FEMINÓPOLIS: EL PODER POLÍTICO DE LA MUJER DE LA COSTA VASCONABARRA
Aitzol Altuna Enzunza
Era Bermeo uno de los grandes puertos del reino baskón hasta la invasión de la Nabarra Occidental en el año 1173-1200. El invasor de Alta Navarra (1512-16), Fernando II de Aragón “el Falsario”, en 1475 se refería a Bermeo como "cabeza de Vizcaya" por ser "la villa principal, primera y más importante, la más poblada, la más rica y poderosa". Mantuvo el título hasta 1602 cuando las Juntas de Bizkaia se lo prohibieron usar. El señor de Bizkaia tenía su alcázar en Bermeo, en Zarragoitxi, e incluso el Juez Mayor de Bizkaia residía en esta villa marinera hasta que fue trasladado a Valladolid.
Resumimos el patrimonio baskón y nabarro de Bermeo y de todo Urdaibai en la merindad de Busturia en: https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/bermeo-y-urdaibai-nucleo-de-la-bizkaia.html
INTRODUCCIÓN
En el derecho foral, las mujeres cuando no había varón, viudas y solteras propietarias, participaban de igual a igual en las Juntas Vecinales, pero, sobre todo, participaron de las grandes decisiones del municipio, como cuando había que avecindarse en una villa, las disputas sobre mojones entre municipios, la elección del párroco o del sacristán, la creación de las Hermandades o la elección a las mismas de los representantes municipales.
Sin embargo, al tener las mujeres los mismos derechos que sus maridos en temas de propiedades y de herencias, en algunas pocas ocasiones documentadas participaron en la Junta Vecinal en los concejos abiertos junto a ellos.
De todo ellos hablamos en el artículo:
https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/11/el-voto-femenino-desde-la-edad-media-en.html
https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/11/el-voto-femenino-desde-la-edad-media-en.html
Pero, hay un lugar donde los derechos políticos de las mujeres vasconabarras era incluso superior al de los hombres, por lo que fue calificado por una periodista de los años 30 del siglo pasado como "Feminópolis".
REVISTA ESTAMPA
Josefina Carabias (Arenas de San Pedro, Ávila 1908-Madrid 1980), era una abogada, escritora y una de las primeras mujeres periodistas. Josefina se acercó hasta Bermeo en el año 1933 a escribir y documentar un reportaje para la revista feminista "Estampa" de Madrid, en plena Segunda República Española.
Josefina quiso saber cómo se había vivido en Bermeo el derecho a votar de las mujeres que se dio por primera vez en España en noviembre de ese mismo año, en el caso de Bermeo por doble partida: para el Estatuto vasconabarro primero y a la elecciones generales en España después.
Tal y como recogía la Constitución de la Segunda República Española de 1931, las mujeres pudieron votar oficialmente en unas elecciones en España por primera vez para decidir sobre el referéndum del Estatuto-Vasconabarro el 5 de noviembre de 1933.
Fue recogida su votación para la historia en esta foto de Indalecio Ojanguren. Algunas de estas mujeres eran probablemente viudas por su atuendo, por lo que ya votaban en los Concejos abiertos en el derecho foral, se trataba de: Josefa Gervasia Aguirrebengoa del caserío Aginaga Azpikoa; Josefa Suinaga del caserío Suinaga; María Josefa Acha Belaustegui del caserío Aginaga Gainekoa. Además, en la foto aparece Isidoro Arano del caserío Arano Iturralde.
En España, el primer voto femenino fue en realidad el 19 de noviembre durante las Elecciones Generales de ese mismo año 1933
FEMINÓPOLIS
Cuando llega Josefina a Bermeo, describe la periodista abulense la estampa humana que ve en las calles de la villa marinera: "Mujeres en medio de la calle....mujeres sentadas en las puertas de las casas...mujeres asomadas a las ventanas...grandes cantidades de mujeres por todas partes...una mujeres grandes, fuertes, tostadas por el sol y el aire marino y que despiden un olor a salitre que provoca mareos (...)".
Fotos: Eulalia Abaitua Allende-Salazar sobre el año 1900 |
Sigue Josefina Carabias con una entrevista a una bermeana que era de las pocas que hablaba el idioma de Castilla, aunque no muy bien, ya que se ve que lo hace siguiendo el orden de las frases del euskera que era el idioma natural en Bermeo:
"Al fin una se destaca del grupo y se dirige a nosotros en castellano...relativo (sic.):
-¿Qué hacer quieren...retratar o así? (bermeana con acento euskaldun, la cual contesta además a regañadientes).
-Claro, eso queríamos (periodista).
-Anda, ¿y por qué quieres eso hacer? Nosotras aquí nada malo no hacemos. Esperar hacemos a los hombres que están en la mar (bermeana).
-¡Ah! pero hay hombres en este pueblo? (periodista) (...).
- ¿Y ustedes están todo el año solas? (periodista).
-Eso es. Todo lo del pueblo hacer ya lo hacemos nosotras pues...Los hombres solo ir a la mar hacen. Nosotras hacemos subasta del pescado y vamos a la capital a venderlo y hacemos todas la cuentas y hasta gobernamos el pueblo" (bermeana).
Gracias al derecho foral vasconabarro y la ausencia prolongada de los hombres en la mar, éstos no participaban en las Juntas Vecinales en los puertos marineros como el de Bermeo, aun cuando estuviesen en tierra. Sigue describiendo la periodista:
"Tiene razón mi interlocutora, en Bermeo los hombres no pintan absolutamente nada o pintan muy poco. La mujer vende, compra, decide y gobierna. Ellas son las que hacen las elecciones, sacan los concejales y eligen al alcalde que les parece más oportuno. De vez en cuando se reúnen en asamblea deliberante y toman acuerdos.
Luego se los comunican a los hombres, quienes los acatan al pie de la letra. Cuando algún representante del sexo fuerte trata de insubordinarse, entonces, ¡ah!..., entonces lo cogen dos o tres de las más fuertes (las más fuertes miden metro ochenta y pesan más de cien quilos) y con mucho cuidado les echan al mar. El desgraciado se salva porque todos saben nadar, pero el recuerdo del baño le suele durar mucho tiempo".
Esto último parece más bien una aportación imaginativa y exagerada de la periodista.
Por tanto, la Segunda República española lo que permitió en realidad fue el voto de los hombres de Bermeo, lo que enfadó y mucho a las bermeanas, trajo además la aparición en las Juntas Vecinales de los partidos políticos con sus intereses propios y por tanto la división ideológica que antes no existía ya que se buscaba siempre el bien común, lo que creó una fuerte crispación social.
Limpiando txipirones y debajo esperando a los marineros
Fotos Eulalia Abaitua Allende Salazar sobre el año 1900
Sigue interrogando la periodista a la bermeana:
-¿De modo que hasta la política la hacen ustedes?
La mujer deja en el suelo el cesto de la merluza y comienza a hablarnos muy cerca y muy bajito:
- Eso de la política está ahora mal en Bermeo. Antes, estar ya estábamos todas unidas...pensábamos igual. Ahora hay lucha: unas se han socialistas, otras nacionalistas. Hace poco llamamos elecciones.
-¿Y ustedes votaron por primera vez? (periodista)
-Ya votamos ya...(bermeana)
-Estarán contentas de que les hayan concedido el voto (periodista).
La mujer se encoge de hombros:
-Nos da igual. Antes los hombres no votar, hacían lo que les decíamos nosotras. Ahora, al saber que mujeres votábamos, creíamos que hombres no votarían: pero no fue así...Y digo yo que votando nosotras, ¿Qué necesidad había de que votaran también ellos?...
La periodista encuentra a un hombre que no quiere ser retratado y resume:
- A pesar de todo esto, hemos podido averiguar que los hombres de Bermeo van teniendo, día a día, una personalidad más acusada. Por pronto, ya opinan de política, o, al menos, se ocupan algo más que antes (...). También han dicho que en las últimas elecciones han intervenido ellos más que nunca.
Pero a pesar de estas conquistas de lo que pudiéramos llamar "masculinidad", no creemos que llegue el día en que las mujeres se dejen arrebatar por los hombres el gobierno y administración de este pueblecito bello que se llama Bermeo y que en realidad debería llamarse Feminilandia o Femininópolis".
Bermeo de Ediciones Maite de Bilbao |
LAS MUJERES OBLIGADAS A IR A LA ESCUELA
Es más, en la costa, la mujer era la que tenía la obligación de saber leer y escribir en la familia y de acudir a la escuelas para aprender matemáticas.
En el mismo texto periodístico, se relata cómo una madre le pega a una niña y la periodista le pregunta por qué, la respuesta le deja descolocada:
"-Esta chiquilla condenada que ir a la escuela no quiere...Y tiene que ir. Como soy su madre que era, la doblo a palos. Si habría nacido chico, ninguna falta haría ir a la escuela..., pero una chica tiene que saber de cuentas, y de escritura, y de todo.
-¿Y los chicos no? (la periodista)
- Los chicos falta no hacer que sepan esas cosas. Con que aprendan a ir a la mar con el padre y a obedecer, ya tienen bastante; pero las chicas saber deben otras cosas..."
CONCLUSIÓN
Por tanto, hay una gran excepción en la participación secundaria de las mujeres en las Juntas Vecinales donde sólo era habitual la participación de viudas en las votaciones. Un lugar donde no había igualdad entre sexos sino una gran discriminación a favor de la mujer: era el caso de los puertos pesqueros, donde está documentado que al menos en Bermeo, Femininópolis, sólo participaban las mujeres en las Juntas Vecinales.
Más información sobre el matriarcalismo que no matriarcado vasco en: