PUEBLO Y PODER: JOSEBA ARIZNABARRETA

PUEBLO Y PODER: 

JOSEBA ARIZNABARRETA

 GALDAKOZTARRAri OMENALDIA



Joseba Ariznabarretaren "Pueblo y Poder" liburutik hartutako ideak eta pasarteak dira hurrengokoak, Euskal Herriaren askatasunerako irakurri eta ulertu behazrreko liburua.
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DEFINICIONES: PUEBLO, PODER Y POLÍTICA 

El "poder" o fuerza es lo que define al Pueblo como unidad de violencia suficiente para defender un territorio y las características diferenciadoras, las que sean en cada caso, frente a otros pueblos. 

- La política, en último término, es violencia física y la gestión del poder conseguido mediante ella. 
- En un principio, mediante la fuerza física, se domina al contrario, después se institucionaliza gracias a los instrumentos que dan forma a los estados que gestionan a su vez el poder –policía, jueces, funcionarios, educadores, alcaldes, diputados, gobernadores etc.-. Como decía Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política con otros medios”, aunque la frase puede ser un “palíndromo”: la política es la guerra por otros medios.

- Se denomina poder político a toda forma de organización de la violencia utilizada en el origen y el sostenimiento de la desigualdad social vigente en un determinado lugar y período históricos. De tal modo que la actividad política, inextricablemente ligada al uso de la fuerza física, bien podría caracterizarse como “la continuación de la guerra por otros medios”, es decir, por medios institucionales.


- La más notable y de las primeras referencias sobre la política se encuentra en el famoso diálogo "Gorgias" de Platón, donde Calicles sostiene la tesis de que el Derecho es la fuerza, el poder del que dispone de la capacidad de imponerse por medio de la violencia. 

- Platón (siglos IV-V a.C) distinguía la política como la imposición mediante la violencia de la voluntad de un grupo a otro y lo diferenciaba claramente del diálogo. Su maestro Sócrates le demuestra que el Derecho es la ley positiva, la ley dada y mantenida por el poder del Estado (frente a una “ley natural” superior o de los dioses).



LA ÚNICA VIOLENCIA LEGÍTIMA: LA DEL ESTADO PROPIO

- El estado, desde su aparición, es una organización que mediante la violencia genera, mantiene y ahonda la división de la sociedad y establece un nuevo ordenamiento acorde con sus intereses o deseos particulares de quienes lo controlan, en un territorio que considera patrimonio o jurisdicción exclusivos, ha conseguido concentrar en sus manos los recursos armamentísticos y de otra índole suficientes para dotarse de una duradera ventaja comparativa en el uso de la fuerza física, ventaja de la que se sirve para doblegar y mantener a raya la resistencia -violenta también- de los que serán sus súbditos y obligarles a vivir bajo su ley, es decir, bajo SU organización y SU cultura. Dada su intrínseca naturaleza perversa sus avances hacia la tiranía están en relación inversa a la resistencia que se le ofrece.

- El propio sistema institucional, no es sino violencia socialmente corporizada, funciona automática y eficazmente más allá incluso de las normas explícitamente establecidas en el código penal.



- En un Estado, esta violencia “ad intra” si la ejerce un pueblo sobre sí mismo es “legítima”, lo que implica que es ejercida en democracia, es decir, cuando es aceptada y controlada por el pueblo para poder así conseguir sus objetivos del modo más eficaz –objetivos económicos, de defensa, culturales, sociales o los que determine en cada momento-, por lo que nombra o acepta un gobierno sobre él, la dualidad del Estado es democrática cuando estos dos sujetos políticos, pueblo y gobierno, están en equilibrio. 


- Es decir, la violencia democrática en un Estado la ejerce sobre sí mismo un pueblo consciente de serlo y por tanto convertido en sujeto político y no un mero agente pasivo: “La libertad y la democracia son sólo posibles cuando la resuelta voluntad de una nación de no ser regida como una manada de borregos está permanentemente viva” Max Weber (1864-1920, filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán).


LA VIOLENCIA DEMOCRÁTICA: LAS ELECCIONES

- Normalmente la fuerza física no tiene por qué ejercerse, basta con la mera amenaza o la ley impuesta mediante unas elecciones donde participen las diferentes opciones o intereses internos, hoy en día esto es así, pero que haya votaciones no es suficiente para que podamos hablar de que hay una democracia. 

- Para que sea una “violencia democrática”, todos los diferentes grupos de ese pueblo deben de tener los mecanismos para defender sus intereses y a la vez estar sometidos a la voluntad general o juegos de mayorías voluntariamente.


- Por tanto, para que haya “democracia” es necesario una serie de mínimos: “La democracia es sinónimo de unanimidad y que el principio mismo del derecho de la mayoría no tiene otro fundamento posible que el previo y unánime acuerdo, implícito o explícito, del pueblo al respecto”.

- Votamos por mayoría sí, pero decidimos todos que así sea, si se parte de una imposición inicial como la que hay sobre el reino o Estado de Nabarra, no caben votaciones por mayoría, pues el conquistador, siendo muy superior en número, siempre gana: “una ley que determina que es la mayoría quien decide en última instancia el bien de todos no puede edificarse sobre la base adquirida precisamente por esta ley; es preciso necesariamente una base amplia, y esta base es la unanimidad de todos los sufragios” Friedrich Nietzsche (1844-1900 Alemania).


CABEN GRADIENTES DEMOCRÁTICOS

- Siempre caben gradientes, sin llegar nunca a la democracia perfecta, pero cuando menos ha de ser “la mejor posible”: “Caben grados en la democratización del Estado, sin que sea posible quizás jamás alcanzar el óptimo en tal dirección. Pero hay un mínimo de condiciones sin cuya presencia no cabe ya denominar a un Estado democrático. Por lo que respecta basta señalar una para confirmar el carácter antidemocrático del Estado español: la primera y fundamental es el no reconocimiento político y legal de las naciones que ocupan el territorio sobre el que extiende su soberanía. 

- Los tan cacareados derechos individuales de los miembros de las naciones oprimidas no pueden tener ninguna realidad en ausencia del mínimo de libertad nacional que los genera y garantiza.


EL ESTADO TOTALITARIO

- Los Estados, por muy totalitarios que sean, recurren a la fuerza armada sólo en caso de extrema necesidad. Su objetivo actual e irrenunciable es gobernar y controlar la sociedad civil mediante el consentimiento de los sometidos. 

- Desde la aparición del estado-nación totalitario moderno, el objetivo básico del mismo –provisto además para ello de medios cada vez más refinados- es el de influir decisivamente en la configuración de las conciencias (medios de comunicación-colegios) y los hábitos de aquellos a los que denominará ciudadanos y que constituyen el asiento de su poderío, así se quieren basar en la “nación” o pueblo, creándolo primero desde arriba mediante toda la violencia que su Estado les permite.



CONCLUSIÓN: ESTRATEGIA POLÍTICA O EXTINCIÓN

- Es la vía por la que transita nuestro país y, por desgracia conduce inexorablemente a un único destino: su extinción. 

- Fijar, pues, la estrategia general y las posibles tácticas a tenor de las circunstancias que un grupo social –el pueblo nabarro, en este caso- debe seguir a corto plazo, medio y largo plazo, es una tarea tan difícil como ineludible. Que las masas populares identifiquen con ella es igualmente imprescindible. 

- Sólo la fusión de esos dos requisitos objetivo y subjetivo constituyen o conforman al sujeto político como tal. La existencia de tal sujeto es la garantía de la conservación de la identidad de un grupo social determinado” 

Joseba Ariznabarreta Arrieta.

BETIKO ARGIA MAISUARI,
BETIRAKO ESKERTUTA!!