LOS BORBONES NO SON REYES DE NABARRA NI PRÍNCIPES DE BIANA

LOS BORBONES NO SON REYES DE NABARRA NI PRÍNCIPES DE BIANA

Aitzol Altuna Enzunza



INTRODUCCION

Jon Oria Oses (Lizarra-Estella 1931-2016) era historiador por las universidades inglesas de Nottingham, Cambridge y Londres, dejó escritos 20 libros sobre el Estado de Nabarra, del que era experto en sus dos últimos siglos como Estado soberano (XVI-XVII).



Nació en Estella 1931, se especializa en estudios lingüísticos, historia, filosofía, educación y arte en París y en el Reino Unido. Domina las lenguas clásicas. Latín y Griego. Habla Alemán, Griego, Italiano, Francés, Inglés y Español. Gracias a su experiencia lingüística presentó textos testamentarios en el Gascón del siglo XVI que se utilizaba en la jurisprudencia del Reino Pirenáico, incluida la Alta Nabarra.

Graduado en la Universidad de Nottingham (Inglaterra 1973) y Postgraduado en Cambridge. Defendió sus tesis Doctoral sobre el pensamiento Filosófico-Místico de la Reina Margari ta de Navarra (1492-1549) en la Universidad de Londres 1981.


Otras obras:

Estudios del Renacimiento. Estudios sobre Platón. Essencialism London 1984. Conatos de Liberación de la mujer en la corte de Navarra (Ipes n. 12). Influencia de la Conquista en el pensamiento, la cultura y literatura (Donostia 1989). Tipografía Mesiánica de la corte de Margarita de Navarra (Iruña 1990). Visión Anglosajona del Pueblo Vasco (Donostia 1991). Círculos Humanísticos en torno a Margarita de Navarra. Ha introducido al público Inglés el Simbolismo poético de San Juan de la Cruz y sus poemas (Oxford 1984). Ha cooperado igualmente con introducción a la colección gráfica Departures y con una aportación a la serie en el número 3, Images and Thought (London 1984). Ha publicado trabajos de lingüística Picture Dictionary, (London 1984). Fue profesor de estudios hispánicos en el Instituto de la City de Londres (Reyes de Navarra XIX, edit. Mintzoa)


Aseveraba el historiador estellés sobre los Bourbones en una entrevista en el programa independiente Hordago Nabarra en el 2010, ante la visita del que entonces era el futuro rey Felipe VI de España al monasterio de Leire para entregar el premio llamado “Príncipe de Biana”: "Son unos embusteros y ladrones, como digan que tienen el título de rey de Nabarra y príncipe de Biana los llevaremos a los Tribunales Internacionales (...) los nabarros tenemos que levantarnos".

LA LLEGADA AL TRONO DE NABARRA DE LOS BOURBONES

Margarita de Nabarra, escritora y libre pensadora, es considerada la mujer que mejor representa el Renacimiento, esposa de Enrique II "el sangüesino".


Joana III de Nabarra (Pau 1549-1572) era hija de Margarita de Nabarra y Enrique II “el sangüesino”, el último rey de Alta Nabarra invadida entre 1512-24. Joana III era de la familia Albert-Labrit y fue la 38º reina de Nabarra, vizcondesa del Bearne y Foix. 

Anton von Bourbon (Antoine de Bourbon), esposo de la reyna Joana III de Nabarra y primer Bourbon en ser rey (consorte).
Herzog von Vendôme und Beaumont, (seit 1555) König von Navarra; Schloß La Fere-en-Tardenois
22.4.1518 – (gefallen) Les Andelys bei Rouen 17.11.1562

Uno de sus primeros actos públicos como reina consistió en la jura de los Fueros de Nabarra y la petición de la restitución plena del reino. Joana III negoció con Felipe II de Las Españas como se llamaba todavía esta corona, la devolución de la Nabarra peninsular mediante un matrimonio. Felipe no era rey de Nabarra, pero España tenía ocupadas militarmente todas las tierras baskonas del sur pirenaico. 



El primer intento tuvo lugar en 1540 y contaba con el apoyo de los beaumonteses, en las negociaciones se pedía la devolución de la integridad territorial de Nabarra ratificada en varios Tratados Internacionales (de los años 1016, 1127 ó 1177), lo que incluía: Alaba, Bizkaia, Gipuzkoa, La Rioja, incluida la Riojilla y los montes de Oca o Auca, hasta el olmo de Burgos (Atapuerca), además del pago de una indemnización por la usurpación del reino, así como la restitución de los entonces recientemente eliminados escudos de Nabarra en los monumentos de Logroño. 


En 1561 recorrió Pamplona la noticia de la existencia de una carta del Papa Pío IV que exhortaba a Felipe II de España a restituir Nabarra a sus legítimos reyes: Joana III de Nabarra de la familia Albert-Labrit y su marido el francés Antonio (Antoine) de Bourbon (duque de Bourbon, conde de Vendôme y de Beaumont, aspirante lejano a la corona francesa), pero la rápida reacción de la corona española evitó que el hecho pasara a más.


El testamento del hijo de Joana III de Nabarra y Antoine de Bourbon está en los archivos de Versalles. Se trata de Enrique III de Nabarra “el bearnés” (Pau 1553-Paris 1610), el cual se convirtió en una época convulsa en rey de Francia, subiendo al trono como Enrique IV, apodado en reino galo “el Grande”, "el gascón o el bearnés", “el buen rey” y “el nabarro”. 

1577, Ceca de Pau


En su testamento, el bearnés dejaba bien claro que el reino de Nabarra es de sus mayores por vía materna, yendo la sucesión legítima a Isabel de Albret y Foix, hermana del euskaldun Enrique II “el sangüesino” (Información facilitada por Valentín Ciaurriz).

Sobre Enrique II "el sangüesino" y de cómo sabía euskera, se puede leer: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/06/el-ultimo-jefe-de-estado-euskaldun.html



"En LE CHEVALIER FRANÇOIS
Julien Peleus en 1606, abogado e historiador de Enrique III de Nabarra y IV de Francia, al cual nombró secretario de Estado y fue su historiógrafo. Enrique III siempre quiso  recuperar la Alta Nabarra y este ejemplar lo atestigua:
".. de modo que en la libertad de Nabarra todavía podemos ver hoy la vergüenza y la ignominia de los otrora acalorados tiranos... Nuestras almas, a quienes no les gustará fortificarse de orgullo en Pamplona tanto como en París...".



EL EDICTO DE LA UNIÓN Y EL COMIENZO DEL ABSOLUTISMO EN NABARRA

Manifiesto del rey Enrique III de Nabarra y IV de Francia en el año 1607, según un documento del Parlament de Paris. A.N. Registre X1A-8646 Fº 43: 

“(…) por nuestras cartas patentes del 13 de abril de 1590 hemos ordenado que nuestro dominio antiguo tanto de nuestro reino de Nabarra, soberanía de Bearne y de Donezan, país bajo de Flandes que nuestros ducados, condados, vizcondados, tierras y señorías enclavadas en este reino fuese y PERMANECIESE DESUNIDO, distraído y separado de nuestra corona de Francia sin poder entrar comprendido ni mezclado si no es ordenado más tarde, o que Dios nos haya hecho esta gracia de darnos linaje y quisiéramos poder y a este fin para no cambiar el orden y formas observadas en la conducta y mantenimiento de nuestro dominio habíamos declarado nuestra intención que fuese llevado y administrado por personas distintas, así que como había estado antes de nuestro advenimiento a la Corona. Y sobre las dificultades que nuestra corte del Parlamento de París hacía de proceder a la verificación de dichas cartas”. Pero estos manifiestos no se cumplieron.

Parlamento de Nabarra y el Bearne, 
castillo de los reyes de Nabarra (Pau)
Beata Nabarra (sic.), si s'armase del muro che la fascia! 
Dante Alighieri 1265-1321, poeta italiano
("Bendita Nabarra, se armó con la pared que le rodea", en referencia a los Pirineos)

El día 19 de septiembre del año 1610, Louis de Bourbon (Luis XIII de Francia, hijo Enrique III “el bearnés”), educado en la Corte francesa por el cardenal Richelieu, efectuó públicamente en los parlamentos de Nabarra y Bearne, la negativa incuestionable e irrefutable, de aceptar el rango de príncipe de Biana a través de la reina regente de Francia ante su minoría de edad María de Medici y Habsburgo-Jabellón, la segunda esposa de Enrique III, lo que le obligaba a vivir en Nabarra y ser educado por su Corte. Dicho acto, le hizo perder a él y sus descendientes, el derecho a posterior de ser monarcas de Nabarra. 

En ese momento, era reina de Nabarra su madre Margarita de Valois (1553-1615), pese a haberse divorciado de Enrique III en 1599 por no aplicarse la ley sálica en el reino nabarro, hermana además de tres reyes de Francia.

La aceptación a ser príncipe de Biana previo a ser coronado como rey, era una disposición de las Normas Sucesorias a la corona de Nabarra dada por Decreto Real de las Cortes reunidas en Olite el 20 de enero de 1423 por orden de Carlos III de Evreux el Noble.




Así es como el llamado Edicto de Unión fue emitido por Luis XIII y aplicado de facto en 1620 por la fuerza de su ejército: “(...) por este Edicto, perpetuo e irrevocable, unimos e incorporamos dicha corona y país de Nabarra y nuestro país y soberanía de Bearne, Andorra y Donezan, y tierras que de ellos dependen y que han acostumbrado de pertenecer en nuestra corona y dominio de Francia (...)”. 

El 15 de Octubre de 1620 Luis XIII, rey de Francia, ayudado por el cardenal Berulle, entró con una tropa en Pau, para proclamar la unión a la corona francesa de la corona nabarra y del vizcondado de Bearne.


Como señaló el historiador ronkalés Tomás Urzainqui en una intervención ante la Comisión de Autogobierno del parlamento español de la C.A.V. en la Nabarra Occidental en mayo del 2002: “En los siglos XVI y XVII, en España y Francia el absolutismo y la contrarreforma triunfan y se consolidan. 

Para las Cortes y Estados Generales de Nabarra-Bearne, la “unión” a España o a Francia significaba el fin de las libertades garantizadas en sus Constituciones y la introducción de prácticas absolutistas, autoritarias y neofeudales; así se amortigua la brasa que desde 1512 y hasta 1620 se había mantenido encendida al Norte de los Pirineos después de la ocupación del Sur. Pero la libertad y la soberanía no se extinguen ni prescriben”.




EL TRATADO DE LOS PIRINEOS, EL REPARTO DE NABARRA

Las renuncias de los Borbones a una posible reclamación al título de rey de Nabarra y príncipe de Biana son varios, incluso ante escritura pública internacional. El llamado “Tratado de Paz de los Pirineos” se produjo después de 24 conferencias llevadas a cabo entre Luis de Haro (familia de felones a Nabarra que coadyuvaron en la invasión de la Nabarra Occidental) y el Cardenal italiano Mazarino en 1659 (que era la persona que realmente mandaba esos años en Francia, la primera potencia mundial para entonces); el Tratado fue ratificado por el compromiso matrimonial contraído entre el rey Luis XIV de Francia (Versalles 1638-1715), “el rey Sol” (nieto de Enrique III “el bearnés”), y la infanta española Mª Teresa hija del rey Felipe IV de España (primo-hermano suyo por doble línea).

 Saint Paul Saint Louis

Fue el obispo Monseñor de Olce quien ofició la boda en la iglesia de Donibane Lohitzune o San Juan de Luz -en poder de Francia, cuya puerta de salida se tapió para que nadie más pasara por ella. Para sellar el pacto-boda, se celebró por poderes en la Iglesia de Hondarribia -en poder de España- una segunda ceremonia. 

En el mismo Tratado, el rey de Francia, renunció a sus derechos sobre el viejo reino baskón y aceptó la actual frontera pirenaica, pero siguió usando el título de manera ilegítima de “rey de Francia y Nabarra” hasta casi la Revolución Francesa. 

Los Estados Generales de Nabarra pidieron constantemente la restauración de su libertad y en 1683 declararon: “Los reinos de Nabarra y Francia son diversos, diferentes, el uno del otro, cada uno de ellos debe ser gobernado por sus leyes fundamentales sin que las de uno estén sujetas a las del otro”.



EL PRIMER BOURBON EN REINAR LAS ESPAÑAS 

El primer Bourbon en gobernar  Las Españas, el francés Philippe de Diet o el Animoso, traducido como Felipe V de Anjou (Versalles 1683-Madrid 1746, el cual se negó a aprender castellano en 46 años de reinado), nieto de Luis XIV de Francia y con importantes problemas psiquiátricos desde antes de su coronación (murió creyéndose una rana), tras una lucha por la corona con la casa Austria, en el Tratado de Utrecht de 1714 que puso fin a la sucesión dinástica, renunció ante su abuelo el rey Luis XIV de Francia a sus posibles derechos sobre las coronas de Francia y Nabarra para ser reconocido como rey de “las Españas”.



Escudo de armas de Felipe V, 

donde no está la bandera de Nabarra



Estos supuestos derechos eran inexistentes en el caso de Nabarra, siendo la soberanía francesa como la española sobre territorio nabarro una simple invasión y colonización, que no les da a sus reyes derecho alguno sobre el título de reyes de Nabarra y de príncipes de Biana, menos aún sobre el Pueblo baskón y sus recursos materiales. Del mismo modo, comenta el historiador Jon Oria Oses en la alocución mencionada, la renuncia a estos títulos baskones, las firmó también su hijo, el futuro Carlos III de las Españas.


LA DEMANDA APOYADA POR JON ORIA OSES CONTRA LOS BORBONES 

Tras una demanda impuesta ante la Corte Internacional de la Haya (Holanda) por descendientes de la familia Albert-Labrit con la ayuda historiográfica de Jon Oria Oses contra los Borbones por el intento fraudulento de usar el título de príncipe de Biana y rey de Nabarra donde participó el historiador Jon Oria Oses, hay una sentencia de mayo del 2005, donde en su página 5 se dice que: 

“(…) Viéndose y cumplido las leyes emanadas por la monarquía Nabarra, el rango de Príncipe de Biana que en la dinastía de los Albret. Es demostrable, que el rango de Príncipe de Biana obtenido por el monarca Enrique III de Nabarra, lo fue por herencia de su madre Joana de Albret, titular de la monarquía Nabarra”. 

Jura de la bandera española de los reinos de Castilla y León por la princesa de Asturias en octubre del 2023 (no le corresponde el de Biana), donde no están los de Nabarra y Aragón así como tampoco el de Granada. No han sido príncipes de Biana los Bourbón ni los Austria-Habsburgo: Felipe VI, Juan Carlos I, Alfonso XIII, Alfonso XII, Isabel II...ningún rey-reina de Las Españas ni de España.





Por tanto, los Borbones NO pueden usar el título de reyes de Nabarra y príncipes de Biana por sentencia firme de un Tribunal Internacional.

“La Cour, ce requérant le Procureur General du Roy, a ordonné et ordonne que, sur le reply desdites lettres et sur lesdites renonciations, il sera mis qu'elles ont esté lues, publiées, l'audience tenant, et regis- trées pour estre exécutées selon leur forme et tenear, sans approba- tion des titres de Roy de Navarre, de duc de Bourgogne et autres pris par le Roy d'Espagne dans l'acte de sa renonciation qui ne pourront nuire ni préjudicier aux droits du Roy e: de la Couronne, Et que, conformément au requisitoire du Procureur général du Roy, des duplicata desdites lettres et renonciations seront envoyez aux autres parlemens du Royaume et des copies collationnées aux bail- lages et Senechaussées du ressort pour / y estre lues, publiées et regis- Pav trées, enjoint aux Substituts du Procureur Général du Roy tant desdits baillages et Sénéchaussées d'y tenir la main et d'en certifier la cour au mois”. 

(El Tribunal, este demandante el Procurador General del Rey -Luis XIV de Francia-, ha ordenado y ordena que, en la respuesta de dichas cartas y en dichas renuncias, se ponga que han sido leídas, publicadas, celebradas en audiencia y registradas para ser ejecutados según su forma y tenor, sin aprobación de los títulos de Rey de Navarra, Duque de Borgoña y otros tomados por el Rey de España -por Felipe V de Anjou- en el acto de su renuncia que no podrá perjudicar ni perjudicar los derechos del Rey: de la Corona , Y que, de conformidad con la acusación del Fiscal General del Rey, se enviarán duplicados de dichas cartas y renuncias a los demás parlamentos del Reino y copias cotejadas a los baillages -válidos- y Senechaussées -Senescales- de jurisdicción para ser leídas, publicadas y registradas allí. .- Pav trées, ordenó a los Suplentes del Fiscal General del Rey tanto de dichos bailies como de Senescales que tomaran la mano allí y certificaran al tribunal al respecto en el mes).



Jon Oria Oses en su libro “Navarra es una colonia española y francesa” sentencia: “Resulta ridículo y hasta hiriente que después de haber cesado el título de príncipe de Biana, desde hace ya casi 400 años se intente ahora usurparlo para el que es heredero de la corona española, queriéndonos robar la historia después de habernos machacado la cultura (…) La historia de Navarra nos la han manipulado nuestros propios verdugos, los Falsarios españoles, y nos la han colonizado”.

UNA CARTA HALLADA EN EL 2019

Carta de un gentilhombre sobre la unión de Nabarra a Francia es el título de un documento único, datado en 1617, hallado y comprado hace ocho meses en un anticuario de Nápoles por Aritz Otazu, responsable de la editorial Mintzoa abril 2019:

“Se trata del único documento que existe hasta el momento en el que el jefazo de Navarra, Pierre de l’Hostal, muestra sus quejas a Jacques de la Force, jefazo de Bearne, dos territorios autónomos, diciéndole que no quieren ser franceses; es decir, que ni Navarra tiene que ser francesa ni Francia navarra. Hay que tener en cuenta que decir esto en aquella época era casi jugarse la horca. Y este texto echa por tierra la idea que se tenía de que la Baja Navarra quería desde el principio ser francesa; para nada, una gran masa de gente y los altos cargos no querían formar parte de Francia:

“Señor, recibí (carta) que usted ha querido escribirme sobre la unión de Navarra y Bearne a Francia (...). Comento esto con objeto de menospreciar la fastuosa e intolerable vanidad de España, que quería parecer más temible en el papel, que en espadas y poder (...). No tenemos derecho a decir que ni Francia es Navarra ni que Navarra es francesa (...).

Pero habiendo tenido Francia y Navarra una bella y gloriosa alianza de fortuna, la quieren romper (cambiándola) por una monstruosa y más que prodigiosa unión, por la que se engulle a Navarra como el Cíclope a los compañeros de Ulises, haciéndole perder el título y el nombre gloriosos de realeza al no seguir siendo aliada de Francia sino su sierva y su esclava. Navarra no será más un reino, sino una débil y cautiva provincia, privada de todas sus leyes, privilegios y libertades.

Creer que el hecho se ciñe solamente al nombre unión sería creencia de niños (...) Así, paso a paso, se quitarán las leyes y la justicia, se derribarán las libertades, se impondrán las gabelas, daces, subsidios e imposiciones. En resumen, viviremos como en las antípodas bajo un nuevo cielo y por medio de una metáfora y un cambio antinatural (...)

Nosotros, navarros, tomando tan solo un poco de aliento de Francia nos convertiremos en franceses, vergonzosamente y con ignominia;bajo la ruina y las cenizas de nuestro antiguo e ilustre reino, cuyas cadenas son nuestros escudos de plena y feliz libertad  (...).

Somos desafortunados por dos cosas, una, que la Española, espía y profesa enemiga de Francia, ha dado el primer golpe de ruina en el principal miembro de nuestro cuerpo; la otra que el francés, nuestro nuevo asociado, quiere su trozo y nos desmiembran de tal manera que ya nada se encontrará a la manera de Navarra más que en Francia y en España (...).

¿Cómo se podría mejor agradar al español que haciendo ver a los alto navarros que uniéndonos a Francia, se observa bajo un vergonzoso secreto que se quiere sepultar entre nosotros la memoria de Navarra, haciendo revivir por toda Europa la vergüenza de Francia, como si ella no tuviese el coraje ni el poder de retirar las uñas del león”.