NABARRA, SIN CADENAS
Aitzol Altuna Enzunza
El uso de escudos armoriados que representaban a las familias es una tradición que nació en Normandía a mediados del siglo XII. En el caso del reino baskón, se tiene constancia de una heráldica Nabarra desde Sancho VI “el Sabio”, el padre de Sancho “el Fuerte”, por tanto en esa segunda mitad del siglo XII. El escudo de armas, entendido como divisa que pasa de una generación a otra, data de principios del siglo XII, aunque en el siglo X ya existían blasones que servían para identificar a los caballeros que participaban en los torneos y también sellos reales.
Según el genealogista Juan Carlos Guerra, el escudo nació con la terminación de la Primera Cruzada, en la que los cruzados se distinguieron por el color de sus cruces, según las naciones a las que pertenecían.
En el año 1910, al aproximarse la celebración del aniversario de la Batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) de 1212, la Diputación provincial de Nabarra quiso recuperar la bandera del reino, para entonces desaparecida tras la pérdida foral y la firma de la llamada Ley Paccionada en 1841, la cual transformaba Alta Nabarra en una provincia de Las Españas, tal y como se denominaba entonces al imperio castellano-aragonés.
La Diputación escribió entonces que "el escudo de armas de Nabarra tiene como elementos esenciales, según tradición constante, cadenas de oro sobre fondo de gules con una esmeralda en el centro de unión de los ocho brazos de eslabones". Incluso para fijar definitivamente su forma, se incorporó un dibujo en el que los eslabones se parecen a los que Sancho VII "el Fuerte" había entregado a Iratxe, custodiados desde la Desamortización del siglo XIX en el salón de sesiones del Palacio Provincial. Fueron los euskarianos Arturo Campión, Hermilio de Olóriz y José Altadill de la Comisión de Monumentos quienes aprobaron que la nueva bandera fuese esa.
La mitología nacional nabarra cuenta que las cadenas del escudo fueron tomadas por el rey Sancho VII "el Fuerte" de las que asentaban en tierra la jaima del caudillo musulmán al que vencieron los reinos católicos peninsulares en dicha Batalla de las Navas de Tolosa –las cadenas de palenque-. Se trataba de Mohamed Aben Yacub, rey Miramamolín o Miramolín, Califa o Comendador de los Creyentes.
El mito se escribió por primera vez a mediados del siglo XV cuando Carlos, primer y único Príncipe de Biana, comentaba la fábula así: "Y el rey de Nabarra tomó el encadenado de los camellos y de las tiendas y conquistó las cadenas por armas, y las asentó sobre las aristas con un punto de sinople en medio".
Pero la fábula de Sancho VII “el Fuerte” saltando sobre la jaima y destrozando las cadenas con su espada quedó demostrada como falsa y además imposible por el arabista nabarro de mayor prestigio e importancia, Ambrosio Huici (Huarte 1880-Valencia 1973), cuyas investigaciones sobre fuentes originales árabes desmontaban el mito de las cadenas metálicas. Su trabajo de investigación se presentó en 1912 precisamente al concurso organizado por la Diputación provincial de Nabarra para conmemorar el VII centenario de la Batalla de Las Navas de Tolosa. Curiosamente, aunque fue rechazado por el jurado que apoyaba en pleno el mito de las cadenas, recibió una mención especial.
El mito tiene también una base en una carta de Sancha de Castilla a Sancha de Champagne (hermana de Sancho "el Fuerte"), donde habla de cómo heroicamente su hermano saltó con su caballo por encima de la guardia negra de esclavos que defendían la jaima del rey Miramamolín y se quedó con las cadenas como recuerdo.
En el centro de las actuales cadenas del escudo de Nabarra aparece una esmeralda, robada supuestamente también al rey Miramamolín. Las cadenas y la esmeralda se pueden contemplar en el museo de Orreaga-Roncesvalles donde está enterrado este rey y donde fueron entregadas por el propio Sancho VII, aunque una parte de ellas también fueron a parar a Iratxe como hemos visto y otra a Tudela donde residió Sancho durante sus últimos años.
La batalla de las Navas de Tolosa es uno de los mitos fundacionales de España que aunaba en aquél entonces los intereses de los unionistas españoles y de los foralistas nabarros, mito por el que los diferentes reinos católicos se enfrentan juntos y unidos fraternalmente contra el infiel musulmán.
El argumento es históricamente falso, pues el rey nabarro se presentó a regañadientes en Jaén, y tan sólo tras conseguir su reconocimiento como rey soberano de toda Nabarra, lo que incluía la promesa del emperador del Vaticano (el papa) de que se le devolviera la Nabarra Occidental, entonces recientemente ocupada por Castilla, es decir, las actuales Bizkaia, Gipuzkoa y casi toda Alaba (menos la Sonsierra y las tierras de Bernedo-valle de Arana aún en el reino). Además, Sancho “el Fuerte” se presentó con un ejército minúsculo de tan sólo 200 hombres de confianza.
Sancho “el Fuerte” nunca usó una bandera con cadenas como es posible comprobar en la catedral de Tudela donde tuvo su Corte, y en la que hay catorce escudos de Nabarra en los que las barras son todavía lisas y parten de una bloca central, además de en las dos "Biblias de Pamplona" de 1197 de Fernando Pérez de Funes, Biblias ilustradas para su mayor comprensión mandadas a hacer por el propio Sancho “el Fuerte”, las más importantes Biblias y libros ilustrados de la Edad Media según expertos como F. Bucher, para el cual “revelan la existencia de un centro de iluminación en el siglo XII, desconocido hasta ahora”.
Estas barras lisas y con una bloca central, también aparecen en una representación del rey de Nabarra en una Château en Aquitania relacionada con la hermana de Sancho "el Fuerte" Berenguela de Nabarra (esposa del duque de Aquitania y rey de Inglaterra Ricardo "Corazón de León"), tanto en el escudo del rey como en la vestimenta o manto de su caballo (ver fotos), lo que no deja lugar a dudas de que se trata de la enseña nacional nabarra y no de un simple escudo.
Teobaldo I de Nabarra (1234-1253)
Clave de bóveda la iglesia de Santa Eufemia de Tiebas, con los escudos de Nabarra con el carbunclo, alternando con la banda blanca de los Teobaldos de Champaña |
Sello de Sancho VI el Sabio (1150-1194)
Blog Nabarlur
La primera descripción heráldica de la bandera de Nabarra es la del Armorial de Urfé (1360-1370), y se la describe como: "El rey de Nabarra escudo de Nabarra de gules (rojo), un carbunclo de oro pomelado (perlado) iluminado de sinople (verde) en el medio a manera de esmeralda".
De poco después, de finales del siglo XIV, es la "Chroniques de france ou de St Denis" donde se puede ver al "roy de navarre" Carlos II en su caballo y con el escudo de Nabarra de carbunclo abierto con pomas.
En otro Armorial, el de Gelre escrito por Claes Heinenszoon (1370-1395) y conservado en la Real Biblioteca de Bélgica, el escudo del rey de Nabarra que se puede observar responde a la misma descripción.
Escudo de Carlos II de Nabarra (Evreux 1332-Pamplona 1387). Armorial de Gelre o "Gelres Wapenboek", realizado por Claes Heinen (Heynesoen, Heinenszoon ), heraldo del duque de Güeldres, que lo compiló entre los años 1370 y 1395. Lo curioso es que los colores de este emblema real, Evreux (azul)-Nabarra (rojo), acabaron en la bandera de Francia según explica el historiador Mikel Zuza: Laurent Hablot, Director de Estudios de la IVª Sección de la Escuela Práctica de Estudios Superiores, y titular de la cátedra de Emblemática Occidental en la Université Paris-Sciencies et Lettres, que en su reciente Manuel de Héraldique et Emblématique Médiévale suscribe: "Una de las primeras veces en que quedó atestiguado el uso político de la librea, fue durante la revuelta parisina del año 1358, dirigida por Etienne Marcel, y en la cual los partidarios de Carlos II de Navarra, sin citar jamás su nombre, llevaban broches y sombreros con sus colores (el rojo y el azul), que eran también los de su emblema cuartelado de Navarra y Evreux". Al no haberse atrevido Etienne Marcel a librarse del delfín, la revuelta fracasó y Carlos II nunca llegó a ocupar el trono que legítimamente le correspondía. El delfín, en cambio, no tuvo problema alguno en ordenar asesinar a Etienne Marcel. Pero esta historia no acaba en 1358, porque cuatro siglos más tarde, en 1789, cuando el pueblo se levantó contra el rey Luis XVI, alguien se acordó de aquel otro precedente revolucionario llevado a cabo por el preboste Marcel, y recuperando los colores que había defendido (que no eran otros que los del rey de Navarra), puso entre medio el color blanco de la enseña de los Borbones para diseñar la bandera tricolor de la nueva República Francesa, queriendo significar que el poder del pueblo sujetaba a partir de entonces al del rey". |
Pórtico de Santa María de la "Guarda de Nabarra", hoy Laguardia, Alaba. Escudo de Carlos III "El Noble", siglo XIV, de carbunclo cerrado y con pomas. |
Javier Hermoso de Mendoza, comenta que “la bloca, decorada con piedras preciosas pasó a tener carácter emblemático, se le denominó carbunclo, nombre que recibía el rubí (en realidad debía ser un granate) que iba engastado en el centro, del que se decía que era como un carbón encendido cuya claridad alumbra a quien lo lleva, y que al iluminarse en la noche era capaz —si se llevaba en el yelmo— de guiar en la oscuridad a un ejército de mil hombres”.
El primero que cuestionó que el escudo fuesen cadenas fue el suletino Arnaud Oihenart (1592-1667) en su documentada obra "Notitia Utriusque Vasconiae" , editada en París en 1637. Oihenart fue letrado del Parlamento de Nabarra en Donapaleu-Saint Palais los últimos años en los que fue soberano (hasta 1620), era un humanista con sólida formación jurídica al servicio del señor de Agramont, historiador y recopilador de refranes en euskera, era uno de los más fieles partidarios de los legítimos reyes de Nabarra y de la recuperación de su libertad.
Cavaliere de Maggio o Mayo, mes de la guerra y de los torneos, primera mitad del siglo XIII en el museo de la catedral de Ferrara en Italia |
En su famoso libro, el suletino defiende que las antiguas armas de Nabarra no representan cadenas, sino el carbunclo o bezantes, por lo que es evidente que ya se había producido la transformación heráldica. Oihenart explica que sólo el Príncipe de Biana menciona “cadenas”, mientras que autores mucho más antiguos lo describieron como "un carbunclo radiado de oro, dividido con esferillas y el centro verde".
Sin embargo, en las monedas que acuñó el propio príncipe de Biana, vemos el carbúnculo o carbunclo, así como en sus representaciones pictóricas: https://numisarchives.blogspot.com/2022/08/las-monedas-del-principe-de-viana.html?m=1 |
Mas para considerarla como incierta, me muevo especialísimamente por dos razones. Primero que la misma figura del símbolo de las enseñas, de que usaron los reyes de Nabarra desde el último Sancho hasta nuestros tiempos, no tiene semejanza alguna con las cadenas”.
Dibujo en el libro de Oihenart de la bandera de Nabarra.
Carbúnculo o carbunclo:
El propio Oihenart nos da el momento en el que se produce el cambio del carbunclo o carbúnculo a la cadena cuando sobre el año 1637 escribe: “(…) esto se hizo desde hace cerca de cincuenta años, con la sola autoridad o consejo de modernos historiadores. Mas hemos procurado poner aquí la verdadera figura de aquellas enseñas; porque esa misma es; tal como se con templa, no solo en los infinitos sellos y monedas de diversos reyes, sino también en las vidrieras de la Iglesia principal de París, consagrada a la Virgen Madre, la que hubo de ser pintada en tiempo de uno de los dos Teobaldos, o de Enrique (siglo XIII); lo indican las ensenas de Champaña, añadidas a las de Nabarra.
Nada se distinguen de esta forma las figuras de las mismas ensenas, que existen en el Colegio de Nabarra, de París, y en el cenobio de los cartujos, en el monumento de Pedro Nabarro, Conde de Moreton (muerto en 1528); también las que hay en el Castillo de Pau, del principado del Bearne; en la iglesia de Escala Dei de los Premonstratenses, en Bigorra, y en muchos lugares de la Nabarra citerior o ulterior (norte y sur de Nabarra), ya esculpidos en las piedras, ya en las paredes, ya pintadas en las vidrieras de las ventanas”.
Añade Oihenart documentación antigua donde se describe el escudo de Nabarra: “Dice el Manuscrito antiguo de pergamino, de la Biblioteca del ilustrísimo Renato de Longol Desmaisons, presidente en la curia suprema de tributos, en Paris: Le Roy de Navarre porte de gueulles a une escarboucle florie d'or et le cceur de sinople. Es decir, el rey de Nabarra lleva por armas, en un caballo rojo un carbunclo, dividido por globillos, de oro, y verde en el interior.
Dice el autor de otro libro, escrito (según del mismo se colige), en tiempo de Carlos V, rey de Francia (1338-1380), que encontré en la biblioteca de los hermanos Samartanos, Escevola y Luis, dos lumbreras gemelas de la historia de nuestro país: Le Roy de Navarre de gueulles a une escarboucle d'or pometee, fermce et percheei. Quiere decir: El rey de Nabarra lleva campo rojo, y en medio de él un carbunclo, de oro, cerrado con sello y con líneas rectangulares.
Luis X rey de Nabarra y de Francia, conde de Champagne y Brie (1289-1316, reinó desde 1305) concede una carta a los judíos del reino, manuscrito 512, fol. 339 Biblioteca municipal de Toulouse. Extracto de la Chronique
rhimée de Geoffrey de Paris, para el año 1306 (la obra abarca los años
1300-1316).
Lo propio se lee en otro libro, de menor antigüedad, de Luis Samartano, Presidente de los Prefectos de la Milicia francesa en la Corte, con igual número de palabras, y también en otro libro de Héctor de Bretaña, primer armero, o, como se dice, primer rey de armas del rey Cristianísimo, Luis XIII (1601-1643).
Algo más completa es, en este punto, la Historia de las Armas de la Nobleza, que nos legaron los hermanos Puteu, Pedro y Santiago, defensores de toda la antigüedad y de las buenas letras, en el año 1380, según allí esta notado; porque así está escrito en el fol. 170: Ie Roy de Navarre escartele, de gueulles a I'escarboucle d'or pomete et party de synople en la moyenne, en guise d'Esmeralde et lieu (lee i autrs) de franee a un baston compose d'argent et de gueules. Esto es, el escudo del rey de Nabarra consta de cuatro partes; una parte roja, adornada de carbunclo, de oro, dividido en esferillas, partida, verde en medio, asemejando a la esmeralda: La otra parte francesa, con el báculo simbólico de plata, y gules cayendo oblicuamente”.
Escudo sin timbrar del reino baskón en el refectorio en el claustro de la catedral de Pamplona-Iruñea, antiguo comedor de canónigos construido entre los años 1330 y 1335. En el año 1860 pasó a convertirse le capilla de San Francisco de Xabier.
En los siglos XVI y XVII algunos autores españoles citan el carbunclo de Nabarra como es el caso de Juan Ferón, Jerónimo Barra y Juan Santiago Cristecio. Éste último fue médico de Felipe IV de Castilla-Las Españas (1605-1665), y escribió un libro sobre las Armas de los Caballeros de la Faja de oro, en el cual, al describir las armas de Juan de Aragón y Nabarra dice: “(…) cuartel de escarlata, adornado del carbunclo lineal cerrado, dividido en esferitas de oro".
Por tanto, cuando hablamos de barras o esferillas perladas, con carbunclos o escarbunclos, bezantes o pomas (pomadas), hablamos de lo mismo, de la bloca heráldica diferente a la cadena.
Por tanto, cuando hablamos de barras o esferillas perladas, con carbunclos o escarbunclos, bezantes o pomas (pomadas), hablamos de lo mismo, de la bloca heráldica diferente a la cadena.
Evolución del los escudos de las diferentes familias de reyes de Nabarra, blog Nabarlur de Eneko del Castillo. |
El experto heraldista Jaime Albillos nos aportaba otro libro de Armas más donde queda resuelta la cuestión: "La famosa polémica entre el escarbunclo y las cadenas del escudo del reino de Nabarra está magníficamente resuelta por Garci Alonso de Torres, rey de armas de Aragón. En su importante obra “Blasón de Armas Abreviado” (año 1496) soluciona esta eterna discusión de una forma muy sencilla, apoyándose únicamente en lógicos argumentos de técnica heráldica. El mencionado cronista era un experto en el mundo de los oficiales de armas europeos. Se conoce que viajó por Francia, Alemania, Borgoña, Inglaterra y Flandes.
En dicha importante obra se puede leer lo que sigue: “...traen los dichos rreyes de Navarra aquellas cadenas. Pero a esto yo no sé qué rresponda, salvo que las harmas que traen los dichos llamamos en harmería escarbunclo, y no cadena, porque si cadena fuese no era neçesario quitarle el nombre...”. Son muy esclarecedoras y definitivas las líneas que se pueden leer en el último párrafo. Hay que valorar mucho que están escritas por un personaje tan histórico, tan documentado y tan poco sospechoso de nabarrismo apasionado como Garci Alonso de Torres".
Hoy todos los autores serios reconocen que Oihenart tenía razón, pero en su época provocó la reacción de algunos nabarros, los cuales encabezados por el Padre Moret se opusieron a la tesis del suletino. Aun así el jesuita escribe en 1677 que las cadenas no se introdujeron de golpe tras la batalla, “sino poco a poco". Lo señala en su obra “Investigaciones Históricas de las antigüedades del Reyno de Navarra”, donde según Moret, los eslabones serían una forma de representación "vulgar" de las cadenas, y el pomelado sería la versión "elegante": "rematando los encajes de los hierros lisos en ciertos nudos globosos que por dentro tienen su engarce y por fuera parecen globillos o esferillas del todo macizas".
Respecto a la confusión introducida por el Príncipe de Biana sobre el escudo, comenta Oihenart: “Si se discute con autoridades, entre los escritores del tiempo pasado, pugna por aquellas cadenas solo el Príncipe Carlos de Nabarra, el cual sólo doscientos años precede a nuestra edad (…).
No sé si las siguientes palabras de Garcia de Eugui (coetáneo de Sancho “el Fuerte”) en la vida de Sancho, fueron causa de error para el Príncipe Carlos: D. Sancho ganó allí las cadenas y tiendas que son hoy en Nabarra. Con estas palabras quiso indicar este autor, no que Sancho tomó las cadenas por insignia militar, sino que las colocó en varios templos de Nabarra, colgándolas para excitar el sentimiento de determinación. Además, claro se ve que Carlos se dejó llevar del error; porque opinó que Nabarra tuvo por armas las Aristas, además de las cadenas, que sin embargo, en ninguna parte aparecen. He aquí sus palabras en el lib. 2, cap. 16: “El rey de Nabarra tomo el dicho cadenado de los camellos e las tiendas, e conquisto las cadenas por armas y assentolas sobre las Aristas, con un punto en medio de sinople”.
El príncipe de Biana también se pudo basar en la cita que aparece en el Privilegio de la Unión de 1423 de los tres burgos de Pamplona Nabarrería, San Nicolás y San Cernín dado por Carlos III “el Noble”: "un renc de nuestras armas de Navarra, de que el campo ferá de guculas, y la cadena que irá al derredor de oro". Es la imagen del "Gran sello" de Pamplona que se conserva, esa cadena coincide plenamente con las barras pomeladas o carbunclo tradicionales.
La representación del sello de La Unión de los burgos de Pamplona más antigua conservada.
"El Privilegio de la Unión estableció reglas con carácter legal observadas durante varios siglos, con sus modificaciones y adiciones. Es por ello que se conocen varias copias manuscritas (tres) y varias más impresas (seis ediciones), además de los cuatro ejemplares originales conservados en la Catedral de Pamplona, Archivo Real y General de Navarra y Archivo Municipal de Pamplona (...). Existe una copia de 1588, prácticamente desconocida, conservada en la Biblioteca Nacional de España, bellamente ilustrada, con el primer escudo de Pamplona a color" https://www.ayanza.org/sabias-que-7-sep-2021/
Privilegio de la Unión, 8 de septiembre de 1423, cap. XV:
"Et un pendon de unas mesmas armas, de las quolles el campo sera de azur; et en medio aura un leon pasant, que sera dargent; et aura la lengoa et huynnas de gulean. Et alrededor del dicto pendon aura un renc de nuestras armas de Nauarra, de que el campo sera de gulean et la cadena que yra alrededor, de oro. Et sobre el dicto león, en la endrecha de su exquina, aura en el dicto campo del dicto pendon una corona real de oro, en senyal que los reyes de Nauarra suelen et deuen ser coronados en la eglesia Cathedral de Santa Maria de nuestra dicta Muy Noble Ciudad de Pomplona".
Aunque el documento usa el nombre de "cadena", el dibujo no deja lugar a dudas sobre la forma de la bordura.
El Príncipe Carlos hablaba por tanto de cadenas en relación a las barras pomeladas cuyo dibujo (cordón-poma-cordón-poma-cordón-poma...) recibía el nombre de "cadena" (sin la “s” final), un concepto similar a la cadena utilizada en diferentes representaciones heráldicas o en monedas, y que aparece incluso en el siglo XII en un sello de Sancho VII “el Fuerte” desenterrado por Iñaki Sagredo Garde en el castillo navarro de Aitzorrotz (Gipuzkoa, puerto de Arlaban, Ezkoriatza).
Sello de Sancho VII encontrado por el equipo de Iñaki Sagredo Garde en las excavaciones de Aitzorrotz en el Alto Deba (Gipuzkoa) |
El Príncipe de Biana, autor del "Compendio de la Crónica de los reyes de Navarra", seguía dentro de la mitología oral cuando escribía que "la Esmeralda, que se halla en el centro del escudo de Nabarra, provino a Sancho entre los despojos recogidos en la batalla de las Navas de Tolosa”.
Principado de Biana creado en 1423 por Carlos IV para su nieto Carlos V con las fortalezas de la Sonsierra de Buradón (Labastida, Alaba), Ferrera (Urizarra, Alaba), Toro (Lagrán, Alaba), San Vicente (La Rioja) y Marañón, además del señorío de las villas de Bernedo (Alaba), Laguardia (Alaba), Lapoblación, Biana, Aguilar, Genevilla, Peralta, Cadreita, Cabredo, Corella y Cintruénigo en Alta Nabarra |
Recientes estudios sobre dicha “esmeralda” que está en la tumba de Sancho VII “El Fuerte” en Orreaga-Roncesvalles, dieron un origen colombiano. Al principio se esculpía esta esmeralda en figura globular y redonda, después empezó a variar su forma transformándose en cuadrangular.
CONCLUSIONES:
El escudo del rey de Nabarra según el Libro de Armería del Reino de Nabarra (el más antiguo conservado es del s. XVI), que es el libro heráldico oficial del reino baskón, describe nuestra bandera nacional como: “El campo o parte interior es de gules (rojo), carbunclo cerrado pomelado de oro, una esmeralda sinople (verde) en forma de losange en abismo. Timbrado de una corona de tres florones”. En el Libro de Armería la única representación de Nabarra era el carbunclo pomelado, pero sí había dos escudos de dos casas nobiliarias que utilizaban las cadenas metálicas, lo que confirmaba que el uso del carbunclo no era algo aleatorio.
Carbunclo pomelado: Los puntos de intersección de todos los trazos quedan cargados por las pomas que los unen. Cada trazo en su parte interior lleva dos pomas, menos los que llegan hasta los cantones (ángulos) diestro y siniestro del jefe (parte alta del escudo) que llevan tres.
La boca o perímetro es en forma de U, como corresponde a todos los escudos nabarros del Libro de Armería del reino de Nabarra. Es un tipo de blasón de gran antigüedad y que se ha utilizado en muchas armerías europeas.
Es significativo destacar que en las acuñaciones hechas en las cecas del viejo reino baskón anterior a la conquista no hay cadenas. Éstas aparecen por primera vez con el emperador germánico Karl o Carlos V de Alemania y I de Las Españas (aunque nunca usó esta segunda terminación pues no existía aún, sino la retahíla de reinos y condados donde era soberano).
Tampoco hay cadenas tras la conquista en las cecas que se mantuvieron activas en el reino baskón en los siglos XVI y XVII, fundamentalmente las de Pamplona, Pau y Saint Palais-Donapaleu, las cuales tardarán en adoptarlas, y cuando las adoptan como en el caso de Pamplona, se reservan el carbunclo para las acuñaciones de mayor prestigio.
Gros de plata de Carlos III "el Noble" (1387-1425), será el primero en usar el escudo de Nabarra en una moneda. |
Catalina I de Foix y Juan III de Labrit, reyes de Alta Nabarra (1484-1512) y tras la conquista solo de Baja Nabarra (1512-1517).
Pieza acuñada por Enrique II "el Sangüesino" o "Zangotzarra", último rey de Alta Nabarra tras recuperarla brevemente en 1521. Testón de plata de 1576, ceca de Beárn, sólo hay carbunclos en esta ceca en ese siglo. La moneda se rodea de una "cadena".
Otra moneda de Enrique II "el sangüesino", ceca de Pau.
Moneda de Enrique III de Nabarra y IV de Francia, acuñada en Donapaleu-Saint Palais, ya con la corona cerrada de los Bourbones.
Moneda de Enrique III de Nabarra y IV de Francia acuñada en Morlaas, Bearn (1600).
Pieza de plata que acuñó Fernando II de Aragón "el Falsario" tras la conquista de Alta Nabarra (1512), carbunclo y "cadena" alrededor.
Doble ducado acuñado por Karl o Carlos I de Alemania y V de Castilla, en honor a su abuelo Fernando II de Aragón "el Católico" o "El Falsario" en Nabarra, salió a subasta en el 2023 por 9.000 euros.
Fernandvs: D:G: REX: NAV/RE
Reverso: SIT: NOMEN : DOMI: ES:
No se acuñaron monedas nabarras propiamente dichas de Karl V (Carolvs), que sería supuestamente "Carlos IV de Navarra". Según el experto en monedas nabarras Ricardo Ros Arrogante sería: "por las más que fundada duda que tuvo Carlos I tuvo durante todo su reinado sobre su legitimidad para ser rey de los navarros, tal y como hizo constar en su testamento"
Pieza de oro de Carlos V de Alemania y I de Las Españas, el escudo de Nabarra aparece junto al resto de los reinos hispanos y Sicilia según se puede leer en la propia moneda ("hispaniarum reges" y "Siciliae"). El escudo nabarro parece que lleva cadenas, es la primera vez que están documentadas. Sin embargo esta moneda no está acuñada en Nabarra.
Cornado de Felipe III de Castilla y de Las Españas de 1617, donde aparecen claramente eslabones de cadenas, rodeada con la "cadena" en forma de orla, e incluso se observan todavía carbunclos en algunas de las uniones.
Felipe IV de Castilla (Philippus) y de Las Españas, pieza de 1652 de 8 escudos, son carbunclos y aparece la "esmeralda", se sigue por tanto usando el carbunclo en las piezas de mayor valor rodeada de la "cadena".
Doble de Luis XVI del año 1759, ceca del Beárn, sólo hay cadenas a diferencia de las monedas del siglo anterior.
En los escudos reales de los Austrias y de los Borbones españoles no se observan escudos de Nabarra. Los Borbones franceses firmaron siempre como "roy de France et de Navarre" (1593-1791), y también después las siguientes casas reales hasta la última en 1830, usando siempre las cadenas en el escudo de Nabarra (foto blog Nabarlur de Eneko del Castillo).
Por tanto, no hay cadenas en Nabarra antes de la conquista hispano-francesa y no las queremos después. Nabarra, sin cadenas.
ANEXO I
EL ESCUDO DE SAN MIGUEL COMO BANDERA DE NABARRA
IÑAKI SAGREDO GARDE
Este dato es ilógico. Navarra necesitaba mostrarse ante los demás reinos con mayor firmeza si cabe, ante las continuas amenazas de conquista que sufrió. ¿Cómo es posible pensar que no tuvo un símbolo que le representara y los otros reinos, aún siendo más modernos, sí?
En el siglo XI, los reyes navarro-aragoneses, por cada ciudad que conquistaban a los musulmanes construían una iglesia en honor a San Miguel. En Huesca fue su primera iglesia construida en 1110, en Zaragoza, tras la conquista de 1118, y bajo una leyenda donde se recoge la aparición de San Miguel a las tropas navarras. Es por eso llamaron a esa iglesia San Miguel de los navarros.
También en Tudela, en Estella, y en San Juan de Pie de Puerto y Artajona con las puertas de San Miguel, en las capillas de las sedes reales como Monreal, en varias villas defensivas como Vitoria y en gran parte del Duranguesado. Todo son señales que nos conducen a lo mismo y en un mismo periodo: siglo XII.
"Escudo en la fachada exterior del convento de Santo Domingo de Estella, para el que reivindico el honor de ser el primer escudo de Navarra que hoy se conserva en nuestro viejo reino. Las referencias más antiguas a nuestro escudo están en los armoriales ingleses y franceses de hacia el año 1275 (aunque hemos visto el artículo incluso anteriores). En el Walford´s Roll, se describe así: «Le roy de Navarre, gules un carbuncle d'or». Carbunclo besancié, dicen otros, por estar las barras llenas de tachones o besantes, nombre con el que se conocía a las monedas de oro bizantinas de las que tomó nombre este tipo de escudos".
SOBRE SAN MIGUEL DE ARALAR, PATRONO DE NABARRA, DE SU EJÉRCITO Y DE EUSKAL HERRIA, SE PUEDE LEER: https://lehoinabarra.blogspot.com/2023/07/san-miguel-el-dia-de-elecciones-en-toda.html