LOS FELONES LÓPEZ DE HARO
Aitzol Altuna Enzunza
Los condes y señores nabarros durante los primeros siglos eran en realidad meros tenentes: recaudadores de impuestos, ejecutores de justicia y defensores del reino de Nabarra en nombre de su rey, sin derecho a herencia y de manera temporal a cambio de la totalidad de las multas y parte de los impuestos, alejados por tanto de modelos feudales.
Existe un enlace matrimonial entre una hija de los reyes de Nabarra y el conde de Bizkaia, lo que lleva a pensar en un acuerdo de incorporación a la corona pamplonesa de los bizkaínos, sólo hay que recordar el texto en el que los reyes asturianos dejaron escrito bien claro en el año 886 que aquellas eran "tierras poseídas por sus moradores" y el título de “rey de Bizkaia” que le otorgan las crónicas musulmanas de Ibn Al-Athir (s. XII-XIII pero en base a textos anteriores): "Alfonso (de Asturias) había logrado la ayuda del rey de Vizcaya, su vecino (…)”.
En las Genealogías de Meyá o Roda (970-992) descubiertas en la diócesis de Urgell (Santa María de Meyá, Lleida) es donde aparece la primera referencia de un “Comitis Biscahiensis”, por tanto ya dentro del reino de Pamplona-Nabarra. Bizkaia era una unidad política libremente adherida al reino baskón de Nabarra: “ordo numerum regnum Pampilonensium” (…) La princesa nabarra “domna Belasquita, usor fruit domni Momi Comitis Bizcahiensis”.
Este hecho está además avalado por los límites de las diócesis eclesiásticas de la Alta Edad Media, ya que todas las tierras de habla vasca peninsular formaban parte de la diócesis de Pamplona, tal y como señala el historiador L. Serrano. Así los obispos de Alaba de los siglos IX y X firman como obispos “in Álava et in Vizcaia”, lo que no deja dudas de la no-pertenencia de Alaba y de Bizkaia al obispado castellano de Burgos, ni al de Castilla ni tampoco al de Asturias.
Está también bien documentado la existencia del condado bizkaíno reinando Sancho III “el Mayor” con el tenente Eneko Lupiz (años 1040-1077), latinizado como Iñigo López, apodado “Ezkerra”. El “condado” de Bizkaia pasó a ser nombrado “señorío” por primera vez en el año 1040 con el mencionado Iñigo López “Ezkerra”, aunque aparece nombrado tanto como “comite”, “senior”, “dominator” y como “dux” en diferentes documentos de Valvanera, San Millán de la Cogolla, Albelda (los tres en La Rioja y dentro del reino de Pamplona-Nabarra), Iratxe o Leire.
El padre de Iñigo López, Lope Iñiguez, aparece en varios documentos nabarros como tenente de Marañón (Sonsierra de Nabarra, Tierra Estella 1015), tenente de Azagra (Tierra Estella 1031), de Arrosta o Ruesta (hoy Aragón, junto al actual embalse de Yesa fronterizo con Sangüesa 1032), pero nunca como tenente de Bizkaia. En el año 996 aparece el padre de Iñigo como “Caballerizo Mayor” del rey Garcés o García el “Tembloroso” y luego como “Botiller” de su hijo el rey Sancho III “el Mayor”. Por tanto se trata, con toda probabilidad, de una familia de aquellas tierras.
Iñigo López se casó con Toda, con la que emparentó con la familia real nabarra. José María Lacarra en su libro “Historia del Reino de Navarra en la Edad Media” comenta que Iñigo López estaba casado con Toda Ortiz (o Fortúnez), hija de Fortún Sánchez, “buen padre” de Sancho III “el Mayor” y ayo o “eitan” de su hijo el rey Sancho García “el de Nájera”. Fue este Fortún Sánchez tenente de Nájera entre los años 1072-1075, tenencia que pasará a Iñigo López, ya con Sancho “el de Peñalén” (1075), nieto de Sancho III. Naxara o Nájera era entonces la capital del reino y por tanto un cargo muy importante.
El rey de Nabarra Sancho Garcés o García IV fue asesinado en una cacería cuando contaba con 14 años en el año 1076, empujado por el barranco de Peñalén por algunos nobles y dos de sus siete hermanos, Ramón y Ermesenda, por eso es conocido como García “el de Peñalén” (entre Funes y Alesves, Villafranca). Los hermanos del rey asesinado recorrieron el reino y trataron de ganarse al Pueblo que los repudió.
El rey de León y conde de Castilla Alfonso VI estaba detrás del asesinato de su primo Sancho Garcés IV, el cual rindió honores a la fratricida Ermesanda en las Cortes de Castilla. El otro fratricida, Ramón, se escondió en la Zaragoza del reyezuelo musulmán Muqtadir. Alfonso VI “el Emperador” aprovechó el desconcierto y entró en reino baskón donde encontró apoyo en algunos nobles nabarros; llegó el castellano-leonés hasta Sangüesa, pero el Pueblo y la mayoría de nobles nabarros derrotaron a las tropas castellanas.
La primera felonía, la felonía primigenia de los López, tuvo lugar en ese año 1076. Para entonces Iñigo López “Ezkerra” se había retirado a favor de su hijo, Lope Iñiguez (1077-1093). Lope Iñiguez, junto con su padre, su suegro y otros magnates, juró fidelidad al rey Alfonso VI rey de Castilla-León, tras el fratricidio del rey de Nabarra. En ese mismo año, Lope Iñiguez se hizo cargo de las tenencias de Alaba y de Gipuzkoa además de seguir en la de Bizkaia, mientras que el gobierno de las tierras riojanas fue encomendada al conde García Ordóñez, yerno del asesinado Sancho “el de Peñalén” y parte de la conspiración.
Tras el regicidio de Sancho Garcés IV “el de Peñalén”, el traidor Iñigo López aparece en un documento castellano de Alfonso VI del año 1082 en el que demuestra tener un “iure hereditario” por sus campañas en La Rioja a favor del castellano-leonés y contra Nabarra. En ese documento el felón Iñigo, da San Vicente de Ugarte (hoy Barakaldo) al monasterio riojano de San Millán de la Cogolla (recogido por G. Monreal “Las instituciones públicas del señorío de Vizcaya hasta el siglo XVII” 1974).
Otro documento de pocos años después de la reina castellano-leonesa Doña Urraca es más claro, pues el nieto de Iñigo, Diego López I recibe un “privilegio de inmunidad” sobre sus tierras “a perpetuidad extensa a sus herederos” (G. Balparda “Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros” 1974). Es decir, los López, pasaron de ser tenentes o administradores de un territorio en nombre del rey de Nabarra a tener derecho a herencia de tierras y títulos nobiliarios robados a Nabarra, un buen motivo económico y de poder para su traición.
Aunque ya Iñigo López “Ezkerra” era tenente de Bilibio con Nabarra desde 1073, castillo en las afueras en las Conchas de Haro, tomaron el apellido los felones de los Haro tras haberle sido concedido por parte de Alfonso VI “el Emperador” a Diego López I (1093-1124) el señorío de la villa de Haro, el cual la repobló en su zona de Villabona. Sin embargo, el primer texto donde aparece incorporado el topónimo a su apellido se ha encontrado en una escritura de 1117, en la cual el hijo de Diego López I, Lope Díaz I es nombrado con la siguiente mención: "Donus Didacus Lópiz de Faro".
Alfonso I “el Batallador”, rey de Nabarra y conde de Aragón, recuperó toda la Nabarra Occidental en el año 1109, por tanto, 31 años después de su ocupación o quizás el cambio de soberano mediante un vasallaje feudal de los Haro a Castilla-León, que habría dejado todo ese territorio nabarro en una indeterminación jurídica Internacional, pues ni el territorio ni el título les pertenecía a los Haro, por lo que el cambio de reino sólo se podía dar de hecho y no de derecho. Es difícil vislumbrar si en tan pocos años supusieron alguna variación para las tierras nabarras occidentales y para los nabarros que las habitan.
En la tesis doctoral y el libro de José Ángel Lema Pueyo "Instituciones políticas del reinado de Alfonso I el Batallador" (1997 pág. 149),se comenta que: "la incorporación de Álava y lo que entonces podría ser Guipúzcoa, hechos documentados con seguridad desde 1120 y 1133 respectivamente, aunque las fechas podrían ser anteriores", probablemente desde el extenso documento de arras de la boda con la reina de León y Castilla, Urraca la Temeraria (1109).
El contexto del libro nos lo da José Ángel Lema Pueyo en su tesis doctral sobre Alfonso I el Batallador de Nabarra, casado con doña Urraca, reina de León y condesa de Castilla: "Otro gran perjudicado del reinado de Alfonso I fue el señor de Vizcaya, Diego López. La pérdida de sus tenencias se inscribe, asimismo, dentro de las normas habituales. Se le priva de Nájera en la segunda mitad de 1113, se le ha arrebatado Buradón y Grañón para 1117 y Haro saldrá de su dominio en 1124. Si el apartamiento de Nájera pudo ser motivado por un hipotético apoyo del señor de Vizcaya a Urraca ese año de 1113, la privación de Buradón y Grañón ha de asociarse, sin duda, a la revuelta de Diego López contra Alfonso I, que tuvo lugar en el verano de 1116".
En la toma de Haro intentaron los nabarros sitiar a Diego López I, aunque parece que llegaron a un acuerdo sin llegar a rendir la población. Alfonso I cambió los tenentes nombrando a nuevos nobles nabarros afines. Así, en el año 1113 Alfonso I “el Batallador” dio la tenencia de Nájera que incluía Haro a Fortún Garcés Cajal, uno de los nobles más fieles al rey nabarro, que mantuvo el señorío de La Rioja hasta 1134 que fue conquistada por Castilla en gran parte.
Diego López se mantuvo al lado del rey nabarro hasta 1124, cuando se produjo la segunda felonía por lo que fueron expulsados del reino baskón de Nabarra dejando de ser Señores de Bizkaia a favor de las familia alabesa de los Bela o Ladrón de Gebara.
El título de “señor de Bizkaia” pertenece a la corona Nabarra, por lo que sólo pudieron usurparlo los Haro contra derecho tras invadir la Nabarra Occidental con sus tropas comandadas por el magnate castellano Diego López II “el Malo” (nieto de Diego López I e hijo de Lope Díaz I), junto a las tropas del rey de Castilla y que acabó en el año 1200.
Diego López II “el Malo” fue el primero en usar el apellido toponímico “Haro” de forma habitual. Esta familia mantuvo el título de “señores de Bizkaia” usurpado a los verdaderos detentadores de la misma de los Gebara hasta la muerte del último de ellos, Isabel Nuñez de Haro y Lara en el año 1361.
Eneko del Castillo, Nabarlur.blogspot.com
Ningún Haro fue enterrado en Bizkaia ni nació en el señorío y solo un Lara fue enterrado en Bizkaia. Finalmente, el título usurpado de señor de Bizkaia pasó a la corona castellana en el año 1378, lo cual es nulo de pleno derecho. El paso a la corona real castellana del título usurpado fue una cuestión de herencias, pues el territorio del señorío ya formaban parte del reino castellano desde la ocupación militar de la Nabarra Occidental.
El templo gótico de Santa María de La Atalaya construida sobre 1310, era el más grande de Bizkaia hasta su derrumbe total en 1783, actualmente sólo sería superada por la Catedral Nueva de Vitoria-Gasteiz, ni tan siquiera la catedral de Baiona, Patrimonio de la Humanidad, la igualaría.
Nuño de Lara (1348-51) fue hijo de María Díaz de Haro II, señora de Bizkaia que falleció al de poco de parir, y de Juan Nuñez de Lara III que murió en 1350, sus tutores fueron Martín Ruiz de Abendaño y Mencía de Gebara. Nuño llegó a la capital de Bizkaia que era Bermeo con su aya huyendo del rey Pedro I el Cruel de la Corte castellana que lo quería asesinar para ser defendido por los bizkaínos. Es el único Haro o Lara enterrado en el señorío y murió con tan solo 3 años de edad siendo oficialmente señor de Bizkaia durante 1 año, su cuerpo estaba en una de las 12 capillas de Santa María de la Atalaya de Bermeo. Ningún Haro o Lara nació o residió de forma permanente en Bizkaia