LOS BASKONES DERROTARON A LOS MUSULMANES
Aitzol Altuna Enzunza
En el año 711 tras la muerte del rey godo Witiza, estaba alzado en armas por la península ibérica el reyezuelo visigodo o godo del Este “don Rodrigo”, en realidad su nombre se parecía más a Rodil o Roderich en su lengua germánica. Intentaba Rodrigo ser aceptado como soberano por los suyos frente al otro pretendiente, Akhila II, por lo que se encontraba demostrando su fuerza guerrera contra sus ancestrales enemigos los baskones, intentando tomar Pamplona donde ya habían fracasado anteriores reyes godos.
Estaba la ciudad fuertemente amurallada y defendida por las tropas de Eudón el Grande, “príncipe de Baskonia”, por lo que su intento estaba siendo frustrado. Es la penetración más al norte documentada de un ejército godo en tierras baskonas (https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/04/los-baskones-dominamos-los-godos-una-y.html).
En ese panorama bélico es cuando entró por el sur de la península ibérica un importante contingente de soldados musulmanes mandado por el califa de Damasco a Europa. Un poderoso ejército irrumpió con fuerza con la intención de conquistar todo el continente y de convertir a la mayoría de su población a la nueva religión “del Libro”. Tarif o Tarik llegó al frente del mismo desde el norte de África al mando de 7.000 musulmanes conversos de etnia berebere (“imazigen” en su lengua), a los que se les unieron otros 5.000 venidos de Tánger, su objetivo final era la mismísima Roma, en lo que se ha llamado por algunos autores “La Primera Guerra Mundial” al tener como escenario tres continentes: Asia, África y Europa.
Mapa árabe año 921 |
Toponimia
de la obra del geógrafo del siglo X Al-Istakhri y en el manuscrito vinculado a la obra de Al-Qasim Muhammad Ibn Hawqal de alrededor del año 1086 hallado en el palacio de Topkapı en Estambul (Turquía) donde aparece Baskonia en árabe
El compilador árabe Al-Maqqri del siglo XVII, recogió la documentación coetánea a la invasión musulmana de Europa, entre ella el anónimo Ajbar Machma donde se dice que “Rodil” o Rodrigo era un príncipe godo el cual “estaba lejos de la corte, combatiendo contra Pamplona” en la que llama “guerra contra los baskones”. Ibn Qutayba en el s. IX explica en su libro “Kitab” que “Tarik se puso en marcha en su expedición en el mes rayab del año 82 (711 d. C.). Rodrigo, que estaba por entonces ocupado en hacer la guerra a unos enemigos suyos, llamados baskones (…)”.
En julio de ese año 711 tuvo lugar la Batalla de Guadalete a unos 7 km de Arcos de la Frontera en Cádiz (según el historiador español Sánchez Albornoz, aunque hoy se sabe que el lugar de la batalla fue otro, en La Laguna de Algeciras y quizás en el 712), que supuso la derrota definitiva del ejército godo de Rodrigo, donde probablemente murió el propio aspirante a rey. El gobernador de una provincia Africana y superior de Tarif, de nombre Muza ibn Nusair, cruzó con muchos más soldados el estrecho entre África y Europa, llamado por los musulmanes desde entonces de Gibraltar. Con él llegó también en el año 712 su hijo Ab al-Aziz, uno de sus mejores militares del califa, el cual sofocó una revuelta en Sevilla junto a su hermano Abd Allah.
La que fuera esposa de Rodrigo, de nombre Egilona, tras ser apresada por Abd al-Aziz, fue tomada como esposa, intentando con este gesto atraer a la nobleza visigoda. Desde la capital hispalense se dirigieron los ejércitos musulmanes hacia Málaga y Granada, estableciendo un pacto en Orihuela (Alicante) con el conde visigodo Teodomiro, llegando después a conquistar casi toda la península ibérica.
En el año 714 el mencionado Muza tomó con un ejército de 18.000 soldados Zaragoza, ya en el norte peninsular. En ese mismo año el historiador Ibn Adhari escribe que: “Muza conquistó el territorio de los baskones y penetró hacia el interior de sus tierras, hasta que se encontró con un Pueblo que se asemeja a las bestias”. Aunque realmente con lo que se encontró fue con sus primeras grandes derrotas a manos de los baskones.
La primera derrota del ejército musulmán en Europa tuvo lugar en el 9 de junio del año 721 en la “Batalla de Tolouse” a manos del rey baskón-aquitano Eudón. El caudillo militar As-Samh fue enviado por el califa de Damasco Sulaimán en el año 719. Tras recomponer la ciudad de Córdoba, reparar el puente sobre el río Guadalquivir y cobrar el quinto de las tierras según hubieran sido conquistadas o entregadas para su califa, en ese mismo año 719 cruzó por el Este los Pirineos -que entonces se situaban dentro de las Galias, así como la Sonsierra alabesa-, tomando parte de la antigua provincia romana de Narbona, el último reducto godo en el continente de donde habían sido expulsados por los francos tras la Batalla de Vouillé del año 507 (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/eramos-hispanos-o-galos.html).
El ejército musulmán cruzó los Pirineos por los desfiladeros de Gerona a Elne, tomó después As-Samh las ciudades de Besiers, Londeve, Agde y Magalona, resistiéndosele Nimes. Los musulmanes querían llega a Roma y hacerse con toda Europa.
La toma de Narbona fue larga, ya que se calcula su duración en tres largos años desde el paso del Pirineo y la caída de de la región. La "Crónica de Moissac" atribuye a As-Samah la toma de Narbona a los nueve años de la entrada de los musulmanes en Hispania, dice en latín:
"Soma, rey de los sarracenos (emir Al Samah), en el noveno año después que entraron en Hispania, sitia a Narbona y teniéndola cercada la toma; y manda que sean pasados a cuchillo los varones de la ciudad: pero a las mujeres y niños se los lleva cautivos a Hispania".
"Soma, rey de los sarracenos (emir Al Samah), en el noveno año después que entraron en Hispania, sitia a Narbona y teniéndola cercada la toma; y manda que sean pasados a cuchillo los varones de la ciudad: pero a las mujeres y niños se los lleva cautivos a Hispania".
Desde Narbona en el año 721 As-Samh intentó conquistar Baskonia y sitió la gran ciudad amurallada de Carcasona que se interponía, pero sin éxito, por lo que siguió hacia Tolouse que era entonces la principal ciudad del ducado, la cual también fue sitiada durante dos meses, lo que dio tiempo a reaccionar a Eudón, el cual se encontraba todavía en Burdeos pactando con los francos tras haber secuestrado a su rey en París y haber robado el tesoro real (https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/03/baskones-contra-francos.html).
Según comenta el ex catedrático en historia y derecho José Luis Orella Unzué en “Historia de Euskal Herria” (Tomo I), tras la paz firmada entre aquitano-baskones y francos “había que hacer frente a los árabes de As-Samh que se dirigían hacia Toulouse a la que sitiaron”. Eudón presentó batalla ante de las murallas de la villa en el lugar denominado por los árabes El Balat. As-Samh tuvo que ceder y murió en el combate y el resto de ejército musulmán retrocedió por la calzada que va a Toulouse a Carcarsona.
Según comenta el ex catedrático en historia y derecho José Luis Orella Unzué en “Historia de Euskal Herria” (Tomo I), tras la paz firmada entre aquitano-baskones y francos “había que hacer frente a los árabes de As-Samh que se dirigían hacia Toulouse a la que sitiaron”. Eudón presentó batalla ante de las murallas de la villa en el lugar denominado por los árabes El Balat. As-Samh tuvo que ceder y murió en el combate y el resto de ejército musulmán retrocedió por la calzada que va a Toulouse a Carcarsona.
Según se narra en “Liber Pontificalis”, biografías pontificales coetáneas a los hechos: “(…) Los sarracenos, diez y nueve años después de haber conquistado Hispania, hicieron toda suerte de esfuerzos, al año siguiente, para franquear el Ródano y apoderarse de esa parte de Francia, la que estaba entonces en posesión del duque Eudón; Eudón, príncipe de Aquitania los envolvió, les hizo pedazos y les mató en un solo día, según la relación que envió al papa, trescientos setenta mil hombres, no perdieron ellos más de mil quinientos, que permanecieron sobre el lugar, habiendo distribuido antes del combate pequeñas porciones de sus tres esponjas benditas, que el papa (Gregorio II) le había enviados recientemente, y que el mismo Eudón había hecho repartir entre sus soldados quedando invulnerables a la muerte y heridas aquellos que las poseían”.
La Crónica mozárabe del año 754 lo relata así:
"Con ímpetu arrollador Al-Samh llegó luchando a Toulouse, la sitió e intentó expugnarla con catapultas y otros ingenios. Al enterarse, los francos (sic.) se reunieron en torno a su duque Eudón y en el encuentro decisivo que los dos ejércitos libraron en las inmediaciones de la ciudad, mataron a Al-Samh, jefe de las tropas musulmanas, y a gran parte de soldados, persiguiendo al resto que huyó a la desbandada. Durante un mes asumió el mando Abd-al-Rahman hasta que, enviado por sus superiores, llegó Ambasa para hacerse cargo del gobierno”. En el texto se observa que a los musulmanes les costaba distinguir a los baskones y aquitanos de los francos cristianos. En parecidos términos se expresa el escritor musulmán Ibn Bashkuwal.
En la Crónica de Moissac sobre las mismas fechas:
“Y el mismo año, en el tercer mes, parte para poner sitio a Toulouse. Y teniéndola cercada, les salió al encuentro el príncipe de Aquitania, Eudón, al frente de un ejército de Aquitanos o Francos, y trabó combate con ellos. Y cuando empezaron a pelear, volvió la espalda al ejército sarraceno, pereciendo allí por la espada su porción mayor”.
Aunque las versiones del Liber Pontificalis, de la crónica de Moissac o la crónica mozárabe del 754, son fantásticas en números y hechos, nos dan cumplida relación de la importancia de la victoria baskona y aquitana donde en esta ocasión no hubo huestes francas.
La provincia gala narbonense también pertenecía a Baskonia-Aquitania, según dos testimonios de los siglos XII-XIII que extienden Aquitania-Baskonia hasta la costa mediterránea. El primer documento es de Juan Alberto Fabricio, en su “Otia Imprialia” dedicada al emperador Othon IV, y el segundo del Nubiense del s. XII, quien en la segunda parte de su obra “De Regionibus vero maritimes”, donde dice: "...in continente sitis, est Barcelona, Gironda, Arbunus, Narbona et Carcassona: atque omnes istae de terra Vasconiae” (“Orígenes de los vascos. Tomo III” B. Estornés Lasa).
El enfrentamiento con las tropas de Eudón no dio un vencedor definitivo y la derrota fue vengada por Anbasa Ibn Suhaim, el cual en el año 725 asoló las orillas del Ródano, la región provenzal y los alrededores de Carcasona. Los musulmanes se posicionaron en la Septimania (región oriental de Narbona). Septimania se componía de los territorios actuales del Rosellón (Catalunya) y de Foix.
El valle de Cerdaña transcurre a caballo entre las dos vertientes de la cordillera pirenaica de Este a Oeste, al suroeste de Septimania. Es actualmente un valle catalán bañado por el río Segre y sus afluentes repartido el valle al 50% para España (Baja Cerdaña: Gerona y Lleida más el enclave de Llivia en Alta Cerdaña) y Francia (Alta Cerdaña dentro del Rosellón o Catalunya Norte), tras el “Tratado de los Pirineos” de 1659 en el que los dos imperios se repartieron Catalunya y el Estado de Nabarra.
El duque Eudón tenía muchos frentes abiertos y grandes enemigos, por lo que pactó con el walí Munuza (Otman ben Neza) para proteger sus posesiones en la Cerdaña, casando para ello a su hija Lampegia con Munuza, el jefe musulmán de la Cerdaña”. El bereber Otman ben Neza “Munuza” dominaba la Cerdaña, matando para ello al obispo cristiano de la Seu de Urgell (Lleida) e intentado separarse del califato árabe de Damasco con el que las tropas bereberes ya habían demostrado su descontento.
El duque Eudón tenía muchos frentes abiertos y grandes enemigos, por lo que pactó con el walí Munuza (Otman ben Neza) para proteger sus posesiones en la Cerdaña, casando para ello a su hija Lampegia con Munuza, el jefe musulmán de la Cerdaña”. El bereber Otman ben Neza “Munuza” dominaba la Cerdaña, matando para ello al obispo cristiano de la Seu de Urgell (Lleida) e intentado separarse del califato árabe de Damasco con el que las tropas bereberes ya habían demostrado su descontento.
El ejército musulmán nombró a Abd ar-Rahman ibn Abd Allah al-Gafiqi, “Al Gafiki”, como su nuevo líder para gobernar la Hispania musulmana. Llegó además Anbasa como nuevo emir en agosto del año 721. Los asturianos de Hispania aprovecharon la circunstancia para sublevarse al mando del huidizo Pelayo, un supuesto duque de origen godo de segunda categoría escondido en Cangas de Onís (Asturias), pero fueron totalmente derrotados en el año 722. La derrota “asturiano-goda” fue total y los últimos 30 hombres y 10 mujeres supervivientes se refugiaron en valles alejados con un panal de miel como única comida según las crónica árabes (que vuelven a exagerar).
Desde el Concilio de Toledo del año 636, solo podían ser reyes visigodos los nobles de esta tribu germánica, de ahí la historia posterior de que Pelayo era un noble visigodo |
Pelayo con el último reducto de su maltrecho “ejército” se refugió en los riscos de Covadonga. Pasando el río Cares en Liébana, un desprendimiento de tierra causó la muerte de varios expedicionarios, lo que hizo que el ejército musulmán se diera la vuelta, exclaman en sus crónicas: “¿a quién importa 30 asnos salvajes?”, es la inexistente “Batalla” de Covadonga que algunos historiadores-políticos españoles como Claudio Sánchez Albornoz en el siglo XX, elevaron a génesis de España (“Orígenes de la nación española, el reino de Asturias”), creando toda una leyenda moderna alrededor la misma.
Pero los musulmanes no cejaron en su empeño de conquistar Europa entera, encrespados por su derrota de Toulouse y por el acuerdo entre cristianos y musulmanes-bereberes de Septimania.
El califa Abderramán I (Damasco 731-llamado “Rey de Hispania”, mandó un poderoso ejército encabezado por el mencionado wali “Al Gafiki”, el cual atacó en el 732 el ducado aquitano-baskón. Llegó el ejército musulmán a Iruña-Pamplona donde acababa Hispania, y pasó el Pirineo hacia el continente por Orreaga-Roncesvalles con la idea de tomar Burdeos.
El califa Abderramán I (Damasco 731-llamado “Rey de Hispania”, mandó un poderoso ejército encabezado por el mencionado wali “Al Gafiki”, el cual atacó en el 732 el ducado aquitano-baskón. Llegó el ejército musulmán a Iruña-Pamplona donde acababa Hispania, y pasó el Pirineo hacia el continente por Orreaga-Roncesvalles con la idea de tomar Burdeos.
Al Gafiki, siguió hacia el norte y Eudón con su ejército fue derrotado en primera instancia por los musulmanes, pero pidió ayuda al ejército franco de Carlos Martel y una nueva batalla tuvo lugar a 20 kilómetros al nordeste de Poitiers, llamada la “Batalla de Tours” en la historiografía europea. Las tropas musulmanas fueron derrotadas y Al Gafiki murió probablemente en la contienda, retirándose el resto de su ejército a Narbona que seguían controlando.
Narbona seguía en manos del ejército musulmán gracias a que, antes del ataque a Eudón, parte del mismo se había trasladado al Este pirenaico, hacia Cerdaña, para castigar a los enamorados Munuza y Lampegia incendiando su capital Llivia donde vivían. La pareja huyó hacia Aquitania-Baskonia intentando buscar refugio en la Corte de Eudón, pero fueron alcanzados logrando resguardarse en un profundo barranco, donde, según la leyenda (falsa a todas luces) Lampegia consiguió la conversión de su esposo al cristianismo, encargándose ella misma de bautizarlo. Poco después apareció el ejército musulmán encabezado por Gheby ben Zeyan derrotando a Munuza a quien decapitó. La belleza de Lampegia cautivó también a los vencedores, por lo que fue secuestrada y mandada el harén del Califa de Damasco (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/lampegia-la-belleza-baskona-que-cautivo.html).
Pudiera ser que parte del ejército musulmán, en desbanda hacia el sur, fuera exterminado en el valle pirenaico del Ronkal. Según narra la Enciclopedia Auñamendi: “Las tradiciones orales roncalesas y su escudo de armas con la cabeza de Adurramén, rey de Córdoba sobre un puente, apoyadas éstas en un diploma de Sancho el Mayor (s. XI), nos dicen que las huestes musulmanas fueron derrotadas en Olast, en la sierra de Leire, cuando volvían de retirada de Francia.
La Arqueta de Leire es una obra maestra del arte islámico, fue realizada hacia el año 1004 en Madinat al-Zahra. Actualmente se conserva en el Museo de Navarra (Iruñea-Pamplona). |
Una mujer roncalesa le habría matado y cortado la cabeza y luego la lengua cuando atravesaba el puente de Yesa. Si queremos localizar en la historia este hecho singular no puede tratarse de Abderramán I (756-788) que murió en Córdoba, solamente se puede atribuir este hecho a Abd-al-Rahman-el-Gafequi, muerto en la batalla de Poitiers el año 732. (…) Se aducen como pruebas dos textos latinos de los s. X y XII y el Oficio de San Pardulfo”.
En esa batalla de Poitiers (a veces llamada de Tours), es la primera vez que se usa una “caballería pesada”, al estilo de las justas y torneos, lo hará Carlos (Karl) Martel o Martillo. Un cronista casi coetáneo de esta batalla, Isidoro de Pacensis o de Beja (año 754), llamó “europeenses” a los francos y baskones-aquitanos de Carlos Martel y Eudon, es tras esta batalla cuando aparece la conciencia de dos culturas diferentes: la europea y la asiática (representada por los musulmanes). Esta batalla es conocida en las crónicas árabes como "ruta de los mártires", donde murió el emir al-Gafiqi. Según los cronistas musulmanes, 370.000 fieles murieron en suelo aquitano, lo cual es una exageración pero sí que es un dato significativo de la importancia de la Batalla.
Esta derrota supuso lo más lejos que llegaron en el continente europeo los musulmanes. Fue la gran derrota musulmana que paró su expansión por Europa y encumbró a los francos como el ejército defensor del cristianismo ante el papa, quedando desde entonces como superiores a los tropas baskonas y aquitanas, las cuales quedaron muy maltrechas en estos duros enfrentamientos con los musulmanes, siendo realmente los que consiguieron detener su avance, lo cual no aparece en la historiografía francesa y española que se atribuyen este hecho (a manos de Carlos Martel y a Pelayo), siendo inexistente una Academia de Historia Baskona que relate e investigue nuestro pasado. Ocurre lo mismo con la Wikipedia en euskera o en erdera (español o francés), donde los baskones desaparecemos misteriosamente de muchas narraciones y sobre todo de los mapas:
Wikipedia: mapa que pretende representar la situación política y territorial del emirato cordobés que sustituyó al de Damasco en la península ibérica entre los años 756-929, donde los baskones y el reino nabarro desaparecen entre el reino de León -asturleonés de Don Pelayo- y el imperio carolingio -de Karl el Magno o Carlomagno, nieto de Carlos Martel-, pese a que este rey fue derrotado el 15 de agosto el año 778 por los baskones en la Primera Batalla de Orreaga o Roncesvalles, situando de nuevo la frontera en el río Garona, tal y como relatan las crónicas francas, mientras que los asturianos nunca llegaron por el Este baskón a Bizkaia. Estos "errores" o manipulación de los hechos históricos, son muy habituales en la historiografía española y francesa, con la que pretenden retrotraer la creación de sus naciones y la unificación de los actuales territorios de sus Estados hasta estos siglos. No es así en la historiografía baskona, pero por inexistente, salvo trabajos particulares como la Enciclopedia Auñamendi o editoriales como Pamiela.
Tras esta victoria conjunta, Carlos Martel, aprovechó la debilidad aquitano-baskona para atacar el territorio de Aquitania (valle entre los ríos Loira-Garona) y Baskonia (Garona-Ebro) con grandes pillajes, y consiguió dar muerte a Eudón en el año 735, el cual fue enterrado en la isla aquitana de Ré. Eudón el Grande fue un rey soberano y nunca estuvo sometido a los francos, más bien al contrario, son los francos los que se tuvieron que defender de los ataques baskones como vimos (https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/03/baskones-contra-francos.html).
En el año 1730 se descubrió una tumba y una corona en lugar muy cercano al claustro del convento de los P.P. capuchinos en Ré que pudiera ser del duque baskón, esta corona y su cráneo han tenido numerosas vicisitudes, con lo que se duda sobre la autenticidad del expuesto en el Gabinete de Antigüedades de la Biblioteca Nacional de Francia.
En el año 1730 se descubrió una tumba y una corona en lugar muy cercano al claustro del convento de los P.P. capuchinos en Ré que pudiera ser del duque baskón, esta corona y su cráneo han tenido numerosas vicisitudes, con lo que se duda sobre la autenticidad del expuesto en el Gabinete de Antigüedades de la Biblioteca Nacional de Francia.
Con Eudón, el ducado de Baskonia llegó a su cima política. Por el sur, los musulmanes, tomaron en el año 753 los territorios baskones hasta el río Arga en Pamplona, plaza en la cual no se pudieron mantener, derruyendo así en un abrir y cerrar de ojos el epidérmico Imperio godo de Toledo.
Aunque en siglos posteriores nuevos emires ya cordobeses intentaron hacerse en varias ocasiones con Pamplona, solo pudieron asentarse en el sur baskón, la actual Ribera Nabarra, y gracias a la conversión de la familia romano-baskona de los Casius o Banu Casi que la gobernarán entre el 712 al 925, aunque de manera discontinua.
Tan solo el historiador cordobés Ibn Hazma en el siglo XI dice que atribuye al primero de esta familia el título de "conde visigodo" sin embargo su nombre era baskón y su apellido latino: Fortunius Casio, al cual en su libro "Banu Qasi, vascones islamizados", José Luis Orella Unzue atribuye un patrimonio medio, lo que le habría salvado de ser eliminado por la conquista musulmana y le habría permitido medrar después de su viaje a Damasco, capital del califato Omeya, junto a Musa Ibn Nasair y varios cientos de guerreros para pedir la aceptación de su pequeña marca. Pero, no es hasta el año 799-800 cuando aparece la primera mención explícita a una persona de este linaje, cuando los señores o buruzagis de Pamplona matan a Mustarrif Ibn Musa tras engañarlo.
Frontera entre los baskones cristianos y los musulmanes de los Banu Qasi o Casi |
Este territorio baskón quedó como marca o frontera norte del califato damasquino y después cordobés en la península durante 400 años. Los musulmanes se dieron por satisfechos y se quedaron con las tierras más fértiles para el cultivo del cereal de la Península Ibérica, con la excepción de la Llanada Alabesa.
Si por el Oeste la frontera entre los baskones y los germánicos visigodos era Castilla Vetula o Vieja al occidente de una incipiente Bizkaia, esta misma frontera se impondrá después con los musulmanes o con el reino asturleonés, quedando fuertemente despoblada. Por el sur, pese a las numerosas alfeizas o ataques sobre Alaba en los siglos VIII-IX, ésta región de Baskonia quedará libre y será llamada “La puerta de la cristiandad”, la cual físicamente la podemos situar en las Conchas de Haro (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/alaba-y-los-castillos-origenes-de_5.html).
Alaba con la Sonsierra de Nabarra (hoy de Toloño), junto con las cadenas montañosas que discurren hasta Pamplona, harán de eficaz tapón entre baskones cristianos y paganos frente a las huestes de baskones musulmanes de la Ribera dependientes de Córdoba, con los que sin embargo pactarán la creación del reino nabarro en el siglo IX tras la segunda gran derrota franca en Orreaga-Roncesvalles en el año 824, donde participaron baskones de todas las regiones y religiones al mando del veterano buruzagi y primer rey nabarro Eneko Aritza, tal y como veremos en el siguiente artículo.