipuzkoa solamente quedaron intactas la de Olaso (Bergara) y la de Untzueta (Eibar).
Existe la noticia anterior al siglo XII, por la cual una joven de la casa Unzueta se casó con un pariente de los reyes de Nabarra


En el lado bizkaíno, se fundaría por parte del señor de Bizkaia don Tello, Villaviciosa de Marquina o Markina en 1355, encabezando la merindad del mismo nombre con el valle de Aspiltza, el cual, espiritualmente dependían de Santa Lucía de Garai, la primera ermita de Bizkaia según la tradición, y por donde atravesaba el Camino de Santiago de la costa: 

"Don Tello fijo del muy noble rey don Alfonsso, Señor de Viscaya e de Aguilar porque los fijosdalgo de la Merindad de Marquina me mostraron e dixieron por cierto que cada que acaesce que los de la tierra de guipuscoa querian entrar a robar e a furtar a tierra de Viscaya".

Labayru: "Por el espacio de siglo y medio o dos estas dos villas en el lenguaje popular recibieron el nombre de Marquina la Mayor (Elgoibar) y Marquina la nueva o menor (la de Bizcaya)". 

Al año siguiente y por el mismo motivo, se fundó la villa de Elorrio (1356), dada la conflictividad de la frontera y los robos que los gipuzkoanos infringían en el duranguesado, según se explica en la carta puebla de Elorrio dada por Don Tello: "los de Guipuzcoa han á entrar á robar et á furtar, et facer mal, et daño alguno en nuestro Señorío de Vizcaya".

Por tanto, la conquista castellana trajo una nueva frontera conflictiva, que se resolvió fundando villas amuralladas a ambos lados ante los robos y bandidaje de la zona y repartiándose las poblaciones entre Bizkaia y Gipuzkoa.

Toda la información en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/la-tenencia-nabarra-de-aitzorrotz-en-el_45.html.


La creación de la Gipuzkoa actual con cuatro tenencias nabarras (Aitzorrotz, Sant Sebastián, Iputz y Oñate), la describimos en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/02/la-fundacion-de-gipuzkoa-con-cuatro.html


Diócesis y Arciprestazgos de Bizkaia en el siglo XII, F. García Cortázar (2018), estaba en Bizkaia el arciprestazgo del valle de Leniz o Leintz hasta su salida por la costa en Mutriku siguiendo el curso del río Deba, que coincidiría además con la tenencia de Aitzorrotz. Se llamaba arciprestazgo del valle de Leniz o de Mondragón  según Labayru, el cual tenía sus juntas en Mañaria  (Bizkaia).
Labayru también comenta cómo, toda esta comarca, estaba fuera del arciprestazgo mayor de Gipuzkoa o de Ibarra, perteneciente al obispado de Pamplona. Eran las poblaciones de: "Eibar, Elgoibar, Bergara, Anzuola, Elgueta, Plasencia de las Armas, Oñate, Arechabaleta, Escoriaza, Mendaro (un barrio -de Elgoibar-), Astigarribia, Salinas y las anteiglesias del valle de Leniz (...)" , pertenecientes al obispado de Calahorra y La Calzada. 
Significativamente también, en Gipuzkoa había un tercer arciprestazgo, el de Hondarribia, perteneciente al obipado de Baiona, que se reunía en el campo de Aristi cerca de Irun.


Mapa de Eneko Del Castillo. Mutriku-Astigarribia estaba en realidad dentro de la Diócesis de Calahorra y el arciprestazgo de Leintz